Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

6 oct 2019

Leonor se prepara para su gran mes como princesa

La heredera incrementa su actividad a punto de cumplir 14 años y se instruye para su debú en el Teatro Campoamor.

La princesa Leonor, en su primer día de clase.
La princesa Leonor, en su primer día de clase. GTRES

 

El Rey, con su hija Leonor en Palma.
El Rey, con su hija Leonor en Palma. GTRES
Como continuación de esta secuencia, la Princesa de Asturias llegará a Oviedo el próximo día 17 para cumplir con uno de los acontecimientos más esperados en la ciudad: su presencia en estos premios que encarna y están considerados los más importantes del mundo después de los Nobel.
 Ese mismo día asistirá al concierto que se celebra en el Auditorio Príncipe Felipe con la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias y el Coro de la Fundación Princesa de Asturias interpretando piezas de ópera y zarzuela. 
Pero será el día siguiente, el de la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias en el Teatro Campoamor, cuando la Princesa acaparará gran parte de los focos.
La Casa del Rey y la Fundación Princesa de Asturias todavía no han desvelado los detalles sobre la intervención de la heredera de la Corona en esta ceremonia, en la que sin duda ocupará una posición de máxima relevancia. 
Los antecedentes apuntan a que la princesa, además de participar en todas las audiencias previstas para ese día, pronunciará sus primeras palabras en el acto. 
Así lo hizo su padre con su misma edad en 1981.

En aquella ocasión el Príncipe destacó el hecho de que sus primeras palabras en público se produjeran en el Principado de Asturias, al que estaba “estrechamente vinculado”, y presidiendo, también por primera vez, “un acto tan significativo” como el de los premios que entonces llevaban su nombre, “una ceremonia que contiene una gran esperanza de futuro”.
 Como indicador de la expectación, la presencia de la Princesa ha disparado las peticiones de acreditaciones de medios internacionales.
La directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo, sostiene que la presencia de la princesa Leonor en los actos tiene un carácter “histórico y simbólico”. "Los Reyes, la Princesa de Asturias y la infanta doña Sofía", revela, "están muy emocionados” ante la ceremonia de entrega de los galardones, a la que asistirá toda la familia.
 En esta ceremonia en el Teatro Campoamor, pese a la distinción de rango, se mantendrá tanto a la Princesa como a la Infanta en un plano de igualdad. Ambas “están muy ilusionadas y contentas”. Durante las semanas previas han recibido mucha información del programa y se ha realizado un trabajo exhaustivo sobre la ceremonia para su tranquilidad.
 Los Reyes, en estos días previos, también han estado “más emocionados que nerviosos”. 
La fundación, con motivo de la iniciación de la Princesa en los premios, prevé algún detalle conmemorativo que desvelará en su momento.
Los días 4 y 5 de noviembre, con los 14 años cumplidos, la heredera de la Corona asistirá en Barcelona con los Reyes y la Infanta a los actos de los Premios Princesa de Girona, donde también tendrá un destacado protagonismo y pronunciará sus primeras palabras.
 Dado el interés del Rey en que la Princesa profundice en el conocimiento de todas las lenguas de España, es previsible que en este discurso se incluyan frases en catalán.
 La presencia de la princesa Leonor en Barcelona, después de que el Ayuntamiento de Girona instara al auditorio de la ciudad a que no acogiera más esta gala por haber declarado persona non grata al Rey por el discurso que pronunció el 3 de octubre de 2017 durante la crisis catalana, supondrá también su desembarco en la realidad de la tensión territorial catalana.
 
 

¿Por qué Marta Ortega no usa bolsos de Zara?

marta ortega zara
Marta Ortega y su obsesión por los bolsos de Hermès. Foto: Getty / Gtres

La heredera de Inditex suele llevar ropa de la empresa familiar, pero prefiere los accesorios de cuatro cifras firmados por Hermès, Chanel o Loewe.

 ¿Por qué Marta Ortega no usa bolsos de Zara?

 Dicen que Marta Ortega es la mejor embajadora de Zara. 

 No es para menos: prenda de la firma gallega que lleva, prenda que se agota.

 Pero aunque la hija de Amancio sea fan de los vestidos, conjuntos y demás ropa firmada por Inditex, prefiere los accesorios de grandes firmas y nunca lleva bolsos de la marca en la que trabaja.

   Hermès, uno de los mayores exponentes del lujo en todo el mundo, es su firma de bolsos fetiche.

 Tiene varios modelos de la maison francesa, aunque su favorito es el Birkin, que 'colecciona' en varios colores.

 En el último desfile de Valentino apareció con una nueva adquisición en un llamativo tono verde. 

Este modelo, con una larga lista de espera, parte de los 4.000 euros en portales de segunda mano como Vestiaire Collective y su precio puede llegar a superar las seis cifras, según el tipo de piel de fabricación.

Aunque no es amiga de lucir grandes logos, Marta Ortega prefiere evitar los accesorios low cost e invierte en complementos de calidad que dan buena cuenta de su alto poder adquisitivo.

 Balenciaga es otra de las casas predilectas en su armario de complementos.

 No solo compra sus bolsos (en la imagen luce el Motorcycle), sino que también se ha atrevido con uno de los lanzamientos más exitosos y virales de la firma francesa en los últimos tiempos: las zapatillas triple S, cuyo precio parte de los 600 euros.

 ¿Por qué Marta Ortega no usa bolsos de Zara?

 

 ¿Por qué Marta Ortega no usa bolsos de Zara?

Loewe, firma de la que es asidua su madre, Flora Peréz, también está presente en su colección de bolsos.
 En la imagen, Ortega luce el T Pouch, un bolso tipo sobre cuyo precio ronda los 500 euros. También se ha dejado ver recientemente con un capazo y unas sandalias de la marca.
 El bolso es, para muchos estilistas y expertos en moda, la pieza encargada de 'subir' el aspecto de un look y el consejo de invertir en un modelo de calidad es recurrente.
 Ortega lo cumple al pie de la letra.
Las niñas ricas ya se sabe.....Bolsos, zapatos cinturones lo más de lo mas
 

Prejuzgados.......................................................Javier Marías

Las derechas vaticinaron hace mucho que los acusados por el procés serían condenados. El mismo veredicto esperan los líderes secesionistas.

SI NO ME EQUIVOCO, se espera para estas fechas la sentencia del famoso procés catalán 
. En contra de lo que debería ser no sólo aconsejable, sino obligado, se trata de un caso que casi todo el mundo ya ha prejuzgado.
 Es decir, los políticos, y buena parte de sus mayordomos periodistas, llevan meses o años actuando como si el fallo del tribunal se hubiera producido, o al menos estuviera cantado. 
Las derechas vaticinaron hace mucho que los acusados serían rápidamente indultados por el Gobierno socialista, dando así por descontado que serían condenados.
 Es obvio que no se puede indultar a quienes han sido absueltos, lo que indica que esas derechas no prevén ni conciben otra sentencia que la de “culpables”. 
Es más, indica que no aceptarán más que esa (otra cosa es “acatarla”, qué remedio les quedaría; pero imagínense las críticas furiosas contra los jueces si declararan “inocentes” a Junqueras, Romeva, Rull y compañía).

El mismo veredicto esperan, y aun dan por seguro, los líderes secesionistas y sus huestes mosqueadas. 
Han decidido que, como el Estado es represor y antidemocrático, y la justicia no es independiente y está servilmente a sus órdenes (justo lo que iba a suceder en la “República Catalana” por ellos diseñada), el fallo será contrario a sus “mártires”, que no han hecho nada punible.
 Con frecuencia se los califica de “gente de paz” que no ha tirado ni una piedra.
 Aquí se olvida que tampoco Rato y tantos otros, ni siquiera Mario Conde en su día, se habían manchado las manos. 
Se olvida deliberadamente que se puede delinquir sin violencia física, sin necesidad de puños ni pistolas.
Curiosamente, en este ámbito independentista, se da por cierto el “aberrante” fallo y a la vez se exige que éste sea absolutorio. Alguna energúmena con escasas luces (perdonen la redundancia) ha proclamado que todo lo que no sea absolución será “ignominioso”. Tanto las derechas como los secesionistas ya dan por sentenciado el caso. 
Los segundos, además, lo hacen contradictoriamente: ven muy claro que los reos son inocentes y con la misma claridad ven que los prevaricadores jueces los declararán culpables. 
Lo cual no es óbice, sin embargo, para presionarlos, amenazarlos e intentar torcer su veredicto aún no llegado. Todo racional y nítido.
En cuanto al indulto temido, pronosticado y previamente vilipendiado por las derechas, surge otro problema: al parecer, para que se otorgue, los condenados (si lo fueran) deberían solicitarlo, y ya hay unos cuantos que han anunciado que jamás se prestarían a eso: si lo pidieran, equivaldría a reconocer su culpa, y ellos no se considerarán culpables aunque resulten así declarados.
 Lo cual es otro absurdo: lo más probable es que la mayoría de los presos del mundo se vean a sí mismos inocentes, pero por desgracia poco importa lo que crean: les toca cumplir su pena si lo han determinado un juez o un jurado.
De todos es conocida la veleidad de la Agencia Tributaria: primero dice (lo dijo el ex-Presidente Zapatero) que es lícito cobrar a través de sociedades, y más tarde dice que no, y que además serán castigados retroactivamente quienes se valieran de ellas cuando estaban permitidas. 
 Como si mañana se decretara la Ley Seca y se multara retroactivamente a cuantos han bebido en el pasado.
 De la misma manera, lo que Hacienda juzgaba desgravable ahora lo juzga gravable, y los inspectores —si no estoy mal informado— perciben un bonus en función de lo que obtengan del contribuyente a su cargo. 
Se erigirían, de ser así, en juez y parte. 
Si todo esto fuera así, insisto, nos encontraríamos ante unas leyes cuando menos turbias.
 Pero son las existentes, y sé de muy pocos ciudadanos que hayan recurrido su aplicación ante Hacienda.
 La inmensa mayoría se aguanta, obedece y paga lo que se le exige.
Las leyes son a menudo injustas, estúpidas, abusivas.
 Pero, mientras no haya otras o se cambien, hay que cumplirlas.
 No me cabe duda, por ejemplo, de que un altísimo porcentaje de los contribuyentes que han tenido problemas con Hacienda (que ahora gusta de llamarse a sí misma Agencia Tributaria), inspeccionados y multados por ella, consideran que obraron de buena fe y de acuerdo con la legalidad.
Nuestra Constitución, como casi todas, prohíbe referendos de autodeterminación y defiende las autonomías, que no pueden ser abolidas, ni por Puigdemont y el Parlament (como lo hicieron con la catalana en septiembre de 2017) ni por Vox (que querría hacerlo con todas). 
Es posible discutir las leyes y modificar la Constitución, pero no contravenirlas por las bravas (que se lo pregunten a tantos contribuyentes damnificados). 
Personalmente no quisiera ver a Turull, Forcadell, Cuixart y compañía permanecer más tiempo en prisión; no les deseo ese mal, aunque hayan hecho enorme daño a Cataluña.
 Pero no soy quién para juzgar sus actos, o sólo con la opinión.
 Lo que no entiendo, y me parece sumamente nocivo, es que demasiados políticos, periodistas y ciudadanos se hayan erigido en jueces desde sus casas, hayan emitido su veredicto alegremente y los hayan prejuzgado. 
Culpables o inocentes, es lo mismo.

Tú sabes muy bien..........................................Mayra Montero

La relación del compositor Ernesto Lecuona y un joven, entonces alocado, dio pie al menos a una canción de despecho, según la autora.

QUERIDO PANCHO: Usted, que tenía respuesta para todo, dígame: ¿por qué cuando nos dicen que hagamos una carta pensamos en el amigo muerto?
Me gustaría que leyera esta.

 Hace unos años, cuando me avisaron que se había puesto grave, corrí al hogar de ancianos donde agonizaba y le hice una prueba para averiguar cuán claro estaba todavía.
 Le dije: “Cánteme la canción que le compuso Ernesto”.
Abrió los labios secos, trasteados por la muerte. Su voz, un hilo de ultratumba, salió afinada:
“Te he visto pasar, indiferentemente, y ni una emoción se apoderó de mí”.

Siempre se arrepintió de que su juventud alocada lo llevara a separarse de su gran amor, el insigne compositor cubano Ernesto Lecuona.
 El momento en que surgió el flechazo me lo contó mil veces. En esa época, mediados de los años treinta, usted tenía 16. 
Era atlético, buen nadador desde chiquito, con unos ojos verdes que mataban y un bigotito cómplice de los ardientes labios.
 El maestro Lecuona, sentado a una de las mesas de Los Aires Libres, esa terraza del paseo del Prado donde tocaba la primera orquesta de mujeres, lo vio pasar y saludar a un amigo en común. 
“Preséntamelo”, le suplicó Lecuona
El amigo se resistió. Usted, a tan tierna edad, ya era el amante de un famoso tenor de zarzuelas.
 Al maestro no le importó: “Preséntamelo”.
Se enamoraron en el acto y Lecuona se lo llevó a su finca, La Comparsa. 
Viviendo en ella alcanzó la mayoría de edad, realizó su sueño de coger clases de pintura y, como si fuera poco, asistió a momentos álgidos de la pasión cubana, como cuando Bola de Nieve se refugió entre ustedes, destrozado por la ruptura con su adorado novio, que era policía.
 O como cuando Ernestina Lecuona, compositora hermana del maestro, dolida por lo que consideraba alta traición, juró que jamás volvería a ver a Esther Borja, amiga y musa de Lecuona. 
Pero la infiel siguió frecuentando La Comparsa porque debía ensayar allí.
 Me daba risa cuando usted me contaba que, al anunciar que había llegado la cantante, el mayordomo se asomaba lívido al salón del piano: “Ahí viene la Borja”.
 Ernestina dejaba lo que estuviera haciendo y corría a encerrarse en su cuarto.

Algún tiempo después de abandonar la finca, donde terminó por sentirse como un pajarito enjaulado, coincidió con Lecuona, de pasada, en el enjambre de Los Aires Libres.
 A los dos días, el maestro compuso la canción del despecho y le mandó la partitura original, que usted, tan caprichoso coño, rompió en pedazos.
Quiero que sepa que guardé como un tesoro las cartas que se cruzaron siendo ya maduros, mientras Lecuona vivía en Tampa e intentaba crear nuevas operetas, encargándole que dibujara los bocetos. 
Terminé donándolas a una universidad, aunque me quedé con una. Fui incapaz de desprenderme de esa porque en ella hay una línea inacabada y clave: “Tú sabes muy bien…”.
Yo querría pensar que Lecuona estuvo a punto de escribir lo mismo que pone en su canción: “Tú sabes muy bien que fuiste mi locura”. Pero habían pasado los años.

 El maestro se acercaba al final, que lo sorprendió en Tenerife. Usted murió mucho más tarde, aquí en San Juan, llevándose en la boca el sabor de ese canto que balbuceó porque se lo pedí.
Descanse en brazos del genial fantasma. 
No se le ocurra seguir de largo nunca, pero nunca más.