Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

21 sept 2019

Trato de favor.....................................................Boris Izaguirre

Carlota Casiraghi, en una fiesta del fesival de Cannes, en Francia, en 2018.
Carlota Casiraghi, en una fiesta del fesival de Cannes, en Francia, en 2018.

Rachel Valdés, una artista en la vida de Alejandro Sanz

De origen cubano, la nueva pareja del cantante forma parte de la vanguardia de su país y es conocida por sus instalaciones de gran tamaño, una de las cuales se pudo ver en la neoyorquina Times Square.

 
En foto, Rachel Valdés en una imagen de su Instagram. En vídeo, la artista y modelo, Rachel Valdés, es la nueva pareja de Alejandro Sanz.

“Me inspira la naturaleza, intentar crear escenarios en diferentes entornos y espacios que puedan ayudar al espectador a percibir la realidad de diferente manera”, así se expresa en un vídeo publicado en su web, Rachel Valdés, a quién se señala como nueva pareja del cantante Alejandro Sanz.
 Valdés, de 30 años, es una artista de origen cubano que se graduó en la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro de La Habana en 2010 y en el Vermot Studio Center.
 Esta última es una selectiva organización sin fines de lucro situada en Johnson, ciudad del Estado de Vermont, que organiza programas de residencia en Bellas Artes y Escritura y está considerado como una de las más grandes de Estados Unidos en este tipo de disciplinas.
La artista se declara multidisciplinar y así lo refleja su página web donde se puede ver algunos ejemplos de su producción en pintura y fotografía. 
Pero la especialidad en la que más ha destacado, y por la que se la conoce especialmente en Latinoamérica, son las instalaciones de gran tamaño con las que busca interactuar con el espectador sea entendido o no en arte.
 Una de las más destacadas la bautizó The beginning of the end y consistió en una especie de caleidoscopio gigante a base de espejos que quedó instalada en la neoyorquina Times Square.

“Fue un reto crear para un espacio enorme”, afirma en su propia web, “compartir mi trabajo con personas de muy variados países, religiones, estilos. 
Para mí el arte es un lenguaje universal y de lo que va la pieza es de crear emociones y de estar conectados aunque cada uno experimente de forma diferente”.

'The beginning of the end', la obra que Rachel Valdés instaló en Times Square.
'The beginning of the end', la obra que Rachel Valdés instaló en Times Square.
Rachel Valdés mantiene un estudio en el barrio de El Vedado en La Habana, pero también reparte su trabajo entre Estados Unidos y Barcelona, ciudad a la que viaja periódicamente ya que es allí donde vive su hijo Max, de cinco años, fruto de su matrimonio con un catalán algunos años mayor que ella de quien está divorciada.
Considerada parte de la vanguardia artística cubana y habitual de la Bienal de este país, el arte y amigos comunes parecen haber sido el nexo que le ha unido a Alejandro Sanz. 
El cantante   confesó en 2018 a la agencia Efe que en un momento dado tuvo que elegir entre la pintura y la música, y eligió lo segundo. 
Pero el gusanillo quedó ahí y en mayo de 2018 retomó su afición a lo grande presentando en Nueva York su primera exposición. Smile, en colaboración con el artista mallorquín Domingo Zapata. 
Una treintena de cuadros con los que Sanz encontró otra vía para dar salida a sus emociones. 
“Solo fabrico caminos para que el arte que nace en mí camine hacia su hogar”, escribió entonces en sus redes sociales. La nueva pareja ni ha confirmado ni desmentido su relación, una práctica que Alejandro Sanz ha convertido en habitual en todo lo que concierne a su vida privada. 
Sin embargo no ha podido evitar que los rumores sobre la existencia de una nueva mujer en su vida, tras la separación de Raquel Perera —que ambos confirmaron el pasado mes de julio a través de sus redes sociales— se corroboraran después de unas imágenes en las que se les podía ver navegando juntos por los canales de Miami en el yate del cantante, a pesar de que su equipo de seguridad había revisado la zona para asegurarse de que no había paparazis.

Alejandro durante el acto en el que fue nombrado Hijo Predilecto de Sevilla el pasado mes de mayo.
Alejandro durante el acto en el que fue nombrado Hijo Predilecto de Sevilla el pasado mes de mayo. GtresOnline
Mientras Alejandro Sanz recorre Estados Unidos para cumplir con los compromisos de su gira y lo hace acompañado de Rachel Valdés, esta misma semana en España el cantante ha sufrido un revés en el contencioso que le enfrenta con Rosa Lagarrigue, quien fue su representante durante 25 años. 
Lagarrigue demandó al intérprete después de que este rompiera unilateralmente, en mayo de 2016, el contrato que les unía con un escrito enviado por el administrador del cantante.
 Este lunes se hizo pública una sentencia del Juzgado de Primera Instancia 74 de Madrid que condena al cantante a pagar 5,4 millones de euros a su exrepresentante por considerar injustificada la resolución del contrato de representación que les vinculaba.
 Una sentencia que se puede recurrir pero que augura tiempos de juzgados y negociaciones para Sanz, que también tiene pendiente disolver su matrimonio con Raquel Perera, que además de ser la madre de sus dos hijos más pequeños, Dylan y Alma, es quien llevaba las riendas de sus negocios.

 
 

 

Verónica Castro, el ocaso y el adiós de la reina de las telenovelas mexicanas

La actriz de 'La casa de las Flores' anuncia su retirada tras la polémica por su relación con otra mujer.

Verónica Castro en Ciudad de México, el año pasado.
Verónica Castro en Ciudad de México, el año pasado. Getty
Verónica Castro ya no quiere que se hable de su vida amorosa.
 La reina de las telenovelas mexicanas, de 66 años, anunció su retirada de la pequeña pantalla después de que su relación con otra mujer copara los titulares de los programas de espectáculos durante dos semanas
"La vida ha cambiado mucho pero yo no puedo con la agresión y el escarnio y digo adiós", anunció en Instagram.
 En ese momento, todos pensaron que era una broma. Pero lo que había comenzado como el rumor de una boda simbólica en Ámsterdam con otra actriz mexicana terminó por ser una pelea encarnizada en los medios de comunicación sobre su sexualidad. 
El drama, en un país en que la homosexualidad aún genera incomodidad, dio paso al ocaso de una carrera de más de 53 años. Según ha confirmado su representante a este periódico, el adiós de Castro es definitivo.

"¿Relaciones con mujeres? ¿Qué? ¿De amor?".
 La respuesta de la intérprete en julio de 2016 a las preguntas sobre sus amoríos con otras mujeres denotaba cierta sorpresa.
 Las habladurías no eran nuevas, pero pocas veces se la había interrogado tan directamente. 
"No, pues nunca ha venido ninguna a pedirme matrimonio, pero qué lindo sería, ¿no? Yo no tengo problemas con ese tipo de cosas". El desenfado de la reina de la televisión mexicana al hablar de la homosexualidad en la entrevista con la revista Quién sorprendió en ese momento.
 Durante décadas La Vero, como se la conoce en México, interpretó papeles en decenas de telenovelas de la cadena mexicana Televisa que ayudaban a perpetuar valores conservadores y religiosos.
Tres años después de esa entrevista, la que es una de las actrices más famosas de México ha vuelto a ser señalada por lo mismo. 
Y la que parecía una mujer abierta en 2016 —"si me llega una mujer y me prende el foco, no puedo decir de este agua no he de beber porque somos humanos y siempre tratamos de hacer cosas diferentes o de probar"— cambió de tornas este 2019. 
"No soy lesbiana en esta vida", sentenció. 
La declaración era una respuesta a los comentarios de Yolanda Andrade, una actriz y presentadora mexicana que dejó caer hace dos semanas en un programa de radio que se había casado con Castro en Ámsterdam hacía una década. 
La boda, según dijo, había sido un "acto de amor simbólico", no un casamiento legal.
 Una forma de poner un sello sobre una relación de muchos años. "Qué cantidad de tonterías. Todo es mentira", replicó la reina del culebrón, que acusó a Andrade de querer "comer" de su fama.
La relación entre Andrade y la familia Castro se remonta varios años atrás. 
La presentadora, de 47 años, saltó a las pantallas mexicanas a principios de los noventa al protagonizar Las secretas intenciones junto a Cristian Castro, hijo de La Vero.
 El trabajo en esa telenovela abrió la puerta a los rumores de un romance entre ellos. 
"Yo estaba locamente enamorada", dijo años después tras confirmar que había tenido una relación con el cantante. 
El amorío quedó enterrado rápidamente y Andrade estableció una amistad con la protagonista de La casa de las flores, la serie de Netflix estrenada el año pasado y que ya prepara otras dos temporadas.
Esa relación no había generado demasiado revuelo hasta hace 15 días.
 "Es como si te sacaran los trapitos de hace 20, 30 o 40 años, te acostaste con tal, te fuiste con mengano", comentó La Vero después de varios días de polémica. 
Al principio, la actriz se tomó los dichos con humor. 
Pero las amenazas de Andrade de publicar las fotografías de la boda la empujaron a admitir que se había casado "en broma" con la conductora. 
"De broma me he casado muchas veces, pero de veras nunca", aseguró en una entrevista en la prensa mexicana.
 "Mis dos grandes amores fueron los padres de mis hijos y hasta ahí. Yo ya voy de salida, ya déjenme en paz", reclamó.

 

Un fotograma de la serie 'La casa de las flores', de Netflix, con la actriz Verónica Castro sentada en medio.
Un fotograma de la serie 'La casa de las flores', de Netflix, con la actriz Verónica Castro sentada en medio.
La actitud de Castro, que primero negó la boda y después admitió que había sido de broma, se acomoda a una generación de famosos a los que la industria cultural se empeñó en mostrar como gente de valores católicos y clasistas. 
La actriz se catapultó a la fama, no solo en América Latina, sino también en Europa y Asia, a finales de los setenta a partir de su interpretación en Los ricos también lloran.
 Una producción que incluso la volvió famosa en países como Rusia, Japón y Polonia. 
Esa telenovela fue el primer gran golpe de una carrera que tuvo un pronunciado ascenso hasta finales del siglo pasado. 
En 1997, la actriz se alejó de la pequeña pantalla durante 10 años, y tras algunos pequeños papeles, volvió con fuerza en 2018 cuando se convirtió en la nueva estrella de la famosa serie mexicana La casa de las flores.
 En vísperas del estreno de la segunda parte de la producción de Netflix en la que interpreta a Virgina, el anuncio del fin de la carrera de Castro ha dejado un gusto amargo. 
"Por 53 años entregué mi vida con todo mi amor, gracias por todo", escribió en Instagram, "pero estoy agotada de tanto mal y como lo vengo diciendo hace ya muchos años quiero mi paz".

Pedro Almodóvar, el círculo íntimo que rodea al lobo estepario del cine

El cineasta, que cumple 70 años, vive acompañado discretamente de algunos incondicionales.

 

Aunque suele estar rodeado de gente, busca la soledad. Pedro Almodóvar cumple el próximo miércoles 25 de septiembre 70 años con los sueños colmados y un gran cúmulo de pesadillas acechantes.
 No es algo que deba escandalizar. 
Ni la revelación de ningún secreto íntimo: salta a la vista en Dolor y gloria, su última película, el autorretrato de un auténtico lobo estepario.
Como en la novela de Hermann Hesse, de forma parecida a Harry Haller, su protagonista, Almodóvar ha sabido elevar a categoría de arte su propio tormento: físico y anímico. 
Vive en una contradicción perpetua. Busca soledad, pero necesita reconocimiento.
 Sueña con autorecluirse , pero hay épocas en las que no le queda otra que sobreexponerse.
 Más ahora, en plena campaña internacional del filme y con la perspectiva de una dura etapa de promoción de cara a los próximos Oscar.
Lejos quedan los excesos de sus años locos: la fiesta perpetua de la movida.
 Almodóvar pasó de ser anfitrión madrileño para todo tipo de recibimientos, desde Andy Warhol a Madonna, a sumergirse en su vertiente de monje cartujo.
 Si el cine comenzó como un juego, hoy, para él, es una obsesión. Su conciencia de artista y la popularidad siempre buscada tenían un precio que le cuesta aún pagar: el aislamiento.
El círculo que lo rodeó durante años ha ido reduciéndose con el tiempo. 
Por elección y también a su pesar.
 Peleas y reconciliaciones han sido su dinámica emocional. Hoy, más zen y bastante machacado por lesiones, dolores crónicos o migrañas, convive, sobre todo, con sus fantasmas y acompañado discretamente de algunos incondicionales.
Pedro Almodóvar junto a Fernando Iglesias y Penélope Cruz en Nueva York, en 2006.
Pedro Almodóvar junto a Fernando Iglesias y Penélope Cruz en Nueva York, en 2006. Getty
Su círculo íntimo lo componen, de manera perpetua, tres personas. Esa es la verdadera realidad del rey del glamur en España: poco ruido y mucho orden.
 Para empezar, su pareja, Fernando Iglesias Mas.
 Empezaron su relación en 2002. Cuando Almodóvar acude con su troupe a cualquier evento, él destaca por sus casi dos metros de altura.
 Una medida que le llevó a practicar el baloncesto y, de paso, a aficionar al cineasta a este deporte.
 Se trata de una pasión que comparten juntos, como el tenis.

Iglesias Mas es polifacético: fotógrafo, actor y modelo. 
Su último éxito de taquilla fue Tres bodas de más, en 2013 y debe cierta popularidad a sus apariciones en la serie Águila roja. 
 Ha sido un habitual en los cameos de películas del director manchego desde Hable con ella y ha publicado como fotógrafo en revistas como el Vogue francés. 
Ayuda en labores de asistente al cineasta pero viven separados en Madrid: mientras Almodóvar tiene su domicilio en la calle Pintor Rosales, Iglesias Mas continúa en su casa del barrio de Malasaña.
Otro de sus refugios buscados es El Deseo, su productora.
 Su hermano Agustín y Esther García, responsable del diseño de producción de todas sus películas, son dos pilares de confianza.
 A medida que, tras Volver, su propio cine sufría altibajos y división de opiniones, por el contrario, su sello como productor ha ido afianzándose con apuestas de riesgo y algunas joyas, generalmente llegadas de Argentina, como Relatos salvajes, de Damián Szifron o El clan, de Pablo Trapero.
 Aparte ha apostado por documentales como El silencio de los otros o dos de las más aclamadas películas de Isabel Coixet, caso de Mi vida sin mí o La vida secreta de las palabras y la reciente Todos lo saben, del iraní Asghar Farhadi.
Esther García trabaja con Almodóvar desde 1986, pero ha logrado un total de seis Goyas con él y otros directores en filmes como Acción mutante, el primer largometraje de Álex de la Iglesia, Relatos salvajes o La vida secreta de las palabras. 
 En 2018 consiguió el Premio Nacional de Cinematografía, prueba del prestigio con que goza dentro de la profesión.
Agustín Almodóvar iba para profesor de química, pero lo cambió por las emulsiones del celuloide que despedían las películas de su hermano. 
En 1985 fundaron juntos El Deseo y desde entonces es su absoluto escudero y hombre de plena confianza. 
Gracias a él, el cineasta ha podido desarrollar su carrera ya que se ha ocupado de las tareas de producción y organización.

Relaciones ciclotímicas

Las relaciones ciclotímicas que mantiene con sus intérpretes le caracterizan.
 Su desencuentro más explosivo fue el de Carmen Maura después de Mujeres al borde de un ataque de nervios: tal como un divorcio que tuvo su reconciliación en Volver y su distancia posterior definitiva.
Con Antonio Banderas vive también sus épocas, aunque se entienden mejor.
 La fortaleza mental del malagueño queda a las claras cuando ha tenido el arrojo de hacer de Almodóvar delante de él en Dolor y gloria y salir, hasta ahora, aparentemente, indemne, además de con un premio en Cannes a la mejor interpretación.
 Su debilidad es Penélope Cruz: con ella ejerció una complicidad de mentor y alumna aventajada que favorece siempre el trabajo de ambos.
Luego está la troupe: un fantasmagórico club que reúne restos supervivientes de la movida —Alaska o el diseñador gráfico Juan Gatti, autor de la mayoría de sus carteles y títulos de crédito, es decir, de una nada desdeñable parte de su iconografía—, incondicionales como Rossy de Palma y Bibi Andersen y encuentros con actores de generaciones posteriores a la de los ochenta: Javier Cámara, Raúl Arévalo, Carlos Areces, Blanca Suárez o ahora Asier Etxeandia.