El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha visitado este miércoles Espejo Público para una entrevista con Susanna Griso de cara a las próximas elecciones generales del 10 de noviembre. En
un momento determinado, la presentadora de Antena 3 le ha puesto al
socialista el corte de las declaraciones sobre él que pronunció el candidato de Vox, Santiago Abascal, cuando visitó el programa y que ha repetido en varias ocasiones.
“No tiene nada de centro, es un extremista que ha venido a dividir a los españoles. El carroñero de la Moncloa”, fue la fórmula que utilizó en su día para definir al candidato del PSOE. “No tiene nada de centro, es un extremista que ha venido a dividir a los españoles. El carroñero de la Moncloa”, fue la fórmula que utilizó en su día para definir al candidato del PSOE.
Sánchez, que conforme escuchaba a Abascal, ha levantado la ceja y ha
negado mientras le aparecía una sonrisa de incredulidad en la cara. “Bueno, es que ya me pilla muy mayor esto. Me han llamado de todos los
colores y que me digo esto creo que le retrata como político”, le ha
respondido. “La ultraderecha ha existido. En España, durante la
transición democrática, los telespectadores que tengan más canas que yo
saben que antes estaba Blas Piñar, Fuerza Nueva y luego se incorporaron
al PP y hoy tienen su propio partido”, ha continuado. Sánchez ha
expresado que su principal preocupación no es cómo Abascal o lo que
pueda representar Vox, sino que es “la influencia que pueda tener su
discurso en el espacio derechista”. Pues si Pedro Sánchez es guapo y lo sabe y es alto y habla Ingles. Abascal es feo y lo sabe y bajo y no sé que habla porque a los fachas no los oigo.
El 9 de octubre, entre el petardeo de whatsapps, el goteo de gmails
y los trinos de Twitter, recibí una notificación de Google Maps que me
dejó de fibra óptica. Que sí, que vale, que ya supongo que he debido de
aceptar hasta que me empalen, y que puedo evitar estos episodios si
cancelo la ubicación, el micrófono, la cámara y los datos y vuelvo a
usar el teléfono como si fuera un teléfono y no un criado para todo a
cambio de dejarme analizar hasta las heces. Pero ese es otro debate. Lo
que me dejó de grafeno fue el contenido y no el continente. “Tus
actividades de septiembre”, se titulaba el mensaje, y, al abrirlo, casi
me obro encima. Según el geolocalizador, ese mes estuve en siete
ciudades, visité 15 establecimientos, anduve seis kilómetros y pasé 59
horas a bordo de un vehículo con el móvil a cuestas. O sea: de casa al
coche, del coche al atasco, del atasco al curro y del curro a casa,
pasando por la gasolinera y el supermercado. Qué pena me di de mí misma. Además de constatar que mi vida es una mierda y de jurarme que el lunes
vuelvo al gimnasio que llevo dos años pagando sin ir por si me animo,
confirmé mis peores sospechas de que mi móvil me conoce mejor que mi
tocólogo. Recordaba todo esto el martes, cuando transcendió que el INE va a pagar a
las operadoras para que nos rastree, saber cómo nos movemos y poder
articular soluciones logísticas. A pesar de que dicen que se trata de
información anónima y en bruto, la indignación ha sido un tsunami. Pertinente. Pero me plantea la paradoja de por qué rechazamos que un
organismo público sepa nuestros movimientos mientras que a Google le
damos nuestra sangre si nos la pide. Sobre el éxito del rastreo, será
parcial en cualquier caso. Las grandes preguntas —¿de dónde venimos?,
¿adónde vamos?, ¿por qué empieza esta noche la tercera campaña electoral
en un año?— seguirán sin respuesta. En cuanto acabe la turra vuelvo al
gimnasio.
El
presentador ha confirmado que en diciembre deberá pasar de nuevo por
quirófano por una complicación en uno de los 'stent' que le colocaron en
marzo, cuando sufrió un ictus.
Jorge Javier Vázquez tendrá que volver a pasar por el quirófano. El popular presentador de Telecinco
ha explicado que deberá volver al quirófano dentro de dos meses, una
noticia que él mismo ha conocido este martes. Vázquez, de 49 años,
sufrió un ictus cerebral a causa de un aneurisma el pasado mes de marzo, y ahora deberá someterse a una nueva cirugía. "Después
de una prueba muy esperada me han comunicado que tengo que volver a
pasar por el quirófano en diciembre", ha explicado el conductor de Gran Hermano VIP en su cuenta de Twitter. "No hay mal que por bien no venga. Ya no tengo que romperme la cabeza
pensando dónde iré de vacaciones", ha querido bromear, tratando de
quitarle hierro al asunto.
El propio Jorge Javier Vázquez ya se temía que esta operación volviera a producirse. Hace un par de semanas, a mediados de octubre, explicó que durante una revisión rutinaria los médicos que le tratan le explicaron que uno de los stents que le pusieron el pasado mes de marzo, cuando tuvieron que operarle de urgencia,
había sufrido un pequeño estrechamiento. "Hay uno de ellos que tiene un
estrechamiento muy leve, de menos de un 15%", contaba entonces,
explicando que para solventarlo los doctores deberían "colocar otro stent
o una bolita para abrirlo un poquito más, pero sin más complicaciones". Entonces, hace menos de 15 días, la decisión no estaba tomada. "No sé
aún si me tengo que operar [...] Poca gravedad deben haberme visto
cuando la siguiente cita la tengo para un mes y pico más tarde". La cita
ha llegado y, finalmente, parece que habrá operación.
Jorge Javier Vázquez tendrá que volver a pasar por el quirófano. El popular presentador de Telecinco
ha explicado que deberá volver al quirófano dentro de dos meses, una
noticia que él mismo ha conocido este martes. Vázquez, de 49 años,
sufrió un ictus cerebral a causa de un aneurisma el pasado mes de marzo, y ahora deberá someterse a una nueva cirugía. "Después
de una prueba muy esperada me han comunicado que tengo que volver a
pasar por el quirófano en diciembre", ha explicado el conductor de Gran Hermano VIP en su cuenta de Twitter. "No hay mal que por bien no venga. Ya no tengo que romperme la cabeza
pensando dónde iré de vacaciones", ha querido bromear, tratando de
quitarle hierro al asunto. El propio Jorge Javier Vázquez ya se temía que esta operación volviera a producirse. Hace un par de semanas, a mediados de octubre, explicó que durante una revisión rutinaria los médicos que le tratan le explicaron que uno de los stents que le pusieron el pasado mes de marzo, cuando tuvieron que operarle de urgencia,
había sufrido un pequeño estrechamiento. "Hay uno de ellos que tiene un
estrechamiento muy leve, de menos de un 15%", contaba entonces,
explicando que para solventarlo los doctores deberían "colocar otro stent
o una bolita para abrirlo un poquito más, pero sin más complicaciones". Entonces, hace menos de 15 días, la decisión no estaba tomada. "No sé
aún si me tengo que operar [...] Poca gravedad deben haberme visto
cuando la siguiente cita la tengo para un mes y pico más tarde". La cita
ha llegado y, finalmente, parece que habrá operación.
A mediados del pasado mes de marzo, Jorge Javier Vázquez tuvo que ser operado de urgencia en Madrid. Como informó el hospital y como él mismo contó después, el fin de semana anterior, durante un viaje a Marrakech había sufrido un desvanecimiento y después tuvo varios mareos. "Luego
comenzó a dolerme la cabeza. Lo achaqué al cansancio". Y añadió: "No
podía elevar la voz porque me retumbaba de manera insoportable en la
cabeza". Más tarde contó cómo, después de sufrir tanto dolor, acudió a
Urgencias y allí le hicieron un escáner y le vieron "una manchita en el
cerebro que pensaron que podía ser un problema vascular congénito". "Me
recomendaron hacerme una resonancia para descartar cualquier problema
importante, pero los sábados no las hacen y tuve que quedarme
ingresado". Ese ingreso derivó en una operación de la que ha tardado un
tiempo en recuperarse, que le obligó a pausar su actividad laboral y a suspender su gira teatral. Apenas cinco semanas después, Jorge Javier Vázquez volvía a los platós para presentar Supervivientes. Ya en julio se decidía a volver a hablar del accidente vascular que
había sufrido y para explicar que volvería a las tablas. "No tengo
miedo, solo ilusión", confesaba. "Ilusión de volver a subirme a un
escenario, de ponerme a estudiar, de ensayar, de ponerme nervioso. Me
apetece recorrer España con la gira, sentir de nuevo el contacto con el
público y más en un formato pequeño como este. Poco a poco vuelve a
recolocarse todo de nuevo", relata en la revista Lecturas. Además, también explicaba que los meses de la recuperación habían sido duros, "raros, meses en los que ha habido momentos de bajón, de tristeza incontrolable, de sensibilidad a flor de piel". Y contaba: "Por
la noche brotan miedos que te provocan terror. No piensas ya en tu
fragilidad sino en la de los que te rodean, que es algo que a mí me
produce espanto. Pero todo esto es lo usual, dicen. Mi psicóloga lo
define como estrés postraumático y, a mí, saber que todo está dentro de
lo normal me produce mucho bienestar, aunque el concepto de ‘normalidad’
siempre me ha parecido muy inquietante".
Un libro
desvela la relación que mantuvieron el presidente estadounidense y la
actriz, y también cómo él trató de conquistar, sin éxito, a Sofía Loren.
Un romance que, por su clandestinidad, era todavía más intenso. Así fue la relación entre la superestrella del cine Audrey Hepburn y el presidente más recordado de Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy. Eso afirma ahora el libro Jack and Jackie: Portrait of an American Marriage (Jack y Jackie: retrato de un matrimonio americano), escrito por Christopher Andersen. Una obra de 1996 que ha sido reeditada y en la que el autor da ahora detalles de un romance del que apenas se había oído hablar. Andersen ha escrito biografías de Madonna, Mick Jagger, la princesa Diana o Michael Jackson, y ahora actualiza este volumen, que fue un superventas en su momento, para lanzar una edición en libro electrónico.
Para su libro, Andersen realizó entrevistas con fuentes cercanas a los Kennedy. De ahí obtiene que la protagonista de Desayuno con diamantesle resultaba al presidente
"simplemente exquisita". Al parecer, al presidente le sedujo "el lado
sexy, muy sexy, muy travieso" de la estrella de cine. Al mandatario le
gustaba mantener sus encuentros, que se repitieron en varias ocasiones, lejos de la prensa, pero especialmente
que Hepburn le mostrara una faceta más allá de la siempre correcta,
formal y elegante que dejaba ver en sus películas y apariciones
públicas. Así lo recoge el diario británico Daily Mail, que da un avance en exclusiva de las nuevas revelaciones que destapa la obra. "Me acuerdo de Audrey Hepburn y recuerdo cómo toda la
oficina se quedó impresionada cuando ella entró. Era grácil como un
cisne y llevaba un paraguas rojo, muy largo y fino", recuerda Mary
Gallagher, entonces secretaria de la oficina de Kennedy. Entonces, en
esa primera etapa en la que se vio con la actriz, él era un joven senador y ella acababa de ganar un Oscar por Vacaciones en Roma y estaba rodando Sabrina.
Según el libro, Hepburn era "extremadamente inteligente, culta y muy
divertida". "Audrey tenía esa risa contagiosa que se podía ver en
pantalla, pero también ese lado sexy oculto que el público nunca vio",
explica el autor.
Otra de las revelaciones del libro es cómo el mandatario trató, hasta
en dos ocasiones y sin conseguirlo, de tener un romance con la actriz
italiana Sofía Loren. Ocurrió a finales de los años cincuenta. Entonces ella tenía 24 años y estaba en la cresta de la ola; de
hecho, había rechazado una proposición de matrimonio de su entonces
compañero de reparto, Cary Grant,
para casarse con el productor Carlo Ponti. A través de un amigo
senador, Kennedy intentó que ella acudiera a una cena a su residencia de
Georgetown, pero ella rechazó el gesto. Entonces él mismo trató de
invitarla personalmente, pero ella tampoco quiso. "Él no aceptaba un no
por respuesta y siguió intentándolo", confesaría años después ese
senador, George Smathers. No solo Hepburn se convirtió en una de las amantes de Kennedy. Además
de ella, otras actrices como Anita Ekberg o Marlene Dietrich —además
de, cómo no, Marilyn Monroe— fueron sus amantes. La intérprete británica Jean Simmons (protagonista de Horizontes de grandeza o Espartaco), fallecida en 2010,
contó cómo habían sido sus encuentros con JFK, y cómo él "prácticamente
echó abajo" la puerta de la habitación del hotel en el que ella se
alojaba para mantener relaciones sexuales. También Angie Dickinson (Río Bravo, La mujer policía) ha hablado sobre el presidente, al que calificaba de "arrolladoramente guapo, encantador, matador", y las relaciones íntimas que mantuvieron: "Fueron los siete minutos más excitantes de mi vida". Lee Remick, nominada al Oscar por Días de vino y rosas, lo describió como "el epítome de la clase y la inteligencia".
Según explica el libro, una de las cuestiones que le generaba mayores desasosiegos a Jacqueline Kennedycomo primera dama —además
de intentar criar a sus hijos lejos del Servicio Secreto, sin caprichos
y con la mayor de las normalidades— era que todos esos escándalos
salieran a la luz, y especialmente el de Monroe, porque se trataba de
uno de los más famosos. Su temor era que una cosa podía llevar a la otra
y entonces también saldría a luz la relación con otra mujer llamada
Judith Campell Exner, a la que entonces se relacionaba con uno de los
jefes de la mafia, Sam Giancana. No parece que al presidente le
inquietara. Su mayor preocupación entonces era un posible impeachment tras la crisis de los misiles de Cuba.