Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

26 jun 2010

DIANA NAVARRO-MARE MIA-SEVILLA.wmv

Mar Azulado




Después de escucharte,

día tras día,
día tras noche,
como tropiezas con la arena,
como atacas a las rocas,
como no te paras de agitar,
voy a dialogar contigo,
gigante amigo,
coloso enemigo del fuego,
y del arenal.

Mar azulado,
cuando despiertas,
oscureciendo tus colores,
entre grietas que unos llaman olas,
pero yo llamo, estructuras liquidas.

Eres un gran nido,
que engendras en tu vientre,
más vidas de las que conocemos.

Eres un gran barco,
que llenas por dentro,
más barcos, cruceros, barcas y piraguas.

Eres el amante de las gaviotas,
un caprichoso movimiento,
que creas lagos,
y albergas islas.

Eres las tres cuartas partes
de la tierra,
pero aun así, dejas nacer desiertos,
pero aun así no te dejas beber,
pero aun así aun te haces difícil navegar,
como un potro salvaje,
tu eliges el momento, hora y lugar.

Tus extensiones tocan todos los continentes,
tus movimientos mecen las ciudades,
porque creces entre tus tempestades.

Autor: Fco. Peiró
© todos los derechos reservados

A JOSE DE SARAMAGO,ESCRITOR DE FECUNDA PLUMA, ESPIRITU GENEROSO, CARACTER AFABLE, PORTUGUES DE FADO, Y DE VIDA ISLEÑA.


A JOSE DE SARAMAGO,ESCRITOR DE FECUNDA PLUMA, ESPIRITU GENEROSO, CARACTER AFABLE, PORTUGUES DE FADO, Y DE VIDA ISLEÑA.

Yo de personal manera, a SARAMAGO, no he tenido el placer de estrechar amistades con el escritor, que se nos ido al mundo donde los genios, se reunen en el PARNASO, EL PARTENON, y que miran al mundo atraves de un monoculo, que por pequeño, se ven las miserias y los afanes de las gentes, tratando como pequeños seres animados, de un movimiento continuo y permanente, alrededor de unas metas, que son quizas las que menos interes tienen, para lograr estabilidad, y equilibrio, en un vivir desaforado y desinquieto, como animalitos, que tratan de morder su cola, dando vueltas sobre si mismo.

todo ello este escritor ilustre e ilustrado, lo reflejó de algún modo, en sus obras, entrando en la profundidad de los misterios, que rodea al ser humano...

y sus contradiciones.

aqui en esta tierra, hay una planta de humilde apariencia, que le llamamos JARAMAGO, es la misma, que cuando la lluvia generosa, es abundante, crece en las orillas de los cercados, y como SARAMAGO, esta esperando ese momento para salir a la luz de la tierra que la alberga, y dar de si mismo, los mejor que tiene, sus hojas verdes, asi el escritor con su caracter paciente, saca igualmente a la luz las hojas, agrupandolas en pilas de libros, que dá alimento al alma receptiva, que se nutre de una cultura que ha crecido al amparo de una lluvia de imaginación que ha sido fertil, con el abono que le ha prestado el entorno donde se ha recogido y aprovecha el SOL, que le dá vida de las ISLAS, y es en LANZAROTE, donde se habia integrado en un pueblo que sellama TIAS.

por ello y a pesar de ello, dedico estas letras al amigo que pudo haber sido SARAMAGO,y que considero comocercano a mis intereses, salvando las distancias, que como el me dedico a abonar lasletras... que dejo que crezcan, bajo el SOL benefico de las ISLAS CANARIAS, donde el vivia, y donde yo vivo, con el mar que nos rodea y nos baña...

EL SONORO ATLANTICO.

EN EL VERANO DEL 2010.

al amigo saramago.

La Rebelión de las Mariposas




De las enredaderas de mis sueños

brotó para enfrentarse a lo sombrío

un edecán de mariposas muertas.



Me sorprendió que aquellos lepidópteros

tan adictos al polen y tan frágiles

hubieran decidido organizarse

para salir al mundo sin las alas.



Lo de volar estando ya difuntas

no me causó extrañezas excesivas

pues recordaba ojos sepultados

posándose en los cables y tendidos

eléctricos que tiene el horizonte.



Lo raro y fascinante era el carácter

belicoso y cordial de aquellos cuerpos

que habían vuelto a la vida destinados

a una batalla de final dudoso.



El edecán llevaba atada al pecho

una enorme pancarta que rezaba:

dispuestos a luchar por lo que importa.



Los números impares de la noche

se tumbaron desnudos y espartanos

en las trincheras de las hojas rotas.



El cazador, desconcertado, atónito,

guardó su arma de caza entre las nubes

cuando un tropel de antenas encendidas

iluminó su desafecto cuerpo.


Jose Miguel Junco Ezquerra