Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

7 may 2019

El debut de Victoria de Marichalar en la Maestranza

La hija de la infanta Elena y Jaime de Marichalar preside desde un enganche el inicio de la Feria de Sevilla.

Victoria de Marichalar, en la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla durante la Exhibición de Enganches
Victoria de Marichalar, en la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla durante la Exhibición de Enganches EFE

 

Victoria de Marichalar, de 18 años, ha sido este año la encargada de inaugurar la Feria de Sevilla y en concrerto la concentración de coches de caballos, conocidos como enganches. 
La afición de la joven por los caballos, los toros y la vinculación de sus padres con la capital andaluza - se casaron allí- la convirtieron este año en la candidata perfecta. 
El acto, que se celebró en la Maestranza, contó con la presencia de sus padres aunque cada uno se situó en un lugar de la plaza.
 Los exesposos no mantienen ningún tipo de relación
Victoria a diferencia de su hermano no es tan dada a las fiestas
 Ella prefiere salir con su grupo de amigas del colegio St. George’s de La Moraleja y con sus amigos del mundo de los toros y en concreto con el torero Gonzalo Caballero, con quien se la relaciona desde hace un año  
 Un conocido común le presentó un día a Felipe al torero, con quien hubo química desde el principio, y, a continuación, apareció en escena Victoria.
 La simpatía inicial ha madurado en un afecto mutuo, cimentado, además, por la conocida afición taurina de los nietos de don Juan Carlos, que han heredado de su abuelo y su madre.
 Los cuatro son asiduos visitantes de las plazas de toros, y los dos más jóvenes se han convertido en fieles seguidores de Gonzalo Caballero, con el que sufren desde el tendido cada tarde que el torero amigo se viste de luces.
 Sus padres, al igual que hicieron con su hermano Felipe, también enviaron a Victoria dos años al extranjero -al Reino Unido- para mejorar su inglés. 
Ahora lo habla a la perfección como el francés. El próximo año comenzará sus estudios universitarios. 
Siente adoración por Pipe y juntos se dejan ver en muchas ocasiones: en conciertos del grupo Taburete -cuyo líder es el Willy Bárcenas el hijo del extesorero de PP-, callejeando por Malasaña, y sobre todo en los toros.
 Don Juan Carlos también siente debilidad por su nieta mayor y busca su compañía.
Victoria Federica Marichalar por las calles de Sevilla.
Victoria Federica Marichalar por las calles de Sevilla. GTRES
Doña Elena mantiene una relación muy estrecha con su hija. 
Se las ve de compras en almacenes low cost o en los concursos hípicos que se celebran por toda España.
 Victoria tiene un estilo propio.
 Le interesa la moda, como a su padre, pero suele ser muy austera en sus elecciones. 
Nadie duda de que con el tiempo será una de las jóvenes más elegantes asesorada por su progenitor.
 De hecho los conjuntos que ha llevado estos días en Sevilla los compró con su padre.
Marichalar ha hablado recientemente con la revista ¡Hola! acerca de las vidas de Felipe y Victoria, de 20 y 18 años, de sus aficiones y de sus estudios.
 Una de las cuestiones que abordó fue la supuesta vinculación de Victoria Federica con Vox.
 Algunas informaciones aseguraron que la joven acudió a una fiesta que el partido celebró en el Teatro Barceló de Madrid a principios de marzo. 
Sin embargo, ahora Jaime de Marichalar ha querido desmentirlo. "Se encontraba en la puesta de largo de una amiga y ni estuvo en el mitin ni es de ningún partido político", afirma en las páginas de la revista. 
Según el aristócrata, que no haya fotos de ella en el acto es la prueba definitiva de que no estuvo allí. 
"Si hubiera estado habría fotos y ahora estarían por todos los lugares publicadas", asegura. 

Vic, como la llaman en familia, está presente en las redes sociales. Su Instagram @vicmarbor (Victoria Maricharlar Borbón) es una cuenta privada en la que solo ha admitido a 119 seguidores.

Nueva derrota de Arantxa Sánchez Vicario ante su exesposo

Un juez de Miami falla que el divorcio de la tenista se resuelva en España, como ya hizo el Juzgado Número 2 de Esplugues.

Arantxa Sanchez Vicario, en junio de 2018 en París.
Arantxa Sanchez Vicario, en junio de 2018 en París. CORDON PRESS

 

Así fue el debut de las hijas de Julio Iglesias en la gala del Met

Victoria y Cristina, que ya han cumplido 18 años, se dejaron ver con vestidos idénticos en la alfombra roja de la fiesta de la gran fiesta de la moda.

Victoria y Cristina Iglesias en la gala del Museo Metropolitano de Nueva York, celebrada el 6 de mayo de 2019.
Victoria y Cristina Iglesias en la gala del Museo Metropolitano de Nueva York, celebrada el 6 de mayo de 2019. GTRESONLINE

 

6 may 2019

¿A quién insultas llamándole progre?.................. Ignacio Vidal-Folch..

 

Surgido en los años setenta, el calificativo derivado de progresista ha resucitado en España con un renovado tinte peyorativo.

Jóvenes en una manifestación para reclamar la amnistía de presos, en 1977 en Madrid.
Jóvenes en una manifestación para reclamar la amnistía de presos, en 1977 en Madrid. VOLKHART MÜLLER / EFE
El que antes se definía como “nacionalista” ha comprobado que el concepto es execrado en todo el mundo y prefiere llamarse “soberanista”, que es positivo, o “indepe”, que es hasta cariñoso. Puede incluso, violentando la lógica, sostener que “soy independentista, pero no nacionalista”. 
El progre no necesita tales juegos malabares.





 “¿Progre me llamas?”. Uno puede responder: “Pues sí, he de admitirlo, soy un poco progre. Qué quieres”. Se asume hasta con coquetería.
De manera que, para los debates más reñidos con el cuñado o para las tertulias televisivas, esfuérzate un poco y a ver si encuentras algún insulto de una eficacia tan inapelable como facha.
En realidad esta familia de palabras, “progre”, “progresista”, “progresía”, que en su acepción moderna se remonta a la Transición, tuvo desde el principio un matiz de benigna autocrítica, una ligera carga de ironía paternalista que se autoadministraba la comunidad que combatía las políticas franquistas y vestigios posfranquistas de quienes entonces se veían acribillados con una batería retórica aplastante: “carca”, “reaccionario”, “inmovilista”, “franquista” o “facha”. 
Al “inmovilista”, Mingote solía caricaturizarlo en sus chistes como un híbrido de ser humano y piedra, piedra como de castillo roqueño.
 El inmovilista ha desaparecido del lenguaje público.

 En un artículo (Progresía y evolución) publicado en EL PAÍS hace ya algunos años, Juan Cueto dio fe de las circunstancias de la invención de la palabra progresía. 

Postulaba que una noche de finales de los años ochenta estaban él, Eugenio Trías, Félix de Azúa, Gonzalo Suárez y algunos otros miembros de la gauche divine en el Bocaccio de Barcelona:

 “Andábamos divertidamente indignados por el uso y abuso que cierta izquierda española estaba haciendo de algunos valores progresistas y que había elevado paletamente a imperativo kantiano. 

De repente se nos ocurrió el palabro para nombrar y criticar de un plumazo a aquellas mitologías que competían con las de la burguesía desde el lado opuesto.

 Y encargamos a Gonzalo Suárez que divulgara nuestro alcohólico hallazgo lingüístico en la revista de Haro Tecglen. 

Así fue como exactamente nació y se extendió la dichosa palabra en los dos epicentros de la progresía (Bocaccio y Triunfo) hasta convertirse en el insulto dominante de la blogosfera…”.

En realidad ese uso autocrítico estaba en el aire ya unos años antes. El dibujante J. L. Martín había empezado a publicar unas tiras cómicas (no muy cómicas, a qué engañarse) sobre un paradigmático “Quico, el progre”, y los títulos de los álbumes que fue publicando son muy elocuentes sobre la blandenguería mansurrona de un arquetipo social ya entonces autocaricaturizado como decadente y algo patético.
 Lucía el tal Quico melena rizada y barba, y sobre la camisa de cuadros llevaba una chaqueta de pana con coderas: indumentaria moderadamente informal e inconformista, opuesta al estirado conservadurismo convencional del traje de tergal reaccionario.
Quico el progre nació ya autodeprecatorio y trasnochado: aquellos álbumes tenían títulos elocuentes:
 Ya estás un poco carroza, Quico; Te estás quedando calvo, Quico; Has engordado, Quico; No eres moderno, Quico…

Progre era una forma de autoindulgencia.
 Cuando se usa como invectiva con la ácida belicosidad de hogaño, ataca una blandenguería santurrona, real o supuesta, directamente emparentada con la corrección política, que se resiste a mirar a los problemas auténticos de frente y a combatirlos con energía y sin contemplaciones;
 al progre se le acusa de que al principio de realidad prefiere las ideas bonitas aunque hayan demostrado su ineficacia o, peor aún, su complicidad con el error y el horror.
Es el bonismo, el irenismo que, por ejemplo, con beata sonrisa receta en toda circunstancia el “diálogo”.
Claro que ¿quién es tan bruto para rechazar algo tan humano como “el diálogo”