El presentador, que dejó de actuar por recomendación médica, anuncia que regresa a las tablas a la vez que confiesa los efectos que le ha provocado su accidente vascular.
El País
- Jorge Javier Vázquez
ha decidido imprimir más velocidad a su ya de por sí acelerada vida.
El presentador ha anunciado que regresa al teatro cuando todavía no se han cumplido cuatro meses del accidente vascular que sufrió.
Los médicos le recomendaron entonces reposo y una vez que regresó a la actividad que se lo tomara con calma.
Vázquez presenta la gala de los jueves de Supervivientes y continúa al frente de Sálvame.
Ha sido el propio presentador quien ha anunciado su regreso a los escenarios en el blog que tiene en la revista Lecturas. Regresa de la mano de Juan Carlos Rubio, artífice de sus dos obras anteriores, Iba en serio y Grandes Éxitos.
La próxima se llama Desmontando a Séneca, en la que a modo de monólogo reflexionará sobre la vida.
"No tengo miedo, solo ilusión. Ilusión de volver a subirme a un escenario, de ponerme a estudiar, de ensayar, de ponerme nervioso.
Me apetece recorrer España con la gira, sentir de nuevo el contacto con el público y más en un formato pequeño como este.
Poco a poco vuelve a recolocarse todo de nuevo”, contaba desde su blog.
A punto de cumplir 50 años, el presentador, declaró al tener que dejar el teatro tras su enfermedad:
"Tengo una sensación de derrota, porque he tenido que cancelarla definitivamente, tendré que lidiar con la sensación de haber perdido, era un sueño cumplido y hasta que tomé la decisión de cancelar la gira me pasé una semana que lloraba varias veces al día, por muchos motivos.
Por mucho que me cueste aceptarlo no puedo compaginar con esa intensidad teatro y televisión".
. "Recuerdo que incluso un día llamé al neurocirujano para preguntarle si lo que me estaba sucediendo era normal y su respuesta afirmativa me tranquilizó.
Lo más complicado ha sido enfrentarse a esa sensación –no sé si cierta o no– de que no puedes elegir la vida que llevas sino la que te impone la salud.
Se instala así una sensación cercana al fracaso, a la derrota.
Te rebelas, incluso, porque no entiendes que te haya tenido que pasar precisamente a ti. Por la noche brotan miedos que te provocan terror.
No piensas ya en tu fragilidad sino en la de los que te rodean, que es algo que a mí me produce espanto.
Pero todo esto es lo usual, dicen.
Mi psicóloga lo define como estrés postraumático y, a mí, saber que todo está dentro de la normal me produce mucho bienestar, aunque el concepto de ‘normalidad’ siempre me ha parecido muy inquietante".
Y añade: "Cuando tuve que cancelar las funciones de teatro, me pasó algo muy curioso: dejé de escuchar música.
No podía, me ponía triste, me recordaba a los escenarios, y no podía soportar pensar que durante un tiempo iba a estar alejado de ellos.
El silencio se instaló en mi vida. A veces también la desesperación y una pena muy grande".
Ahora y tras superar una nueva prueba médica a finales de junio confiesa:
"Poco a poco, empieza a resurgir la ilusión, vuelvo a escuchar música a todas horas e incluso me descubro cantando por la casa".
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