De Delon se puede decir que ha sido el
actor más popular de Europa, a excepción de Charles Chaplin, y de Marcelo Mastroianni.
Pero a diferencia de
ellos, no
necesitó a Hollywood para atesorar su fama. Su solo nombre
se convirtió en sinónimo de belleza masculina y durante tres décadas, entre
los sesenta y noventa ocupó grandes espacios en todas las revistas del corazón y en
publicaciones referente al Séptimo Arte, pero hubo un momento, un espacio en su
tiempo, en que los romances y escándalos fueron mucho mas importantes que sus
películas. Se lo disputaban los mejores directores de Francia e Italia, no
existía una actriz que no deseara ser compañera de Alain en la pantalla y entre
el genero masculino, se llegó a decir que era el sueño frances de todas las
manos gay mas influyentes, tanto de la política como del cine. Es fácil irse por
los caminos del sexo cuando hablo de Delon y de su vida íntima, porque está
poblada de nombres ilustres que un día u otro tuvieron que ver con el actor,
pero a pesar de ello, es licito nombrar algunos de sus trabajos en el cine como
piedra fundamental de su éxito.
En ese sentido está A PLENO SOL, de René Clément,
que fué su primera oportunidad de mostrar que era mucho más que un bello rostro.
Su mejor
interpretación la consiguió con EL OTRO SEÑOR KLEIN, de Joseph Losey, director con el que ya
trabajó en EL ASESINATO DE TROTSKY.
Otros muchos directores supieron sacar lo mejor de Delon como fueron Jean-Pierre
Melville, Bertrand Blier y Jean-Luc Godard en NOUVELLE VAGUE, aunque en este
último film todo bordeaba el surrealismo mas incomprensible.
Mención aparte son
los títulos que realizó a las ordenes del maestro Luchino Visconti y que
son piezas de culto en su filmografía.
Alain era y es un
actor de enorme capacidad interpretativa, tanto en cine como en teatro
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