Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

17 nov 2009

'Partir', un amor contra todas las convenciones

'Partir', un amor contra todas las convenciones
Kristin Scott Thomas y Sergi López interpretan una relación salvaje


Suzanne (Kristin Scott Thomas), una mujer acomodada de unos 40 años que vive con su marido y sus hijos, se enamora de Iván (Sergi López), un obrero que ha pasado por la cárcel. Ambos se embarcan en un amour fou que pone patas arriba todas las convenciones sociales y que origina una espiral de dolor en Partir, escrita y dirigida por la francesa Catherine Corsini, que se estrena hoy en las salas españolas.

La burguesa y el proletario

"La película es casi clásica en el sentido de que es una historia de amor imposible y de que todo el mundo impide que esa relación se haga realidad. Para que Partir fuera original me pregunté qué hace hoy que una historia de amor sea imposible. Me di cuenta de que son los problemas económicos los que impiden que una persona se vaya de casa para vivir una historia de amor", explica Corsini, cuyo filme participa en la sección oficial de Sevilla Festival de Cine Europeo.

Los dos personajes se aferran al amor como a un tren que sólo se detiene una vez en una estación perdida. "Suzanne dice que si deja pasar esa oportunidad, no le volverá a ocurrir algo parecido en la vida. Con el paso del tiempo y con la edad, es difícil conocer a alguien con el que puedas vivir una pasión así. Iván irá hasta el fondo de su pasión sabiendo que será un fracaso. La acompaña hasta el final, pero en su interior sabe que salir de su clase social para ascender va a resultar un fracaso", comenta Corsini, entre cuyas películas figuran Les ambitieux (2006) y La répétition (2001).

El argumento y la música del filme evocan el universo de François Truffaut, un clásico de las historias de amor. "Cuando vi las películas de Truffaut, me dieron ganas de hacer cine", concluye la realizadora.

El Sáhara bien vale un 'cantecito'

El Sáhara bien vale un 'cantecito'
Unas 2.000 personas asisten a un concierto benéfico que une a actores y músicos
LINO PORTELA - Madrid - 17/11/2009

No hay mejor canción con la que empezar un concierto. Sea benéfico o no. Escoltado por el actor Santi Millán, el dúo Estopa salió como una bala anoche al centro del escenario del Circo Price de Madrid para cantar una electrizante versión de Pacto entre caballeros, de Joaquín Sabina. "Santi quería que cantásemos una en inglés", recordaba David Muñoz, de Estopa. "Le hicimos recapacitar que nuestro inglés es regular tirando a bajo".

Canciones por el Sáhara

"Los jóvenes están tomando conciencia del problema", afirmó un asistente
Aunque ayer las cualidades vocales no eran lo más importante, sino el Sáhara y las más de 20 camellas que actores y músicos se proponen comprar para ayudar a los campamentos de refugiados saharauis. El concierto de anoche, X1Fin, juntos por el Sáhara, fue un primer paso. El segundo se dará hoy con el disco que sale a la venta, en el que el cine y la música unen sus voces para recaudar fondos.

Estopa y Santi Millán fueron los primeros en subir al escenario de un auditorio lleno -casi 2.000 personas-. También los primeros de los muchos en pasearse delante de la prensa. Desde grupos noveles como los jienenses Supersubmarina, hasta consagrados como Manuel Carrasco, Pastora, El Canto del Loco o Bebe, que se puso la bandera del Sáhara en su vientre. La cantante, en su quinto mes de embarazo, anunciaba que posiblemente el de ayer sería su último concierto "antes de dar a luz".

Los actores y músicos paseaban por la entrada del Circo Price con cierto nerviosismo. No era su territorio natural. "Cantar es más complicado que actuar", decía la actriz Silvia Abascal, que defendió sola y con bastante solvencia Lo eres todo, de Luz Casal. Mientras tanto Enrique y Antonia, dos jubilados de 76 y 73 años, "y del Partido Comunista", se acomodaban en las primeras filas. "Lo del Sáhara sigue siendo una herencia de Franco, que nadie se atreve a arreglar", decía Enrique. "Pero se nota que estos chicos jóvenes toman conciencia del problema". En cuanto a lo musical Enrique y Antonia querían ver a Estopa. "Y al niño de El Bola , que dicen que toca muy bien la guitarra". No le faltaba razón a Antonia. Juan José Ballesta, ya con 22 años, apareció con unas extensiones de pelo largo (por su nuevo rodaje) y tocó junto a Poncho K una excitante, pero ensombrecida por problemas de sonido, Leyenda del tiempo, de Camarón.

Santi Millán, que presentó la gala con un más que solvente showman Jon Sistiaga, conectaba también con los camerinos. Entre canción y canción, se proyectó un vídeo del viaje de Sistiaga y Millán al Sáhara, y que será emitido el 27 de noviembre en Cuatro junto al concierto de ayer. "Todo lo que ves", le decía Sistiaga a un saharaui, "será algún día vuestro". Santi le ponía el punto de humor: "Una parcelita ya me dejaréis, ¿no?".

A LA UE YA NO LE BASTA CON ESQUILMAR CALADEROS SOMALIES, AHORA TAMBIEN PAGA POR ESQUILMAR LOS CALADEROS SAHARAUIS...

17 Nov 2009
A LA UNION EUROPA YA NO LE BASTA CON ESQUILMAR CALADEROS SOMALIES, AHORA TAMBIEN PAGA POR ESQUILMAR LOS CALADEROS SAHARAUIS...


La UE paga a Marruecos para poder pescar en el Sahara Occidental ocupado. Muestra tu desacuerdo firmando esta petición.
La UE está pagando a Marruecos para pescar en el Sahara Occidental ocupado. El Acuerdo Pesquera UE-Marruecos es políticamente controvertido y viola la ley internacional. La campaña internacional Fish Elsewhere! (“Pescad en otro lado”) exige a la UE cancelar sus operaciones de pesca tan sumamente poco éticas e ir a pescar en otra parte. La no pesca en el Sahara Occidental debería ser respetada hasta que se resuelve el conflicto.
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17 Nov 2009
A LA UNION EUROPA YA NO LE BASTA CON ESQUILMAR CALADEROS SOMALIES, AHORA TAMBIEN PAGA POR ESQUILMAR LOS CALADEROS SAHARAUIS...
Escrito por: Maria Jesús el 17 Nov 2009 - URL Permanente

La UE paga a Marruecos para poder pescar en el Sahara Occidental ocupado. Muestra tu desacuerdo firmando esta petición.
La UE está pagando a Marruecos para pescar en el Sahara Occidental ocupado. El Acuerdo Pesquera UE-Marruecos es políticamente controvertido y viola la ley internacional. La campaña internacional Fish Elsewhere! (“Pescad en otro lado”) exige a la UE cancelar sus operaciones de pesca tan sumamente poco éticas e ir a pescar en otra parte. La no pesca en el Sahara Occidental debería ser respetada hasta que se resuelve el conflicto.
Publicado: 06.11 - 2009 15:42Version de la impresora

¡Firma la carta de protesta contra la pesca de la UE en el Sahara!
http://www.fishelsewhere.eu/index.php?parse_news=single&cat=196&art=1015
Western Sahara Resource Watch (17-11-2009)


Al Comisario de Pesca de la Unión Europea
Ningún estado en el mundo ha reconocido la anexión del Sahara Occidental por parte de Marruecos. Aun así, la UE entrega a Marruecos cada año millones de Euros para que los barcos de la UE puedan pescar en aguas saharauis. Las actividades de la UE en el Sahara Occidental deben cesar inmediatamente.
Marruecos sigue negándose a cooperar en el proceso de descolonización del Sahara Occidental, desafiando más de 100 resoluciones de la ONU que reafirman el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. Al mismo tiempo, las autoridades marroquíes cometen serias violaciones de los derechos humanos de aquellos saharauis que alzan su voz para manifestarse. Ni la ONU ni ningún estado de la UE reconocen la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental.
En este contexto, cualquier cooperación con Marruecos en la explotación de los recursos naturales del Sahara Occidental es extremadamente inmoral y pone claramente en peligro los esfuerzos de la ONU por encontrar una solución pacífica del conflicto.
.De acuerdo a la ONU, los recursos naturales del Sahara Occidental no pueden ser explotados sin tener en cuenta los deseos e intereses de los saharauis. Sin embargo, la UE está entregando el dinero de los contribuyentes al gobierno de Marruecos a cambio del acceso a las aguas del Sahara Occidental, sin siquiera consultar al pueblo saharaui.
La UE tiene la obligación legal y moral de no alterar el proceso de paz del Sahara Occidental iniciado por la ONU, respetando el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui sobre su tierra y sobre sus recursos.
Instamos a la Comisión Europea a que cese de inmediato la concesión de licencias a barcos de la UE que pescan en aguas del Sahara Occidental, y pedimos que no se produzcan más actividades pesqueras de la UE en el Sahara Occidental hasta que se haya encontrado una solución pacífica al conflicto.
Sinceramente,
¡Firma la carta de protesta!

http://www.fishelsewhere.eu/index.php?parse_news=single&cat=196&art=1015


Western Sahara Resource Watch (17-11-2009)


Aminatu Haidar pide la suspensión del acuerdo de pesca UE-Marruecos




A LA UE, YA NO LE BASTA CON ESQUILMAR LOS CALADEROS SOMALIES, AHORA TAMBIEN PAGA A MARRUECOS POR ESQUILMAR LOS CALADEROS SAHARAUIS, AL TIEMPO QUE PERPETUA LA OCUPACION MARROQUI EN EL SAHARA OCCIDENTAL Y LA VIOLACION DE DDHH HUMANOS... A LA UE LE PIERDE LA AMBICION HASTA EL PUNTO DE VIOLAR LA LEY INTERNACIONAL SOBRE PESCA. ¡LUEGO CUANDO LOS SAHARAUIS DEFIENDAN LO SUYO LES ACUSARAN DE PIRATAS Y DE DELINCUENTES COMO A LOS SOMALIES...!, ¡HAY QUE JODERSE CON LA HIPOCRESIA Y EL CINISMO DE ESTOS CAPITALISTAS NEOLIBERALES, ENTRE LOS QUE SE ENCUENTRA EL GOBIERNO ESPAÑOL...!.


LUEGO CUANDO LOS SOMALIES, SAHARAUIS, MAURITANOS,...E INMIGRANTES EN GENERAL VIENEN A ESPAÑA, LOS HAY QUE DICEN: "¡ MALDITOS INMIGRANTES, VIENEN A ROBARNOS EL TRABAJO, ...QUE SE VAYAN A SUS PAISES!" PERO NO PIENSAN QUE ANTES LOS ESPAÑOLES Y LOS EUROPEOS EN GENERAL LES HAN ROBADO SUS RECURSOS A ESOS CIUDADANOS INMIGRANTES, Y LES HAN CONTAMINADO SUS CALADEROS CON VERTIDOS NUCLEARES Y HAN CONTRIBUIDO A VULNERAR SUS DDHH COMO ES EL CASO DE LOS SAHARAUIS Y LOS PALESTINOS EN SITUACIONES MUY SIMILARES...¡BASTA YA DE HIPOCRESIA, CINISMO, MENTIRAS, ...!

16 nov 2009

Los niños de casterlsardo

Los niños de casterlsardo


ARTURO PÉREZ-REVERTE | XLSemanal | 15 de Noviembre de 2009



Amarro en Castelsardo, en el norte de Cerdeña, y bajo a tierra a estirar las piernas, relamiéndome de antemano por los espaguetis con bogavante y la botella de tinto local que voy a calzarme en cuanto me siente en la terraza del restaurante Fofó. Me gusta mucho este pueblecito costero por varias razones. Una es que al amanecer impresiona verlo desde el mar, en la distancia, encaramado en su montaña fortificada que hasta hace sólo un par de siglos lo mantenía a salvo de los piratas. La otra es que el recuerdo de la antigua monarquía aragonesa –Cerdeña fue española en otro tiempo, como gracias a los sucesivos ministros de Educación saben perfectamente todos ustedes– sigue presente en sus viejas piedras, en las costumbres y en el habla de sus habitantes, y todo aquí tiene un aire familiar.

Hay una tercera razón, que convierte Castelsardo en uno de mis favoritos de esta parte de la isla: no está saturado de visitantes como Alghero, o Cagliari; y la Costa Esmeralda, con Porto Cervo y los megapijopuertos caros de diseño frecuentados por Flavio Briatore y esas pavas que lo acompañan por amor, Alejandro Agag, Fefé, los honrados Albertos y compañía, queda lejos, más allá de las bocas de Bonifacio. Esta otra parte de Cerdeña es más de andar por casa: señoras mayores sentadas cosiendo o charlando con las vecinas, pescadores con pinta de rufianes que todavía miran las piernas a las turistas que pasan por delante, tiendas modestas, bares humildes y cosas así.
La vieja Cerdeña sigue presente aquí, dejándose reconocer –aunque no sé por cuánto tiempo– sin demasiado esfuerzo. Con Castelsardo me pasa lo que con Porto Torres, otro lugar más feo y cutre que está cerca, unas millas a poniente, junto al golfo de Asinara. Bajas a tierra, allí como aquí, y parece que estés, para lo bueno y lo malo, en la España mediterránea de los años sesenta, antes de que el ladrillo y la poca vergüenza lo destrozaran todo. Sólo falta, para creerte en la costa de Murcia o Almería, una pareja de la Guardia Civil, de esas que iban por la costa con el máuser al hombro y la cogotera verde en el tricornio.

También la gente parece más decente. Y no me refiero a honradez y cosas así, porque la condición humana en todas partes cuece las mismas habas. Hablo del modo en que se relacionan y se comportan. Los sardos, quizá por su condición de isleños, son serios de talante, respetuosos consigo mismos y con los demás; y esa manera de comportarse enlaza con muchos de mis recuerdos.
Una escena a la que asisto en una de las empinadas calles del pueblo me lleva de modo asombroso al pasado: en una acera, una señora de edad amonesta a dos niños que iban en bicicleta y estuvieron a punto de atropellar a otro niño que jugaba. La señora los reprende con gravedad; y los niños, apoyados en el manillar de sus bicis, la miran muy serios, sin abrir la boca, hasta que al fin asienten respetuosamente y siguen su camino con más atención. La escena me impresiona, pues yo fui, en otro tiempo, uno de esos niños. Recuerdo perfectamente el respeto, temor incluso, con el que los pequeños aceptábamos la autoridad de cualquier persona mayor. Hasta un cachete o palo en el culo, aplicados con oportunidad, moderación y justicia por alguien que no era familiar tuyo, resultaban inobjetables. Era normal que, a menudo, vistas las circunstancias, tus padres diesen la razón a la persona mayor que te reconvenía del modo adecuado. En otros tiempos, a un niño no lo educaban sólo sus padres o maestros. Lo hacían entre todos. Y no era extraño que gente humilde, de modesta condición, tuviera hijos mejor formados en dignidad y maneras que los de clases más acomodadas. En otro tiempo, la urbanidad no era un lujo esnob, sino una forma de relacionarse con respeto. De vivir.

Sigo camino en busca de mis espaguetis con bogavante mientras veo a la señora caminar delante de mí –bata de botones estampada de toda la vida, bastón con el que se ayuda a subir la empinada cuesta–, e imagino cómo se habría desarrollado esa escena en otros lugares de Italia y, por supuesto, en nuestra España cañí. Es como si lo viera. «Hay que portarse bien, criaturas, y no atropellar a la gente», diría la señora.
Por ejemplo. Y los niños, dos enanos cabrones de diez u once años, rebotándose con el descaro hoy habitual en la pequeña chusma: «Vete a mamarla a Parla, vieja pelleja.
Anda y que te folle un pato loco». Quedando ahí la cosa, claro, mientras el padre o la madre de las tiernas criaturas no anduviesen cerca para amenizar el episodio. «A ver quién te manda echarle broncas a los niños, tía.
Con qué autoridad te atreves. Métete en tus asuntos, tontalculo, porque a mis hijos no les riñe ni Dios. Que yo por ellos mato, cacho guarra.» Eso, en el mejor de los casos. Cabe, también, la posibilidad de que a la señora la inflaran a hostias entre toda la familia. No sería la primera vez. Ni la última.