El cantante, guitarrista y líder del grupo Jarabe de Palo era una de las voces más reconocibles del país.
Pau
Donés, en Madrid en octubre de 2018. En vídeo, repaso a la trayectoria
del músico y al impacto en su carrera de su enfermedad. SAMUEL SANCHEZ | VÍDEO: EPV
El músico Pau Donés, cantante, guitarrista y líder del grupo Jarabe de Palo, ha fallecido este martes a los 53 años en su casa en el Valle de Arán (Lleida).
Con él desaparece una de las voces más reconocibles del país,
así como con una forma de hacer canciones de una amable simplicidad,
anclada en frases cortas con aires de eslogan que revelaron su
experiencia en el mundo de la publicidad.
Y siempre al servicio de una
mirada sin recovecos ni segundas lecturas que tradicionalmente, y en
especial desde que le fue diagnosticado un cáncer en 2015, celebran la
alegría de vivir, la empatía y el agradecimiento.
Con Pau Donés también
desaparece un modelo de artista no muy habitual, aquel que llega tarde
al éxito, superada la primera juventud
. A Donés le fue esquiva la
popularidad en sus primeros años, cuando la intentó alcanzar con
proyectos como J & Co Band o Dentaduras Postizas.
Mientras la música
no pasaba de un pasatiempo, Donés trabajó
en el mundo de la publicidad, que fue finalmente quien le puso en
órbita cuando en una campaña de una marca de tabaco que quería resaltar
los valores latinos se coló como tema central La flaca, una
canción escrita a vuelapluma en un viaje a Cuba bajo el impacto de una
belleza local.
Esa canción era la que se escuchó en todos los
chiringuitos de verano a partir del año 1997.
Donés, nacido en Montanuy,
Huesca, contaba con 31 años y Jarabe de Palo funcionaba desde 1995.
La canción se hizo celebérrima, y en algún sentido le acercó a la órbita
sonora de Radio Futura, cuya elaborada latinidad era revisitada en
clave más ingenua y despreocupada con este tema.
De hecho, en algunos
conciertos le pidieron a Santiago Auserón que la cantase, al serle
atribuida por algún aficionado despistado.
Y si tras un éxito tan
fulgurante se podía pensar que la carrera de Donés ya solo podía ir
hacia abajo, su tesón y el gancho de su forma de componer le mantuvieron
en lo alto de los favores populares con discos como Depende (1998), De vuelta y vuelta (2001) o Bonito
(2003), con otro estribillo genuinamente basado en la cantidad de cosas
que en el mundo pueden ser bonitas.
Esa mirada franca y optimista se
acentuó aún más tras serle diagnosticada su enfermedad, momento en el
que encontró aún más sentido a una de las frases que le repetía su madre
y que solía recordar en sus conciertos “ella me decía que hay que vivir
rabiosamente, en presente, que la muerte ya vendrá”.
Esa sensación de
vivir con pasión lo que de vida le restase impregnó sus últimos
trabajos, iniciados con el disco y la gira de 50 palos en 2017.
Es también el caso de su más reciente álbum, Traga o escupe, editado a finales de mayo
después de ser compuesto en Estados Unidos.
Según personas cercanas a
su equipo, Donés, que funcionaba por impulsos e intuiciones, decidió
publicarlo antes de lo previsto, el mes de septiembre, e ilustrar su
primer sencillo, Eso que tú me das, con un emotivo videoclip de
aire festivo grabado en la terraza de una vivienda y con la aparición
de su hija Sara, con la que Donés no pudo bailar por falta de fuerzas.
Antes, durante el confinamiento, había grabado en el balcón de su casa
una toma a guitarra de Vuelvo, un tema en el que cantaba “vuelvo a hacer lo que siempre he querido hacer”, no otra cosa que componer canciones y cantarlas.
Tras
la edición del disco, que coincidió con un empeoramiento de su estado,
no estaba prevista la gira que había anunciado con antelación en las
redes sociales, de cuya celebración solo dependía entonces la superación
de la pandemia.
A todo esto, su vinculación con los sanitarios se
reforzó durante su largo tratamiento, de suerte que en Traga o escupe les rinde homenaje en Los ángeles visten de blanco,
cuya letra recitó en primicia en una de sus últimas apariciones en
directo, a finales de 2019 en la sala Luz de Gas de Barcelona en un
concierto para recoger fondos para el Instituto de Oncología del Vall
d’Hebrón.
De igual manera, durante la pandemia regaló 2.500 mascarillas a
otro hospital público, el Moises Broggi.
Pau ya no es un paciente, pero
sus canciones seguirán siendo lenitivas.