Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

25 ago 2010

" Tú venías "


"No me has hecho sufrir
sino esperar.
Aquellas horas
enmarañadas,
llenas
de serpientes,
cuando
se me caía el alma y me ahogaba,
tú venías andando,
tú venías desnuda y arañada,
tú llegabas hambrienta hasta mi lecho,
novia mía,
y entonces
toda la noche caminamos
durmiendo
y cuando despertamos
eras intacta y nueva,
como si el grave viento de los sueños
de nuevo hubiera dado
fuego a tu cabellera
y en trigo y plata hubiera sumergido
tu cuerpo hasta dejarlo deslumbrante.
Yo no sufrí, amor mío,
yo sólo te esperaba.

Tenías que cambiar de corazón
y de mirada
después de haber tocado la profunda
zona de mar que te entregó mi pecho.
Tenías que salir del agua
pura como una gota levantada
por una ola nocturna.

Novia mía, tuviste
que morir y nacer, yo te esperaba.
Yo no sufrí buscándote,
sabía que vendrías,
una nueva mujer con lo que adoro
de la que no adoraba,
con tus ojos, tus manos y tu boca
pero con otro corazón
que amaneció a mi lado
como si siempre hubiera estado allí
para seguir conmigo para siempre"


Pablo Neruda.

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL ARTE.




ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL ARTE.



Debemos aprender de los grandes genios, si es que somos capaces, las necesidades que tenemos de crear, que no son otras que las que la sociedad reclama, ya sea una historia cinematográfica, un libro de amor o aventuras, una pintura o una rica ensalada en la cocina.
Si nos refugiamos en la rutina y comodidad de repetir siempre lo mismo y utilizar las mismas reglas, dejamos sin cubrir la necesidad de crear evolucionando, y no somos felices. Lo mismo sucede con la tenacidad con que los grandes artistas se enfrentan a su trabajo. Avanzar y hacerlo debidamente a través del esfuerzo y la imaginación, es la consigna.

No hay grandes genios –aunque sí grandes creadores- que despunten en el panorama actual o me son ajenos. Su presencia hoy nos falta, nos deja huérfanos de reflejos. Carecemos de la humildad para saber que tenemos que aprender a pensar, a querer, a ver, a elaborar y valorar desde el esfuerzo. La genialidad, además de instinto innato, es fruto del aprendizaje.
Pero en este arduo camino por recorrer esa senda que a ella nos conduzca o nos acerque un poco, no todo vale –camuflado desde una aparente libertad creadora- como parecen decirnos algunos o hacernos creer…

Tanto del arte como de la literatura, estamos haciendo -o están haciendo- una especie de gran espectáculo masificado, una diversión que crea cola de espectadores debidamente reclamados, un circo aparente de grandes proporciones y colores donde todo cabe y se va moviendo dinero.
En muchos museos o salas de arte ves cuadros que parece haber garabateado un niño –ojala hubiera sido así, tendríamos la frescura de lo innato y espontáneo- o alguien que jamás supo manejar un pincel con sensibilidad ni hacer crecer un buen dibujo; hay autores con talento para la comunicación, que sólo son una marca comercial; los medios de información dan un prestigio poco juzgado pero eficaz, valorando y a veces sobrevalorando, a personas de una vulgaridad terrible.
En cuanto a la literatura estamos observando qué tipo de libros se venden bajo ese calificativo -que simplemente deberían llevar el de best sellers- y cómo la buena obra –o sea, la literatura- tiene serias dificultades para lograr un hueco en las librerías. Debemos cuidar la inteligencia de las relaciones, saber a quién damos prestigio, qué señalamos como modelo y si realmente lo es. Ahora decimos: “Todos somos igual de prosaicos o talentosos, yo no admiro a nadie”. Esta carencia de admiración nos lleva a una incorrección extrema. Si la inteligencia social se degrada mucho, pueden aparecer movimientos zafios e impulsivos, ya lo decía Umberto Eco en algún ensayo. Me da pavor pensar en cómo todos podemos habituarnos a cualquier horror que nos vendan.
Ante esto debemos mantener una actitud crítica, hemos de estar siempre alerta, ya que el arte hoy en día con frecuencia hace apología de la fealdad –muchas voces se oyen en este sentido, no soy el único que recoge esta afirmación-. Esta inversión de los valores estéticos trae gran confusión y descoloca al espectador: “Lo que es feo es bello, lo que es bello es feo”, decían las brujas de Macbeth.
Como principio no está mal y abre vías a la creación. Pero lo que vemos con frecuencia en enfáticos museos de arte moderno, en galerías supuestamente especializadas, es una huida radical de la noción de belleza clásica que teníamos y tenemos –que afortunadamente aún nos queda como referente casi único y a la que se vuelve sin cesar: armonía, simetría, dibujo, perspectiva, etc.,- algo que es cuestionable siempre y es relativo, pero que las vanguardias intentan denostar hasta intentar cambiar la fisonomía de su rostro.
En este sentido, la idea de la belleza está ausente o confusa en la producción reciente. El panorama es de solador, repetitivo, cuando no sin sentido y abiertamente vulgar, aunque a veces aparecen, por fortuna, obras de gran inteligencia emocional creadora.

A la hora de la verdad, ¿qué queda, qué guardan las retinas del espectador de unas u otras tendencias? Belleza, obras de gran belleza formativa que nos impresionaron.
La apología de Lo horrendo, lo feo y deforme, las rarezas, la mayoría de todas esas obras insulsas e incomprensibles supuestamente cargadas de mensajes cifrados -afortunadamente también encontramos verdaderos valores- llamadas transgresoras, revolucionarias o audaces que intentan pasar por originales y con mil pies, quedan en el olvido con rapidez, ya que sus caminos han sido trillados una y otra vez con la machaconería de lo novedoso, quedando solamente humo, polvo en los pasillos de las exposiciones, partículas dispersas por una atmósfera asfixiante, que nadie con sentido abierto de lo estético, recoge ya.



Teo Revilla Bravo.

24 ago 2010

AmiGOS


Me gustaría...
nutrir de voluntades el mar de la amistad,
ser un rumor de viento entre las hojas,
el habitante de un paisaje de sentimientos,
alimentarme del sabor de la tierra mojada,
buscar las certezas que otros han enterrado...

Me emociona...
Que la luna guíe mis pasos hasta encontrarme,
asombrarme cada día con la plenitud de la vida,
caminar descalzo por la arena del amanecer,
buscar más allá del límite de un sentimiento,
encontrar respuestas a las preguntas eternas...

Me conmueve...
Dejar estelas de recuerdos en los que me quieren,
la dulzura de unos ojos cuando miran enamorados,
sucumbir a la belleza sin igual de un paisaje,
adornar mi cuerpo con la pasión de una mujer,
vivir bajo el azul de la isla que me acuna...

Y quisiera...
Ser consecuente con los rasgos que me definan,
y que no dejes de acompañarme nunca
en estas cuatro esquinas de mi espacio vital.

Conocerás al hombre de tus sueños - "Los actores españoles son de los mejores del mundo"


Woody Allen, un tipo muy bien educado
El director neoyorquino promociona en Oviedo su nueva película, Conocerás al hombre de tus sueños - "Los actores españoles son de los mejores del mundo"

Woody Allen es el invitado perfecto. Agradecido, bien educado, con palabras amables para todos. ¿Qué le preguntan por Asturias? "Gran tierra" ¿Qué si vuelve a rodar a España? "No sé dónde haré la próxima. Rodaré donde lo pida la historia, y aún no me he puesto a ello. Nueva York o Europa pueden ser. Madrid, San Sebastián, Pamplona, Santander [se detiene unos segundos] son muy pintorescas". ¿Qué tal los actores españoles, ahora que suma a Antonio Banderas en Conocerás al hombre de tus sueños, a la pareja Penélope Cruz y Javier Bardem en Vicky Cristina Barcelona? "Los actores españoles son muy buenos y han ganado popularidad en los últimos años, son de los mejores del mundo.
Hubo un momento en que los intérpretes internacionales eran italianos (Sofia Loren, Marcelo Mastroianni), luego franceses y suecos y ahora son españoles. Tengo suerte de haber trabajado con los mejores. Nuestra colaboración ha sido muy fácil y una gran experiencia.
Si la historia lo pide, sería un gran placer repetir con ellos". ¿Y su colaboración con el Centro Niemeyer, responsable de su visita a Asturias, y del que es asesor? "Mi única conexión actual con ellos es hablar con otros directores americanos para que participen en los programas de filmes.
Haré y ayudaré en todo lo que me pidan. Pero mi participación es pequeña, no tengo nada ver con otros programas culturales como el de ópera, teatro. Mis filmes están disponibles para lo que el Niemeyer quiera".

¡Acción!, rueda Woody Allen, actúa Carla Bruni
Woody Allen, de París a Avilés




En fin, que en la rueda de prensa tuvo comentarios positivos para todo el mundo... a excepción del único momento en que se le vio nervioso. Justo cuando se anunciaba la última pregunta, Allen respondió al móvil.
Era la una de la tarde y Soon Yi Previn, su mujer, quería saber dónde estaba: la rueda de prensa había empezado tarde por culpa de una de las actrices que le acompañaban, Lucy Punch, y a esa hora debería de haber terminado. Por megafonía se oía gritar a Soon Yi inquiriendo sobre el paradero de su esposo, mientras este, a duras penas, era capaz de decirle: "Ahora te llamo, ahora te llamo".

Del resto quedó una imagen del Allen más amable. Enjuto, sordo, pero incluso divertido. Para el neoyorquino, ya con 74 años, le resulta fácil seguir con el ritmo de un rodaje por verano.
Porque este fin de semana estrena en España Conocerás al hombre de tus sueños, pero el sábado acabó el rodaje en la capital francesa de Midnight in Paris. "No es duro rodar un filme al año.
El problema es el dinero, y yo tengo suerte. Si tienes el dinero para hacer la película no es un gran esfuerzo: preproduces, ruedas y montas. Bergman y Buñuel llegaron a rodar más de una por año. La mayor parte del tiempo se desperdicia buscando el dinero".

Sólo tuvo dos momentos de mayor seriedad, cuando habló del actual cine estadounidense y de la posibilidad de pinceladas autobiográficas en sus películas. Ante lo primero, dijo: "El cine estadounidense actual solo piensa en hacer dinero, no en la originalidad.
Lo contrario a las películas europeas. Aunque es verdad que a mi país solo llega un puñado de filmes europeos, supongo que las que nos llegan serán las mejores. Desde luego hoy es una cultura más creativa. En Estados Unidos ya nadie piensa en la originalidad".
El otro momento para la reflexión lo encaró así: "Hay muy poco autobiográfico en la mayor parte de mis películas. Incluso la gente dice que algunos de mis trabajos eran autobiográficos cuando estaban escritos por guionistas con los que yo colaboraba en ese momento. Son fabulaciones.
Lo de la autobiografía es un bulo". Y a comer, que Soon Yi no esperaba más. Esta noche, estreno en Avilés, a dormir de vuelta a Oviedo, y mañana regreso a Nueva York, que hace ya mucho que Allen no pasea por su Manhattan.