26 jun 2010
La Rebelión de las Mariposas
De las enredaderas de mis sueños
brotó para enfrentarse a lo sombrío
un edecán de mariposas muertas.
Me sorprendió que aquellos lepidópteros
tan adictos al polen y tan frágiles
hubieran decidido organizarse
para salir al mundo sin las alas.
Lo de volar estando ya difuntas
no me causó extrañezas excesivas
pues recordaba ojos sepultados
posándose en los cables y tendidos
eléctricos que tiene el horizonte.
Lo raro y fascinante era el carácter
belicoso y cordial de aquellos cuerpos
que habían vuelto a la vida destinados
a una batalla de final dudoso.
El edecán llevaba atada al pecho
una enorme pancarta que rezaba:
dispuestos a luchar por lo que importa.
Los números impares de la noche
se tumbaron desnudos y espartanos
en las trincheras de las hojas rotas.
El cazador, desconcertado, atónito,
guardó su arma de caza entre las nubes
cuando un tropel de antenas encendidas
iluminó su desafecto cuerpo.
Jose Miguel Junco Ezquerra
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