Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

17 abr 2019

¿Cómo llegamos a casa anoche?....................... PATRICIO PRON

Sarah Hepola en ‘Lagunas’ y Mary Karr en ‘Iluminada’ recurren a sus experiencias personales para narrar el elevado coste que supone para una mujer el alcoholismo.

Sarah Hepola, en una fiesta universitaria. 
Sarah Hepola, en una fiesta universitaria.
Me he bebido 18 whiskys: creo que es el récord”, afirmó Dylan Thomas: naturalmente, fueron sus últimas palabras. 
“Los escritores beben. Es lo que hacemos”, sostiene, por su parte, la escritora estadounidense Sarah Hepola, quien (sin embargo) también cita a Stephen King, cuyas adicciones lo atormentaron durante décadas: “La idea de que el esfuerzo creativo y las sustancias psicotrópicas van de la mano es uno de los mayores mitos de nuestra época, tanto a nivel sofisticado como en la cultura popular”.
Aunque el mito persiste (en buena medida debido a Hollywood), varias autoras han abordado recientemente el tema desde una perspectiva desmitificadora.
 Por ejemplo, la argentina María Moreno, en su espléndida memoria etílica Black Out (Literatura Random House, 2016),

y la británica Olivia Laing, en el menos satisfactorio El viaje a Echo Spring.

 Por qué beben los escritores (Ático de los Libros, 2016), un ensayo en el que abordaba el tema a través de algunas biografías (Scott Fitzgerald, Heming­way, Tennessee Williams, John Berryman, Cheever, Raymond Carver) y de su propia historia de consumo y rehabilitación; su testimonio guardaba vínculos con el que atraviesa las mejores (y más desgarradoras) historias de Lucia Berlin, por ejemplo las de Manual para mujeres de la limpieza (Alfaguara, 2016).

Karr usa un sentido del humor que hace más llevaderos la adicción de sus padres, un intento de suicidio o la internación psiquiátrica
No de forma accesoria, todos estos libros fueron escritos por mujeres: como recuerda Hepola, “en 2013 un informe de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades declaró que el consumo excesivo de alcohol suponía un ‘peligroso problema de salud’ para las mujeres entre los 18 y los 34 años” en Estados Unidos, al tiempo que, en ese país, “casi 14 millones de mujeres se corren una media de tres juergas al mes, con seis copas en cada una”. 
Hepola comenzó a contribuir a estas estadísticas a los siete años de edad, cuando empezó a beberse los restos de cerveza de sus padres: cuatro años más tarde tenía su primera borrachera y poco después ya estaba perfectamente cualificada para dar el salto a la universidad, donde las juergas en su apartamento de estudiante adquirirían el preocupante apodo de “arrasadas”.


¿Cómo llegamos a casa anoche?
“Con los años, empecé a depender de los amigos para obtener la información más básica”, escribe.
 “¿Cómo llegamos a casa anoche? ¿Tienes idea de lo que le pasó a mis vaqueros? ¿Por qué hay un perrito caliente empanado en mi cama?”.
 Las “lagunas” producidas por su consumo de alcohol aumentaron con éste al hilo de los primeros trabajos en periódicos y su descubrimiento de que la bebida parecía estimular su capacidad de escribir. 
“Mis amigas se me acercaban con cautela los domingos”, recuerda, “intentaban sonar despreocupadas, como si fuéramos a cotillear sobre chicos y esmalte de uñas, pero las siguientes siete palabras eran como agujas clavadas en la piel. ‘¿Te acuerdas de lo que hiciste anoche?”.
 A largo de casi toda su vida adulta, la respuesta fue negativa.
“A finales de la década del dos mil, las heroínas torpes y borrachas formaban parte habitual de nuestra narrativa”, recuerda Hepola.
 “El diario de Bridget Jones parecía un árbol con miles de ramas. Carrie Bradshaw era un auténtico imperio mediático. 
Chelsea Handler estaba creando una astuta marca comercial haciendo el papel de mujer mucho más bebedora y alocada de lo que realmente era”.

Pero la estadounidense Mary Karr (que pertenece a una generación anterior) no se benefició de ese clima de liberalidad y supuesto empoderamiento femenino porque sus inicios en el alcoholismo fueron muy anteriores: tuvieron lugar en el marco de un hogar familiar en el que, sostiene, “mi madre se caía y se meaba encima, mi padre se liaba a puñetazos y bebía hasta caer redondo.
 (¿Quién sino un borracho, me pregunto con la perspectiva del tiempo, podía estar solo en su porche y aun así meterse en broncas?)”.
Hepola: “Cuando los hombres se ponen ciegos, hacen cosas; cuando las mujeres se ponen ciegas se las hacen a ellas”
Karr dedica Iluminada a su hijo adolescente; es un gesto patético en una o dos acepciones del término, pero su relato tiene una singular ligereza y un sentido del humor que hacen más llevaderos asuntos como la adicción de sus padres y la falta de estímulos en su infancia y adolescencia (“Toda chica que se propusiera ser poeta estaba condenada a convertirse […] en una vulgar prostituta”, recuerda), así como su ingreso a la universidad (agresión sexual incluida), el fracaso de su matrimonio y las diferencias de clase entre ella y su familia política, además de sus dificultades económicas, un intento de suicidio, la internación psiquiátrica y su larga lucha por recuperar la cordura y algo parecido a una sobriedad feliz.
¿Cómo llegamos a casa anoche?
Ambas historias presentan similitudes, aunque también algunas diferencias: Karr es una destacable estilista, pero quizá se detiene en exceso en los aspectos más dolorosos y devastadores de la adicción, mientras que Hepola (habituada a la exigencia periodística de tomar del cuello al lector y no soltarlo) comienza su historia con una anécdota potente y no abusa del dramatismo; 
Karr no extrapola, mientras que Hepola apunta al carácter universal de su historia: como sostiene acertadamente, el alcoholismo es a menudo una solución (inadecuada y dañina, pero solución al fin) a los imperativos depositados en las mujeres, en especial en las profesionales.
 “La bebida me daba permiso para hacer y ser lo que quisiera”, recuerda; pero esa licencia, que tan raras veces se otorga a las mujeres, no carece de un importante precio a pagar; entre otras cosas porque “cuando los hombres se ponen ciegos, hacen cosas; cuando las mujeres se ponen ciegas, se las hacen a ellas”. 
Estos dos libros son el testimonio de todo lo que puede costarle a una mujer en nuestra sociedad “convertir la vida en algo que no necesite beber para soportar”, como afirma Hepola.

 Lagunas. Sarah Hepola. Traducción de Enrique Alda. Pepitas de Calabaza, 2019. 255 páginas. 22,80 euros.

 

16 abr 2019

Noam Chomsky consigue el Premio Fronteras del Conocimiento

 

El lingüista y filósofo es el primer galardonado en el apartado de Ciencias Sociales y Humanidades.

El lingüista y filósofo, Noam Chomsky. En vídeo, Noam Chomsky galardonado con el premio Fronteras del Conocimiento por sus estudios sobre el lenguaje humano.
Los Premios Fronteras del Conocimiento, que otorga la Fundación BBVA han estrenado su apartado de Ciencias Sociales y Humanidades con Noam Chomsky (Filadelfia, 1928).
 Sus estudios fundamentales sobre el lenguaje y su figura como pensador global a través de dicha disciplina le han hecho merecedor de un galardón dotado con 400.000 euros.
La propuesta de su candidatura vino de manos del filólogo y miembro de la Real Academia Española (RAE), Ignacio Bosque: “Era un candidato natural a este premio. 
No sólo por ser el pensador más citado de la actualidad, por su contribución a las humanidades. 
Ha contribuido a cambiar los estudios sobre el lenguaje de manera radical”, cree Bosque.
Los grandes avances de la humanidad vienen al hacerse preguntas nuevas sobre hechos cotidianos, sostiene el académico. 
“En este sentido, Chomsky quiso saber, por ejemplo, por qué los niños aprenden tan rápido idiomas o por qué los seres humanos adquirimos conciencia de nuevos nombres y significados.
 Hasta entonces de habían dado respuestas toscas sobre estos asuntos.
 Creíamos que se lograba por imitación. De ser así, esa capacidad la podían ejercitar las máquinas y ya.
 Pero Chomsky nos descubrió que el atributo del lenguaje era propio de los seres humanos, que encajaba en esa norma común de nuestra especie.
 Que más allá de ser un hecho social se trataba de una capacidad cognitiva”
El jurado destaca precisamente eso en el acta presentada este martes en la sede madrileña de la Fundación BBVA:
 “El lingüista estadounidense transformó el estudio de la mente humana y de los sistemas cognitivos que la conforman con sus investigaciones seminales sobre la estructura de la gramática que subyace a todas las lenguas habladas”, reza el dictamen. 
“En sus trabajos pioneros desde finales de los 50 hasta los 80, Chomsky reveló cómo la adquisición del lenguaje depende de la facultad innata de la mente humana, que permite comprender y generar oraciones basadas en los principios formales de la gramática universal”.

Su extensa obra ha abierto nuevas líneas de investigación en múltiples campos de las humanidades y las ciencias, desde la lingüística teórica, la psicolingüística y la ciencia cognitiva, hasta la filosofía del lenguaje y de la mente y la psicología en muy diversas orientaciones. El acta resalta que gracias a sus contribuciones, “Chomsky logró que el producto cognitivo más distintivo de la humanidad fuera comprensible tanto desde una perspectiva científica como desde la humanística”.

 

 

‘Sálvame okupa’: la casa de Gran Hermano a precio de Airbnb

Telecinco rentabiliza la guarida de su telerrealidad como si se tratara de una vivienda turística y se saca de la manga una secuela floja de sus programas estrella.

Los colaboradores de 'Sálvame' en la casa de 'Gran Hermano'.
Los colaboradores de 'Sálvame' en la casa de 'Gran Hermano'.

 

Te pasaste, payasín. Con lo que hubiera dado ella de sí dentro haciéndose magistralmente la víctima y la cuitada. 
Ni las estrecheces de Víctor Sandoval hubiesen podido con tanto patetismo.
 Y eso que, según él, ha entrado a la casa porque necesita el dinero del premio para hacer frente a las deudas. Entre ellas, cuatro meses de alquiler.
 Una duda para la audiencia sobre prioridades económicas domésticas:
 ¿No puede pagar la renta de su casa pero sí someterse a una operación de injerto capilar?
Ese gran despliegue de desfachatez y falta de vergüenza ha hecho, entre otras cosas, que el teatro con que Ángela Pantoja se desvivió para llamar la atención resultara hasta simpático.
 Entrar en el confesionario para soltar a lágrima viva que le dolía haberse quedado sin merendar es todo un signo de ternura española. Y de inmadurez pegajosa a prueba de bombas.
Pues este ha sido el percal.
 Una memez tras otra que tenían temblando al mando a distancia. Intragable.
 Los responsables de todo ello, desde La Fábrica de la Tele a los jefes del canal han vendido la marca Sálvame, por un quítame allí un fin de semana tonto. Todavía hay clases.
 Este injerto ha sido una afrenta incluso para el reality más cutre de la televisión mundial.
 ¡Vuelve pronto a poner orden, Jorge Javier! ¡Que lo hunden!

Belén Esteban ya es propietaria oficial de la casa de su exrepresentante

La casa de Toño Sanchís, que salió a subasta para cubrir la deuda de más de 600.000 euros, pertenece legalmente desde este lunes a la colaboradora de televisión.

Belén Esteban ya es propietaria oficial de la casa de su exrepresentante

 

Belén Esteban es desde este lunes propietaria legal del chalet de Villanueva del Pardillo (Madrid) en el que todavía vive su exrepresentante Toño Sanchís con su familia. 
Un paso más, casi el último, en un culebrón que se prolonga desde hace más de tres años, cuando la colaboradora de Telecinco interpuso una demanda contra su representante en la que le reclamaba cantidades no abonadas por trabajos realizados.
Esteban y Sanchís parecían uña y carne y ella misma ha declarado que una de las cosas que más le ha dolido de la “traición” de su exagente es que lo consideraba un amigo, alguien de su propia familia.
 Alguien que supuestamente velaba por los intereses de una de sus principales clientas y de quien Esteban no había dudado nunca en los años que llevaban trabajando juntos.
 Pero ocurrió: la tertuliana especializada en temas de prensa del corazón se percató de que algo en las cifras no cuadraba y estalló la batalla.
Sin acuerdo previo que valiera, los abogados de Belén Esteban presentaron una demanda por las cantidades que pudieron demostrar que estaban por abonar, en total –aunque la colaboradora siempre ha afirmado que era más dinero– 388.869,14 euros.
 Una cantidad que sumados otros conceptos que reconoce la sentencia de la Audiencia Provincial se eleva a 600.000 euros. 
Y que ha tenido como consecuencia que la casa donde vive el representante y su familia saliera a subasta, Belén Esteban pujara por ella y finalmente se haya convertido en su propietaria.
 
Antonio Sanchís.
Antonio Sanchís. Cordon Press
Desde ayer Toño Sanchís tiene un mes para desalojar la vivienda y a partir de ese momento su antigua representada podrá decidir si quiere vender o alquilar la propiedad para resarcir la deuda. 
El valor que ha tenido que abonar por el inmueble en la subasta, al que hay que sumar la hipoteca que todavía se debe al banco correspondiente, supera según los expertos el valor de mercado del inmueble.
 Pero a la colaboradora no parece haberle importado este extremo y ha debido considerar que se trata de una buena inversión que le interesa en cualquier caso.
 Por eso lo más probable es que la opción del alquiler prevalezca y que Esteban utilice ese dinero para pagar la hipoteca restante. 
 
Belén Esteban rompió su relación laboral con Toño Sanchís en diciembre de 2015 después de encontrar supuestas irregularidades en sus cuentas. 
Y aunque el enfrentamiento en los platós de televisión siempre ha sido entre ellos, en los juzgados ha sido su mujer, Lorena Romero, quien ha tenido que hacer frente a las preguntas de los abogados, ya que la demanda se interpuso contra Lorant SL, la empresa de representación en la que Romero consta como administradora única.
Después de la sentencia firme en la que se reconocía la deuda, pasaron nueve meses sin que el representante pudiera hacer frente a las cantidades que debía a Belén Esteban y el pasado 28 de enero el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba una orden de apremio después de que el embargo de sus cuentas y la venta de un vehículo de su propiedad no cubriera la cantidad que debía a Esteban.
Finalmente Belén Esteban se ha adjudicado la propiedad después de que se retirara la persona que pujó por ella en primer lugar. 
La puja que Esteban realizó durante la subasta fue de 375.000 euros, pero ella misma ha explicado que debido a la cantidad que le adeuda su exagente ella solo deberá pagar la hipoteca restante, 260.000 euros y cubrir los impuestos correspondientes, unos 8.000 euros.
 Según algunos medios, Sanchis ya está sacando sus cosas poco a poco de la vivienda aunque evita las horas en las que pueden ser captadas imágenes. 
El enfrentamiento entre él y Belén Esteban no se puede dar por cerrado, porque ni la deuda ha sido cubierta por completo, ni la colaboradora parece dispuesta a dejar de conseguir documentos que demuestren que su exrepresentante le debe más dinero del que le ha reclamado hasta ahora.