Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

9 sept 2019

El viaje de ‘soltera’ de Meghan Markle a Nueva York

La duquesa de Sussex se dejó ver en las gradas del US Open animando a Serena Williams, acudió a una clase de yoga y visitó a un amigo estilista.


Meghan Markle en el US Open de tenis, en Nueva York, el pasado sábado.
Meghan Markle en el US Open de tenis, en Nueva York, el pasado sábado. GTRES

 

Meghan Markle ha aprovechado este fin de semana para descansar de la vida de palacio y retomar su vida neoyorkina.
 La duquesa de Sussex ha viajado a Nueva York sin la compañía de su esposo, el príncipe Enrique de Inglaterra, ni de su hijo Archie, de cuatro meses.
 En este viaje de soltera, Markle se ha dejado ver en las gradas del US Open de tenis animando a Serena Williams.
 Aunque la tenista no logró vencer a su rival Bianca Andreescu, la duquesa aplaudió y apoyó en todo momento a su gran amiga.
Para esta escapada, Markle optó por un look informal con un vestido vaquero de corte camisero y cinturón de J. Crew y una chaqueta larga de punto gris plata sobre los hombros.
 En las gradas, la duquesa se sentó junto a la madre de Serena Williams, Oracene Price.
 Detrás de ellas estaban la hermana de la tenista, Venus Williams y la editora de la revista Vogue, Anna Wintour.
 Las cuatro compartieron confidencias y risas a lo largo del partido. Sentado en la fila delante de Meghan Markle se encontraba también Alexis Ohanian, el marido de Serena Williams y el padre de su hija Alexis Olympia, de dos años.
Sin embargo, el tenis no ha sido el único deporte protagonista de este fin de semana para Meghan Markle. 
Según han publicado algunos medios como Hello! o The Times, la duquesa ha aprovechado el viaje a la gran manzana para practicar yoga en un centro ubicado en West Village, una de las zonas más exclusivas de la ciudad. 
Se trata de un centro ecológico, Modo Yoga, al que acudió a una clase de unas 60 personas.
 La duquesa, que acaparó todas las miradas, estuvo acompañada de su gran amigo el maquillador Daniel Martin, quien se encargó de maquillarla el día de su boda con el príncipe Enrique, en mayo de 2018.
Meghan Markle, en las gradas del US Open de tenis de Nueva York, junto a la madre y hermana de Serena Williams y la editora de 'Vogue', Anna Wintour.  
Meghan Markle, en las gradas del US Open de tenis de Nueva York, junto a la madre y hermana de Serena Williams y la editora de 'Vogue', Anna Wintour. GTRES
Martin fue uno de los primeros en visitar a Meghan Markle en Frogmore Cottage poco antes de dar a luz y ahora la duquesa le ha devuelto la visita coincidiendo con su cumpleaños, motivo por el que le regaló unos coloridos dulces que el maquillador no dudó en compartir en su Instagram, agradeciéndoselo a su amiga Meg, el apelativo con el que se dirige a la duquesa.
Meghan Markle siempre ha reconocido ser una gran adepta al yoga, ejercicio que empezó a practicar gracias a su madre, Dorian Ragland, que es instructora. 
Según publica Page Six, Markle iba acompañada de dos oficiales de seguridad e intentó pasar desapercibida durante la clase. “Algunos sonrieron al reconocerla, pero nadie la molestó”, asegura un testigo. 
El portal estadounidense también informa que la duquesa se alojó en la casa de su amiga Misha Nonoo, cerca del centro de yoga, en lugar de irse a un hotel.

Esta es la segunda vez que Markle viaja sola a Nueva York este año, ya lo hizo en febrero cuando visitó The Mark Hotel, en la zona de Manhattan, para celebrar su polémico babyshower, muy criticado por el dinero que costó y por su vuelta a Londres en un avión privado (concretamente el avión de George y Amal Clooney, grandes amigos de los duques). 
Sin embargo, esta sí es la primera vez que viaja sin su hijo Archie desde que este llegara al mundo el pasado 6 de mayo. 
 Este viaje llega unas semanas después de haber estado los duques de Sussex en el centro de la polémica por utilizar aviones privados para sus vacaciones.
 A su regreso a Londres, la duquesa pondrá rumbo a África junto a su marido y su hijo, en su primer viaje oficial tras convertirse en madre y con el que continuarán con el legado de Lady Di.


Valentino se despide de su villa toscana

El diseñador pone a la venta su afamada casa La Vagnola, por la que han pasado Sofia Loren, Gwyneth Paltrow o Constantino de Grecia, por 12 millones de euros.

Vista de Villa La Vagnola, de Valentino Garavani.  
 
Vista de Villa La Vagnola, de Valentino Garavani. Christie's Real State

El diseñador italiano Valentino Garavani, de 87 años y una de las últimas leyendas de la alta costura, influencer antes de Instagram y también en la era de las redes sociales, tan famoso o más que sus clientas y amigas, amante de lo bello y perfeccionista acérrimo, ha decidido desprenderse de una de sus mansiones más lujosas, la villa La Vagnola de la Toscana, un refugio hecho a su medida. 

El mítico modista ha puesto a la venta recientemente por 12 millones de euros este tesoro inmobiliario que compró hace 33 años y que ha sido su nido de verano durante todo este tiempo. Por allí han pasado infinidad de celebridades, atraídas por el lujo y por la intimidad y la sugestión de los paisajes de la Toscana.

 Como Sofia Loren, confidente íntima y musa del sastre: de tantas veces que estuvo en la mansión, Valentino y su antiguo socio y expareja, Giancarlo Giammetti, acabaron poniendo el nombre de la actriz a una de las 15 habitaciones de la casa.

La imponente villa, de 1.600 metros cuadrados, está enclavada en uno de los cerros de la pequeña localidad medieval de Cetona, en la provincia de Siena.
 Su historia está vinculada desde sus orígenes a la ostentación. La mandó levantar en el año 1750 el noble Salustio Terrosi para celebrar su matrimonio con Maria Antonietta Vagnoli.
 Un espectacular parque de algo más de 10 hectáreas, delimitado por un cinturón de olivos envuelve a la villa y contribuye a dar privacidad a sus inquilinos. 
Fuera de la casa hay un anfiteatro de piedra con 200 puestos en las gradas, una tumba etrusca del siglo VII a.C., una sauna, una piscina y enormes jardines a la italiana proyectados por el arquitecto Paolo Pejrone.
El interior es un fiel reflejo de la magnificencia que siempre ha caracterizado a Valentino.
 Los lujos se distribuyen por doquier: techos y paredes suntuosamente decorados, reproducciones de acuarelas austriacas de inicios del siglo XIX, suelos de mármol y terracota, vidrieras y un largo etcétera que culmina en la espléndida sala del billar, coronada por un majestuoso fresco en el techo. 
Todo el diseño lleva la firma del desaparecido Renzo Mongiardino, un notable arquitecto y decorador de interiores muy aclamado en Italia y en el extranjero.
 Estuvo nominado en dos ocasiones al Oscar en la categoría de mejor escenografía, trabajando a las órdenes del director Franco Zeffirelli, en 1968 por La mujer indomable y en 1974 por Hermano sol hermana luna.
Valentino, el pasado julio en París.  Valentino, el pasado julio en París. CORDON PRE

 Cuando Valentino y Giammetti compraron la casa lo hicieron con la intención de pasar en ella largos periodos de reposo en verano.

 Pero la mansión, más allá de su exclusividad, también ha sido escenario de todo tipo de eventos que han tenido como invitados a los amigos ilustres de la pareja.

 Lo que se ha vivido dentro de los muros de la villa La Vagnola la convierte en guardiana de un mundo en extinción. 

Fiestas y pasarelas improvisadas estaban a la orden del día cada verano.

 Las actrices Gwyneth Paltrow, Monica Vitti, Gina Lollobrigida; el rey Constantino de Grecia; la productora Maria Cicogna; el músico y actor Ronn Moss; la actriz Bianca Jagger o los Agnelli, los reyes sin corona de Italia han sido algunos de sus huéspedes célebres.

Cuando se reunían en este rincón de la Toscana iban a comer al restaurante Nilo, uno de los más típicos y singulares de la zona, que era un mesón que acabó convirtiéndose en un restaurante de gran calidad. 
En algunas ocasiones, también llevaban la comida a la villa para disfrutarla en sus jardines.
Una imagen de Villa La Vagnola, de Valentino Garavani. 
Una imagen de Villa La Vagnola, de Valentino Garavani. CHRISTIE'S REAL ESTATE
La fortuna de Valentino, que tiene varias casas repartidas por el mundo, destaca por su patrimonio inmobiliario. 
El modisto posee un magnífico edificio en la Plaza España de Roma, donde está una de las tiendas más grandes de su firma, y el Palacio Mignanelli, sede del histórico Atelier del diseñador.
En Francia, cerca de París, Valentino tiene el Château de Wideville, del siglo XVII y que fue construido por un ministro de Finanzas de Luis XIII.
 El modisto italiano, que compró la residencia en 1995, le dio su toque personal con decoraciones y artesanía de inspiración asiática. Cada mes de julio celebra una gran gala allí, en la que la mayoría de los invitados visten sus creaciones.
 Este año reunió a Marie Chantal Miller y a su hija Olympia de Grecia; Rosario Nadal y su hija la princesa Mafalda de Bulgaria; Karine de Brabant, Zoe de Givenchy, el arquitecto Dax Miller, la duquesa Chantal Hochuli, la productora Colleen Bell, la aristócrata Beatrice Vicenzini, la estilista Caroline Sieber y a Naty Abascal, entre otros.

 

Ronan Farrow, el hijo de Woody Allen y Mia Farrow que no siguió su destino

Le llamaban el niño genio y no ha defraudado: destapó el caso Weinstein, ganó el premio Pulitzer y ha superado los traumas a los que parecía condenado por la historia de su familia.

Ronan Farrow, en una entrega de premios en Nueva York en mayo. En vídeo, Farrow habla del caso Weinstein y de su familia en una entrevista en 2017.
El célebre periodista Ronan Farrow, de 31 años, ríe por no llorar. En 2012 escribió en Twitter: "Feliz día del padre. O como lo llamamos en mi familia, feliz día del cuñado".
 La broma hacía referencia a la polémica relación que su padre, Woody Allen, mantiene con su hermana adoptiva Soon-Yi, 36 años menor que el director de cine. 
El chiste dio un giro inesperado un par de años después cuando su madre, Mia Farrow, sostuvo que "probablemente" el progenitor de Ronan era Frank Sinatra, con quien estuvo casada entre 1966 y 1968.
 El humor del joven volvió a desplegarse en las redes sociales. "Ey, todos somos 'probablemente' hijos de Frank Sinatra", tuiteó. 
Pero a pesar de los escándalos familiares, la meteórica carrera del joven es poca broma. 
El Pulitzer que recibió el año pasado por su reportaje de investigación sobre los abusos del productor Harvey Weinstein son solo una muestra de ello.
Lo llamaron Satchel O'Sullivan.
 El nombre era un homenaje al jugador de béisbol Satchel Paige y el apellido el de su abuela, la actriz Maureen O'Sullivan (Jane en Tarzán, 1932).
 Ahora es Ronan y describe a ese pequeño Satchel como un niño nerd que en los recreos se quedaba conversando en la sala con los maestros y llevaba todos los días tofu para la hora de comer.
 En casa compartía la mesa con sus 10 hermanos adoptivos, varios de ellos rescatados de países desfavorecidos. 
"Crecí frente a Moisés, que tiene parálisis cerebral, y junto a mi hermana Quincy, cuya madre era drogadicta, y Frankie-Minh que es ciega. 
Vi problemas y necesidades", explicaba Ronan en 2013 a Vanity Fair. 
 En ese entorno se convirtió en un niño prodigio. 
A los 11 años entró a estudiar Artes a la Universidad de Bard, convirtiéndose en el alumno más joven en conseguir un diploma. Al año siguiente entró a estudiar derecho en Yale, institución de la que graduó a los 22 años. 
 Durante ese periodo contrajo una infección en la pierna que lo obligó a moverse en silla de ruedas o con muleta durante cuatro años.
Ronan Farrow, en brazos de Woody Allen y junto a su madre Mia y su hermana Dylan. 
Ronan Farrow, en brazos de Woody Allen y junto a su madre Mia y su hermana Dylan. Getty Images
Mientras escalaba a pasos agigantados en su vida profesional, los tabloides más sensacionalistas detallaban descarnadamente la ruptura de sus padres. 
Pero el "niño genio", como lo describió The New York Times años atrás, no se desvió de su sólido camino al éxito.
 Antes incluso de acabar su segunda carrera, Ronan, de 21 años, comenzó a trabajar en el departamento de Estado para el veterano diplomático Richard Holbrooke, el elegido por Barack Obama para representar a Estados Unidos en Afganistán y Pakistán. 
El paso siguiente —como siempre en su carrera, de forma acelerada— fue convertirse en asesor de Hillary Clinton en la Oficina de la Juventud sobre Asuntos Globales.
 Con la ayuda de la prestigiosa beca Rhodes cursó relaciones internacionales en la Universidad de Oxford en 2011.

En un punto llegó el fracaso.
 Motivado por las expectativas generadas en torno a su magnética figura, Farrow aceptó conducir un programa vespertino de lunes a viernes en la MSNBC.
 Solía ser un invitado habitual en la cadena televisiva y tenía un espacio popular sobre redes sociales.
 Pero obtuvo una audiencia tan baja que solo estuvo en el aire 10 meses, los suficientes para abandonar sus deseos de cimentar una carrera televisiva frente a la pantalla. 
"Las dos personas que vieron el programa lo apreciaron: los dos espectadores, la mitad de ellos mi madre", ha dicho en varias entrevistas sobre el asunto.
 El joven sigue fiel a su estilo: se ríe para no llorar.
Tras la cancelación de su programa, Ronan se quedó como corresponsal en NBC News.
 Trabajaba en el equipo de investigación publicando historias sobre corrupción, injusticias laborales, agresiones en las universidades, entre otras. 
Un día le propuso a su editora rascar el musgo de Hollywood y sacar a la luz el racismo, la pedofilia y el acoso sexual de la industria de las estrellas. 
Solo le compraron el último tema, sin tener idea que cambiaría para siempre el modo de hacer en la meca del cine. 
Al mordaz periodista le olía a podrido Harvey Weinstein. 
Primero fue a entrevistar a la actriz Rose McGowan que en una ocasión había tuiteado sobre él, sin mencionarlo, pero que invitaba a juntar las piezas.
 Después de ella entrevistó a 300 fuentes más.
Ronan Farrow, en el rodaje de 'Todos dicen I love you', de Woody Allen, en octubre de 1995. 
Ronan Farrow, en el rodaje de 'Todos dicen I love you', de Woody Allen, en octubre de 1995. Getty Images
Cuando por fin tenía la historia que delataría al depredador sexual, la NBC le negó la publicación y no le renovó el contrato.
 Para entonces, se enteró de que The New York Times también estaba trabajando en un reportaje sobre los abusos sexuales del productor. 
Por si fuera poco, se había visto obligado a mudarse de su piso de Columbus Circle debido a amenazas que le hicieron temer por su seguridad.
 Weinstein ya sabía lo que tramaba y había contratado agentes para que lo acecharan.
 A la revista GQ le contó el año pasado que llamó a su pareja llorando sin saber qué hacer (a pesar de ser muy elocuente en las redes sociales, Farrow no suele hablar de su vida privada).
"No sabía si alguna vez volvería a tener un trabajo como periodista", narró entonces.
 Pero Ken Auletta, del The New Yorker, tenía otro plan para él.
La historia del reportaje que engendró el movimiento #MeToo es conocida.
 Pero los detalles del despido de la NBC y lo que tuvo que afrontar Ronan por desafiar a un gigante de una de las industrias más poderosas de Estados Unidos, no. Por eso el escritor publicará este 15 de octubre su segundo libro: Atrapa y mata: mentiras, espías y una conspiración para proteger a los depredadores
El texto promete revelar en formato thriller la otra cara del reportaje del Pulitzer.
 El adelanto que ha realizado Amazon es de lo más atrayente: 
"Esta es la historia no contada de las tácticas exóticas de vigilancia e intimidación desplegadas por hombres ricos y conectados para amenazar a los periodistas, evadir la responsabilidad y silenciar a las víctimas de abuso".



 

Pantone nutricional: lo que el color de los alimentos dice de las sustancias beneficiosas que contienen

La dieta no es elegir colores, pero hay fitoquímicos beneficiosos para la salud que pueden detectarse por la tonalidad que presentan las frutas y las verduras.

Pantone nutricional: lo que el color de los alimentos dice de las sustancias beneficiosas que contienen
Pocas veces nos paramos a contemplar el colorido del plato, y menos aún cuando nos gustan los alimentos que vemos en él (la comida entra por los ojos). 
Pero quizá no sea una mala idea detenerse, a la luz de una reciente investigación de la Universidad Rush de Boston y el Centro de Investigación en Nutrición Humana Tufts de Boston, cuyo objeto de estudio ha sido el color verde de ciertos alimentos. 
Según el trabajo, publicado en la revista Neurology, comer verduras y ensaladas no solo es una elección de interés nutricional, sino que puede ayudar a preservar la memoria y las habilidades mentales. Durante cinco años, los científicos estudiaron la rutina de 960 adultos –de una media de edad de 91 años– para buscar la relación entre el consumo de verduras de hoja verde y los resultados de las pruebas cognitivas. 
La conclusión fue que añadir a la dieta aproximadamente una ración diaria de verduras de este color puede ayudar a frenar la pérdida de la memoria.
Sin embargo, no es el verde en sí mismo el que hace de las hortalizas de hoja una opción saludable, sino las sustancias presentes en alimentos con esa tonalidad. 
"No podemos determinar la composición nutricional de una fruta u hortaliza únicamente por su color", aclara Manuel Moñino, presidente del comité científico de la Asociación para la Promoción de Frutas, Verduras y Hortalizas '5 al día'.
 Lo que sí se puede conocer, añade, es la predominancia de compuestos fitoquímicos responsables del color, que las investigaciones más recientes atribuyen a beneficios para la salud. 
 Si bien no existen declaraciones autorizadas por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria sobre las propiedades de estos elementos, desentrañar lo que encierra la gama cromática de las frutas y las verduras puede ayudarnos a conocer algunas de sus bondades nutricionales.
 Eso sí, de nada sirve basarse únicamente en esto.

 El dietista-nutricionista recuerda que no existen alimentos ni colores mágicos, por eso no sirve de nada basarse solo en los colores para elegir el menú, pero también está claro que cuanto más variado sea el color del plato, mejor.

Pantone nutricional: lo que el color de los alimentos dice de las sustancias beneficiosas que contienen

Verde para una vista duradera

El kiwi, la alcachofa, las acelgas, las espinacas y las lechugas son algunas de las frutas y verduras verdes que deben su característico color a la clorofila, y suelen ser alimentos ricos en luteína, un potente antioxidante que se asocia a la reducción del riesgo de la degeneración macular, una afección que reduce la agudeza visual.

 Además, las verduras de color verde son por lo general ricas en vitamina K, fibra, magnesio y ácido fólico, esencial en procesos vitales como la gestación.

 Aunque deberían estar siempre presentes en nuestra alimentación, debemos tener en cuenta que ni todo 'lo verde' es igual, ni el color es excluyente.

 Por ejemplo, los alimentos de la familia de las crucíferas, como el brócoli y las coles de Bruselas, contienen sustancias como los glucosinolatos (relacionadas con un potencial efecto protector frente al cáncer), característica que comparten con la coliflor, su "prima" de color blanco.

Pocas veces nos paramos a contemplar el colorido del plato, y menos aún cuando nos gustan los alimentos que vemos en él (la comida entra por los ojos). Pero quizá no sea una mala idea detenerse, a la luz de una reciente investigación de la Universidad Rush de Boston y el Centro de Investigación en Nutrición Humana Tufts de Boston, cuyo objeto de estudio ha sido el color verde de ciertos alimentos. Según el trabajo, publicado en la revista Neurology, comer verduras y ensaladas no solo es una elección de interés nutricional, sino que puede ayudar a preservar la memoria y las habilidades mentales. Durante cinco años, los científicos estudiaron la rutina de 960 adultos –de una media de edad de 91 años– para buscar la relación entre el consumo de verduras de hoja verde y los resultados de las pruebas cognitivas. La conclusión fue que añadir a la dieta aproximadamente una ración diaria de verduras de este color puede ayudar a frenar la pérdida de la memoria.
Sin embargo, no es el verde en sí mismo el que hace de las hortalizas de hoja una opción saludable, sino las sustancias presentes en alimentos con esa tonalidad. "No podemos determinar la composición nutricional de una fruta u hortaliza únicamente por su color", aclara Manuel Moñino, presidente del comité científico de la Asociación para la Promoción de Frutas, Verduras y Hortalizas '5 al día'. Lo que sí se puede conocer, añade, es la predominancia de compuestos fitoquímicos responsables del color, que las investigaciones más recientes atribuyen a beneficios para la salud. Si bien no existen declaraciones autorizadas por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria sobre las propiedades de estos elementos, desentrañar lo que encierra la gama cromática de las frutas y las verduras puede ayudarnos a conocer algunas de sus bondades nutricionales. Eso sí, de nada sirve basarse únicamente en esto. El dietista-nutricionista recuerda que no existen alimentos ni colores mágicos, por eso no sirve de nada basarse solo en los colores para elegir el menú, pero también está claro que cuanto más variado sea el color del plato, mejor.
Pantone nutricional: lo que el color de los alimentos dice de las sustancias beneficiosas que contienen

Verde para una vista duradera

El kiwi, la alcachofa, las acelgas, las espinacas y las lechugas son algunas de las frutas y verduras verdes que deben su característico color a la clorofila, y suelen ser alimentos ricos en luteína, un potente antioxidante que se asocia a la reducción del riesgo de la degeneración macular, una afección que reduce la agudeza visual. Además, las verduras de color verde son por lo general ricas en vitamina K, fibra, magnesio y ácido fólico, esencial en procesos vitales como la gestación. Aunque deberían estar siempre presentes en nuestra alimentación, debemos tener en cuenta que ni todo 'lo verde' es igual, ni el color es excluyente. Por ejemplo, los alimentos de la familia de las crucíferas, como el brócoli y las coles de Bruselas, contienen sustancias como los glucosinolatos (relacionadas con un potencial efecto protector frente al cáncer), característica que comparten con la coliflor, su "prima" de color blanco.

La salud cardiovascular del blanco de la cebolla y el ajo

Dentro de esta gama de color se encuentran el ajo, la cebolla, el rábano y el puerro.
 Según detalla Moñino, generalmente estos alimentos aportan fitoquímicos como los indoles, que pueden influir en el proceso de proliferación celular, que está relacionado con el desarrollo de tumores. 
Además, algunos ingredientes como el ajo y la cebolla contienen alicina y quercitina, unas sustancias azufradas que les otorgan, además de su característico aroma, unas propiedades susceptibles de mejorar la salud cardiovascular.
Pantone nutricional: lo que el color de los alimentos dice de las sustancias beneficiosas que contienen

Naranjas y amarillos, una pista hacia la vitamina A

Existe una creencia popular que sostiene que las zanahorias son buenas para la vista y, en parte, es cierta.
 "El alimento en sí no es beneficioso para la salud visual, pero sí lo es el betacaroteno, el pigmento que da color a los alimentos de tonalidad naranja como las calabazas, los mangos y las naranjas, el cual nuestro organismo transforma en vitamina A", subraya el experto.
 Entre las bondades potenciales de la vitamina A también destaca la de contribuir al mantenimiento de la piel en condiciones normales y al fortalecimiento del sistema inmunitario.

Rojo licopeno, con tonos de antioxidante

Es uno de los colores más llamativos de la paleta cromática y uno de los más sugerentes, también en nuestra cesta de la compra. 
El licopeno –un tipo de carotenoide– es el responsable de esas tonalidades vivas en las frutas y verduras, y también es un fitoquímico que ha sido objeto de estudio por sus cualidades antioxidantes. 
Moñino explica que algunas de las últimas investigaciones apuntan a que podría proteger nuestro sistema cardiovascular y jugar un papel protector frente a varios tipos de cáncer. Fresas, sandías, pimientos, tomates… además de compartir color, por lo general todos ellos se caracterizan por ser ricos en vitamina C.

Pantone nutricional: lo que el color de los alimentos dice de las sustancias beneficiosas que contienen

Violeta, ¿un color de mujer?

Las uvas, las ciruelas, la col lombarda, los arándanos y las moras deben su color a un pigmento llamado antocianina, un fitoquímico con efectos antioxidantes que pueden llegar a ser buenos en la prevención de los problemas cardiovasculares. 

 De hecho, un estudio de la Universidad de East Anglia, en Reino Unido, determinó que, en las mujeres, un alto consumo de estos alimentos puede disminuir el riesgo de sufrir un infarto de miocardio.