La hija de isabel Preysler ha acompañado a su marido al Roland Garros, donde han presentado a su hijo a diversos tenistas.
Ana Boyer recupera junto a Verdasco su vida de antes de ser madre.
EN UN GRAN MOMENTO
El 26 de marzo supuso un antes y un después en la vida de Ana Boyer y Fernando Verdasco.
Nacía su primer hijo en común, dos semanas antes de lo previsto y poco antes de que la socialite cumpliera 30 años, el 18 de abril. Tres días más tarde, abandonaban el hospital con el pequeño, a quien decidieron llamar Miguel en honor a su abuelo materno, el que fuera ministro socialista Miguel Boyer y tercer marido de Isabel Preysler.
Ana Boyer ya estaba espléndida a la salida del hospital Ruber Internacional de Madrid, por lo que no es ninguna sorpresa que recuperara casi inmediatamente su ritmo de vida habitual de antes de ser madre.
No solo nos referimos a sus actividades cotidianas, sino también a su agenda de viajes...
Por este motivo, no está teniendo ningún problema en acompañar a su marido en sus compromisos del que puede ser su último año como tenista
. Después de dar a luz, Ana ha viajado con él hasta Montecarlo (perdió en primera ronda con Pierre-Hugues Herbert), a Roma (cayó en cuartos con Nadal) y esta semana está instalada en París, con motivo del Roland Garros.
Con ellos ha viajado su hijo Miguel, a quien el tenista ha presentado a algunos de sus compañeros, como ha dejado patente en las redes sociales.
Así, en una cancha de tierra batida, superficie en la que se juega este torneo, se ha fotografiado con Rafa Nadal, con quien mantiene una excelente amistad, y con el canadiense Denis Shapovalov, quien en el momento de escribir este artículo ya había sido eliminado de este Grand Slam.
En el reciente Masters 1000 de Madrid, que se celebró entre los días 6 y 13 de mayo, Ana también estuvo animando a su marido, acompañada por su madre, Isabel Preysler (Vargas Llosa también acudió a un encuentro), quien en sus declaraciones siempre ha subrayado la excelente relación que mantiene con su yerno.
De hecho, tras el nacimiento del bebé se instalaron en su casa de Puerta de Hierro, donde la feliz abuela había organizado una 'nursery' para su último nieto.