Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

22 sept 2011

Futureando

Mariano Rajoy se incorporó la semana pasada a Twitter con la misma pereza que le da la campaña electoral.
 Si por él fuera, mañana sería 21 de noviembre y nos ahorrábamos los mítines, los apretones de manos en los mercados y algún que otro debate, si al final toca hacerlos. La campaña electoral para Rajoy es un estorbo, donde el esfuerzo consiste en no decir demasiado, no meter la pata y no dejar que embravecidos barones de su partido puedan sacar los pies del tiesto, por más que ahora se palpa la unanimidad, tan desinteresada, en torno a su liderazgo.
Los políticos se suben a Twitter como la gente va al podólogo.
 Cuando ya no hay más remedio.
Lo hacen además con la misma estrategia que muchos personajes del mundo del espectáculo: abrir una línea de promoción, pero que no parezca promoción.
 Como si uno pasaba por allí dando los buenos días al universo y, oye, a ver si compran mi disco.




También ha sacado un libro, pero sin pólvora, donde habla bien de sí mismo y sin maldad de los otros. En confianza ofrece la misma perspectiva de entretenimiento que un manual de uso de pinzas de la ropa.
 En una semana, Rajoy, que firma sus tuits particulares con las iniciales MR, no ha colgado más de seis.
Dos de felicitación a nuestra maravillosa selección de baloncesto, uno para agradecer las galletas que le regala una fan y otro de reconciliación con el mundo del artisteo, que ya no son los vagos que no madrugan de la campaña electoral anterior, sino Santiago Segura y Julio José Iglesias, iconos de distritos electorales tan distantes como Carabanchel y Miami, que coinciden con él en el AVE.
No manda foto en cambio de su reunión con los grandes empresarios, motivo del viaje, quizá porque pensó que no sería tan bien recibida en un foro abierto, glotón y maledicente.



Los tuits de Rajoy son lacónicos.
Si visita una cooperativa olivarera de Jaén escribe: "El aceite es un extraordinario producto con futuro".
Futuro es la palabra que más utiliza. Futurea tanto que da la impresión de que ya nos tuitea desde el futuro.
Somos nosotros los que tardamos en llegar, pero que nadie se ponga nervioso. Ya estamos en camino.

JULIO IGLESIAS "Cambalache"

JULIO IGLESIAS "Cambalache"

http://youtu.be/IHha--36AJY

El arte, la vida y Claudia Cardinale

Fernando Trueba rueda en la Garrotxa con la actriz italiana y Aida Folch su última película, que transcurre en 1943 en la Francia ocupada por los nazis .
. .El director Fernando Trueba ha recalado en la zona volcánica de la Garrotxa, en Girona, para el rodaje de su próxima película, El artista y la modelo.
Rodeado del equipo de actores, con la mítica Claudia Cardinale a un lado y la joven actriz Aida Folch al otro, Trueba presentó ayer su proyecto como "una película sencilla y sin artificios".
El equipo llega de Céret (Francia), donde han rodado la mayoría de las escenas del filme, situado en la Francia ocupada de 1943.



Claudia Cardinale, a sus 73 años y con un cigarrillo en la mano, confesó que decidió unirse al proyecto porque le encantó el guión.
Cardinale interpreta el personaje de Léa, la mujer de un anciano artista desilusionado con la vida (papel interpretado por Jean Rochefort, actor de Que empiece la fiesta y El marido de la peluquera).
Marc Cros ha dejado de esculpir y languidece sin esperar demasiado del tiempo que le queda. Léa recoge un día de la calle a una joven campesina (interpretada por Aida Floch) que huye de un campo de refugiados.
El matrimonio le ofrece vivir en el taller del escultor y ser modelo para la última obra de Cros.



La película se rueda en blanco y negro, y su director quiere que la estética recuerde al cine francés de los años treinta porque, dice, es el que más le gusta. "Cuando estaba escribiendo el guión, las imágenes que me venían a la cabeza eran todas en blanco y negro", explicó Trueba.
 "En la película intento ceñirme a lo esencial".



El director pretende hacer una variación cinematográfica del tema del artista y la modelo, "un tema frecuente en el arte moderno".
El director se ha inspirado en la vida de diversos artistas, como Picasso y Cézanne, y sobre todo en un libro que Josep Pla escribió sobre el escultor Manolo Hugué (Vida de Manolo contada por él mismo).
 "Es una película que transmite vida", sostiene Trueba.






Trueba empezó a trabajar en el guión en 2005 junto con Jean-Claude Carrière, tras una primera versión realizada con Azcona, que luego no ha utilizado.



El director confesó que escribió el guión pensando en Cardinale, Rochefort y Folch.
La joven actriz catalana, de 24 años, que trabajó por primera vez con Trueba hace 10 años en El embrujo de Shanghai, se trasladó a vivir a Francia para aprender francés. "Fernando es mi descubridor, la primera persona que pensó en mí", dijo Folch (Los lunes al sol, Las vidas de Celia).
 "Yo por él aprendo chino o lo que sea", añadió.



En la película actúa también Chus Lampreave, que interpreta el personaje de María, la asistenta del matrimonio. "Estoy encantada del todo", manifestó Lampreave en su habitual tono humorístico.
Esta es la quinta vez que la actriz trabaja con Trueba. "Lampreave no es una chica Trueba. Trueba es un chico Lampreave", bromeó el director.






En la Garrotxa se ruedan las escenas que suceden en la casa y el estudio del pintor.
Para ello, el equipo ha restaurado una antigua masía, para adaptarla al ambiente de la película.
Los actores se quedarán durante unas cuatro semanas en este entorno natural. Trueba quiere que la película esté acabada en febrero de 2012, pero la fecha de su llegada a los cines todavía está en el aire.

El Supremo de EE UU no salva la vida a Troy Davis

El tribunal rechaza paralizar la ejecución del preso, que ha fallecido por inyección letal cuatro horas después de la hora prevista .



Se consumió el último paso legal y Troy Davis ha sido ejecutado. Una vez que habló el Tribunal Supremo de Estados Unidos no había más que decir. Todos los canales legales quedaban cerrados.
Estados Unidos se disponía a cometer otro homicido legal -y van 1.269 desde que se reinstauró la pena capital en 1976-.
 Davis le ganó cuatro horas y ocho minutos de vida a la muerte, con la que tenía una cita a las siete de la tarde (hora del este de EEUU).
 Se certificó que su corazón se había parado a las 11.08 (5.08 de la madrugada en la España peninsular), tras 15 minutos en los que se le aplicó un cóctel mortal de barbitúricos -entre ellos anestesia de uso veterinario, debido a la escasez del que se aplica de forma regular- que acabó con su vida, amarrado a una camilla, proclamando su inocencia hasta el final.
20 años esperando la Muerte, 20 años que nadie puede quitar a nadie, la vida es sagrada, pero claro, si es sagrada y permiten que un hombre negro pase esos 20 años sin hacer otra cosa que esperar a morir y con la Esperanza que va a ser indultado, ese hombre encima se le retrasó la ejecución, que horror y que pena, los hombres de bien pueden quitar la vida a voluntar, no sé si es inocente o culpable, pero ese precio que paga es igual de horrible de quien mató a otra persona, pero han pasado 20 años de espera.
La Justicia dice Lex es dura sed Lex , pero matando a quien haya matado es la ley del tailon, hoy tu mañana yo.
Nadie puede quitar una vida, pero el estado puede castigar igual, La Justicia es ciega, vieron de verdad al asesino?, porqué es implacable si todo el mundo reconoce irregularidades?.
Ahora solo se puede decir, Descansa en Paz lo que no pudiste hacer en más de 20 años, eso es otra tortura, más afinada pero tortura.




Un paseo interrumpido hacia el patíbulo

EE UU mantiene la pena de muerte para Troy Davis

Un condenado a muerte en EE UU pide clemencia a dos días de su ejecución

Una polémica ejecución en Georgia agita Estados Unidos

A un paso de la muerte

Agotados todos los recursos, Troy Davis será ejecutado en las próximas horas

"Yo no lo hice. Siento mucho su pérdida. Pero yo no maté a su padre, hermano o hijo"

Estados Unidos

A FONDO


La espera fue quizá peor incluso que la propia muerte.
 Las últimas horas de la vida de Davis se convirtieron en una montaña rusa que hizo creer -a él y al mundo- que quizá sobreviviría a su condena una vez más, como lo había hecho en el último minuto en otras tres veces anteriormente.
En 2008, Davis incluso rechazó su última cena porque confiaba en que su recurso prosperaría.
 Esta vez sí la tomó. Y definitivamente fue la última.



En un movimiento con pocos precedentes en la historia de la pena de muerte, los abogados defensores presentaron 'in extremis' a las 6.25 de la tarde -hora de Washington y a falta de 35 minutos para que se iniciase la ejecución- una petición al Tribunal Supremo de la nación para que reconsiderase el caso, para que le echase un último vistazo y viera si había algún resquicio, alguna posibilidad de que se paralizara la muerte de Davis.
 Para ello presentaron todo el dossier del caso junto a todas y cada una de las apelaciones que se han hecho desde el año 1991, cuando fue condenado.




El Supemo -cuyas sesiones no han comenzado todavía, no lo harán hasta el primer lunes de octubre- no contaba con todos sus miembros en la capital de la nación, razón que han apuntado los analistas para explicar por qué se tardó tanto tiempo a la hora de dictaminar, lo que no hacía más que aumentar las expectativas de que quizá se pospusiera la ejecución indefinidamente.
Porque el Supremo advertió desde el primer momento: se trata de un retraso, no de un aplazamiento. Davis podía ser ejecutado en cualquier momento -como así fue-. -En una ocasión anterior, en enero de este año, el juez del Supremo Clarence Thomas (cada juez tiene a su cargo un circuito judicial, y georgia corresponde a Thomas) suspendió la ejecución de Emmanuel Hammond -encerrado también en el corredor de la muerte de Jackson, Georgia- durante cuatro minutos y treinta y nueve segundos para acabar concluyendo que se debía proceder y acabar con la vida del preso.
 Cuatro minutos y treinta y nueve segundos para tomar una decisión de ese calibre que redactó en un folio por una sola cara.




La explosión de júbilo entre las personas que se concentraban a favor de Davis en las puertas de la cárcel de Jackson (a unos 80 kilómetros de Atlanta, Georgia) se veía así ensombrecida, matizada.
El reo no estaba del todo a salvo.
 Era un nuevo golpe al que se había sufrido media hora antes, cuando el Supremo estatal, el de Georgia, negaba clemencia al preso y daba luz verde a poner en marcha la aplicación de la máxima pena.






Fueron muy pocas horas pero frenéticas. Hasta que se acabó la duda, la angustia y la esperanza.
El Supremo no paralizaba la ejecución. No encontraba que Davis no hubiera tenido un juicio justo.
No había más que decir. Se había hecho justicia, se había dictado sentencia y ésta debía cumplirse. Veinte años después ya no había lugar para más retrasos.
 Davis no pasaría otra noche más en el corredor de la muerte.
Sería conducido al patíbulo y entraría a formar parte de las frías y crueles cifras que EEUU maneja sobre la pena de muerte.






Troy Davis vivió bajo la premisa de ser culpable mientras se intentaba demostrar lo contrario.
Si algún día se pudiera probar su inocencia -como él mismo siguió reclamando estando atado a la camilla en la sala de la muerte-, llegará demasiado tarde, ya es un cadáver.
 Se puede liberar a un hombre de la cárcel pero no de la tumba.






Múltiples irregularidades



El caso de este hombre de raza negra de 42 años ha estado plagado de irregularidades y sus abogados defensores presentaron a Davis como "un Jim Crow de los tiempos modernos", en referencia a las leyes de segregación que crearon dos clases de ciudadanos en Estados Unidos hasta mediados de los años sesenta.
 Antes del juicio, la policía forzó la voluntad de algunos testigos a que escogieran a Davis de una rueda de reconocimiento mostrándoles antes de ella fotos del hombre que ya habían elegido como culpable.
Esa misma rueda fue llevada a cabo por un policía que estaba implicado en la investigación lo que aumentó su poder de influencia sobre los testigos.



Troy Davis fue detenido por el asesinato en 1989 de un policía de raza blanca de 22 años que acudió de paisano a socorrer a un vagabundo que estaba siendo apaleado por otros mendigos que intentaban robarle una cerveza.
 Durante el juicio no se pudo presentar arma homicida porque nunca fue encontrada ni se aportaron pruebas de ADN.
Aún así, Davis fue condenado en 1991 a morir ajusticiado por el Estado de Georgia.



En las décadas que han pasado desde el juicio, Davis ha estado a punto de ser conducido al patíbulo cuando se paralizó su condena en tres ocasiones. En esos veinte años, al menos siete de los diez testigos que acusaron a Davis se han arrepentido de sus testimonios. Otra persona insiste en que el verdadero culpable está en la calle y presume del crimen del policía Mark McPhail. Aporta nombres y apellidos.



La UE, Amnistía Internacional, El Vaticano y ayer Francia han pedido a EEUU que pare la ejecución de Davis. "Al ejecutar a un condenado sobre cuya culpabilidad existen serias dudas, se cometerá un error irreparable", dijo a AFP el portavoz adjunto del Ministerio de Relaciones Exteriores, Romain Nadal. No ha valido de nada.



Nada de lo anterior ha tenido peso en el Tribunal de Apelaciones y Perdones de Georgia. Sí lo tuvo el emotivo testimonio de la familia de McPhail, cuyos hijos son hoy jóvenes en los 20 años y eran casi bebés cuando cayó abatido su padre. La madre; la mujer y los descendientes de McPhail quieren que Davis muera. Davis es culpable. "Nosotros somos las verdaderas víctimas aquí", dijo el lunes la viuda de MacPhail, Joan, fuera de la sede del comité de indultos en Atlanta, donde afirmó que ella y sus dos hijos asistirán a la ejecución.



La madre del joven policía, Anneliese McPhail, declaraba horas antes de la muerte del preso que el caso ya se había alargado demasiado tiempo y era hora de cerrarlo con la muerte del hombre que mató a su hijo, según sus palabras.
"Mi hijo estaba lleno de vida y se hizo policía para protegernos y resultó herido de muerte al ayudar a un pobre hombre". "Davis es culpable y debe morir", insistió la madre. Según los expertos, los testimonios de la familia clamando una venganza que se la proporciona la justicia en una bandeja de plata ha tenido un peso determinente a la hora de que el Tribunal de Perdones decidiera fallar contra los recursos de clemencia pedidos por los abogados del condenado.



Amnistía Internacional (AI) difundió el martes una carta en la que Davis insta a sus seguidores a continuar la batalla contra la pena de muerte.
"La lucha por la justicia no se acaba conmigo", dijo Davis en la misiva publicada en Facebook y en su sitio web. Davis asegura sentirse tranquilo.
Se le efectuó un reconocimiento médico.
 Se le ofreció su última cena -que no tomó-. Se le dio la posibilidad de tomar un calmante, que rechazó.
Pudo decir unas palabras, que no serían las últimas porque se retrasaría la ejecución. "Esta lucha es por todos los Troy Davis que vinieron antes que yo y todos los que vendrán después de mí", dijo.
"Estoy de buen ánimo y estoy orando y en paz. Pero no voy a dejar de luchar hasta haber exhalado mi último aliento".






Tras el rechazo al indulto el martes, el director del Centro de Informaciones sobre la Pena de Muerte (DPIC, siglas en inglés) de Estados Unidos estimó muy poco probable que la ejecución de Davis pudiera ser evitada, salvo algún nuevo elemento de último minuto. Parecía que lo iba a haber pero no ha sido así.



El diaro The New York Times dedicaba ayer su primer editorial al caso.
Habla la pena de muerte, no sólo la de Davis si no todas, de discriminatoria, injusta e imposible de mejorar.
"La pena de muerte debe ser abolida", concluía el diario.
 Así sea.