Puede que a sus casi 80 años sea un artista en la cumbre, pero es un hombre en Marte.
Una mañana de hace 25 años fui a entrevistar a un caballero a un
señorial piso madrileño. El entrevistado, un señor principalísimo y
casadísimo, ya difunto, me abrió con un batín de seda sin nada debajo,
me dio la mano blanda sosteniendo la mía mucho más de la cuenta y me
llevó a un salón con los cortinones echados y un aria sonando de fondo. Así, a la luz de un aplique, me ofreció una butaca, se repantigó en un
diván enfrente y se puso a perorar de sus problemas genitales como para
romper el hielo. De tanto en tanto cruzaba las piernas y alababa mis
atributos. No le increpé, no salí corriendo, no le puse en su sitio. Hice la entrevista, aguanté el tipo y me fui con más asco que miedo,
dado que al minuto vi que era inofensivo. Me llamó al trabajo. No
contesté. Debió de aburrirse. Conté lo sucedido, sin culpar a nadie, a
algún colega y algún jefe. ¿Escándalo? No. Cosas que pasaban. Nótese el
pretérito imperfecto. Lo
narro tantos años después porque, de la entrevista de Jesús Mantilla a
Plácido Domingo en este diario, me fascinó el aire de genuino
desconcierto de las respuestas. Meses después de las acusaciones de
acoso sexual, Domingo sigue pareciendo un boxeador sonado. Él solo fue
galante. Nadie le increpó, nadie le puso en su sitio, nadie salió
corriendo. Las costumbres han cambiado, llora. Ciertamente. Hoy yo no
entrevistaría a un señor en bata. Quizá tampoco nadie me recibiría de
tal guisa, lo digo antes de que lo digan. Domingo no se querellará
contra sus acusadoras, dice, magnánimo. No es su estilo. El estilo de
cierto caballero, no solo español, que no entiende que las señoras ya no
toleran lo intolerable. “Ya no se puede decir nada a una mujer”, se
lamenta el divo. Y digo yo: ¿en qué planeta vive? Entre quienes
defienden a ciegas al acusado o a las acusadoras, me quedo con ese
extrañamiento. Puede que, a los casi 80, Plácido sea un artista en la
cumbre, pero es un hombre en Marte.
El Área de
Delitos Económicos afirma que el empresario, su madre y su hermano
dejaron de declarar 4,2 millones de euros y exigen 10 millones a la
progenitora y cuatro a cada uno de sus hijos.
El Área de Delitos Económicos de la Fiscalía Provincial de Madrid ha
solicitado cuatro años de prisión para el empresario hotelero Enrique Sarasola Maralunda,
su hermano Fernando y la madre de ambos, Cecilia Maralunda Ramírez, por
un delito contra la Hacienda Pública. En el caso relativo a Cecilia
Maraluna es a causa del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas
correspondiente a 2002, y en el caso de sus hijos a causa del Impuesto
de Sucesiones. El representante del Ministerio Público reclama a la viuda de Enrique Sarasola Lerchundi 2.379.758,53 euros
en concepto de responsabilidad civil, mientras que a sus hijos la
cantidad asciende a los 916.452,10 euros cada uno. Además, les exige el
pago de una multa que en el caso de la Cecilia es de diez millones de
euros y en el de los hijos de ocho millones (cuatro cada uno), ha
informado el Ministerio Público en una nota de prensa. Kike Sarasola es un conocido empresario madrileño. Criado en el mundo de los caballos —fue jinete olímpico— y muy cercano al partido socialista (sus padres fueron íntimos del expresidente del Gobierno Felipe González), en el año 2006 lanzó una cadena hotelera urbana llamada Room Mate
Hoteles que tiene ya una treintena de establecimientos con mil
empleados y en los que solo en 2018 se alojaron más de un millón de
personas. También se ha implicado activamente en cuestiones políticas y
sociales: influyó para que Ciudadanos impulsara los vientres de
alquiler, método por el que tiene dos hijos. El escrito de acusación sostiene que hasta el 2 de noviembre de 2012, fecha en que fallece Enrique Sarasola Lerchundi,
la sociedad Hipódromos y Caballos S.A., domiciliada en Madrid y cuyo
patrimonio neto declarado en el 2001 ascendía a un total de
26.354.560,29 euros, pertenecía al fallecido y a sus dos hijos en las
siguientes cuotas de participación: el 32,24% de las acciones a Enrique
Sarasola Lerchundi; el 13,80% a cada uno de sus hijos Fernando y
Enrique, y el 40,04% a la sociedad Azulintas BV, sociedad domiciliada en
Holanda, la cual está participada al 100% por la sociedad Scoupe
International N.V., sociedad domiciliada en Curacao (Antillas
Holandesas). Esta mercantil, a su vez, pertenecía en última instancia a Enrique
Sarasola Lerchundi y Cecilia Marulanda Ramírez, casados en régimen de
gananciales. De manera que a través de esta estructura "opaca", según la Fiscalía,
compuesta por dos sociedades holandesas, la familia Sarasola detentaba
el 100% de las acciones de Hipódromos y Caballos S. A., al ser ambos las
personas que en última instancia eran propietarios de Azulintas BV. A su muerte, Sarasola Lerchundi dispuso
que el certificado de las acciones al portador de Scoupe International
NV, sociedad domiciliada en Curaçao, se quedara bajo la custodia de la
Fundación Lyonmar, entidad panameña constituida a instancias suyas por
la madre y abuela, respectivamente, de los acusados, "con el fin de
ocultar parte de su patrimonio y de articular el traspaso de sus activos
a sus herederos a su muerte".
De este modo dispuso que a su fallecimiento, el Protectorado de dicha
Fundación, que hasta entonces era ejercido por él a través de la
sociedad Ficavi Holding SA, pasara a estar compuesto por su esposa y dos
hijos, quienes podían así disponer libremente de todos los bienes y
activos de la Fundación, entre los que se encuentran las acciones de
Hipódromos y Caballos S. A., titularidad de Azulintas-Scoupe
International NV. De manera que, al fallecimiento de Enrique Sarasola Lerchundi, sus
hijos Fernando y Kike pasaron a ser propietarios de la mitad de ese
40,04% que correspondía a su padre de participación en Hipódromos y
Caballos S. A. a través de la estructura Azulintas-Scoupe Internarional
NV, cuyo valor neto ascendía para cada uno a 2.661.810,59 euros. "Ninguno de los acusados declaró la adquisición de estas acciones a
título de herencia en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, habiendo
ambos renunciado formalmente a la herencia de su padre en territorio
español", advierte el fiscal en su escrito. Por su parte, Cecilia Marulanda Ramírez no declaró en su IRPF de 2002
la mitad que le correspondía de ese 40,04% de participación en
Hipódromos y Caballos a través de la citada estructura Azulintas-Scoupe,
y cuyo valor neto ascendía a 5.323.621,18 euros. Así las cuotas defraudadas a la Hacienda Pública ascienden a
916.452,10 euros en el Impuesto de Sucesiones por cada uno de los hijos
del fallecido. Mientras que la cuota defraudada a la Hacienda Pública
por Cecilia Marulanda Ramírez en su IRPF asciende a 2.379.758,53 euros.
El
presentador, que ya ha salido del hospital, fue intervenido el martes de
un estrechamiento en uno de los 'stent' que le colocaron tras sufrir un
ictus en marzo.
Jorge Javier Vázquez ha sido intervenido con éxito de un estrechamiento en uno de los stent que le colocaron tras sufrir un ictus el pasado mes de marzo. El presentador estrella de Mediaset ya
ha sido dado de alta y ha salido del hospital sobre las tres de la
tarde de este miércoles. Vázquez fue operado el martes y, tras pasar la
noche en la UCI, por la mañana pasó a planta, según adelantaba la
revista Lecturas. “Jorge se encuentra bien, muy bien, y me
dicen que ya está pensando en volver”, anunció la noche del martes el
presentador sustituto, Carlos Sobera, al comienzo de GH VIP: límite 48 horas, afirmando que la intervención había salido “a la perfección”. Vázquez, de 49 años,
ingresaba el martes por su propio pie en la Clínica La Zarzuela de
Madrid con buen aspecto, relajado y sonriente. Minutos después de su
llegada era su compañera María Patiño la que se acercaba hasta el centro
sanitario para dar su apoyo a su amigo con una flor de Pascua. Apenas
24 horas después salía del mismo centro sonriendo y acompañado de su
madre, María Morales, y su amigo y compañero David Valldeperas, director
de Sálvame, como recoge Chance.
Aunque él ya sabía la fecha desde su última revisión médica, quiso
guardar el secreto para evitar el revuelo que se organiza alrededor de
cualquier cosa que tenga que ver con su salud.
“Al principio sentí
ansiedad cuando me dieron la noticia de que tenía que volver a pasar por
el quirófano", afirmó hace unas semanas a EL PAÍS; "no me lo esperaba y
cuando me lo dijeron pensé que no quería volver a pasar por un mes de
inactividad y de sentirme como un viejo.
Pero esta intervención no tiene
nada que ver con la anterior, es mucho más leve".
David Valldeperas y María Morales, madre de Jorge Javier Vázquez, en el hospital.GTRESONLIN.
Como ha explicado él mismo, esta última operación ha consistido en recolocar un stent, una pequeña malla cilíndrica para desobstruir venas o arterias, porque tiene un estrechamiento muy leve. El presentador sufrió el pasado mes de marzo un ictus por el que tuvo que ser intervenido de urgencia
tras ingresar después de varios días con fuertes dolores de cabeza y de
haber sufrido un desmayo durante un viaje a Marruecos. Tras cancelar su
función de teatro y sus compromisos televisivos, el presentador volvió menos de dos meses después a la pantalla para presentar una nueva edición de Superviventes y desde entonces lleva una vida normal.
A la espera de conocer su evolución, Jorge Javier Vázquez no descarta
regresar pronto a la televisión para poder presentar la final de Gran Hermano VIP, que se espera para el próximo 19 de diciembre. El presentador afirmó en otra entrevista
con este periódico a principios de este mes que quiere seguir
trabajando: "Es sano, me va bien. Me despierto y mi vida es muy
placentera, trabajo pero luego el resto del tiempo vivo, viajo, tengo
dos meses y medio de vacaciones al año. Pienso en todo esto, veo lo que
hay a mi alrededor y tengo que estar muy contento con mi vida, cómo no
voy a estarlo".
Sin embargo, no todo ha sido fácil para el presentador estrella de Telecinco. Detrás de sus risas en el plató de Gran Hermano VIP o de Supervivientes
y de sus palabras de tranquilidad respecto a su estado de salud se
esconde un miedo y un dolor que el propio Jorge Javier ha querido poner
de manifiesto a través de su blog en Lecturas. “Tengo ganas de
que pase de una vez este año porque no me gusta aprender a palos. Porque
tengo ganas de chillar y rebelarme y no puedo compartir con nadie este
dolor tan hondo que me está invadiendo”, escribió el viernes en su
diario que se ha hecho público este miércoles. “Es la segunda vez que
los dejo colgados por una operación [a sus compañeros de programa] y aún
tengo que dar las gracias porque todo podría haber sido peor. Eso no me
consuela. No me gusta que cuando mejor te va aparezcan elementos que te
desestabilizan y te hacen más frágil y vulnerable”. El también actor y escritor encuentra en el teatro una pequeña vía de escape. “Comienzo a estudiar Desmontando a Séneca
[la obra en la que trabajará tras su recuperación] y noto cómo tener
distraída la cabeza me ayuda a no pensar en cosas feas”. Además de por
sus amigos de televisión, Vázquez ha estado acompañado estos días por su
madre y por su expareja, Paco, siempre a su lado en estos momentos,
según cuenta él mismo en su blog. “Después de pasar un viernes de pena
llega mi madre el sábado. […] Nada como una madre para estabilizarte. El
domingo viene P. y se lía con mi madre a jugar al dominó”, desvela
mencionándole solo por la inicial de su nombre. Jorge Javier y Paco mantuvieron una relación durante 10 años que terminó a principios de 2018
pero la amistad y el cariño ha permanecido. Viajan juntos y él estuvo
al lado del artista cuando fue operado por primera vez en marzo y lo
vuelve a estar en esta ocasión. "Mi ex es mucho más que una pareja, es
mi familia, ya no concibo mi vida sin que él esté. Si pienso en el
momento de que él tenga una pareja… quiero que sea feliz, eso es el
amor. Lo que yo soy para él y él es para mí no lo va a sustituir ninguna
otra persona. Él ha estado en los momentos más conflictivos de mi vida
personal y profesional y eso no me lo va a quitar nadie”, confesó Vázquez a este periódico hace un mes.
El país
centroamericano recibe dividido la obra del Nobel de Literatura 'Tiempos
recios', inspirada en la figura de Jacobo Árbenz, derrocado por la CIA.
Mario Vargas Llosa presenta 'Tiempos recios' en Ciudad de Guatemala. En vídeo, imágenes de la presentación.ORLANDO ESTRADAAFP | VÍDEO: EFE
Dos octogenarios con bastón se ven por primera vez a la salida del
teatro Miguel Ángel Asturias tras la presentación. El primero, Mario
Vargas Llosa, acaba de publicar Tiempos Recios, sobre la caída del presidente Jacobo Árbenz
en 1954. Y el segundo es el hijo del presidente de Guatemala derrocado
por la CIA. Uno llegó al país centroamericano para presentar la novela y
el otro regresó desde el exilio, al que se fue siendo un adolescente de
la mano de su padre, para agradecer que el premio Nobel pusiera los
ojos en él y dedicara 354 páginas a contar que fue un hombre bueno. Que
intentó hacer de Guatemala un país distinto.
El escritor Mario Vargas Llosa y Jacobo Árbenz, hijo del expresidente de GuatemalaJacobo García
Consciente del histórico momento el ministro de Cultura de Guatemala,
hacía lo imposible por colarse entre esos dos hombres que disfrutaban
escuchándose. Fue el epílogo a un intenso día. ¿Es jugar en casa que Mario Vargas Llosa presente en Guatemala Tiempos Recios,
su última novela? Si el libro hunde sus raíces y cuestiona el modelo
político y económico actual del país, la pregunta es, al menos,
controvertida. Y, a lo más, una provocación. Una extraña atmósfera sobrevolaba Guatemala con la llegada del autor. Si para Balzac los libros históricos son la vida privada de las
naciones, Centroamérica, una de las regiones más violentas y desiguales
del mundo, recibió una sacudida para hablar del pasado que no fue. Vargas Llosa se propuso este martes reivindicar como "un acto de
justicia" al expresidente Árbenz. Tres meses después del lanzamiento
mundial de Tiempos Recios, sobre el golpe de Estado contra el
coronel al que acusaron de comunista y el asesinato de su sucesor,
Carlos Castillo Armas, el escritor dijo sentirse "muy identificado con
este bellísimo y trágico país", donde surge esta historia que da la
vuelta al mundo, 65 años más tarde.
La acogida en el país centroamericano se dividió entre la derecha que
habita en la caverna y calificó de “comunista” a Vargas Llosa por
rescatar la polémica figura de Árbenz y quienes recelan del escritor, al
que leen cada domingo en este periódico con propuestas liberales que
hacen arquear la ceja a quienes viven en una tierra golpeada hasta la
extenuación por el despotismo económico con tarifas de luz, celular o
gasolina propias de Europa La esquizofrenia encontró cierta mesura entre quienes sienten que,
por fin, aflora una etapa- la Guerra Fría- y un personaje - Árbenz- tan
silenciado y deformada al interior de Guatemala como seguido desde el
exterior y que enamoró incluso a Ernesto Che Guevara, que pasó
varios meses en Guatemala intentando conocer el rumbo que tomaba la
reforma agraria de Árbenz. “Por aquel entonces los estudiantes de la
Universidad San Marcos, donde estudiaba, devorábamos lo que sucedía en
Guatemala y los intentos democratizadores de Árbenz", reconoció el
escritor ante un abarrotado Centro Cultural Miguel Ángel Asturias de la
capital, donde casi 2.000 personas escuchaban en medio de un hipnótico
silencio.
Que las heridas en el país centroamericano siguen abiertas lo
confirma el repudio de la propia universidad Francisco Marroquín, a
quien Vargas Llosa dedicó parte de sus agradecimientos La Marro, como es conocido uno de los templos liberales en América
Latina y en cuya biblioteca pasó el Nobel muchas horas preparando Tiempos recios,
se negó a albergar la presentación del libro argumentando que la figura
del coronel Árbenz es todavía controvertida en el país. 354 páginas no
fueron suficientes para convencer a los formadores de los cachorros de
la élite económica y empresarial de Centroamérica de que el coronel de
origen suizo no era un comunista que quería quitarle la tierra a los
ricos.
Su delito, sostiene Vargas Llosa, fue intentar imitar una democracia
como la de Estados Unidos aprovechando el enorme caudal de votos que
logró en unas elecciones libres. Un masivo respaldo por el que hoy
mataría cualquier presidente de Guatemala, por ejemplo Alejandro
Giammattei, quien tomará posesión en enero, tras ganar unas elecciones
en agosto en las que votó el 42% de la población. Entre otros agravios que ofenden a la élite centroamericana en los
cuatro años que estuvo en el poder Jacobo Árbenz está la eliminación del
trabajo forzoso que castigaba al campesinado indígena. También
incorporó los derechos laborales a la Constitución y firmó su sentencia
cuando en 1952 puso en marcha una reforma agraria que permitía la
expropiación de fincas no cultivadas. Una medida que no gustó a la
United Fruit Company, propietaria de las áreas más productivas del país y
uno de cuyos accionistas era John Foster Dullles, secretario de Estado
de Dwight D. Eisenhower y hermano del director de la CIA Allen Dulles. ¿Hubiera sido muy distinto Guatemala? “Los jóvenes no se habrían
enrolado en las distintas guerrillas y no tendríamos 270.000 muertos”,
insistió Vargas Llosa. “Y Fidel Castro no se hubiera radicalizado y se
hubiera entregado a los brazos de la Unión Soviética”, presumió el
autor.
“Aquí no hubo análisis, sino reacciones”, ironiza un importante
librero guatemalteco para explicar la cascada de columnas y reacciones
que ha generado. Enfrentamientos ideológicos al margen, pocos
guatemaltecos dudan que se trata de uno de los grandes libros para
entender América Latina y la Guatemala reciente. Uno más escrito por
extranjeros enamorados de estas tierras, como el del neoyorkino
Francisco Goldman El arte del asesinato político, el de Maite Rico y Bertrand de la Grange, ¿Quién mató al obispo? o Guatemala eterna primavera, eterna tiranía, de Jean-Marie Simón sobre la guerra civil. Después de 65 años de la caída de Árbenz, hay una generación
derrotada que constata que las cosas podían haber sido distintas y que Tiempos Recios explica lo que los periódicos recogen cada día. Esta misma semana, el actual presidente Jimmy Morales se garantizó la
impunidad al amarrar un nuevo cargo como diputado del Parlacem, lo que
le garantiza cuatro años más de inmunidad cuando en enero deje el cargo. El martes, el principal periódico del país, Prensa Libre,
dedicó la página tres a una entrevista con Vargas Llosa y en la
siguiente, la cuatro, una noticia recogía que seis de cada diez niños
sufre hambruna y que departamentos como Verapaz, donde el trabajo
infantil es moneda de cambio habitual, la desnutrición es tan grave que
hay decenas de menores con extremidades atrofiadas por falta de
proteínas porque no conocen a que sabe el pollo. Para ellos también se
esfumó la posibilidad de que Guatemala hubiera sido de otra manera.