La que fue
'primera familia' de Estados Unidos mantiene un alto nivel de vida, que
se ha evidenciado en sus lujosas vacaciones europeas, sin descuidar su
implicación en causas sociales.
Barack y Michelle Obama, en un acto en Washigton en septiembre de 2016, cuando todavía ocupaban la Casa Blanca.GtresOnline
La popularidad de las parejas presidenciales de Estados Unidos varía
según su perfil durante su mandato, pero irremediablemente cae después
de abandonar la Casa Blanca y volver a una cierta normalidad, aunque ya
nunca sea la vida de antes. Siempre, menos en el caso de Barack y Michelle Obama. La pareja contó con la simpatía de muchos de sus compatriotas desde
incluso antes de que él fuera elegido presidente, despertó la curiosidad
después de acceder al cargo y mantiene la fascinación por todo lo que
hace dos años más tarde de haberlo abandonado. Volvieron
a la vida privada en 2017 y su popularidad no se ha resentido aunque
ahora no les acompañen en sus desplazamientos una caravana de coches
oficiales y un ejército de seguridad como cuando eran los moradores de
la Casa Blanca. Lo que resulta más curioso es que esto ocurra a pesar
del elevado nivel de vida que muestra la familia, un hecho que en otros
casos ha provocado el rechazo de la sociedad. Siguen siendo inusualmente
populares para ser una pareja postpresidencial. Las últimas y lujosas vacaciones en Europa del matrimonio y sus hijas,
Malia y Sasha, así lo han demostrado. No importa que en su periplo
europeo, después de que su hija menor finalizará su último curso de
instituto antes de acceder a la universidad, hayan estado alojados en
mansiones lujosas que hubieran provocado las críticas si fueran otros. En un caso se trataba de una visita a la casa que George y Amal Clooney poseen en el lago Como (norte de Italia). Además
de acudir como invitados de una pareja que despierta simpatías por su
activismo social, lo hacían para apoyarles en un evento solidario y
corresponder de esta manera a las múltiples ocasiones en las que los
Clooney secundaron sus iniciativas durante los ocho años en los que
ocuparon la presidencia de Estados Unidos.
Barack Obama y George Clooney, desembarcan el pasado en la casa que el actor tiene en el lago de Como el pasado 23 de junio.GtresOnline
Tampoco parece haber importado mucho que los Obama llegaran a la
Provenza francesa en avión privado y se alojaran en Le Mas des Poiriers,
una lujosa casa de campo del siglo XVIII, situada en Villeneuve-lez-Avignon,
cerca de la ciudad medieval de Aviñón, cuyo alquiler cuesta 55.000
euros a la semana y que incluye en el precio dos chefs, dos camareros y
servicio de limpieza, además de comodidades como piscina, pista de tenis
o gimnasio. La familia Obama disfruta todavía de la bula que le
proporcionan sus actos, esos que han continuado después de dejar el
cargo y que les hace implicarse en causas sociales que apoyan a las
minorías. Su influencia es tal, que, a diferencia de otras parejas
presidenciales, no les hace falta subirse a un podio para hacer
declaraciones porque cada uno de sus gestos o movimientos públicos
tienen un significado.
Por eso cuando llegan a un restaurante, a una ciudad o a un
encuentro con un mandatario o con una asociación, la gente se agolpa
para verles y continúa vitoreándoles. Son discretos, no han cometido
errores, al menos que hayan salido a la luz pública, mantienen su
prestigio y no se asocian con causas en las que no creen. Aunque, eso
sí, como otras parejas que estuvieron en su mismo lugar están sabiendo
rentabilizar su reputación.
Barack Obama cobra una pensión como expresidente de casi 180.000
euros, pero este ingreso es el menor de sus emolumentos si se tiene en
cuenta que por cada una de sus intervenciones como conferenciante recibe
alrededor de 350.000 euros. Pero la economía familiar no recae solo
sobre sus hombros, porque su esposa Michelle ha conseguido generar también ingresos millonarios. Mi historia, la autobiografía que lanzó en noviembre de 2018, se ha convertido en el libro de memorias más vendido de la historia —más
de diez millones de ejemplares, según datos facilitados por la
editorial Penguin Random House— y durante los actos de promoción del
libro el público la trató como si fuera una estrella de rock. Además, los Obama han firmado un acuerdo con la plataforma Netflix
para producir en exclusiva documentales, series y películas originales, y
parece que pueden existir negociaciones para hacer algo parecido con
Spotify. El beneficio es mutuo, las plataformas se aprovechan del tirón
del matrimonio y ellos además de firmar contratos que se suponen
millonarios no defraudan con los contenidos y han centrado los proyectos de su productora, Higher Ground Productions, para tocar temas como la raza, la clase, la democracia, los derechos civiles, los niños, la educación o la salud. Con esos mimbres, pocos se fijan en dónde pasan sus vacaciones, en que su casa del exclusivo barrio de Kalorama, en Washington DC,
les costó 7,2 millones de euros o que cada curso de Malia en Harvard
—la misma universidad en la que también estudió la pareja— vale más de
40.000 euros. Los Obama siguen encantados de estrechar sus manos y
contar con ellos; las estrellas de la música y el cine buscan su
compañía y el público en general da por amortizada la fortuna que van
acumulando porque las bases de sus preocupaciones sociales no han
cambiado aunque ellos poco tengan que ver ya con aquella pareja que
comenzó su vida juntos en un pequeño piso de Chicago.
El
presentador, que dejó de actuar por recomendación médica, anuncia que
regresa a las tablas a la vez que confiesa los efectos que le ha
provocado su accidente vascular.
Jorge Javier Vázquez, en la gala de 'Supervivientes'.GTRES
Jorge Javier Vázquez
ha decidido imprimir más velocidad a su ya de por sí acelerada vida. El
presentador ha anunciado que regresa al teatro cuando todavía no se han
cumplido cuatro meses del accidente vascular que sufrió. Los médicos le recomendaron entonces reposo y una vez que regresó a la
actividad que se lo tomara con calma. Vázquez presenta la gala de los jueves de Supervivientes y continúa al frente de Sálvame. Ha sido el propio presentador quien ha anunciado su regreso a los escenarios en el blog que tiene en la revista Lecturas. Regresa de la mano de Juan Carlos Rubio, artífice de sus dos obras anteriores, Iba en serio y Grandes Éxitos. La próxima se llama Desmontando a Séneca, en la que a modo de monólogo reflexionará sobre la vida. "No
tengo miedo, solo ilusión. Ilusión de volver a subirme a un escenario,
de ponerme a estudiar, de ensayar, de ponerme nervioso. Me apetece
recorrer España con la gira, sentir de nuevo el contacto con el público y
más en un formato pequeño como este. Poco a poco vuelve a recolocarse
todo de nuevo”, contaba desde su blog.
A punto de cumplir 50 años, el presentador, declaró al tener que
dejar el teatro tras su enfermedad: "Tengo una sensación de derrota,
porque he tenido que cancelarla definitivamente, tendré que lidiar con
la sensación de haber perdido, era un sueño cumplido y hasta que tomé la
decisión de cancelar la gira me pasé una semana que lloraba varias
veces al día, por muchos motivos. Por mucho que me cueste aceptarlo no
puedo compaginar con esa intensidad teatro y televisión".
Jorge Javie Vázquez.GTRESONLINE
"Han sido estos unos meses raros,
meses en los que ha habido momentos de bajón, de tristeza
incontrolable, de sensibilidad a flor de piel", ha confesado en los
últimos días Vázquez en su blog . "Recuerdo que incluso un día llamé al
neurocirujano para preguntarle si lo que me estaba sucediendo era normal
y su respuesta afirmativa me tranquilizó. Lo más complicado ha sido
enfrentarse a esa sensación –no sé si cierta o no– de que no puedes
elegir la vida que llevas sino la que te impone la salud. Se instala así
una sensación cercana al fracaso, a la derrota. Te rebelas, incluso,
porque no entiendes que te haya tenido que pasar precisamente a ti. Por
la noche brotan miedos que te provocan terror. No piensas ya en tu
fragilidad sino en la de los que te rodean, que es algo que a mí me
produce espanto. Pero todo esto es lo usual, dicen. Mi psicóloga lo
define como estrés postraumático y, a mí, saber que todo está dentro de
la normal me produce mucho bienestar, aunque el concepto de ‘normalidad’
siempre me ha parecido muy inquietante". Y añade: "Cuando tuve que cancelar las funciones de teatro, me pasó algo
muy curioso: dejé de escuchar música. No podía, me ponía triste, me
recordaba a los escenarios, y no podía soportar pensar que durante un
tiempo iba a estar alejado de ellos. El silencio se instaló en mi vida. A
veces también la desesperación y una pena muy grande". Ahora y tras
superar una nueva prueba médica a finales de junio confiesa: "Poco a
poco, empieza a resurgir la ilusión, vuelvo a escuchar música a todas
horas e incluso me descubro cantando por la casa".
La jueza Mercedes Alaya, instructora del ‘caso de los ERE irregulares’, llegando a los juzgados de Sevilla / García Corder6
Pero qué divertido y superguay todo lo que ha pasado con el anuncio para Internet de Loewe! Los de la generación Twitter tocaron el cielo criticando el spot donde sus contemporáneos se expresan, maquean y salen a la calle a comerse la merienda en un mundo en crisis y, en vez de convertirlo en un hazmerreír, transformaron el anuncio en un trending topic, el no va más en cuanto a aspiraciones de los tuiteros. Les salió el tiro por la culata, que dirían sus abuelas.
Un software presentado en Bilbao esta semana, de nombre Sentient, analiza impulsos compradores y concluye que los anuncios para la red virtual con mensajes de larga duración tienen mayor calado entre sus espectadores
. Borja Legarda, uno de los responsables del sistema, agregaba: “Los anuncios largos se explican mejor, son más baratos y consiguen provocar una mayor intensidad emocional en su público”.
El spot de Loewe es largo y lánguido. Un poco low cost, pero con un código estético apropiado. Las imágenes no parecen referirse al nimileurismo o los minijobs de seis euros la hora, problemas propios de la generación retratada en el anuncio. Una juventud crecida en los años que fuimos ricos y que despierta a la vida en un tiempo marcado por huelgas y déficit y que parecen querer rebelarse aferrándose a la vacuidad de un bolso impagable.
Las frases que exclaman los chicos del spot han sustituido a las de Mi gitana. Eso de que “enamorarse es superguay”, en vez de “se me enamora el alma”; el miedo a envejecer a los 24 años y, sobre todo, la magníficamente petarda “
Me bajo del avión, me pinto, me visto y ¡pumba! [saltito], ahí estoy” se volvieron virus a través de la red viral. Mientras a nuestro monarca le quita el sueño el paro juvenil, los chicos Loewe andan poniéndose bolsos de ante en la cabeza, a modo de corona y alimentando otra vez el sueño de que España es different.
Polémica o no, tratándose de un anuncio de bolsos, ha creado una moda, la de la ilustradora y modelo ocasional Lorena Prain, que en el anuncio luce un peinado con las mechas al revés: en vez de teñir la raíz, las expone y van cubriendo el pelo hacia las puntas.
No tiene un pelo de tonta, y el peinado ya se conoce como Mechas Prain y una vuelta de tuerca en el férreo régimen de la mecha. Una chillona rebelión, desmitificar la mecha desde su raíz, que ha sido atacada ferozmente ahora que a la derecha va saliéndole el rizo más rabioso y no quiere que las mechas se hagan de fuera hacia dentro.
Pero sí tomarnos el pelo.
Es cierto que Loewe no es una marca nacional, sino una más del conglomerado de la multinacional francesa LVMH. Y también que la jueza sevillana Mercedes Alaya mantiene su pelo oscuro, sin experimentos juveniles, y con un aspecto que conjuga impecable con implacable.
La jueza Mercedes es presencia diaria en los medios por ser la instructora del caso de los ERE irregulares de Andalucía. Casi siempre presenta el mismo bolso y el mismo trolley presuntamente cargado de los papeles del caso.
El bolso es de tamaño normal, color albero, y consigue pasar sin pena ni gloria.
La maleta, en cambio, parece más propia de una diva. E incrementa la vergüenza socialista ante su caso de supuesta corrupción administrativa gracias a su tamaño. La jueza la exhibe como si fuera un nuevo mazo justiciero.
Fue un detalle que los jueces de Gürtel evitaron. Se quedaron en los trajes, que significaban tanto como ese petate que llega y sale de los juzgados de Sevilla cada día más pesado, más protagonista.
La misteriosísima maleta de la jueza Alaya, en cambio, es la justicia que avanza silenciosa y sobre ruedas junto a ella, con la frente tersísima en alto y la ligereza de alguno de sus vestidos. Resulta difícil vestirse en una capital donde casi todo el año hace calor y la humedad del Guadalquivir todo lo empaña. Disfrutamos que muestre escotes salpicados de simpáticos lunares.
Pero lo que de verdad pesa es ese trolley: la ley sobre ruedas.
Una mujer y su bolso son siempre una reflexión. Tenemos los de la reina de Inglaterra, de superficie lisa y brillante.
Pieles bien cuidadas que envejecen bien, como los de Loewe. Y también bolsos que desaparecen y nadie parece llorarlos
Puestos a que me regalen uno o dos, o tres, prefiero a Prada, o Carolina Herrera, tb me gustan los de Guess, y mucho además, y de todos los tamaños.
Y me gusta mucho el de Hermes que popularizó Grace Kelly, me encantan, vaya que ya ven que lo tienen facil para estar yo contenta.
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Al principio de la crisis y Gürtel, Barberá no dudaba en aparecer orgullosa, bien fuera en Fallas o arropando a Camps, con sus bolsos Vuitton, siempre del mismo modelo, pero en distintos colores.
¡Ay, si los bolsos hablaran! No se puede evitar sentir un deje de pena por la triste suerte de estos juguetes abandonados, perdiendo sus colores. Preguntándose en su silencioso lenguaje de objetos el porqué de este caprichoso cambio en su suerte. Después de todo, ellos no hicieron nada malo . Eran, sí, bolsos caros, quizá regalos sin explicación, antojos que no afeaban nada. Entonces, ¿por qué esa vergüenza, ese empeño en convertirlos en otro amor obligado al silencio?
La hemos visto insinuarse con un provocativo striptease en El portero de noche; traicionando a Paul Newman en Veredicto final; incluso se ha enamorado de un simio en Max, mi amor.
Ha trabajado a las órdenes de directores de tanto prestigio como Woody Allen, Luchino Visconti, François Ozon, Nagisa Oshima o Lars von Trier, haciendo suyos personajes arriesgados y polémicos. Sin embargo, a Charlotte Rampling siempre la recordamos por una mirada clara y penetrante, unos ojos azul grisáceos que se clavan en la cámara y traspasan la pantalla.
Este domingo TCM Autor emite The look, un documental en que la actriz repasa su vida y su carrera conversando con diversos compañeros de profesión y amigos, como el fotógrafo Peter Lindbergh o el escritor Paul Auster.
Como adelanto, este video está dedicado a su mirada: la mirada de Charlotte Rampling.