Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

18 abr 2019

El parto programado de Lady Di para que Carlos de Inglaterra jugara al polo

La biografía de la princesa sigue revelando detalles de su vida y explica las presiones que vivió Diana para dar a luz a sus hijos.

Los príncipes Carlos y Diana con su hijo Guillermo, en diciembre de 1982. CORDON PRESS
Cada vez que un nuevo bebé llega a la familia real británica, la expectación crece en torno a los Windsor.
 Estos días el mundo espera la llegada del primer retoño de los duques de Sussex, Enrique y Meghan, que darán la bienvenida a su hijo entre finales de abril y principios de mayo. 
A la espera de su llegada, salen a la luz historias de otros partos en la familia real, como los de la fallecida princesa Diana.
En 1992 se publicaba la polémica biografía de Diana de Gales escrita por Andrew Morton.
 En Diana: su verdadera historia la princesa hablaba sobre su mala relación con los Windsor, su decepción con su marido, el príncipe Carlos de Inglaterra, y sus intentos de suicidio, pero también de los embarazos y partos de sus dos hijos, Guillermo y Enrique.  
Lady Di cuenta cómo la llegada al mundo de su primogénito hace 37 años tuvo que ajustarse a las actividades deportivas del príncipe Carlos.

Los príncipes Carlos y Diana con su hijo Guillermo, en diciembre de 1982.  

"Cuando tuvimos a Guillermo, hubo que encontrar una fecha en la agenda que se ajustara al príncipe Carlos y sus torneos de polo", cuenta Diana, como recoge ahora People
"El parto de Guillermo tuvo que ser inducido porque ya no podía soportar más la presión de la prensa, se estaba volviendo algo insoportable. Era como si el mundo entero me estuviera monitorizando cada día". 
Esa presión es similar a la que puede estar viviendo ahora Meghan Markle.
 De hecho, según periodistas británicos que siguen a la familia real británica, el príncipe Enrique trata de protegerla precisamente para que no sufra como lo hizo Diana.
Diana, con su hijo pequeño, el príncipe Enrique, a mediados de los ochenta.
"En cualquier caso, el niño llegó, con mucha emoción. Entusiasmados, todo el mundo estaba en las nubes de la alegría: habíamos encontrado una fecha en la que Carlos podía dejar su caballo de polo por mí para dar a luz. 
Fue estupendo, me sentí muy agradecida por ello", se puede leer en el libro escrito por Morton.
 Si Guillermo vino al mundo ajustándose a los deseos del príncipe Carlos —nació el 21 de junio de 1982—, la llegada de Enrique no gustó tanto a su padre. 
"Supe que Enrique iba a ser un niño porque lo vi en la ecografía", cuenta Diana en el libro sobre el embarazo y el nacimiento de su segundo retoño. 
"Carlos siempre quiso una niña. Quería dos hijos, y una niña. Sabía que Enrique sería niño pero no se lo dije", confiesa. 
Finalmente, el pequeño llegó al mundo el 15 de septiembre de 1984 en el mismo hospital Saint Mary de Londres en el que dos años antes había nacido su hermano.
"Su primer comentario fue: 'Dios mío, es un niño'. 
El segundo: 'Y encima es pelirrojo", recuerda la princesa sobre cómo vivió Carlos de Inglaterra la llegada de Enrique. 
Para rematar la cuestión, en el bautizo del pequeño no dudó en decirle a la madre de Diana que ambos estaban "muy decepcionados". "Pensábamos que iba a ser niña", soltó Carlos. "Mamá sacudió la cabeza diciéndole: 
'Deberías darte cuenta de la suerte que tienes de haber tenido un hijo normal".
 Al parecer, Frances Shand no mantenía una buena relación con su yerno y le consideraba "un mimado malcriado"; de hecho, Shand calificaba a los Windsor "enanos alemanes", dada su ascendencia germánica.
Tras el nacimiento de su hijo pequeño, la relación del matrimonio se volvió más cercana y afectuosa.
 Según la princesa Diana, la llegada de Enrique supuso "el momento en el que estuvimos más unidos, y nunca volveríamos a estarlo tanto".
 Poco después, sus caminos definitivamente se distanciaron. 
La pareja se separó en 1992 y acabó divorciándose en verano de 1996.


 

Los millonarios salen al rescate de Notre Dame

Bernard Arnault, Françoise Bettencourt o Henri Pinault, parte de la élite de los empresarios de la moda y la cosmética mundial, aportan cientos de millones para reparar la catedral tras el devastador incendio del pasado lunes.

 

Francois-Henri Pinault y Salma Hayek Pinault, en el desfile de Gucci del pasado febrero en Milán.
Francois-Henri Pinault y Salma Hayek Pinault, en el desfile de Gucci del pasado febrero en Milán. Getty Images

17 abr 2019

Isabel Pantoja explica por qué va a ‘Supervivientes’

La tonadillera considera su paso por el concurso como un paréntesis en su profesión y desvela que en septiembre comienza una gira por España y Sudamérica.

Isabel Pantoja, en Madrid, el pasado viernes.
Isabel Pantoja, en Madrid, el pasado viernes. GTRES
Isabel Pantoja ha dejado los meses de reclusión en su finca Cantora y vuelve por la puerta grande al podio de los famosos que ocupan portadas y programas especializados en celebridades. 
La noticia de su participación en Supervivientes ha causado asombro y curiosidad, pero también que la tonadillera vuelva a sonreír a las cámaras y se deje querer. 
Visitó a su hijo, Kiko Rivera, la noche de la final de Gran Hermano Dúo; se ha dejado ver mientras acudía a ponerse vacunas y realizarse tratamientos de belleza antes de lanzarse a la aventura en una isla de Honduras y este miércoles ha concedido una entrevista en exclusiva a ¡Hola!, su revista de cabecera, para explicar los motivos que le han empujado a aceptar participar en el reality de Telecinco cuando nadie terminaba de creérselo.

"Ha surgido, simplemente", afirma Isabel Pantoja en la publicación sobre su entrada en Supervivientes. "Ha sido muy gratificante para mí porque siempre me ha encantado el reality. Me ha hecho mucha ilusión y lo he aceptado". 
De que le gusta el formato han dado fe sus dos hijos, Kiko Rivera e Isa Pantoja, pero también quien será su conductor después de su mes de reposo tras sufrir un ictus, Jorge Javier Vázquez:
 El presentador contó este martes que cuando él e Isabel Pantoja tenían una relación más cercana, la tonadillera ya le dijo que le gustaría poder ir a este concurso.
 Ocurrió en 2011, precisamente después de la edición en la que participó su hijo Kiko Rivera. 
En la entrevista que ha concedido ahora ni habla del dinero que le pagarán por las semanas que permanezca en la isla, ni por las acuciantes razones económicas que pueden haberle empujado a tomar esta decisión tan radicalmente opuesta a su actitud con los medios y su exposición pública de los últimos años.
 Un segundo plano elegido en parte después de haber pasado un tiempo en la cárcel por blanqueo de capitales e impuesto, por otra, debido a que su regreso a los escenarios no ha tenido el éxito que podía esperarse.

La relación que mantuvo con Julián Muñoz, el exalcalde de Marbella, le ha pasado factura con los medios y también con su público y parece que ahora está dispuesta a volver a lo grande y a sanear sus finanzas en lo posible. 
Respecto al concurso afirma que no le asusta casi nada: "Uno tiene que buscarse la vida y yo me la he buscado siempre, desde los trece años", dice Pantoja.
 Pero sí confiesa que le da miedo volar en avión –no tirarse desde el helicóptero– y que echará mucho de menos las gafas de sol que casi siempre le acompañan cuando está en exteriores, un accesorio que está prohibido para los concursantes del reality
 
Isabel Pantoja y su hijo Kiko Rivera en Sevilla a principios de enero. rn  
Isabel Pantoja y su hijo Kiko Rivera en Sevilla a principios de enero.
Afirma que es "fácil en la convivencia y que cuando hay una situación un poco tensa, trata de reconciliar". 
Que sabe pescar, pero que habrá que ver si los peces pican. Que no le importa comer pescado crudo y cocos, aunque sabe que el tema de la comida es duro. 
Y se muestra dispuesta a estar lo más activa posible y a participar en todo lo que haya que hacer en la isla para poder sobrevivir a la falta de comodidades que supone esta aventura. 
"Intentaré hacerlo lo mejor que sé y lo mejor que pueda. Voy a participar en casi todo lo que pueda mi cuerpo".
Lo que ocurra en el concurso está en manos de la audiencia y del juego que dé la artista en la isla, pero ella tiene claro que se ha dado la libertad de aceptar un reto que le apetecía a pesar de las críticas que pueda suponer: 
"Este paréntesis en mi vida me va a parecer como unas vacaciones, solo que conviviendo con gente distinta, ya que, si Dios y la Virgen del Rocío quieren, yo voy a seguir con lo mío, que es cantar. 
En septiembre comienzo mi gira tanto en España como en Sudamérica", afirma Isabel Pantoja en la entrevista.
Un aviso a navegantes para quienes la daban por acabada en el mundo de la canción.
 Pantoja desembarca en la televisión y los admiradores de su arte pueden estar tranquilos porque esto es solo un preludio de su tercera o cuarta vida. A los supervivientes, Isabel Pantoja, entre ellos, les queda cuerda para rato.


 

Cuando García Márquez quiso ser corresponsal en Madrid

Una carta descubierta en un archivo estadounidense desvela que el escritor, de cuya muerte se cumplen cinco años, pidió instalarse en la ciudad al director de ‘El Espectador’ tras su salida de Colombia en 1955.

   

Pasaporte de García Márquez de 1955.
Pasaporte de García Márquez de 1955.
Cuando el joven periodista Gabriel García Márquez tuvo que dejar Colombia en 1955 —había hecho enfurecer al Gobierno del dictador Rojas Pinilla por una serie de reportajes en la que vinculaba con el contrabando el accidente de un barco lleno de militares— comenzó una etapa de exilio errante por Europa, que le llevó, entre otras ciudades, a Ginebra, Roma y, sobre todo, a París, asegura el biógrafo del Nobel Dasso Saldívar. 
Pero también pasó por Madrid, la capital de otra dictadura, la franquista, donde pidió, aquel mismo año de 1955, al periódico El Espectador de Bogotá quedarse como corresponsal.
“Fue una de las ideas que les propuso a sus jefes en Colombia por aquella época.
 Es algo todavía un poco difuso y que habrá que estudiar más, pero parece que García Márquez pudo haberse establecido profesionalmente en Madrid”, cuenta el investigador del Whitman College Álvaro Santana Acuña sobre una carta fechada en 1955 y conservada por el Centro Harry Ransom de Humanidades de la Universidad de Texas, en Austin.
 Se trata, sin duda, de una de las sorpresas que ha encontrado al estudiar la correspondencia que mantuvo durante años el escritor con Guillermo Cano, director de El Espectador asesinado por sicarios de Pablo Escobar en 1986. 
 “García Márquez estuvo en Madrid y le propuso a Cano una columna de temas españoles, como por ejemplo un reportaje sobre Pío Baroja”, añade el investigador. 

Las cartas de García Márquez a Cano fueron adquiridas a finales del año pasado por el Harry Ransom para seguir nutriendo sus ya gigantescos fondos sobre el autor, que incluyen desde finales de 2014 el archivo personal de García Márquez, que nació en Aracataca (Colombia) en marzo de 1927 y murió en México en abril de 2014, hace hoy exactamente cinco años.
La correspondencia con Cano, cuenta Santana Acuña, llena un hueco muy importante en la biografía del escritor, sobre sus penurias económicas en París o los reportajes que escribió durante aquellos años en la Europa del Este:
 “Algunos de ellos, sobre la vida en los países comunistas, pensaba que eran de sus mejores reportajes”, apunta el especialista. 
Pero también incluye una misiva en la que García Márquez le explica a Cano que está escribiendo una novela titulada Cien años de soledad y le envía un fragmento que se publicó en El Espectador en 1966. 
“En la carta reconoce que es la primera vez en su vida que publica un fragmento de una novela que todavía no se ha publicado y que lo hace precisamente un poco siguiendo la pauta que habían marcado algunos de los grandes escritores de la época, como Carlos Fuentes o Mario Vargas Llosa”, explica Santana Acuña.
Este hecho —después publicaría otros siete fragmentos más en distintos medios que se distribuían en Latinoamérica, Norteamérica y Europa para pulsar la acogida de los mismos— es fundamental para entender el proceso de profesionalización como escritor de García Márquez, que es a su vez la base del libro que este investigador canario publicará el año que viene sobre los descubrimientos que ha hecho estudiando la ingente documentación del Harry Ransom: solo del archivo personal son 78 cajas de documentos, 43 álbumes de fotos y 22 cuadernos de recortes y notas, parcialmente digitalizado y abierto para consulta.
Unos documentos que le permiten “reconstruir el proceso por el que García Márquez pasa de ser un talentoso escritor colombiano a un escritor latinoamericano y global”, asegura.
Borrador mecanografiado y con correcciones de Gabriel García Márquez del epílogo de 'Crónica de una muerte anunciada'. 1980.
Borrador mecanografiado y con correcciones de Gabriel García Márquez del epílogo de 'Crónica de una muerte anunciada'. 1980.
Ese modo de trabajar tiene mucho que ver con una casi obsesiva búsqueda de opiniones externas y correcciones de los textos que, en el caso de Cien años de soledad, se concreta en los fragmentos anticipados en distintos medios, además de permanentes consultas a amigos, colegas y críticos. 
Entre ellos, se cuentan el poeta Álvaro Mutis, la actriz María Luisa Elío y su marido, el cineasta Jomi García Ascot (a quienes leía el libro, según lo iba escribiendo, casi a tiempo real), el crítico Emmanuel Carballo y el escritor Carlos Fuentes (a quien envió las primeras 80 páginas) y sus amigos del grupo literario de Barranquilla.

Los tachones de los manuscritos del autor dan fe de ese procedimiento de mejora, pero también el hecho de que entre el primer capítulo que se publicó en mayo de 1966 en El Espectador y el de la edición final de 1967 “hay hasta 42 cambios significativos”. 
Un ejemplo: las casas de Macondo que al principio eran de “adobe” acabaron siendo de “de barro y cañabrava”.

Documentos inéditos

Ese proceso también estará en el centro de la exposición que él mismo está dirigiendo como comisario y que se podrá ver a partir de febrero del año que viene en el Harry Ransom en Austin, Texas, bajo el título Gabriel García Márquez, la creación de un escritor global
El investigador promete “documentos inéditos y poco conocidos” y explica que habrá una sección que mostrará los distintos momentos de su vida, otra dedicada exclusivamente a la creación de Cien años de soledad y a su impacto, otra sobre su activismo político y una más dedicada a los manuscritos de otras obras como El amor en los tiempos del cólera o Crónica de una muerte anunciada, “para que se vean diferentes cambios en el proceso de trabajo a lo largo de su vida”.
También habrá una parte dedicada a la trascendencia global de su obra, con ejemplos de aquellos escritores a los que ha influido en todo el mundo (desde Toni Morrison a Haruki Murakami) y también de los que se nutrió el colombiano. “En el Harry Ransom hay documentación que vamos a poder mostrar, por ejemplo, de James Joyce, Jorge Luis Borges o William Faulkner, y también estamos en conversaciones para que se pueda exhibir el manuscrito de Rayuela, de Cortázar”, señala Santana Acuña.
Se pondrán en diálogo recursos narrativos como el monólogo de varias páginas de Fernanda del Carpio tras enfadarse con su marido en Cien años de soledad y el de Molly Bloom al final del Ulises, de Joyce.
 O la técnica de los narradores y las perspectivas múltiples de Mientras agonizo y La hojarasca.
 O las relaciones estilísticas entre El viejo y el mar, de Hemingway, y Relato de un náufrago (el libro en el que Gabo reunió en 1971 la serie de reportajes que le costó en 1955 la enemistad con el Gobierno colombiano del dictador Rojas Pinilla).
 La inauguración de la exposición está prevista para los primeros días de febrero de 2020, para permanecer en el centro de Austin hasta junio. 
 Después, los organizadores ya están en conversaciones con museos de México para que la exposición viaje allí a principios de verano.
 

Un festival de periodismo en Barcelona para celebrar a Gabo

Barcelona trabaja para acoger en la primavera de 2020 un festival de periodismo organizado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), fundada por Gabriel García Márquez en 1995. 
Jaime Abello, su director general, explica que la idea es hacer una réplica, más pequeña, del festival que la organización celebra en otoño en la ciudad colombiana de Medellín, con debates y ponencias sobre los retos y el futuro de la profesión periodística. 
En 2018 reunió a unos 15.000 asistentes. 
Uno de los principales objetivos de la fundación con estos encuentros es devolver a la sociedad la confianza en el periodismo de calidad.

Entre todas las ciudades en las que residió el Premio Nobel de Literatura, Barcelona siempre ocupó un lugar especial para el escritor. Allí vivió entre 1967 y 1975 y después nunca dejó de visitarla.