Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

6 sept 2019

Brad Pitt pasó año y medio en Alcohólicos Anónimos tras su divorcio

Tres años después de anunciar su separación de Angelina Jolie, el actor ha contado que el alcohol fue uno de los motivos por los que se desmoronó su matrimonio.

brad pitt
Brad Pitt, en la presentación de 'Ad Astra' en el Festival de Venecia, el 29 de agosto. Getty Images

 

Hace casi tres años desde que Brad Pitt y Angelina Jolie anunciaron el final de su matrimonio después de una historia de amor que duró más de una década. 
La pareja era una de las más perseguidas y queridas de Hollywood, por lo que su ruptura supuso un shock para sus seguidores.
 Sin embargo, con el tiempo se han ido conociendo detalles de lo que luego se ha desvelado como un agrio divorcio que ha tardado años en dirimirse.
El último capítulo del mismo lo escribe ahora Pitt, que ha hablado sobre su relación con la protagonista de Maléfica durante la promoción de su nueva película, Ad Astra, que llegará a las salas a finales de septiembre.
 En una entrevista con The New York Times, el intérprete ha explicado cómo el final de su matrimonio se vio condicionado por su adicción al alcohol, algo que ya había comentado hace un par de años en una entrevista con la revista GQ.
 Sin embargo, esta vez ha explicado que tuvo que pasar por terapia para superar su adicción y que decidió recurrir a la ayuda de Alcohólicos Anónimos.
 "Tenía sentados alrededor a un montón de hombres abriéndose y siendo honestos de un modo que nunca había escuchado", relata. "Creo que se convirtió en un lugar seguro donde no se juzgaba a nadie". 
Según explica, formó parte del programa durante un año y medio. "Lo cierto es que resultaba bastante liberador exponer sin más tu lado más desagradable", reflexiona el actor sobre su paso por las charlas de esta asociación.
 "Hay un gran valor en todo ello. Llevé las cosas hasta el límite, así que ya he eliminado todos las licencias que me he tomado respecto a la bebida", explica.
En esa misma entrevista, Pitt también habla acerca de cómo le afectó la inmensa fama que tuvo en los años noventa, que terminó de invadirle durante su matrimonio con la también actriz Jennifer Aniston, con quien estuvo casado entre 2000 y 2005. 
"Era realmente incómodo para mí, con esa mezcla de expectativas y juicios de valor", asegura hoy, casi dos décadas después. 
"Me convertí casi en un ermitaño y decidí condenarme al olvido". 
Brad Pitt ha estado casado dos veces y tiene seis hijos (tres biológicos y otros tres adoptados) de su unión con Angelina Jolie. Precisamente los niños han sido la mayor complicación a la hora de dirimir su matrimonio, ya que ambos han batallado por quedarse con la custodia de los chicos y por la pensión de los mismos, cuyas edades van desde los 18 años del mayor, Maddox —que acaba de empezar la Universidad en Seúl (Corea del Sur)— a los 11 que tienen los gemelos Knox y Vivienne.

Las dificultades de su separación han sido tales que en junio de 2018 un juez californiano le exigió a la actriz que debía permitir que sus hijos establecieran "una relación sana y fuerte" con su padre.
 Meses después, ella le demandaba ante los tribunales para exigir que Pitt pagara "el 50% de los gastos de los niños", así como una compensación retroactiva. 
Entonces el actor aseguró que había pagado más de 1,1 millones de euros en "recibos y facturas para el bienestar de Jolie y los niños". En diciembre consiguieron un acuerdo para la custodia de los pequeños.

 

‘Dolor y gloria’, de Pedro Almodóvar, representará a España en los Oscar

El drama protagonizado por Antonio Banderas ha sido elegido por la Academia del Cine español por encima de 'Mientras dure la guerra' y 'Buñuel en el laberinto de las tortugas'.

  • En el video, tráiler oficial de 'Dolor y gloria'.
    Dolor y gloria, de Pedro Almodóvar, será la representante española en la categoría del premio Oscar a la mejor película internacional. 
    La actriz Belén Cuesta ha leído esta mañana esta designación en la sede de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas.
     La seleccionada ha sido elegida por encima de Mientras dure la guerra, de Alejandro Amenábar, y Buñuel en el laberinto de las tortugas, de Salvador Simó, que completaban el trío de filmes preseleccionados -el pasado 21 de agosto- por la Academia para que sus miembros eligieran el título que representará a España en los Oscar. 
    La 92ª edición de los premios celebrará su gala el sábado 9 de febrero de 2020 en Los Ángeles. 
    Es la séptima vez que la institución selecciona una obra de Almodóvar para competir en los Oscar.
    En la Academia, la productora Esther García contó que la película se estrenará el 4 de octubre en salas en Estados Unidos. 
    "La distribuidora Sony Classics ya está haciendo proyecciones entre académicos para poder optar a otras nominaciones. Para nosotros es importantísima esta selección: somos los representantes de España".
     La película ya se ha proyectado en Estados Unidos en el festival de Telluride, en Colorado, donde la presentó Antonio Banderas, que con ella obtuvo el premio al mejor actor en Cannes. 
    Este fin de semana se presentará en el certamen de Toronto y el 27 de septiembre se verá en el festival de Nueva York, para el que, además, Pedro Almodóvar ha diseñado el cartel.
     Pedro Almodóvar ya ha entrado en el quinteto finalista en dos ocasiones por el Oscar al mejor filme de habla extranjera con Mujeres al borde de un ataque de nervios y Todo sobre mi madre, que finalmente se llevó el galardón, en 1999. 
    El cineasta también ganó la estatuilla al mejor guion original por Hable con ella, en 2003, cuando también fue nominado en la categoría de mejor dirección.
    Esther García, Premio Nacional de Cinematografía 2018, aseguró que en El Deseo ya saben lo que es trabajar una película en Estados Unidos con pico y pala. 
    En cuanto a su carrera comercial en España, el filme ya está en plataformas en streaming:
     "Sony la ha mantenido en algunas salas, pero el recorrido ya está hecho". En España, el filme ha superado los 900.000 espectadores y ha recaudado más de seis millones de euros.

    En el video, tráiler oficial de 'Dolor y gloria'.


    En un comunicado, Almodóvar ha contado:
     "En estos momentos estoy viajando al festival de Toronto, por lo que no puedo estar en la Academia con todos vosotros, pero quiero agradecer a los académicos españoles el apoyo y la oportunidad de poder competir, una vez más, en la categoría de mejor Película Internacional en los próximos Oscar. 
    Es todo un honor representar a nuestra industria, justamente Toronto es un lugar perfecto para comenzar nuestra campaña. No será fácil estar entre las cinco nominadas porque hay mucha competencia, cada año más, pero haré, junto a El Deseo y Sony Pictures Classics, todo lo posible para que así sea. 
    Quiero hacer partícipes de mi alegría a todos los actores y técnicos que han intervenido en la película.
     Gracias a ellos por su talento y entrega, y a la Academia por darnos esta oportunidad. Gracias de corazón",
    En Cannes, donde empezó en mayo la carrera internacional de Dolor y gloria, Almodóvar habló con EL PAÍS sobre este drama protagonizado por Salvador Mallo, un alter ego del cineasta encarnado por Antonio Banderas, y resumía así su amor por el cine:
     "Aunque el personaje de Antonio está en una situación más crítica que la mía, yo sufría un miedo parecido a no poder rodar por enfermedad, a que no hubiera ninguna película más.
     Tengo una gran dependencia por hacer cine, es absoluta. 
    Ese es, para mí, el tema más personal de Dolor y gloria.
      Ha sido… terapéutica, aunque odio esa palabra, porque nadie dirige como terapia". Almodóvar acaba de recibir el León de Oro de Honor en el festival de Venecia.
    Otros 30 países ya han ido anunciando estos días sus representantes.
     Suecia envía And Then We Dance, que se estrenó en la Quincena de Realizadores de Cannes; por Uruguay irá Así habló el cambista, de Federico Veiroj; Croacia ha seleccionado Mali; Brasil envía A Vida Invisível de Eurídice Gusmão, de Karim Aïnouz, ganadora en Una cierta mirada; Rumanía ha elegido La Gomera; por Hungría va Those Who Remained; Japón ha preferido la animada Weathering With You; 
     Noruega ha elegido Out Stealing Horses, de Hans Petter Moland, que concursó en la pasada Berlinale; por Holanda va Instinto, con Carice von Houten; Marruecos envía Adam, de la debutante Maryam Touzani, que estuvo en Una cierta mirada; Macedonia del Norte ha seleccionado Honeyland, documental ganador en Sundance, y por Colombia estará Monos, de Alejandro Landes, premio Especial del Jurado en Sundance. Aunque Corea del Sur aún no lo haya designado, el otro favorito en esta categoría, junto a Almodóvar es Bong Joon-ho con Parásitos, última Palma de Oro de Cannes.
    El 13 de enero, se anunciarán las candidaturas.
     Como en las últimas ediciones, un comité realizará una preselección en la categoría de estatuilla a la mejor película internacional -que este año ha sido rebautizada-, y esa lista corta se anunciará en Navidades: los académicos votan sus elegidos a las nominaciones del 2 al 7 de enero.
     Fuera de esta competición están los Oscar de Honor, que en esta edición recibirán el 27 de octubre los cineastas David Lynch y Lina Wertmüller y los actores Geena Davis y Wes Studi.

 

Muere Francisco Toledo, uno de los grandes pintores de México

El artista, activista y promotor cultural originario de Oaxaca ha fallecido a los 79 años enfermo de cáncer.

 

El pintor mexicano Francisco Toledo, en 2015. Getty Images/ Latin Content
 
Encontrarse a Francisco Toledo caminando por las calles de Oaxaca era como atestiguar el paso de una estrella fugaz. Uno era tocado por la suerte.
 Era presenciar al artista más internacional de México moverse por las calles de la ciudad que había ayudado a convertir en un referente.
 Esa estrella se ha apagado este jueves. Toledo ha fallecido en Oaxaca a los 79 años después de sufrir complicaciones por un cáncer, ha informado su familia. 
Su muerte deja un enorme vacío en la plástica nacional, que pierde al autor de un mundo fantástico que marcó para siempre el arte contemporáneo mexicano.
 El país pierde también a uno de sus personajes más particulares: un promotor cultural y ambientalista que alzó la voz para defender el maíz y la tierra.
Toledo (Juchitán, Oaxaca, 1940) fue un desobediente. 
Ese rasgo de su carácter fue precisamente lo que lo convirtió en artista.
 Fue un joven obsesionado con los grabados de su bestiario particular, compuesto por animales fantásticos.
 No le gustaba estudiar y evitaba los exámenes. 
Su familia, de origen zapoteco, lo envió a la capital del país tras la escuela secundaria con la esperanza de corregir el rumbo. 
Pero en 1957 Toledo llegó a un Distrito Federal vibrante donde aún emanaba con fuerza la influencia del muralismo mexicano y su realismo socialista que enaltecía las raíces mexicanas y el papel del indígena.

Uno de sus primeros maestros, Arturo García Bustos, quien había sido discípulo de Frida Kahlo, le recomendó dedicarse a la fotografía y dejar la pintura. 
“Yo hacía las cosas buscando una cierta modernidad que no le gustaba”, dijo Toledo en una conferencia sobre sus orígenes en 2017.
 Al desoírlo, Toledo perfeccionó su estilo como alumno de la Escuela de Diseño y Artesanía de La Ciudadela, en el centro de la capital mexicana.

La construcción del mito de Toledo pasa forzosamente por Europa. El artista llegó en 1960 a Roma.
 Llevaba un poco de dinero gracias a las ventas que había dejado una de sus primeras exposiciones internacionales, en Texas. 
Toledo pisó Italia con cartas de recomendación que un galerista le había dirigido a dos personajes a forma de introducción: el escritor Octavio Paz y Rufino Tamayo, el visionario pintor, uno de los padres del arte moderno mexicano.
 Se encontró con ellos en París.
 

Uno de sus primeros maestros, Arturo García Bustos, quien había sido discípulo de Frida Kahlo, le recomendó dedicarse a la fotografía y dejar la pintura.
 “Yo hacía las cosas buscando una cierta modernidad que no le gustaba”, dijo Toledo en una conferencia sobre sus orígenes en 2017.
 Al desoírlo, Toledo perfeccionó su estilo como alumno de la Escuela de Diseño y Artesanía de La Ciudadela, en el centro de la capital mexicana.

La capital francesa fue una enorme influencia para Toledo. Allí conoció artistas y, gracias a Paz, tuvo un lugar para pintar en la Casa de México de la ciudad universitaria.
 La estadía en París también da a la biografía de Toledo tintes de intriga.
 Ahí se enamoró de Bona Tibertelli, la amante de Paz y exesposa del escritor André Pieyre de Mandarigues.
 Bona, quien había preparado su partida a India para acompañar al futuro Nobel mexicano, eligió al humilde artista oaxaqueño que la pintaba desnuda. 
Se fue con él a Mallorca. Paz escribió que aquella traición fue mortal.
 Sobra decir que fue la ruptura entre los dos.
Tamayo fue el gran soporte de Toledo en París. Oaxaqueños ambos, visitaron los museos y conocieron coleccionistas.
 En la ciudad se sembró la semilla de la gran reputación que Toledo aún tiene en Europa, donde una crítica de arte de The Observer llegó a calificarlo como la “respuesta mexicana a Picasso”.
 Los expertos de arte, sin embargo, no encuentran rasgos de la modernidad parisina en su obra.
 La pintura y sus grabados continuaron el diálogo con el mundo rural mexicano a pesar del deslumbramiento de una de las principales metrópolis del mundo.
“El arte está de luto”, escribió en Twitter el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. 
“Gran pintor y extraordinario promotor cultural, auténtico defensor de la naturaleza y las tradiciones de nuestro pueblo”, lo calificó el mandatario. La secretaria de Cultura de México, Alejandra Frausto, ha explicado a EL PAÍS que la figura de Toledo “significó un tránsito entre el mundo indígena y el arte más reconocido del mundo”. “Se pierde un artista muy poderoso, un guerrero de causas justas que deja un enorme hueco.
 Gozó de una libertad que nadie pudo limitar ni asir”, ha agregado la funcionaria, quien viajará a Oaxaca este viernes para discutir con la familia la celebración que se le hará al pintor.
 “Cualquier homenaje será pequeño para el tamaño de artista que fue Toledo”, añade Frausto.
Toledo siempre rehuyó en vida a los homenajes.
 Era esquivo y lacónico en las entrevistas a pesar de tener un desternillante sentido del humor según quienes lo conocieron de cerca.
 El pintor renunció en 2018 a una beca vitalicia del Estado para cederla a jóvenes promesas. 
También contaba con decenas de becarios, desde niños de preescolar hasta investigadores universitarios, a quienes apoyaba de su propio bolsillo gracias a la venta de sus cuadros y grabados.
 Todo esto es el legado vivo que Toledo deja en Oaxaca. Una de las partes más destacadas de esta herencia es el Instituto de Artes Gráficas (IAGO), que alberga desde 1988 una de las colecciones más valiosas en uno de los estados con más carencias de México.
Adán Ramírez Serret, uno de los múltiples becarios que tuvo Toledo, cuenta que el pintor solía llegar altas horas de la noche a la biblioteca del IAGO.
 Los guardias de seguridad abrían las puertas al maestro, que se quedaba solo entre los numerosos tomos hasta el amanecer. 
Cuando los empleados llegaban a trabajar por la mañana encontraban en las mesas pilas de libros. 
Allí estaba Kafka, Durero y Cézanne. Aquellos montones eran la prueba de que por allí había pasado una estrella fugaz.
 

5 sept 2019

La última despedida del Che Guevara...................... Mauricio Vicent...

Las cartas completas del revolucionario ofrecen un relato autobiográfico en el que lo personal se mezcla con lo político. El volumen, publicado en Cuba, incluye inéditos.

El Che Guevara, visto por Sciammarella.
El Che Guevara, visto por Sciammarella.
Entre las cartas de despedida que escribió el Che Guevara llama la atención una enviada a sus hijos meses antes de morir, cuando se encontraba en la selva boliviana tratando de encender la llama de un foco guerrillero. 
El texto va encabezado con “Desde algún lugar de Bolivia, 1966”, y en su último párrafo le dice al más pequeño:
 “Tatico, tú crece y hazte hombre que después veremos qué se hace. Si hay imperialismo todavía salimos a pelearlo, si eso se acaba, tú, Camilo y yo podemos irnos de vacaciones a la luna”.
Es el cierre de Epistolario de un tiempo. Cartas 1947-1967, volumen recién publicado en Cuba que agrupa y clasifica 350 páginas de cartas personales y políticas desde que termina sus estudios de Segunda Enseñanza y marcha a descubrir las Américas en motocicleta, hasta las últimas palabras desde Bolivia dedicadas a sus padres, sus hijos y su esposa, Aleida March, a quien confiesa en su carta final:
 “Hay días en que la morriña avanza incontenible y se posesiona de mí.
 En Navidad y Año Nuevo, sobre todo, no sabes cómo extraño tus lágrimas rituales, bajo un cielo de estrellas nuevas que me recordaba lo poco que le he sacado a la vida en el orden personal…



Es el cierre de Epistolario de un tiempo. Cartas 1947-1967, volumen recién publicado en Cuba que agrupa y clasifica 350 páginas de cartas personales y políticas desde que termina sus estudios de Segunda Enseñanza y marcha a descubrir las Américas en motocicleta, hasta las últimas palabras desde Bolivia dedicadas a sus padres, sus hijos y su esposa, Aleida March, a quien confiesa en su carta final: “Hay días en que la morriña avanza incontenible y se posesiona de mí. 
En Navidad y Año Nuevo, sobre todo, no sabes cómo extraño tus lágrimas rituales, bajo un cielo de estrellas nuevas que me recordaba lo poco que le he sacado a la vida en el orden personal…”.
Se trata de una exhaustiva y reveladora selección que incluye unas pocas cartas desconocidas y muchas conocidas pero que hasta ahora no habían sido publicado juntas, y ahí reside uno de los valores de esta compilación: permite apreciar el crecimiento personal, intelectual y político de Guevara y comprobar su evolución, acercarse a su trayectoria como estadista y descubrir aspectos poco conocidos de su vida, como el de sus relaciones familiares y con los amigos.

Desde el punto de vista histórico, Epistolario de un tiempo es además un documento importante para aquellos a los que les interese la historia de los primeros años de la revolución, pues está lleno de referencias a sucesos y hechos concretos en los que Guevara participó como actor principal y que marcarían el futuro de Cuba.
El libro se ordena cronológicamente en torno a cuatro grandes bloques: cartas de juventud (1947-1956), que incluye la correspondencia enviada desde la pequeña ciudad de Villa María, adonde se fue a trabajar a los 19 años, y durante sus viajes por Argentina y América Latina; cartas desde la lucha (1956-1959), generadas en la guerrilla de la Sierra Maestra y durante la invasión que protagonizó junto a Camilo Cienfuegos a la zona central de Cuba, que culminó con la toma de la ciudad de Santa Clara y el triunfo de la revolución; cartas como dirigente político (1959-1965), etapa en la que ocupa diferentes puestos de responsabilidad en el Gobierno, incluidos los de ministro de Industria y presidente del Banco Nacional, cuando participa en los grandes debates económicos y políticos del país, en muchas ocasiones asumiendo una posición crítica; y cartas desde la solidaridad y el internacionalismo (1965-1967), que comprende, entre otros, los fracasados episodios guerrilleros del Congo y de Bolivia, cuando escribe sus famosos diarios de campaña.
Una de las misivas, de la que hasta ahora solo se conocían algunos fragmentos publicados como prólogo del libro Apuntes críticos a la economía política (2006), es sin duda la gran carta de Epistolario, hasta el extremo de que algunos expertos en la obra guevariana aseguran que marca un antes y un después. 
Se trata de la segunda carta de despedida que escribió el Che a Fidel antes de partir hacia la guerrilla en el Congo. 
La primera es ampliamente conocida -"Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos…"-, pues fue leída por Castro el día en que se creó el Partido Comunista de Cuba y se eligió su primer Comité Central, el 3 de octubre de 1965. La segunda despedida, que ahora se publica íntegramente, está fechada el 26 de marzo de ese mismo año y es un crítico y riguroso análisis de los males políticos y económicos de la revolución, con especial énfasis en los que en ese momento afectaban al funcionamiento del Partido Comunista, el Gobierno y el Estado..

El Che Guevara, visto por Sciammarella.
El Che Guevara, visto por Sciammarella.
Entre las cartas de despedida que escribió el Che Guevara llama la atención una enviada a sus hijos meses antes de morir, cuando se encontraba en la selva boliviana tratando de encender la llama de un foco guerrillero. El texto va encabezado con “Desde algún lugar de Bolivia, 1966”, y en su último párrafo le dice al más pequeño: “Tatico, tú crece y hazte hombre que después veremos qué se hace. Si hay imperialismo todavía salimos a pelearlo, si eso se acaba, tú, Camilo y yo podemos irnos de vacaciones a la luna”.
Es el cierre de Epistolario de un tiempo. Cartas 1947-1967, volumen recién publicado en Cuba que agrupa y clasifica 350 páginas de cartas personales y políticas desde que termina sus estudios de Segunda Enseñanza y marcha a descubrir las Américas en motocicleta, hasta las últimas palabras desde Bolivia dedicadas a sus padres, sus hijos y su esposa, Aleida March, a quien confiesa en su carta final: “Hay días en que la morriña avanza incontenible y se posesiona de mí. En Navidad y Año Nuevo, sobre todo, no sabes cómo extraño tus lágrimas rituales, bajo un cielo de estrellas nuevas que me recordaba lo poco que le he sacado a la vida en el orden personal…”.
Se trata de una exhaustiva y reveladora selección que incluye unas pocas cartas desconocidas y muchas conocidas pero que hasta ahora no habían sido publicado juntas, y ahí reside uno de los valores de esta compilación: permite apreciar el crecimiento personal, intelectual y político de Guevara y comprobar su evolución, acercarse a su trayectoria como estadista y descubrir aspectos poco conocidos de su vida, como el de sus relaciones familiares y con los amigos.
Desde el punto de vista histórico, Epistolario de un tiempo es además un documento importante para aquellos a los que les interese la historia de los primeros años de la revolución, pues está lleno de referencias a sucesos y hechos concretos en los que Guevara participó como actor principal y que marcarían el futuro de Cuba.
El libro se ordena cronológicamente en torno a cuatro grandes bloques: cartas de juventud (1947-1956), que incluye la correspondencia enviada desde la pequeña ciudad de Villa María, adonde se fue a trabajar a los 19 años, y durante sus viajes por Argentina y América Latina; cartas desde la lucha (1956-1959), generadas en la guerrilla de la Sierra Maestra y durante la invasión que protagonizó junto a Camilo Cienfuegos a la zona central de Cuba, que culminó con la toma de la ciudad de Santa Clara y el triunfo de la revolución; cartas como dirigente político (1959-1965), etapa en la que ocupa diferentes puestos de responsabilidad en el Gobierno, incluidos los de ministro de Industria y presidente del Banco Nacional, cuando participa en los grandes debates económicos y políticos del país, en muchas ocasiones asumiendo una posición crítica; y cartas desde la solidaridad y el internacionalismo (1965-1967), que comprende, entre otros, los fracasados episodios guerrilleros del Congo y de Bolivia, cuando escribe sus famosos diarios de campaña.
Una de las misivas, de la que hasta ahora solo se conocían algunos fragmentos publicados como prólogo del libro Apuntes críticos a la economía política (2006), es sin duda la gran carta de Epistolario, hasta el extremo de que algunos expertos en la obra guevariana aseguran que marca un antes y un después. Se trata de la segunda carta de despedida que escribió el Che a Fidel antes de partir hacia la guerrilla en el Congo. La primera es ampliamente conocida -"Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos…"-, pues fue leída por Castro el día en que se creó el Partido Comunista de Cuba y se eligió su primer Comité Central, el 3 de octubre de 1965. La segunda despedida, que ahora se publica íntegramente, está fechada el 26 de marzo de ese mismo año y es un crítico y riguroso análisis de los males políticos y económicos de la revolución, con especial énfasis en los que en ese momento afectaban al funcionamiento del Partido Comunista, el Gobierno y el Estado.
Facsímil de una carta enviada por el Che a sus hijos en 1965.
Facsímil de una carta enviada por el Che a sus hijos en 1965.
"Creo que hemos cometido muchos errores de tipo económico", dice el Che a Castro.
 "El primero de ellos, el más importante, es la improvisación con que hemos llevado adelante nuestras ideas que ha dado por resultado una política de bandazos. 
Improvisación y subjetivismo, diría yo. De tal manera que se daban metas que conllevaban crecimientos imposibles…", expone en su larguísimo texto, en el que, señala, trata "de hacer una crítica constructiva, por si puede servir para mejorar algunos problemas que continúan siendo graves".
 Las observaciones del Che son demoledoras y traslucen no poco desánimo. 
"Tengo cierta sensación de que esto es un poco de pérdida de tiempo para todos, porque tengo copias de otros escritos anteriores de un tono parecido y realmente poco ha cambiado desde entonces y nada de lo fundamental", dice, aclarando al líder: 
"Son críticas que hago amparado en la vieja amistad y en el aprecio, admiración y lealtad sin límites que te profeso".

 

En el mismo tono, pero con más ironía, se expresa en la carta que envía al dirigente histórico Armando Hart en 1965, cuando acababa de ser nombrado secretario de organización del Partido Comunista de Cuba. Tras el fracaso de la guerrilla del Congo, el Che se encuentra en Tanzania esperando entrar clandestinamente a Bolivia. "En este largo período de vacaciones le metí la nariz a la filosofía, cosa que hace tiempo pensaba hacer. 
Me encontré con la primera dificultad: en Cuba no hay nada publicado, si excluimos los ladrillos soviéticos que tienen el inconveniente de no dejarte pensar, ya que el partido lo hizo por ti y tú solo debes digerir", escribe.
 A Guevara le dan alergia los esquemas de los manuales de la URSS, y propone a Hart hacer un programa de estudios de filosofía nuevo para Cuba: 
"Hice un plan de estudio para mí que, creo, puede ser analizado y mejorado mucho para constituir la base de una verdadera escuela de pensamiento; ya hemos hecho mucho, pero algún día tendremos también que pensar".
Primera página de una misiva a Fidel Castro de ese mismo año.
Primera página de una misiva a Fidel Castro de ese mismo año.
Disamis Arcia Muñoz, compiladora del epistolario junto a María del Carmen Ariet García, del Centro de Estudios Che Guevara, señala que tanto en esta como en otras cartas se pone de manifiesto su estilo directo y sincero al plantear sus críticas, pero como "un ejercicio honesto de discusión revolucionaria, dentro de un objetivo que es común pese a las diferencias que se manifiestan".

Cuando escribes un ensayo o un discurso, prestas atención al lenguaje, a la puntuación, pero en una carta personal no te preocupas por esas cosas, eres tú quién habla y tu voz es auténtica, por eso este libro, opina Arcia, ofrece la posibilidad de un acercamiento diferente al pensamiento del Che. 

Epistolario de un tiempo es la última entrega del Proyecto Editorial Che Guevara, que comenzó en el año 2000 y lleva más de 20 títulos publicados, la mayoría por la editorial Ocean Sur.
 En España estos libros han circulado muy poco, casi siempre en ediciones no autorizadas y por editoriales minúsculas, pero según la agente literaria Paula Canal, de Indent Agency -que representa a Ocean Press en lengua española- este nuevo volumen ha despertado interés editorial y podría publicarse.
 "El Che es un personaje que aún conserva un gran capital simbólico en todo el mundo, que representa unos valores universales que trascienden la revolución cubana. 
Estas cartas son un retrato del Che desde varios ángulos de su vida privada y de su vida pública y política, y muestra muchos aspectos sorprendentes de un individuo complejo: el líder político, el guerrillero, el hijo, el padre, el amante, el filósofo, el poeta. Algunas son tremendamente ingeniosas y, en ocasiones, mordazmente sarcásticas, mientras que otras escritas a amigos y familiares son profundamente cariñosas y hasta nostálgicas". Como la última que mandó a sus padres antes de caer en Bolivia: "Queridos viejos: 
Otra vez siento bajo mis talones el costillar de Rocinante, vuelvo al camino con mi adarga al brazo.
 Hace de esto casi diez años, les escribí otra carta de despedida… Puede ser que esta sea la definitiva. No lo busco pero está dentro del cálculo lógico de probabilidades. Si es así, va un último abrazo".