Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

5 jul 2019

¡Ay, si los bolsos hablaran!


La jueza Mercedes Alaya, instructora del ‘caso de los ERE irregulares’, llegando a los juzgados de Sevilla / García Corder6
Pero qué divertido y superguay todo lo que ha pasado con el anuncio para Internet de Loewe! 
 Los de la generación Twitter tocaron el cielo criticando el spot donde sus contemporáneos se expresan, maquean y salen a la calle a comerse la merienda en un mundo en crisis y, en vez de convertirlo en un hazmerreír, transformaron el anuncio en un trending topic, el no va más en cuanto a aspiraciones de los tuiteros.
 Les salió el tiro por la culata, que dirían sus abuelas.
Un software presentado en Bilbao esta semana, de nombre Sentient, analiza impulsos compradores y concluye que los anuncios para la red virtual con mensajes de larga duración tienen mayor calado entre sus espectadores
. Borja Legarda, uno de los responsables del sistema, agregaba: “Los anuncios largos se explican mejor, son más baratos y consiguen provocar una mayor intensidad emocional en su público”.
 El spot de Loewe es largo y lánguido. Un poco low cost, pero con un código estético apropiado.
 Las imágenes no parecen referirse al nimileurismo o los minijobs de seis euros la hora, problemas propios de la generación retratada en el anuncio.
 Una juventud crecida en los años que fuimos ricos y que despierta a la vida en un tiempo marcado por huelgas y déficit y que parecen querer rebelarse aferrándose a la vacuidad de un bolso impagable.
Las frases que exclaman los chicos del spot han sustituido a las de Mi gitana. 
 Eso de que “enamorarse es superguay”, en vez de “se me enamora el alma”; el miedo a envejecer a los 24 años y, sobre todo, la magníficamente petarda “
Me bajo del avión, me pinto, me visto y ¡pumba! [saltito], ahí estoy” se volvieron virus a través de la red viral. 
Mientras a nuestro monarca le quita el sueño el paro juvenil, los chicos Loewe andan poniéndose bolsos de ante en la cabeza, a modo de corona y alimentando otra vez el sueño de que España es different.
Polémica o no, tratándose de un anuncio de bolsos, ha creado una moda, la de la ilustradora y modelo ocasional Lorena Prain, que en el anuncio luce un peinado con las mechas al revés: en vez de teñir la raíz, las expone y van cubriendo el pelo hacia las puntas.
 No tiene un pelo de tonta, y el peinado ya se conoce como Mechas Prain y una vuelta de tuerca en el férreo régimen de la mecha.
 Una chillona rebelión, desmitificar la mecha desde su raíz, que ha sido atacada ferozmente ahora que a la derecha va saliéndole el rizo más rabioso y no quiere que las mechas se hagan de fuera hacia dentro.
 Pero sí tomarnos el pelo.
Es cierto que Loewe no es una marca nacional, sino una más del conglomerado de la multinacional francesa LVMH. 
Y también que la jueza sevillana Mercedes Alaya mantiene su pelo oscuro, sin experimentos juveniles, y con un aspecto que conjuga impecable con implacable. 
La jueza Mercedes es presencia diaria en los medios por ser la instructora del caso de los ERE irregulares de Andalucía. Casi siempre presenta el mismo bolso y el mismo trolley presuntamente cargado de los papeles del caso.
 El bolso es de tamaño normal, color albero, y consigue pasar sin pena ni gloria.
 La maleta, en cambio, parece más propia de una diva. E incrementa la vergüenza socialista ante su caso de supuesta corrupción administrativa gracias a su tamaño.
 La jueza la exhibe como si fuera un nuevo mazo justiciero.
Fue un detalle que los jueces de Gürtel evitaron. 
Se quedaron en los trajes, que significaban tanto como ese petate que llega y sale de los juzgados de Sevilla cada día más pesado, más protagonista.
 La misteriosísima maleta de la jueza Alaya, en cambio, es la justicia que avanza silenciosa y sobre ruedas junto a ella, con la frente tersísima en alto y la ligereza de alguno de sus vestidos. Resulta difícil vestirse en una capital donde casi todo el año hace calor y la humedad del Guadalquivir todo lo empaña.
 Disfrutamos que muestre escotes salpicados de simpáticos lunares. 
Pero lo que de verdad pesa es ese trolley: la ley sobre ruedas.
Una mujer y su bolso son siempre una reflexión. 
Tenemos los de la reina de Inglaterra, de superficie lisa y brillante.
 Pieles bien cuidadas que envejecen bien, como los de Loewe. 
Y también bolsos que desaparecen y nadie parece llorarlos

Puestos a que me regalen uno o dos, o tres, prefiero a Prada, o Carolina Herrera, tb me gustan los de Guess, y mucho además, y de todos los tamaños.
Y me gusta mucho el de Hermes que popularizó Grace Kelly, me encantan, vaya que ya ven que lo tienen facil para estar yo contenta.
.
 Al principio de la crisis y Gürtel, Barberá no dudaba en aparecer orgullosa, bien fuera en Fallas o arropando a Camps, con sus bolsos Vuitton, siempre del mismo modelo, pero en distintos colores.


¡Ay, si los bolsos hablaran!
No se puede evitar sentir un deje de pena por la triste suerte de estos juguetes abandonados, perdiendo sus colores. 
Preguntándose en su silencioso lenguaje de objetos el porqué de este caprichoso cambio en su suerte. Después de todo, ellos no hicieron nada malo
. Eran, sí, bolsos caros, quizá regalos sin explicación, antojos que no afeaban nada.
 Entonces, ¿por qué esa vergüenza, ese empeño en convertirlos en otro amor obligado al silencio?

La mirada de Charlotte Rampling

La hemos visto insinuarse con un provocativo striptease en El portero de noche; traicionando a Paul Newman en Veredicto final; incluso se ha enamorado de un simio en Max, mi amor.
 Ha trabajado a las órdenes de directores de tanto prestigio como Woody Allen, Luchino Visconti, François Ozon, Nagisa Oshima o Lars von Trier, haciendo suyos personajes arriesgados y polémicos. Sin embargo, a Charlotte Rampling siempre la recordamos por una mirada clara y penetrante, unos ojos azul grisáceos que se clavan en la cámara y traspasan la pantalla.
Este domingo TCM Autor emite The look, un documental en que la actriz repasa su vida y su carrera conversando con diversos compañeros de profesión y amigos, como el fotógrafo Peter Lindbergh o el escritor Paul Auster.
Como adelanto, este video está dedicado a su mirada: la mirada de Charlotte Rampling.

La Delicadeza


PeliculasTítulo: La delicadeza
Título original: La délicatesse
País: Francia
Estreno en España: 29/06/2012
Productora: 2.4.7. Films / France 2 Cinéma / StudioCanal
Director: David Foenkinos, Stéphane Foenkinos
Guión: David Foenkinos (Novela: David Foenkinos)
Reparto: Audrey Tautou, François Damiens, Bruno Todeschini, Pio Marmaï

Sinopsis:
Comedia romántica que muestra como Nathalie (papel que interpreta Audrey Tautou) pierde en un accidente al hombre del que está perdidamente enamorada. Después de una etapa de duelo, no puede creerse que el amor llame de nuevo a su puerta de la mano de Markus, un compañero de trabajo que nunca ha tenido éxito con las mujeres, pero cargado de bondad y de ternura. Un hombre que para ella supone la vuelta a la vida.

4 jul 2019

Las abogadas de los divorcios multimillonarios, enfrentadas por el emir de Dubái

Helen Ward y Fiona Shackleton han intervenido en separaciones como las del príncipe Carlos, Madonna, Paul McCartney o Bernie Ecclestone. Ahora representan a Mohamed Bin Rashid y a la princesa Haya.

Las abogadas de familia Helen Ward (izquierda) y Fiona Shackleton.
Las abogadas de familia Helen Ward (izquierda) y Fiona Shackleton. Getty Images



Shackleton, de 62 años, tiene fama de ser ferozmente inteligente y de tener una increíble capacidad para llegar al fondo de un caso y ser capaz de ver un horizonte más amplio para llegar a una solución. 
También de ser de respuestas directas que dirige certeramente y en especial a las personas que no quieren escuchar.
 Casada con Ian Shackleton, un consultor financiero que desciende del explorador sir Ernest Shackleton, cree fervientemente en que el divorcio debe evitarse aunque sea su medio para ganarse la vida, y cuando sus dos hijas eran pequeñas no dudó en anteponer su familia a su trabajo y salir de su oficina a las 17.30 en punto para llegar a casa a tiempo de cenar con ellas y acostarlas.

 

Sir Paul McCartney y Fiona Shackleton saliendo de la Corte de Londres en marzo de 2008.
Sir Paul McCartney y Fiona Shackleton saliendo de la Corte de Londres en marzo de 2008.
Con 28 años trabajaba para el despacho Farrer & Co del que se convirtió en socia dos años después y no mucho más tarde en la principal abogada de la firma. 
En 2001 pasó a un despacho líder del sector, Payne Hicks Beach, y es allí donde sigue en su condición de socia.
 Hoy sus servicios valen casi 700 euros la hora y quienes están dispuestos a pagarlos también deben acostumbrarse a acceder a los juzgados al lado de una mujer de impactante imagen cuyos atuendos son capaces de eclipsar a la estrella más rutilante del firmamento de sus clientes.
 Los que han asistido a algunos de sus juicios, como observadores o contrarios, dicen que sus atuendos –algo alejados de la convencional imagen del traje de negocios– son una manera de centrar la atención en su persona y suavizar su imagen al mismo tiempo, una estrategia que ha podido confundir a alguno de sus oponentes hasta llegar a subestimarla.
Otros dicen que le sirven de carta de presentación para que sus posibles futuros clientes tomen buena nota de a quién acudir en caso de necesidad. Muchos aún recuerdan cuando Heather Mills, la exmujer de Paul McCarney le lanzó un vaso de agua en pleno tribunal, y cómo ella abandonó la corte al lado de su cliente, con el pelo aún mojado pero con una sonrisa de oreja a oreja. 
De Helen Ward los principales directorios legales independientes de Gran Bretaña afirman que es "excelente".
 Los adjetivos brillante y extraordinario también se asocian con su trabajo y según figura en el perfil que la retrata en la web del despacho en el que trabaja –Stewarts Law– "está reconocida como una de las abogadas de familia más importantes de Londres".
 Sin duda algunos de los asuntos que ha llevado hacen honor a su fama de ser una de las primeras opciones para los ricos y famosos que aprecian su atención a los detalles y su determinación legal.
 La revista Tatler, en un artículo dedicado a los mejores abogados de divorcios británicos la describió así: "Si lo que busca es absoluta discreción, no busque más que a Helen Ward". 
El mismo artículo afirmaba que le apasiona su trabajo, sabe eludir a los medios si el propósito es pasar desapercibidos y es una buena jugadora de tenis: "Tengo un buen golpe de derecha", afirmó respecto al juego y para quien quiera encontrar en sus palabras una metáfora de cómo es capaz de manejarse en el mundo del Derecho.
A la hora de aconsejar cómo comportase si se está implicado en un divorcio, Ward lo dejó claro en un artículo que publicó junto a una colega en la revista Sunday Times: elegir un abogado con un alto grado de inteligencia emocional; acudir a un terapeuta porque "probablemente es una de las experiencias emocionalmente más traumáticas de la vida"; saber escuchar los consejos que no se quieren oír; ser honesto; mirar hacia el futuro y encontrar una solución equitativa con la que ambas partes puedan vivir.
Un nuevo divorcio pondrá frente a frente a Shakleton y Ward, dos letradas que volverán a sacar sus mejores armas para conseguir que sus clientes acaben satisfechos, incluso cuando sea el momento de abonar su abultada minuta.