Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

30 dic 2009

JOAQUIN SABINA - PERO QUE HERMOSAS ERAN...

Lucho Gatica Besame Mucho

Por la aridez de las arenas y la retama,


Por la aridez de las arenas y la retama,

discurría ayer y ahora tu camino

hacia el milagro transparente del agua.

¿No es acaso ella misma, el agua,

la que riega la tierra endurecida

y late en el aliento mudo de la savia?

¿No restaña la aridez infinita del desierto

con oasis de palmeras frondosos?

Agua pides, agua, extenuada y sedienta.

Agua que no apague tu pasión.

No la del inabarcable océano,

ni la del anchuroso río grande,

siquiera la del susurrante arroyo,

o la remansada de las fuentes;

más profundo aún:

pides agua elemental y sencilla,

resumida en cristal, agua mínima y breve,

agua que, gota a gota, te refresque.

Agua que te sepa a escarcha de amaneceres,

a alborozo de pinares en claridad de atardeceres,

agua que te sepa a labios, agua profunda de quereres.

(Jose 15/08/04)

19 dic 2009

a Las 5 de la Tarde

A las cinco de la tarde. LA COGIDA Y LA MUERTE: F. García Lorca
mikel.orrantia 26-08-2008 GTM 1 @ 20:18
A las cinco de la tarde. LA COGIDA Y LA MUERTE. Federico García Lorca

COLABORACIONES

Salud.
Termina el día, me tomo un respiro, veo una película - documental 'a las cinco de la tarde', sobre Afganistán, que me impresiona por lo que enseña y, sobre todo, por lo que deja entrever de su realidad terrorífica... Y, han finalizado las fiestas de Bilbao, y los toros... De la peli me quedo finalmente con el impresionante poema de García Lorca que relaciona ambas situaciones y la España gris y roja, de sangre, que quizá pervive malgrée nous, a nuestro pesar... Y te le envío para que disfrutes de un rato de ocio cultural y de reflexión. Con tu permiso y mis respetos...
Un abrazo. Agur.
Mikel Orrantia

Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Federico García Lorca.

LA COGIDA Y LA MUERTE

Federico García Lorca, 1934

A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.

El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones de bordón
a las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.
¡Y el toro solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde
cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,
la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco en Punto de la tarde.

Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,
y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay, qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!

cita del LIBRO: Incluido en Romancero Gitano - Poeta en Nueva York - Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Prólogo de Núria Espert. Ilustraciones de Federico García Lorca. 5ª Edición abril de 1998 - EDITORIAL ÓPTIMA. - Barcelona (España)
http://www.poesia-inter.net/index228.htm