Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

28 feb 2011

'Cisne negro' triunfa en los premios del cine independiente

La película de Darren Aronosfsky se impone esta la ceremonia aperitivo de los Oscars .
Cisne negro, una película que cruza géneros, que tiene mucho de terror, de thriller y de melodrama, que bebe de La pianista, de Michael Haneke y de La mosca de David Cronenberg, se alzó ayer con los premios más importantes del cine independiente, los Spirit Awards.
El filme de Darren Aronofsky logró el premio a la mejor película, a la mejor actriz, a la mejor fotografía y al mejor director.




La gala de los Oscar, más cercana que nunca

Cómo domar a un cisne negro

Camino de perfección

"El lago de los cisnes' es la historia de un hombre lobo"






La gala de los Spirit, aperitivo de los Oscars, volvió a la carpa de la playa de Santa Mónica donde solía celebrarse.
 Fue una tarde heladora, con los invitados con guantes y bufandas y con claras señas de cansancio en el rostro después de una semana frenética.
El rostro casi pálido de James Franco, que obtuvo el premio al mejor actor por 127 horas (en la ceremonia también estaba el alpinista Aaron Ralston, en quien se basa la historia del filme) llamó especialmente la atención.
El actor (presentador de la gala de los Oscars) había celebrado la noche anterior en un bungalow del Chateau Marmont la fiesta de la exposición que se ha inaugurado en la galería Gagosian de Los Ángeles con dos piezas suyas inspiradas en Mi Idaho privado, de Gus Van Sant. Franco, además, está grabando con dos cámaras (una de super 8 y otra de alta definición) cada detalle de todo lo que rodea a la ceremonia de los Oscars, sus ensayos, sus descansos, los descartes.
Por si fuera poco, también esta semana, ha inaugurado un bar propio en Hollywood. La hiperactividad del actor, aplicado estudiante de literatura en Yale, parece no tener fin.



El mejor documental fue Exit through the gift shop pero Bansky no recogió ningún premio.
 Lo hizo Mr. Brainwash, personaje principal del filme sobre el artista callejero. "Bansky puede estar a tu lado. En realidad todos somos Bansky. Él es cualquiera", dijo Mr. B.



Aronosfsky, el hombre del día, recordó que la ganadora de los independientes, su Cisne negro, es un proyecto que ronda desde hace más de diez años.
Siempre, explicó, le había atraído el mundo de las bailarinas porque su hermana lo es. Aunque el filme, más que de bailarinas, habla de la compleja relación de una mujer (Nina) con su propio talento, con la perfección y con su cuerpo como vehículo y víctima de todo lo que persigue.



Al preguntarle que es hoy una película independiente, el cineasta dijo que lo único que hoy puede determinar que es o no una película independiente es el control del director sobre su obra.
 "Lo único independiente de verdad es estar fuera de las realidades financieras y eso es difícil cumplirlo.
Por eso es difícil hablar de cine verdaderamente independiente. Así que quizá sea el control o no control del director lo que nos vale como tabla de medida".

La pobreza ALMUDENA GRANDES

El hambre ni siquiera es lo peor.
La rutina de la desolación termina por anular el apetito, y las encías desdentadas, entumecidas por la falta de uso, no echan de menos el alimento.
Más duro es el frío, la sensación de intemperie, el desahucio que desemboca en un túnel en perpetua construcción, una oscuridad húmeda, polvorienta, que ha perdido la memoria de la luz.
Pero lo que más duele es la resignación, la conformidad que medra entre los cascotes para invadir el espacio de la acción, de la imaginación, de la audacia, como una planta raquítica de hojas carnívoras y tenaces, sus dientecitos grisáceos, minúsculos, devorándolo todo a su paso.
En la resignación que impone la pobreza, la ambición es una broma, la esperanza, una ingenuidad, y la voluntad, un estorbo.






Por eso, todo sucede al revés, siguiendo una lógica perversa que culmina la proeza de empeorar lo peor.
Los que no tienen nada se comportan como si no mereciera la pena cansarse para conseguir un poco.
Los que tienen ese poco, están cansados ya de defenderlo, de invertir todos sus esfuerzos en fortificar la miserable parcelita que no están dispuestos a compartir con nadie.
 La suma de muchos pequeños instintos individuales de supervivencia, destruye cualquier perspectiva de éxito colectivo antes de que llegue a formularse siquiera.
Esta actitud no solo favorece a los ricos, cada día más gordos, más orondos mientras contemplan el pequeño circo donde se despedazan entre sí los harapientos gladiadores.
También, y en la misma proporción, incrementa el desamparo, la tristeza, el frío de los pobres.



Un refrán dice que no hay mal que cien años dure, pero no se sabe nada de los que duran 80, o 90 años.
Un año de estos, ante unas elecciones municipales y autonómicas como las que se avecinan, los madrileños de izquierdas estaremos en condiciones de inventarlo.

Mas Lujo en la Alfombra Roja


Perseverancia DAVID TRUEBA

Aunque los Oscar son premios del cine mundial, reducen el universo a la cartelera norteamericana.
 Muestran que en las carreras artísticas la única receta es la perseverancia.
Si finalmente resultaron premiados Natalie Portman o Colin Firth, no lo fueron tanto por sus películas del año como por la trayectoria. De Natalie Portman se enamoró casi todo el mundo cuando sobresalió con aquella vampiresa en patines y gorro de lana en Beautiful girls.
Cisne negro es una película de sustos y sobresaltos, que escarba en la extenuante vocación del ballet con la misma hondura con la que Los bingueros reflexiona sobre la adicción al juego.






Colin Firth tuvo peor suerte.
 La aparición más relevante de sus comienzos fue en el Valmont de Milos Forman, película humana y deliciosa, que perdió la partida frente a la versión más cínica de Stephen Frears y Christopher Hampton de la novela de Choderlos de Laclos, estrenadas el mismo curso.
 Los críticos achacaron parte de la culpa del fracaso a ese protagonista soso y sin encanto que les parecía Firth.
 Pero las opiniones apresuradas son papel arrugado frente a la traviesa justicia del tiempo y tanto Anette Benning como Firth, protagonistas en plena frescura de la película de Forman, se sentaba anoche en la gala de los Oscar sobre carreras bien consolidadas.



A los americanos les encanta que las películas inglesas sean muy inglesas y las francesas muy francesas y las españolas muy españolas. Y nada hay más inglés para un americano que la familia real británica y ese acento particular de la madre patria. En cuanto un actor hace de Rey o Reina de Inglaterra corren a nominarlo.
Y más si el monarca padecía autismo, tartamudez o locura. Uff, qué gusto.
La corona trajo suerte a Charles Laughton, Nigel Hawthorne, Kenneth Branagh, Judi Dench, Cate Blanchett y Helen Mirren.
 Y para los que confían en que el cine es una fuente de riqueza nacional, basta recordar que El discurso del rey está cerca de ser la película más rentable del cine inglés. Costó 9 millones de libras y se espera que recaude 300 millones de dólares en el mundo, con su ingreso proporcional para el Consejo del Cine del Gobierno británico, que contribuyó con un millón de libras a su producción.