Un documental por el décimo aniversario de la muerte del actor recoge los problemas que sufrió, como el alcoholismo y una infancia marcada por los abusos físicos por parte de su madre.
Patrick Swayze fue uno de los actores más queridos la gran pantalla.
Con sus dos grandes éxitos, Dirty dancing y Ghost, su carisma y su pública batalla contra el cáncer de páncreas que le fue diagnosticado a principios de 2008 y que terminó con su vida en septiembre de 2009 conquistó a Hollywood y a medio mundo.
Sin embargo, a lo largo de sus 57 años, el intérprete ha tenido que lidiar con otros demonios.
Ahora, cuando se cumple el décimo aniversario de su muerte, Paramount Network estrena I Am Patrick Swayze, un documental que repasa su vida y obra y cuenta con los testimonios de aquellas personas que mejor le conocieron: desde compañeros de profesión como Demi Moore, Rob Lowe o Sam Elliott, hasta su viuda, Lisa Niemi.
Niemi, quien estuvo casada con la estrella desde 1975 hasta su muerte en 2009, afirma que su suegra, Patsy Swayze, maltrató a su esposo durante su juventud.
"Podía ser muy violenta", revela en el documental que se emitirá el próximo domingo 18 de agosto, día en el que el actor hubiese cumplido 67 años.
Patrick era el segundo de cinco hermanos, nacidos y criados en Houston bajo la tutela de sus padres, Jesse y Patsy Swayze.
Patsy era una conocida coreógrafa y profesora de danza que dirigía su propia escuela, la Swayze School of Dance, por la que pasaron varias estrellas ganadoras de premios Emmy y Tony.
El protagonista de Dirty dancing comenzó muy pronto a tomar clases de baile en el estudio de su madre y, según Niemi, fue el perfeccionismo y las altas expectativas que Patsy tenía en su hijo lo que le hicieron extralimitarse con él, convirtiéndose en un abuso físico.
Niemi conoció a su esposo cuando tenía 15 años cuando coincidieron en la escuela de baile de su madre y se casó con él en 1975. Según revela Niemi, ese maltrato físico terminó gracias al padre de Patrick, quien detuvo a su esposa amenazándola con el divorcio si volvía a tocar a su hijo.
“Ella nunca volvió a pegarle”, dice Niemi a People.
Sin embargo, las cosas no mejorarían en la relación entre madre e hijo hasta que el actor no se fue de casa.
Cuando Swayze se independizó, "se dio cuenta de los aspectos positivos y negativos de cómo se crio", cuenta su viuda, quien recuerda al que fue su marido durante 34 años como un hombre valiente y fuerte.
"Si alguien te empuja con tanta fuerza, como lo hizo su madre, podría hacer que algunas personas se derrumben, pero a él le hizo luchar más duro", reflexiona.
Con el paso de los años, mejoró la relación entre Patrick y su madre.
“Patsy podría ser extremadamente crítica y negativa, pero descubrió que si iba a estar cerca de nosotros, tenía que ser un poco más amable, y eso fue lo que hizo", agrega.
La viuda del intérprete asocia ese comportamiento a que su suegra también vivió una infancia violenta y califica su conducta como “un ejemplo de lo que sucede en las familias en un ciclo de abuso”. “Podía ser muy violenta, pero no fue nada comparado con lo que soportó ella misma y las historias que escuché sobre lo que pasó con su propia madre”,
recuerda Niemi sobre la que fue su suegra.
Después de la muerte del padre del actor, Jesse, en 1982, Patsy se volvió más cercana a la pareja y con el paso de los años mejoró la relación entre Patrick y su madre. “Patsy podría ser extremadamente crítica y negativa, pero descubrió que si iba a estar cerca de nosotros, tenía que ser un poco más amable, y eso fue lo que hizo", agrega. Swayze y su madre estuvieron muy unidos hasta la muerte del actor.
Patsy murió cuatro años después de él, en 2013 a la edad de 86 años, pero nunca habían hablado del tema del abuso.
"Creo que ella diría: 'Bueno, ya sabes, a veces podía ser muy estricta, soy ese tipo de maestra", recuerda Lisa.
“Era una mujer complicada, intensa y con una fuerza vital asombrosa.
Patrick la amaba y la respetaba absolutamente”.
A mediados de los noventa, en uno de sus mayores picos de popularidad, Swayze ingresó en varias clínicas de desintoxicación por culpa de su adicción al alcohol.
Sin embargo, tuvo diversas recaídas. Su esposa no dudó en afirmar pocos meses después de la muerte del actor en una entrevista a The Times que “tenía una personalidad diferente cuando bebía mucho. Era el mejor hombre sobre el planeta, a menos que se tomara una copa”.
En 2005, cansada de la situación, Niemi abandonó durante una temporada el hogar que compartían.
Aquella decisión, como si de un ultimátum se tratara, fue la que llevó a Swayze nuevamente a rehabilitación y a abandonar el alcohol por completo en sus últimos años de vida.
Una década después de la muerte del actor, Niemi se mudó a Florida y se casó con el joyero Albert DePrisco en 2014.
Aunque no ha olvidado al que fue el amor de su vida. "Todavía está en mis sueños. Siento que él está en mi vida", le dice a People en exclusiva.
"Cuando superas el dolor extremo de perder a alguien que amas, en realidad te acercas de una manera diferente", continúa y añade que no duda que volverá a reencontrarse con Swayze cuando ella muera
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