Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

10 jun 2019

La historia del criminal que escribía como Emily Dickinson

Un libro reconstruye la vida de Mark Hofmann, el mejor falsificador literario de EE UU, condenado por matar a dos personas con bombas para encubrir sus engaños.

A la izquierda, Mark Hofmann en 1984. A la derecha, Emily Dickinson en 1846.
A la izquierda, Mark Hofmann en 1984. A la derecha, Emily Dickinson en 1846.

 

EP Social BLOGS Laboratorio de felicidad Coordinado por PILAR JERICÓ La mente nos engaña (y no nos damos cuenta)

Empieza a ser consciente de que tu cerebro está lleno de trampas.

Las consecuencias de pensar demasiado rápido.
Rubén Montenegro
Rubén Montenegro

No todo es lo que parece. Basta con un sencillo experimento para comprobarlo.

 Supongamos que Steve es una persona seleccionada al azar de una muestra representativa. 

Un vecino le describe como alguien “muy tímido y retraído, siempre servicial, pero poco interesado por la gente o por el mundo real. De carácter disciplinado y metódico, necesita ordenarlo y organizarlo todo. Además, tiene una obsesión por el detalle”.

 ¿Qué es más probable que Steve sea un bibliotecario o un agricultor? Piénsalo rápidamente y contesta sin demasiada reflexión. 

Quizá, la primera respuesta que se nos venga a la cabeza es que Steve es bibliotecario. Al fin y al cabo, parece reunir las cualidades típicas de estos profesionales.

 Sin embargo, la respuesta correcta es agricultor. En los países occidentales, como Estados Unidos, existe un bibliotecario por cada 20 agricultores. 

Si Steve ha sido elegido aleatoriamente, lo más probable es que se dedique a cultivar la tierra. Nuestra mente nos engaña. O, mejor dicho, nos engaña pensar rápido.

En 1974, los psicólogos Amos Tversky y Daniel Kahneman publicaron dicho ejercicio en la revista Science, lo que dio pie a toda una corriente de investigación sobre cómo opera nuestra mente y los engaños en los que caemos.

 Kahneman ganó el Premio Nobel de Economía en 2002 gracias a este trabajo (Tversky había muerto unos años atrás). Llegaron a la conclusión de que todos tenemos dos formas de pensar, dos sistemas operativos. 

El Sistema 1, o reactivo, está relacionado con el pensamiento rápido y automático. 

En él se conforman los juicios y las ideas preestablecidas. 

En esta fase también se procesan las decisiones intuitivas o las del experto, quien después de muchos años de trabajo es capaz de reconocer algo a golpe de vista. 

El sistema reactivo es también el encargado de responder cuando la persona está en pleno secuestro emocional, es decir, cuando vive una emoción con mucha intensidad, lo que le dificulta ver las cosas con claridad. 

El Sistema 2, o consciente, está relacionado con el pensamiento lento, el que necesita tiempo para elaborar la conclusión.
 Se activa cuando la atención es plena. Es el encargado de los cálculos complejos y de la concentración.
 Entra en acción cuando el sistema 1 está atascado, o cuando se activa en nosotros una alerta que nos despierta del modo automático.
 Todos tenemos estos dos sistemas, pero lo más curioso es que el sistema 2 está normalmente en un segundo plano.
 Como reconoce Kahneman en su interesantísimo libro Pensar rápido, pensar despacio, nuestro cerebro es perezoso por pura supervivencia
Consume en torno al 20% de la glucosa y del oxígeno que está en nuestro cuerpo, a pesar de que suponga menos del 5% de este. Para evitar un consumo excesivo, activamos el modo automático, el sistema 1 o reactivo.
 En otras palabras, respondemos y actuamos según lo primero que se nos viene a la cabeza, sin elaborarlo demasiado.

Este hacer sin pensar nos lleva a ponerle etiquetas a las personas que vemos o acabamos de conocer. 
Nos dejamos arrastrar por su estilo a la hora de vestir, por su forma de ser, por su tendencia sexual y por tantos otros sesgos inconscientes que evitan que tomemos decisiones más reflexivas e inteligentes. 
Diversas investigaciones han demostrado que la gente que se mueve por el sistema 1 suele tomar decisiones más egoístas, más superficiales y, por supuesto, utilizan un lenguaje más sexista. Pero no está todo perdido.
 Tenemos la capacidad de evitar caer en los brazos del sistema reactivo a la primera de cambio. La clave consiste en reflexionar antes de tomar una decisión importante o cuando hemos conocido a alguien. 
En el fondo, es despertar al sistema 2, prestar una mayor atención. Por eso, no es de extrañar que muchas empresas punteras que buscan diversidad e innovación formen a sus empleados en cómo evitar los sesgos inconscientes
 Este trabajo lo podemos realizar nosotros mismos teniendo presente cómo opera nuestro cerebro, siendo conscientes de que está lleno de trampas.
 Si este aprendizaje lo aplicamos en el ejercicio de Steve, valdría la pena preguntarse si no existen agricultores meticulosos.
 Esa pregunta nos abriría nuevas posibles respuestas.
 

Tensión, discusiones y empujones: así ha sido el salto de la reja de 2019 en El Rocío

Centenares de almonteños asisten al momento cumbre de la romería.

La Virgen del Rocío ha salido del presbiterio de su ermita sobre las 2,49 horas de este Lunes de Pentecostés para recorrer las calles de la aldea, en Almonte (Huelva), y procesionar por delante de las 124 hermandades filiales que han peregrinado hasta allí tras el tradicional salto de la reja protagonizado por vecinos de la localidad, que se ha producido apenas 15 minutos después que en 2018.
 Un momento que se ha vivido entre empujones, discusiones y mucha tensión en el ambiente. 
 Este año se celebra el Centenario la Coronación Canónica de la Blanca Paloma.
En concreto, el tradicional salto ha tenido lugar sobre las 2,49 horas justo después de la entrada en el Santuario del Simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte y la Virgen ha cruzado el dintel del templo apenas seis minutos después a hombros de los almonteños.
Por su parte, el dispositivo Ermita, operativo específico de coordinación y respuesta en emergencias desplegado por el Plan Aldea para la salida procesional de la imagen de la Virgen del Rocío y momento de máxima afluencia de personas, ha contabilizado 30 asistencias sanitarias y tres traslados, en su mayoría por mareos, desvanecimientos y traumatismos menores.
Una vez que concluya el recorrido por la aldea, hasta 33 hermandades rocieras emprenderán este mismo lunes su camino de vuelta bajo la coordinación y asistencia del Plan Romero, 27 de ellas por los Caminos de Sevilla y otras cinco por los Caminos de Cádiz.

 

9 jun 2019

El milagro Jorge Javier Vázquez

El milagro Jorge Javier Vázquez: cómo el desprecio de las élites lo convirtió en estrella y superviviente.

Diez años después del estreno de 'Sálvame', el espacio televisivo más controvertido del siglo, el presentador no solo mantiene a flote el programa, sino que se ha convertido en la mayor estrella televisiva de España.

El presentador Jorge Javier Vázquez en el plató de 'Supervivientes' (Telecinco), espacio que presenta desde 2011 y ha revitalizado con un estilo tan inimitable como criticado.

El presentador Jorge Javier Vázquez en el plató de 'Supervivientes' (Telecinco), espacio que presenta desde 2011 y ha revitalizado con un estilo tan inimitable como criticado. Foto: Getty Images.
 

Todo el mundo que haya visto un par de reality shows sabe que una de sus máximas es que si te ganas el desprecio de gran parte de tus compañeros, conseguirás enseguida el amor del público y, finalmente, la victoria. 

En 2009 Jorge Javier Vázquez, señor y rey del formato en la actualidad, llevó este axioma hasta el escenario de los premios Ondas en el Liceu de Barcelona. 

Galardonado como mejor presentador por Sálvame –por "renovar con brillantez y sentido del humor un género controvertido”–, muchos de los presentes recibieron al presentador con el ceño fruncido.

 El veterano actor Emilio Gutiérrez Caba, premiado aquel mismo año, se quejó del galardón a Vázquez: “No a todo el mundo se le puede dar un premio así”.

 Ondas en mano, Jorge Javier Vázquez (Barcelona, 1970) se convirtió en ese presentador al que las élites de la comunicación y las artes desprecian y el público adora.  

Sálvame es un espacio anárquico e imprevisible donde es tan posible presenciar escenas inmorales y que no dicen nada bueno de nosotros como sociedad como momentos sublimes que parecen escritos mano a mano por Rafael Azcona y Efthimis Filippou.

 Una vez juntaron a la esposa de un diplomático y a la vedette transexual Cristina Ortiz, alias La Veneno.

 "Ella ha sido mujer de diplomático", le comentó Jorge Javier. "¿Mujer de diplomático?", respondió La Veneno. 

 "Yo he sido mujer de todo el mundo".

 

Ese territorio comanche fue el que Jorge Javier necesitaba para demostrar lo que mejor sabe hacer: enfrentar al lumpen y a la diplomacia y alternar citas de Lorca y de Belén Esteban. 
Hasta ese momento había sido un presentador simpático, rápido y efectivo. 
Pero la cultura del "paso a vídeo" se le quedaba pequeña.
Sálvame llegó y se convirtió en una especie de reunión de antiguas ovejas negras del instituto.
 Tanto Jorge Javier, que parecía acabado tras Aquí hay tomate, como periodistas del corazón que daban tumbos por las cadenas autonómicas, fueron un hallazgo para aquel espacio que descubrió la fórmula de la Coca-Cola el día en que la vedette Sonia Monroy abandonó el plató al grito de “¡me pagáis una mierda!” y la realización, en vez de quedarse en plató, decidió perseguirla por las instalaciones de Telecinco mientras Jorge Javier, micrófono en mano, le preguntaba por qué se iba.
Jorge Javier Vázquez se ha convertido en un especialista en 'reality shows' de famosos por su capacidad para lidiar con distancia e ironía con los personajes de la vida rosa.
Jorge Javier Vázquez se ha convertido en un especialista en 'reality shows' de famosos por su capacidad para lidiar con distancia e ironía con los personajes de la vida rosa. Getty Images
La ruptura de la cuarta pared (o la quinta, o la sexta, hay mucha pared en Telecinco) se aplicaba tanto al programa como al propio Jorge Javier, que se reveló como un conductor inaudito que era capaz de presentar un espacio a la vez que lo analizaba desde fuera, como si el vecino más ácido del bloque se sentase con los vecinos a ver el programa cada tarde y a comentarlo.
 Jorge Javier Vázquez adelantaba por la derecha a los que se querían reír del tipo de televisión que hacía: si humoristas como Ángel Martín o Patricia Conde llevaban años intentando hacer humor de la televisión rosa limitándose a repetir sus mejores (o peores) escenas, tuvo que llegar un filólogo (Jorge Javier es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona) sin prejuicios para demostrar que uno podía reírse del formato y de sus miserias desde el mismo plató.
Corte al año 2014. Jorge Javier se había convertido en estrella de la cadena tras probar que puede presentar con éxito formatos en horario de máxima audiencia como Supervivientes
Y en septiembre de ese año lo llamó el poder en directo para demostrar que aquel presentador que hablaba de frivolidades podía tener más influencia de lo que parecía.
 La secuencia en la que suena su teléfono en directo, lo coge y comienza a hablar con Pedro Sánchez (hoy presidente, entonces secretario general del PSOE) es una de esas que dinamitan todo lo que creíamos saber sobre cómo funciona la televisión.
 
Jorge Javier Vázquez comienza a hablar con monosílabos con el actual presidente del gobierno, al que en principio solo se escucha en un murmullo. 
“Te llamaba porque escuché ayer lo que habías dicho…”, creemos oír, incapaces de entender todas las palabras. 
Jorge Javier acababa de decir en directo en su programa que, debido a que el alcalde de Tordesillas era socialista y no hacía nada por evitar que se celebrase cada año en su localidad el sangriento torneo del Toro de la Vega, pensaba dejar de votar al PSOE.
 Durante casi cinco minutos acudimos al plano fijo del presentador, hablando más bien poco mientras escucha lo que dice un interlocutor al que no podemos entender y apenas escuchar. 
Una escena impensable en un momento en que el espectador parece asolado por un síndrome de déficit de atención que obliga a lanzarle muchos colores, cortes y personas por minuto a los ojos.
 A su manera, si Jorge Javier es un presentador muy especial es porque en un programa donde en general se grita mucho, él maneja como nadie los silencios. 
Y si Sálvame es un programa curioso es porque, pese a tener un decorado con decenas de colorines, su tertuliana más famosa es una que paraliza a la audiencia cada vez que se calla y cierra los ojos. 

Al final de la conversación, Jorge Javier dispara así a Sánchez: “Yo presento Sálvame diario, que yo ahí no te veo para que vengas, pero luego tengo en Sálvame Deluxe un polígrafo que lo hace Conchita. ¿Tú conoces a Conchita?”.
 Risas del público. “No, ¿no? Bueno, ahora que tengo tu teléfono yo ya te llamo y montamos lo que quieras. Sí, este es mi teléfono personal, sí.
 No, yo no te dejaría venir al polígrafo, pero si vienes lo amañamos”.
Cinco años después Jorge Javier y Sálvame se colaron en las memorias del presidente, Manual de resistencia
“Yo tengo amigos”, escribió Sánchez, “y amigos varones, profesionales de reconocido prestigio en sus ámbitos, que ven ese programa”. 
El debate sobre ver o no ver hoy ese programa, que efectivamente a veces tiene un concepto de la moral un poco relajado y no es precisamente un modelo de virtud, ya parece caduco.
 Jorge Javier Vázquez hizo algo muy acertado desde el principio respecto a este debate: restarle importancia: “¿Cuánta gente ve Sálvame?”, se preguntó en una entrevista en EL PAÍS en 2012. “Dos o tres millones de personas.
 ¿Cuánta gente hay en este país? Estamos elevando a la categoría de problema algo que es anécdota”.
 Y añadió: “¿Por qué nos empeñamos en que la televisión tenga que ser un modelo? En mi contrato no pone que yo tenga que ser un modelo para la sociedad”.

Jorge Javier junto a algunos colaboradores de 'Sálvame' en el programa 'Las bodas de Sálvame', una de las muchas ramificaciuones del formato donde se casaba a anónimos en directo.
Jorge Javier junto a algunos colaboradores de 'Sálvame' en el programa 'Las bodas de Sálvame', una de las muchas ramificaciuones del formato donde se casaba a anónimos en directo. Cordon Press
 
Jorge Javier Vázquez es gay, deslenguado, habla de sexo en directo y se moja en política (confesó que iba a votar al PSOE en las generales, a Carmena en el Ayuntamiento Madrid y a Errejón en la presidencia de la Comunidad).
 Un milagro en un país tan lleno de demonios ideológicos como España, donde el posicionamiento es peligrosísimo. Pese a todo eso, y con una mano derecha por la que otros matarían, él encandila a ambos lados del espectro político. Jorge Javier se define de izquierdas, pero ha reconocido que la derecha ve los programas del corazón con muchos menos prejuicios. 
Se le ve tan cómodo alternando con Manuela Carmena como con Jiménez Losantos.
 Tan cómodo entrevistando a Paqui La Coles como a Victoria Abril. 
Cuando el invitado se pone impertinente o intenso, se lo ventila con la misma facilidad ya sea un exconcursante de Gran Hermano VIP o un noble relacionado con la familia real.
 “Eres un maleducado, buenas noches, adiós”, estalló tras dejar con la palabra en la boca a Álvaro de Marichalar en octubre de 2017.
 “Cambiamos de tema. Fuera. No voy a soportar que este tío esté aquí diciendo gilipolleces.
 Ya le hemos dado un cuarto de hora. Ya está, ¡a tomar por saco!”, añadió.
Y como alguien que creció leyendo las revistas del corazón y comenzó su vida laboral trabajando en ellas (en Pronto, por ejemplo), entendió que la vida propia es un ente moldeable y extraño que solo tiene valor cuando se oculta. Por eso en sus espacios, sus entrevistas y su blog personal en una conocida cabecera española de sociedad escupe a bocajarro todo aquello que vive y que, por lo tanto, no verá publicado nunca en una revista o en un confidencial a sus espaldas, ya sean sus infortunios amorosos, sus operaciones de cirugía estética o sus achaques de salud. Actualmente, como si esto fuese el final de un guion clásico con planteamiento, nudo y desenlace, Jorge Javier ha vuelto al trabajo tras sufrir un ictus para ver cómo en el programa de más éxito de su carrera, Supervivientes, se habla de tú a tú todos los jueves con Isabel Pantoja, la que fuese su azote y gran enemiga.
 Quién sabe si dentro de otros diez, y ya convertido en caballero del escenario, compartirá uno con Emilio Gutiérrez Caba.