Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

16 oct 2019

Telma Ortiz se instala en Madrid y afianza su relación con el exmarido de la violinista de The Corrs

La hermana de la Reina estuvo en el Teatro Real acompañada de su nueva pareja, Robert Gavin, su madre y su hija Amanda.

Telma Otriz, con Robert Gavin.
Telma Otriz, con Robert Gavin. GTRES

Telma Ortiz, la hermana de la Reina, se ha instalado en Madrid y ha afianzado su relación con Robert Gavin Bonnar, exmarido de la violinista de grupo The Corrs, Sharon Corrs.
 La pareja ha sido vista en los últimos días acudiendo al Teatro Real, acompañados de Paloma Rocasolano, madre de Telma, y de su hija Amanda.
Las primeras imágenes de la pareja fueron obtenidas a principios de junio en el festival de Pedralbes en Barcelona. 
Por entonces no se sabía que Robert Gavin se había separado.
 El abogado irlandés establecido en Madrid, donde trabaja como CEO de una productora relacionada con la música, se desplazaba regularmente a la capital catalana para visitar a Telma Ortiz. Bonnar se casó hace 18 años con Sharon Corr, violinista de la banda irlandesa, con quien tiene dos hijos, de 13 y 12 años.
Telma Ortiz se divorció en 2016 del abogado Jaime del Burgo, con quien se casó en 2012. 
Mantuvieron un atípico matrimonio en el que apenas convivieron, pues él vivía entre Suiza y Nueva York y ella en España, en Barcelona. 
Allí residía hasta ahora con su hija y trabajaba como directora de relaciones internacionales de la Escuela de Negocios ESERP.
 La hermana de doña Letizia es licenciada en Económicas por la Universidad de Barcelona (UB), y tiene una amplia experiencia en el campo internacional, sobre todo en proyectos de cooperación y desarrollo en Asia, África y América Latina.
 Antes de ESERP, Telma Ortiz trabajó como subdirectora del proyecto del departamento de Relaciones Internacionales en el Ayuntamiento de Barcelona.
Siempre muy celosa de su intimidad, en 2008, la hermana de la entonces princesa de Asturias llevó a los tribunales a 50 medios de comunicación por el "insoportable y permanente acoso de la prensa" al que, en su opinión, se veía sometida desde que se conoció el enlace entre doña Letizia y don Felipe, entonces príncipe de Asturias. 
Pero la juez María Lourdes Pérez Padilla desestimó por "inviabilidad jurídica", la demanda de la hermana de la entonces princesa de Asturias, Letizia Ortiz, y su entonces pareja Enrique Martín-Llop, quienes habían pedido medidas cautelares para defenderse de la presión mediática.
 Los demandantes aseguraban correr "peligro físico real". 
En su opinión, ella y el padre de su hija no eran personajes famosos ni tenían interés en serlo, por lo que solicitaban que se prohibiera "captar, publicar, distribuir, difundir, emitir o reproducir" imágenes suyas.

 

Así es ‘El irlandés’, la obra maestra de Scorsese


Claves de la película más crepuscular y dolorosa del director neoyorquino, en la que ha reunido a Al Pacino, Robert De Niro y Joe Pesci para contar uno de los grandes asesinatos de la mafia estadounidense.

"Me han dicho que pintas casas".
 La frase, que titula el libro de Charles Brandt en el que se basa el guion de Steven Zaillian, valdría perfectamente para definir también la nueva película de Martin Scorsese, El irlandés
. Por un lado, suena a algo inofensivo, casi elegante: pintura, casas. Alguien que escucha algo de otro.
 Sin más, ¿no? El irlandés es la película más mesurada de los títulos gansteriles del neoyorquino, que ha decidido derivar la electricidad habitual de su narración a sentimientos más soterrados. Por otro, ese "pintar casas" significa que era un asesino a sueldo, ya que al disparar a alguien el chorro de sangre del balazo mancha, pinta las paredes y el suelo del lugar donde se comete el asesinato. Es Scorsese. 
Habrá sangre.

Joe Pesci, Al Pacino y Robert de Niro. 
 Curiosamente, el cartel oficial de Netflix de la película aclara, por tamaños, quién se come a quién en la pantalla. Y Joe Pesci está descomunal como un reposado Russell Bufalino, líder de la mafia en la zona de Filadelfia y Detroit. 
Retirado de la actuación en 2010, rechazó la oferta de Scorsese para participar en la película en decenas de ocasiones, hasta que la insistencia de Marty le hizo ceder. Robert De Niro, en su noveno largometraje con Scorsese, encarna al Frank El irlandés Sheeran del título, un conductor de camiones devenido en asesino despiadado en la Segunda Guerra Mundial, y que entra en la Mafia por su relación con la familia Bufalino.
 Y Al Pacino interpreta a Jimmy Hoffa, probablemente el sindicalista más famoso de la historia de Estados Unidos, y en los cincuenta y sesenta una de las personalidades más populares en su país.
 Íntimamente vinculado a la Mafia, tras pasar siete años en la cárcel, en 1971 salió con la intención de volver a liderar el sindicato de transportistas. 
En 1975 desapareció sin dejar rastro.
 Charles Brandt entrevistó en numerosas ocasiones a Sheeran, que acabó confesando que él -amigo íntimo de Hoffa- lo había asesinado, y de ahí nació el libro de 2004 que en España se titula Jimmy Hoffa: caso cerrado (Crítica).
Efecto digital. La película empezó su camino dentro de Paramount, estudio que cuando el presupuesto superó los 100 millones de euros abandonó asustado el proyecto: no veían clara su comercialización. 
 Producida por Netflix, ha costado 150 millones de euros. Es el rodaje más largo de la carrera de Scorsese, 106 días que arrancaron en agosto de 2017, su película más larga (con sus 209 minutos, en realidad dura más que cualquier título de las sagas de El padrino o El señor de los anillos), la que más tiempo ha necesitado de posproducción. 
Todo por los efectos digitales obligados para rejuvenecer al reparto, ya que la trama transcurre por distintas décadas.
 A De Niro es a quien peor le sienta el efecto, porque tiene que encarnar a Sheeran desde sus 24 años, durante la Segunda Guerra Mundial, hasta su final en un asilo a los 82. Pesci sale mejor parado.
 Sin embargo, tras el respingo inicial del espectador, pronto el detalle se olvida ante la fuerza del filme. 
En cambio, se nota más algo imposible de manipular digitalmente: los cuerpos no se mueven con el mismo brío a los 40 años que los 79 de Pacino y los 76 de De Niro. 
Por cierto, Géminis, la película de Ang Lee en la que Will Smith lucha contra un joven Will Smith (cuyo rostro imberbe también ha sido recreado digitalmente) ha sido producida por... Paramount.
 De Niro leyó el libro y encontró el material para un último baile con Scorsese.
 Aunque sea la primera vez que el director y Pacino ruedan juntos, durante años intentaron levantar un proyecto: el biopic del artista italiano Amedeo Modigliani.
Coppola, Ford y Leone. Ninguna película de Scorsese ha estado tan plagada de referencias a otros creadores como El irlandés.
  Probablemente porque parece el canto final del cine estadounidense centrado en la Mafia italoamericana. Empezando por el reparto: además de los mencionados, aparece un pelotón de actores y actrices que han trabajado con Scorsese bien en sus obras como director, bien en sus obras como productor (hay diversos guiños a Boardwalk Empire, y ahí están Stephen Graham, Bobby Cannavale y Jack Huston para subrayarlo).
 Harvey Keitel no aparece mucho, pero impone.
 Scorsese ha llamado -por reseñar un ejemplo de este reclutamiento- a Welker White, la actriz que encarnaba a la niñera en Uno de los nuestros, que aquí da vida a la esposa de Hoffa. 
Hay secundarios de Los Soprano, de El padrino... 
 Y así topamos con Francis Ford Coppola.
  El tempo narrativo de El irlandés deviene directamente del cine del amigo de Scorsese.
 Es un tono más profundo, doloroso, algo muy poco visto en el cine de Marty, que nunca ha planteado remordimientos morales en sus gánsteres protagonistas. 
Y así topamos con Francis Ford Coppola. El tempo narrativo de El irlandés deviene directamente del cine del amigo de Scorsese. Es un tono más profundo, doloroso, algo muy poco visto en el cine de Marty, que nunca ha planteado remordimientos morales en sus gánsteres protagonistas. En una secuencia se escucha la melodía del vals de El padrino, de Nino Rota; en el plano final, Scorsese decide separar los mundos del bien y del mal como hizo Coppola con la imagen que cierra la primera entrega de la saga de los Corleone: con una puerta entreabierta. Otro claro referente es Érase una vez en América, de Sergio Leone, otro título amargo sobre el precio del crimen. Y John Ford: ese humor que aparece "sin querer queriendo" en el cine del genio también brota en El irlandés.  Crepuscular. John Ford nos lleva al siguiente apartado. Cuando se estrenó Érase una vez en América en 1984 se hablaba de una película de gánsteres al estilo wéstern crepuscular -arrancaba entonces la moda de este género-, sin tal vez percatarse sw que la película de Leone era el primer filme de gánsteres crepuscular. 
Lo sea o no la de Leone, El irlandés sí lo es. 
Y citando a Alejandro G. Calvo, de Sensacine, el auténtico título de la película de Scorsese debería ser El hombre que mató a Jimmy Hoffa, porque es la versión gansteril del gran wéstern crepuscular El hombre que mató a Liberty Valance: desde el trasfondo pesimista hasta el encaje del reparto; desde el narrador del que no puedes confiar como espectador, hasta de cómo se escribe la historia. 
Es el final de una época, y nadie sabe lo que llegará más tarde.

Lee Marvin, James Stewart y John Wayne, en 'El hombre que mató a Liberty Valance' 
Lee Marvin, James Stewart y John Wayne, en 'El hombre que mató a Liberty Valance'
Autorreferentes. Ya hemos hablado del reparto, scorsesiano a tope. 
A sus 76 años, al director le quedan aún probablemente varios títulos por rodar (ojalá así lo quiera el dios del cine, si eso existe en alguna religión), pero parece muy complejo que pueda levantar otro proyecto similar. 
Y por eso se dedica a salpicar el metraje de guiños a su filmografía.
 Un ejemplo: hay una secuencia en el Copacabana, local en el que se desarrolla el mítico plano secuencia de Uno de los nuestros, que acaba en una actuación de Don Rickles, cómico amado por Scorsese, quien le dio un papel en Casino. 
 En el tono, La edad de la inocencia es un referente cercano. porque el cine del neoyorquino ha estado siempre más interesado en las emociones que en los hechos.
 Y por supuesto, se repiten clásicos de la música de los sesenta y setenta, idolatrados por Scorsese.
 Remordimientos. La película se divide claramente en dos partes, separadas por la entrada y salida en prisión de Jimmy Hoffa. 
 Si la primera se siente más cercana al estilo Scorsese, la segunda entra en una reflexión sobre el dolor, la culpa y la imposible redención como no se había visto previamente en su cine, muy alejado de esas reflexiones, al menos en sus protagonistas, que siempre se movieron por ambición y la avaricia a través del poder y la crueldad. 
Pero al decidir que la acción traspase décadas, el remordimiento cobra peso. 
Ahí resulta clave el personaje de Anna Paquin, y sus silencios.
 El ritmo del montaje cambia por completo, desaparece casi la música (hecho asombroso en la obra de Scorsese) llegando a una extrema sequedad en el asesinato central del filme.
 Todo por el dolor.
 HIstoria de Estados Unidos. Scorsese ha levantado a lo largo de las décadas un retrato de EE UU, al menos de la historia italoamericana, a través de su cine. El irlandés se suma a esa categoría de libro de historia a través de los crímenes.
 Se habla de JFK, Nixon y de Fidel Castro, aparecen el Watergate, Robert F. Kennedy y Bahía Cochinos.
 Las ramificaciones van más allá que en pasados largometrajes.
El equipo médico habitual. En el montaje, Thelma Schoonmaker, maestra del tiempo, que aquí da otra lección magistral.
 En la fotografía, Rodrigo Prieto, con el que Scorsese ya había trabajado en El lobo de Wall Street y Silencio, y en el cortometraje-anuncio The Audition. 
En la música, Robbie Robertson, otro amigo íntimo, que en esta ocasión aporta un par de piezas de cuerda sobrecogedoras. 
Ellen Lewis, la directora de reparto, ha llamado a todo tipo de actores scorsesianos, de su cine y de sus series como Vinyl o Boarwalk Empire. 
 Bob Shaw recrea minuciosamente, con la precisión que siempre requiere Scorsese, centenares de bares, restaurantes, calles, casas... Zaillian ya escribió Gangs of New York. 
¿Para qué cambiar si son una maquinaria precisa y ajustada?
Los planos secuencia. Si en los planos secuencia de Berlanga los personajes entraban a cámara a dialogar, en el cine de Scorsese es la cámara -normalmente la steady cam- la que manda.
 Ya hemos hablado del gran momento de Uno de los nuestros. 
 En El irlandés el inicio ya es un plano secuencia en una residencia de ancianos al ritmo de In The Still of the Night que se escucha en la radio de la habitación de Sheeran, el destino final de la cámara.
 Probablemente ese movimiento se encuentre más cercano a la majestuosidad del plano secuencia de la mansión de La edad de la inocencia. 
 Hay más, mejor no desvelarlos.
 Netflix, cines y Oscar. 
Tras su première mundial en el festival de Nueva York a finales de septiembre, este pasado fin de semana El irlandés ha llegado a Europa con su proyección en el certamen de Londres. 
En Estados Unidos la película de Scorsese se estrena el 1 de noviembre, en España el 15 de noviembre y probablemente en no más de 30 salas, ya que la exhibición se niega a ceder ante las condiciones de Netflix. 
En la plataforma se podrá ver desde el 27 de noviembre. Sería clara favorita a ganar el Oscar a mejor película... si no estuviera Érase una vez... en Hollywood, que se ha producido y estrenado por los canales clásicos, y que habla de algo que le fascina a Hollywood: el propio Hollywood. La competición va a ser dura.

 

 

El incendio de Notre Dame: seis meses, seis incógnitas

Quedan detalles por aclarar: sobre el origen del fuego, sus efectos sobre la salud, el calendario de reconstrucción, el coste, el perfil del futuro edificio y los riesgos para su estabilidad.

incendio Notre Dame 
Una imagen de la catedral de Notre Dame tomada este 15 de octubre de 2019, donde se aprecian las redes protectoras de las obras de restauración. AFP
Seis meses después del derrumbe parcial de Notre Dame de París —la catedral construida entre 1163 y 1345, uno de los monumentos más visitados de Europa y un poderoso símbolo cultural de Europa y del cristianismo—, persisten algunas incógnitas.
 Quedan detalles por aclarar: sobre el origen del incendio, sus efectos sobre la salud, el calendario de la reconstrucción, el coste final, el perfil arquitectónico del futuro edificio y los riesgos que todavía existen para su estabilidad. 

EL ORIGEN. La primera incógnita, que la Justicia está investigando, es la causa del incendio del 15 de abril de 2019. La interpretación errónea, por parte del agente de seguridad de guardia, de una primera alarma a las 18:23 horas, retrasó en media hora la localización de fuego y la llegada de los bomberos, según revelaron en mayo Le Monde y Le Canard Enchaîné.
 No se ha precisado dónde y cómo empezó el fuego.
 Excluida la pista criminal, los investigadores se centran en tres posibilidades, según explica Le Figaro: un cigarrillo mal apagado, un cortocorcuito en el ascensor que llevaba a la aguja o un cortocircuito en los cables para accionar las campanas. 

EL PLOMO. 
Al desplomarse la aguja y el techo de Notre Dame se dispersaron por una amplia área en París partículas tóxicas. 
La catedral contenía 500 toneladas de plomo que se fundieron. La “crisis sanitaria inédita”, como la calificó el diario local Le Parisien, llevó al cierre de las obras entre el 25 de julio y el 19 de agosto con el fin de descontaminar el lugar y reforzar las medidas de seguridad para los trabajadores.
 Se cerraron temporalmente algunas escuelas.
 De las 877 pruebas de plomo realizadas desde abril a menores de edad —la población de más riesgo junto a las embarazadas—, un 89,7% se encuentran por debajo del llamado nivel de vigilancia, un 8,9% en un nivel que requiere vigilancia, y un 1,4% con un nivel alto que requiere un seguimiento. 
La presencia excesiva de plomo en la sangre de estos últimos puede explicarse por otros motivos que el plomo de Notre Dame y, en todo caso, está en consonancia con los mismos niveles que en la población general, según las autoridades.  

EL CALENDARIO. Cinco años. 
Este fue el plazo para la reconstrucción que fijó el presidente francés, Emmanuel Macron, en las horas posteriores al incendio de Notre Dame.
 La fecha permitiría tener a punto la catedral para los Juegos Olímpicos de verano que se celebrarán en 2024 en París. Sin embargo, no está previsto que la restauración del templo empiece hasta 2021.
 Hoy todavía se encuentra en fase de estabilización para evitar el derrumbe. 
Una vez terminada esta fase, en marzo o abril, se abrirá una segunda de evaluación que permitirá finalmente acometer la reconstrucción. 
LA AGUJA. La caída de la aguja en llamas de Notre Dame, construida a mitad del siglo XIX por Eugène Viollet-le-Duc, ha quedado como la imagen icónica del incendio.
 Por eso, será decisivo para la imagen futura de Notre Dame cómo se reconstruya.
 ¿Una imitación más o menos fiel del original, que ya era un añadido a la catedral gótica? ¿O un “gesto arquitectónico moderno”, como sugirió en su momento Macron? 
El debate promete ser una de esas batallas artísticas que tanto apasionan a París.
 El concurso de arquitectura sugerido por el Gobierno francés tras el incendio no se ha concretado. 
El rector de la catedral, monseñor Patrick Chauvet, avisó el martes de que “hace falta mucha humildad”. “No podemos desfigurar la catedral”, dijo. “Nos inscribimos en una tradición”.

EL DINERO. El alud de dinero en las horas y días posteriores al incendio desató un debate sobre los fines de la filantropía. 

Entre los donantes figuran algunos de los grandes nombres del capitalismo francés como los Arnault y los Pinault.

 ¿No sería mejor destinar una parte a otras causas? “Ya saben que estoy a favor de las políticas redistributivas y que soy una socialdemócrata que considera que vivimos en un país y en una Europa en la que no hay suficiente justicia social”, dijo a EL PAÍS dos días después del incendio Anne Hidalgo, la alcaldesa de París.

 “Pero encuentro importante que las personas que tienen más medios, las grandes fortunas de Francia y del mundo, decidan aportar sus medios”.

 El dinero prometido se eleva a 922 millones de euros, de los que 104 ya se han hecho efectivos, según explicó en una rueda de prensa el ministro de Cultura, Franck Riester.

 El presupuesto para la fase de estabilización es de 85 millones de euros, informa la agencia France Presse.  

 

La retirada del andamio quemado es el principal riesgo para Notre Dame. EFE

 

EL RIESGO. Uno de los desafíos en la etapa actual es que se produzca un nuevo derrumbe. 
“El gran momento será la construcción de un andamio por encima del andamio actual para poder recortarlo”, explicó Chauvet.
 El verbo recortar no es gratuito.
 En Notre Dame, que estaba en plena restauración, había un andamio en el momento del incendio.
 Este provocó que se soldasen las barras, por lo que ahora no puede desmontarse mecánicamente.
 Hay que recortarlas. La operación es muy delicada. 
“Si el andamio cayese sobre la catedral, las tres bóvedas que están en pie no aguantarían.
 Hay varias toneladas encima de la catedral.
 Lo urgente es retirar este andamio y entonces se podrá decir que la catedral está segura.
 Basta una tormenta como la del lunes pasado para que de inmediato vigilemos que el andamio no caiga.
 Siempre hay un riesgo”
 
 

EL PAÍS DE LAS MUJERES BELLI, GIOCONDA


EL PAÍS DE LAS MUJERES BELLI, GIOCONDA

El VI Premio Hispanoamericano de Novela La otra orilla 2010 fue otorgado por unanimidad al manuscrito titulado Crónicas de la Izquierda Erótica, presentado bajo el seudónimo Viviana Sansón y que resultó ser Gioconda Belli.

 Después del proceso de edición y de largas deliberaciones, el libro se llama ahora El país de las mujeres. 

Es una divertida novela dirigida especialmente a las mujeres, en la que esta reconocida escritora nicaragüense especula sobre cómo sería un país gobernado exclusivamente por mujeres.

 Las osadas integrantes del PIE, el Partido de la Izquierda Erótica, quienes ganaron las elecciones en Faguas -el país imaginario inventado por Belli en varias de sus obras-, quieren utilizar todos los defectos y cualidades considerados femeninos para cambiar el rumbo de su país, de limpiarlo como si se tratara de una casa mal cuidada, de barrerlo hasta sacarle brillo.

 ¿Lograrán la presidenta Viviana Sansón y sus ministras sobrellevar los ataques de sus enemigos y enemigas?

 ¿Será Faguas después de su administración un mejor país? ¿Viviana Sansón sobrevivirá al atentado del que fue víctima? Sin duda una poderosa novela que dará de qué hablar a mujeres y a hombres.