18 ago 2019
La vida es difícil para todos................................Juan José Millás...
"¡QUÉ SOLOS SE quedan los muertos!”, decía Bécquer en un poema memorable.
El animal acababa de ser sacrificado en una matanza celebrada en un pueblo de Toledo, según rezaba el pie de foto.
Tal vez agonizó sobre el mismo banco de madera sobre el que ahora descansa, desprovisto al fin de las tensiones propias de la vida.
Sorprende que no haya nadie alrededor del cadáver, como si hubieran ido todos a cambiarse de ropa, pues tenemos entendido que los cochinos, además de gritar como cerdos, sangran mucho cuando se les corta la yugular, y lo ponen todo perdido con la agitación y los estertores que preceden al óbito.
En ocasiones, cuatro o cinco hombres no bastan para mantenerlos quietos.
Quizá los ejecutores estén, pues, recuperando el resuello o echando un cigarrillo mientras comentan las incidencias del holocausto.
La ventana de la derecha tiene el párpado echado, como si fuera la hora de la siesta.
Combinan bien la siesta y la muerte, sobre todo en los días de calor durante los que conviene mantener la casa oscura.
También los colores de la pared, con sus manchas de humedad y la textura del suelo, algo grosera, colaboran a crear esa atmósfera de soledad a la que nos referíamos más arriba.
Nada que decir, pues, de la composición, del diseño, ni del punto de vista elegido para obtener la imagen.
De hecho, el día que tropezamos con ella en una página del periódico dedicada a la triquinosis, nos detuvimos un rato en su contemplación, en parte conmovidos por el sentido artístico del fotógrafo y en parte identificados con el abandono del puerco.
La vida es difícil para todos
17 ago 2019
Mala educación machista.................................... Boris Izaguirre..
Puedes perder una carrera extraordinaria, 50 años de talento y prestigio por 50 minutos de placer exprés.
Este verano he vuelto a Menorca.
Lo considero una buena señal, que los pasos regresan al buen camino.
Y que la isla que he recuperado mantiene su mezcla tranquila entre lo remoto y lo cercano.
Están los payeses de siempre y esos forasteros que empezaron a poblarla desde los años 70, pero también los hipsters, de Barcelona y Madrid, que acuden bronceados a galerías de arte, talleres de ceramistas o a locales reunidos en un par de calles de Mahón. “Menorca puede ser muchas cosas”, me dice un chico que parece francés pero en realidad es asturiano, “lo que está claro es que no es Ibiza”.
Sin embargo, algunos temas de conversación se reproducen casi miméticos en ambas islas.
El impase provocado por la posible recontratación de Neymar en el Barça o que de fallar esta se traslade al Real Madrid, es una de esas conversaciones.
Un grupo de entusiastas seguidores del Barça plantea el tema en una cena en Roto, el nuevo restaurante en el puerto de Ibiza.
Los del Barça preferirían que si Neymar regresa al equipo, sea para jugar y ganar.
No para pasarse su contrato víctima de las lesiones, como consensúan su etapa en el Paris Saint Germain.
A mi otro lado de la mesa, una señora muestra curiosidad porque me interese tanto el fútbol.
“Solo durante el verano”, aclaro. Y la discusión se acrecienta. “Si se lo queda el Madrid, que se hunda como jugador”, sentencian los blaugrana entre grandes risotadas.
Contratos, fútbol y verano siempre avivan y ponen briosos a los caballeros y a las cenas.
Me gusta. Aunque piense que Neymar se equivocó marchándose de la protección del Barça.
Todo lo que le pasó en París, empezando por esos selfies narcisistas enseñando sus tatuajes, la fiesta de cumpleaños de tres días hasta el vídeo grabado con cámara oculta enseñando una extraña relación con una bloguera sexy, resultaron muy malas experiencias.
El Neymar que regresa tiene un punto de muñeco roto, que es lo que intentan decir en la conversación en Roto.
“Lo del supuesto interés del Real Madrid es un bluf”, me comentan.
“La negociación va camino de parecerse a la investidura de Pedro Sánchez”, agregan.
“¿Cómo se dice bluf en francés?”, exige otro comensal. “Bleuf”, responde una de las damas. ¿Y en español? Farol.
Lo considero una buena señal, que los pasos regresan al buen camino.
Y que la isla que he recuperado mantiene su mezcla tranquila entre lo remoto y lo cercano.
Están los payeses de siempre y esos forasteros que empezaron a poblarla desde los años 70, pero también los hipsters, de Barcelona y Madrid, que acuden bronceados a galerías de arte, talleres de ceramistas o a locales reunidos en un par de calles de Mahón. “Menorca puede ser muchas cosas”, me dice un chico que parece francés pero en realidad es asturiano, “lo que está claro es que no es Ibiza”.
Sin embargo, algunos temas de conversación se reproducen casi miméticos en ambas islas.
El impase provocado por la posible recontratación de Neymar en el Barça o que de fallar esta se traslade al Real Madrid, es una de esas conversaciones.
Un grupo de entusiastas seguidores del Barça plantea el tema en una cena en Roto, el nuevo restaurante en el puerto de Ibiza.
Los del Barça preferirían que si Neymar regresa al equipo, sea para jugar y ganar.
No para pasarse su contrato víctima de las lesiones, como consensúan su etapa en el Paris Saint Germain.
A mi otro lado de la mesa, una señora muestra curiosidad porque me interese tanto el fútbol.
“Solo durante el verano”, aclaro. Y la discusión se acrecienta. “Si se lo queda el Madrid, que se hunda como jugador”, sentencian los blaugrana entre grandes risotadas.
Contratos, fútbol y verano siempre avivan y ponen briosos a los caballeros y a las cenas.
Me gusta. Aunque piense que Neymar se equivocó marchándose de la protección del Barça.
Todo lo que le pasó en París, empezando por esos selfies narcisistas enseñando sus tatuajes, la fiesta de cumpleaños de tres días hasta el vídeo grabado con cámara oculta enseñando una extraña relación con una bloguera sexy, resultaron muy malas experiencias.
El Neymar que regresa tiene un punto de muñeco roto, que es lo que intentan decir en la conversación en Roto.
“Lo del supuesto interés del Real Madrid es un bluf”, me comentan.
“La negociación va camino de parecerse a la investidura de Pedro Sánchez”, agregan.
“¿Cómo se dice bluf en francés?”, exige otro comensal. “Bleuf”, responde una de las damas. ¿Y en español? Farol.
damas. ¿Y en español? Farol.
“Eso es imposible”, se escucha clamorosamente.
“Domingo es un español internacional, una carrera intachable, incapaz de hacerle daño a nadie.
Y Ainhoa Arteta y Paloma San Basilio lo han defendido públicamente”, argumentan.
Alguien matiza que las acusaciones de las entrevistadas por la agencia Associated Press dejan bastante claro la probabilidad de un patrón de conducta complicada: que abusaba de su propio poder, sobre todo desde el momento que Domingo es nombrado Director Artístico de la Ópera de Los Ángeles.
Por ese cargo, escoge directamente los elencos y el repertorio. “¿Y por qué esperar 30 años para denunciarlo?”, insisten los cuestionadores.
“¿Y por qué esperar 30 años para denunciarlo?”, insisten los cuestionadores. Prefiero callar porque esta autonegación me ha pasado con otras personas señaladas por la misma acusación.
Por ejemplo: Woody Allen. Intento explicarme que el genio, el artista o el deportista tiene que separarse del hombre, el padre, el ciudadano. Pero reconozco que cada vez me resulta más difícil. Cada vez pienso más en quienes presentan la acusación. Me detengo a analizar ese momento en que se ven obligadas a ceder ante el acoso del más fuerte.
Y una vez consumado, se quedan solas. Para ese momento ni Allen, ni Domingo ni el financiero Epstein, están presentes.
Solo las acompañan esos largos minutos, que se vuelven años para intentar olvidar. O denunciar.
El caso Epstein, una posible trama de tráfico sexual de menores en aviones privados en Nueva York, también genera acalorados debates en Menorca.
Uno de los posibles implicados es el príncipe Andrés de Inglaterra y otro un presidente “que habla en español”.
Figuran entre los pasajeros de ese avión privado cargado de favores llamado Lolita Express.
Hombres, poder y sexo. Detenido ante el puerto de Mahón, reflexiono. Los hombres tenemos que revisarnos. La mala educación machista nos hace débiles.
Puedes perder una carrera extraordinaria, 50 años de talento y prestigio por 50 minutos de placer exprés.
La única compensación es intentar repetirlo, otros 50 minutos de mentira.
Para volver a cualquier aeropuerto o escenario, sintiéndote satisfecho.
16 ago 2019
Baleares, destino favorito para los famosos de todo el mundo
La
modelo Irina Shayk ha disfrutado de unos días en las playas de Ibiza
junto a su hija Lea, de dos años, y unos amigos en su primer verano tras
su separación de Bradley Cooper.
James Blunt ya es un habitual de Ibiza en estos meses de verano, pues el músico británico posee una casa en la isla.
Junto a su mujer, Sofia Wellesley, con la que se casó en Mallorca en 2014, y su hijo, de tres años, aprovecha las vacaciones para navegar en una lancha por aguas pitiusas.
James Blunt ya es un habitual de Ibiza en estos meses de verano, pues el músico británico posee una casa en la isla.
Junto a su mujer, Sofia Wellesley, con la que se casó en Mallorca en 2014, y su hijo, de tres años, aprovecha las vacaciones para navegar en una lancha por aguas pitiusas.
Los demonios de Patrick Swayze
Un documental por el décimo aniversario de la muerte del actor recoge los problemas que sufrió, como el alcoholismo y una infancia marcada por los abusos físicos por parte de su madre.
Con sus dos grandes éxitos, Dirty dancing y Ghost, su carisma y su pública batalla contra el cáncer de páncreas que le fue diagnosticado a principios de 2008 y que terminó con su vida en septiembre de 2009 conquistó a Hollywood y a medio mundo.
Sin embargo, a lo largo de sus 57 años, el intérprete ha tenido que lidiar con otros demonios.
Ahora, cuando se cumple el décimo aniversario de su muerte, Paramount Network estrena I Am Patrick Swayze, un documental que repasa su vida y obra y cuenta con los testimonios de aquellas personas que mejor le conocieron: desde compañeros de profesión como Demi Moore, Rob Lowe o Sam Elliott, hasta su viuda, Lisa Niemi.
Niemi, quien estuvo casada con la estrella desde 1975 hasta su muerte en 2009, afirma que su suegra, Patsy Swayze, maltrató a su esposo durante su juventud.
"Podía ser muy violenta", revela en el documental que se emitirá el próximo domingo 18 de agosto, día en el que el actor hubiese cumplido 67 años.
Patrick era el segundo de cinco hermanos, nacidos y criados en Houston bajo la tutela de sus padres, Jesse y Patsy Swayze.
Patsy era una conocida coreógrafa y profesora de danza que dirigía su propia escuela, la Swayze School of Dance, por la que pasaron varias estrellas ganadoras de premios Emmy y Tony.
El protagonista de Dirty dancing comenzó muy pronto a tomar clases de baile en el estudio de su madre y, según Niemi, fue el perfeccionismo y las altas expectativas que Patsy tenía en su hijo lo que le hicieron extralimitarse con él, convirtiéndose en un abuso físico.
Niemi conoció a su esposo cuando tenía 15 años cuando coincidieron en la escuela de baile de su madre y se casó con él en 1975. Según revela Niemi, ese maltrato físico terminó gracias al padre de Patrick, quien detuvo a su esposa amenazándola con el divorcio si volvía a tocar a su hijo.
“Ella nunca volvió a pegarle”, dice Niemi a People.
Sin embargo, las cosas no mejorarían en la relación entre madre e hijo hasta que el actor no se fue de casa.
Cuando Swayze se independizó, "se dio cuenta de los aspectos positivos y negativos de cómo se crio", cuenta su viuda, quien recuerda al que fue su marido durante 34 años como un hombre valiente y fuerte.
"Si alguien te empuja con tanta fuerza, como lo hizo su madre, podría hacer que algunas personas se derrumben, pero a él le hizo luchar más duro", reflexiona.
Con el paso de los años, mejoró la relación entre Patrick y su madre.
“Patsy podría ser extremadamente crítica y negativa, pero descubrió que si iba a estar cerca de nosotros, tenía que ser un poco más amable, y eso fue lo que hizo", agrega.
La viuda del intérprete asocia ese comportamiento a que su suegra también vivió una infancia violenta y califica su conducta como “un ejemplo de lo que sucede en las familias en un ciclo de abuso”. “Podía ser muy violenta, pero no fue nada comparado con lo que soportó ella misma y las historias que escuché sobre lo que pasó con su propia madre”,
recuerda Niemi sobre la que fue su suegra.
Después de la muerte del padre del actor, Jesse, en 1982, Patsy se volvió más cercana a la pareja y con el paso de los años mejoró la relación entre Patrick y su madre. “Patsy podría ser extremadamente crítica y negativa, pero descubrió que si iba a estar cerca de nosotros, tenía que ser un poco más amable, y eso fue lo que hizo", agrega. Swayze y su madre estuvieron muy unidos hasta la muerte del actor.
Patsy murió cuatro años después de él, en 2013 a la edad de 86 años, pero nunca habían hablado del tema del abuso.
"Creo que ella diría: 'Bueno, ya sabes, a veces podía ser muy estricta, soy ese tipo de maestra", recuerda Lisa.
“Era una mujer complicada, intensa y con una fuerza vital asombrosa.
Patrick la amaba y la respetaba absolutamente”.
A mediados de los noventa, en uno de sus mayores picos de popularidad, Swayze ingresó en varias clínicas de desintoxicación por culpa de su adicción al alcohol.
Sin embargo, tuvo diversas recaídas. Su esposa no dudó en afirmar pocos meses después de la muerte del actor en una entrevista a The Times que “tenía una personalidad diferente cuando bebía mucho. Era el mejor hombre sobre el planeta, a menos que se tomara una copa”.
En 2005, cansada de la situación, Niemi abandonó durante una temporada el hogar que compartían.
Aquella decisión, como si de un ultimátum se tratara, fue la que llevó a Swayze nuevamente a rehabilitación y a abandonar el alcohol por completo en sus últimos años de vida.
Una década después de la muerte del actor, Niemi se mudó a Florida y se casó con el joyero Albert DePrisco en 2014.
Aunque no ha olvidado al que fue el amor de su vida. "Todavía está en mis sueños. Siento que él está en mi vida", le dice a People en exclusiva.
"Cuando superas el dolor extremo de perder a alguien que amas, en realidad te acercas de una manera diferente", continúa y añade que no duda que volverá a reencontrarse con Swayze cuando ella muera
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