Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

15 abr 2019

Carlos Sobera desvela el derrame cerebral que sufrió su esposa

"La tuvieron que ingresar de urgencia, estuvo en la UVI y permaneció en el hospital tres semanas" cuenta ahora el presentador sobre la productora Patricia Santamarina.

 





El presentador Carlos Sobera, en Madrid, el pasado octubre.

El presentador Carlos Sobera, en Madrid, el pasado octubre.
Carlos Sobera ha hablado sobre el estado de salud de su esposa, la productora teatral Patricia Santamarina, quien sufrió un derrame cerebral el pasado febrero. 
El actor y presentador vizcaíno, de 58 años, acudió el pasado domingo al programa Viva la vida (Telecinco) para hablar de su nuevo reto televisivo con la presentación del programa Supervivientes y contó el susto que sufrió hace solo unos meses, cuando su esposa tuvo que ser ingresada de urgencia.
 "Sufrió un derrame cerebral el pasado 4 de febrero. Fue un pequeño sangrado provocado por un cavernoma y la tuvieron que ingresar de urgencia, estuvo en la UVI y permaneció ingresada tres semanas", explicó Sobera.
"Fue un proceso duro porque al principio los médicos no terminan de darte la clave exactamente de lo que está ocurriendo y de lo que puede pasar, pero a partir del sexto o séptimo día, estábamos todos más tranquilos. 
Sobre todo porque empezamos a ver que ella reaccionaba bien, que drenaba bien la sangre y que no había ningún tipo de efecto secundario, que siempre es el temor que se tiene cuando se sufre un derrame", añadió.
Unos intensos días donde el miedo estuvo muy presente en la pareja. 
"¿Qué te pasará, perderás el habla, movilidad? Hay gente que lamentablemente pierde la vida", dijo que se preguntaban.
 Sin embargo, tres meses después, su mujer está "fantástica". "Ahora tiene la misma rapidez y agilidad mental de siempre.
 Se mete conmigo igual que siempre y me sigue queriendo como siempre.
 Me he dado cuenta de que la vida hay que vivirla de una manera muy intensa, y en cada momento, porque nunca sabes lo que te puede pasar al día siguiente.
 En casos como el de Patricia te enrabietas, porque son personas muy sanas, muy jóvenes y no te explicas por qué pasa esto", comentó.
 Santamarina ya hace una vida normal pero su afección está siendo estudiada por facultativos del hospital Ramón y Cajal (Madrid) que determinarán el procedimiento a seguir. 
Patricia Santamarina, directora general de Arequipa Producciones —productora de El ministro, el último montaje teatral que protagonizó el presentador— y Carlos Sobera se casaron en una discreta ceremonia civil en la Riviera Maya, en México, en 2015, después de casi una década juntos.
 Con ellos viajaron la hija que tienen en común, Natalia, de nueve años, y Arianna, la hija que Santamarina tuvo hace 20 años con Rody Aragón.
En el terreno profesional, Carlos Sobera parece más que asentado en Mediaset.
 Junto al exitoso programa de citas First Dates que presenta diariamente en Cuatro y Volverte a ver, el formato de reencuentros y sorpresas que conduce semanalmente en Telecinco, el presentador de concursos se suma ahora al equipo de Supervivientes
Con la baja de Jorge Javier Vázquez a raíz del ictus que sufrió hace un mes y la desaparición de Sandra Barneda de la parrilla del reality, Lara Álvarez seguirá en Honduras y Jordi González estará al frente del debate de los domingos.
 La labor de Carlos Sobera será presentar la gala semanal que este año se emitirá en Cuatro, una estrategia de Mediaset que pasa por dividir el formato estrella para intentar remontar las audiencias de este canal.
 
 

No puedo vivir más con esta enfermedad. Quiero morir

El 16% de quienes acuden a Derecho a Morir Dignamente desean suicidarse por sus dolencias. Afrontan un camino clandestino.

Fernando Marín, presidente de DMD Madrid, atiende a una mujer en una consulta.
Fernando Marín, presidente de DMD Madrid, atiende a una mujer en una consulta.
Ana Alfageme

 

Al final de la vida se llega a veces en metro o en tren de Cercanías. Se deja atrás al trío ruidoso de hombres anuncio, se evita estropear a una turista su posado bajo el oso y el madroño y se sortea a los despreocupados muchachos de excursión sentados en el suelo. Arriba, en un tercer piso de la puerta del Sol, sede de la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) en Madrid, hay una mesa con caramelos y un dispensador de pañuelos de papel.
 En ocasiones alguien se sienta junto a ella. Guarda en el bolsillo un diagnóstico que será, antes o después, infausto. Dirá:
—Es lo que hay. Esto no va a durar mucho.
A quien ha venido con él o ella se le enrojecen los ojos. Llora. Luego se rompen los dos.
La luz tamizada por un estor blanco baña de irrealidad el cuarto que mira a la anárquica marea humana del Kilómetro O. 
Es un espacio donde la muerte se muestra desnuda, ajena al grandísimo tabú de puertas afuera. 
“Aquí se ponen encima de la mesa todos los demonios”, relata el médico Fernando Marín, presidente de DMD Madrid, la asociación más numerosa, que reúne a 2.700 socios de los 7.000 de todo el país.
María José Carrasco, la enferma de esclerosis múltiple que se suicidó hace unos días auxiliada por su marido, rellenó los papeles para hacerse socia con sus manos aún hábiles y pidió que un miembro de DMD, en este caso Marín, trasladase ese espacio de “muerte impúdica” a su casa. 
Fue hace seis años. “Aún disfrutaba de las películas y los ratos con su marido. 
Pero deseaba morir”, recuerda el médico, también especialista en cuidados paliativos.
 Un 16% de las consultas a DMD Madrid en 2018 fueron de personas que deseaban quitarse la vida.

“Quiero morir, ¿qué hago?”, vienen a decir.
 En un país cuyos ciudadanos apoyan masivamente la eutanasia (un 85%, según la última encuesta de Ipsos de 2018), la respuesta aún está sombreada de clandestinidad.
 El proyecto de ley para su despenalización impulsado por el PSOE fue bloqueado en la Mesa del Congreso por PP y Ciudadanos esta legislatura.
 DMD cuenta con una escueta publicación (40 páginas) solo al alcance de los socios con más de tres meses de antigüedad, en plenas facultades mentales y si lo solicitan expresamente, como Carrasco. 
En la Guía de muerte voluntaria se vierte información actualizada sobre los métodos para quitarse la vida, analizándolos según su seguridad y ausencia de sufrimiento, “los más importantes”. También según la facilidad para conseguir la medicación, rapidez de efecto o fecha de caducidad a largo plazo. 
“No existe una solución mágica”, advierte la guía, “ningún método es infalible”.
DMD solo analiza dos: un cóctel de fármacos y el pentobarbital sódico, el elegido por Carrasco. 
Un medicamento, subraya el manual, “exclusivamente de uso veterinario y no comercializado” en España. 
Es el empleado para practicar la eutanasia a los animales. Ella lo consiguió por Internet, arriesgándose a una multa por cometer una falta, ya que comprar cualquier tipo de fármaco en la web está prohibido, según recuerda la guía, que informa de todas las implicaciones legales ante la decisión de morir voluntariamente. 
Si hubiese sido el marido, Ángel Hernández, quien lo hubiera adquirido para ella se enfrentaría a hasta tres años de prisión por suministrar una sustancia nociva que “puede causar estragos”.
Desde la soledad tantas veces, y con el peso de la ley en el cogote, los enfermos se enfrentan a dudas terribles: ¿Llegará el frasco a cambio de los 450 euros que he pagado? ¿Funcionará? 
“Hay muchas estafas, webs que simulan ser de asociaciones por la muerte digna o que piden en concepto de seguro para la aduana 600 euros más. 
 Nosotros informamos puntualmente, siguiendo la guía The peaceful pill, de [la ONG] Exit International, de las webs o correos que hay que evitar. Hay unas cien”, explica Marín.
Un detalle de la sala donde se realizan las consultas en DMD Madrid.
Un detalle de la sala donde se realizan las consultas en DMD Madrid.
El año pasado DMD entregó 300 guías en toda España. “¿Imaginas la gente que no se atrevió a venir y se ha buscado la vida?”, pregunta Borja Robert, una de las personas que ofrece asesoramiento en Madrid y encargado de comunicación. 
Muchos de los que se acercan musitan antes de comenzar: “Me ha costado mucho venir...”.
“Creemos que de los que solicitaron la guía, 200 tenían decidido suicidarse.
 Del resto, la mitad deseaba hacerse con la medicación por si la precisan en el futuro.
 Los demás la piden por curiosidad intelectual”, relata Marín. La usen o no, en ella se encuentran recomendaciones para evitar problemas.

“Les sugerimos que redacten una carta al juez o graben un vídeo diciendo que han tomado esa decisión de una manera libre”.
DMD insiste en que para muchas personas disponer de un plan B, una salida de emergencia por si acaso la enfermedad se hace insoportable, es una fuente de serenidad que ayuda a soportar el proceso.
 “Al igual que ocurre en los países donde se ha regulado, muchos de ellos no llegan a tomar la decisión de morir y fallecen de forma natural, a consecuencia de su enfermedad”, dice Marín.
Suena el teléfono al otro lado de la escueta biblioteca y videoteca con fotos de Ramón Sampedro y otros enfermos que pelearon por la eutanasia y dieron testimonio de su muerte elegida e inevitablemente clandestina. 
La de Carrasco ha disparado las altas de socios. 
Cien en una semana, cuando la media son cinco.
Aquí encuentran a cinco personas que les acogen. 
Un centenar, los socioactivistas, salen a la calle y afrontan en asociaciones e institutos el tabú que hace que hasta el 80% de los enfermos que van a morir no hayan sido informados porque la familia no quiere.
 O que solo seis de cada 1.000 personas hayan firmado un testamento vital, ese documento que precisa hasta donde han de llegar los tratamientos cuando no se sea capaz de tomar decisiones.
Ahora es el telefonillo. 
Nunca se sabe si quien llama solo quiere saber más sobre el testamento vital, lo más frecuente.
 O si relatará que a su padre demente, terminal, le han colocado una sonda nasogástrica en la residencia y se niegan a retirarla.
 Dudas sobre derecho sanitario y el final de la vida copan el 15% de las consultas.
Puede que quien se haya decidido a venir sea una de esas señoras que se sienten traicionadas por sus hijos en su deseo de decidir ante el final de la vida.
 “Quieren morir antes de ser dependientes”, dice Marín.
 O alguien que vive sin un solo momento del día libre de dolor. Como aquella mujer ya sometida a cinco operaciones que se suicidó en contra de lo que quería su familia.
 El marido denunció a DMD, el único espacio donde ella pudo hablar con libertad de su deseo de morir.
O quizá quien suba vacíe su tragedia sobre la mesa amasando un pañuelo empapado.

Mujer, mayor de 60 años, universitaria

Las consultas. En 2018 la asociación Derecho a Morir Dignamente DMD Madrid contabilizó 579 consultas. 
Estiman que recibieron el doble. Por el ritmo de algunos días, no se registran todas.
Sobre qué. Información sobre testamento vital, 52%. 
Muerte voluntaria, 16%. Derecho sanitario y decisiones al final de la vida, 15%. Sobre DMD, 17%.
Cómo. Un 48% fueron presenciales, El resto, por teléfono (41%) o a través de correo electrónico (11%).
Quiénes. La mayoría de las consultas fueron de personas no asociadas (74%).
Socios. DMD tiene 7.000 socios en España. La mayoría (2.754) en Madrid.
El perfil. Suele ser una mujer (80%) mayor de 60 años con nivel socioeconómico medio-alto y estudios universitarios (80%), que ha tenido una mala experiencia con la muerte de un ser querido (33%), ideológicamente desea ejercer el derecho a decidir al final de su vida (33%) o ha decidido morir voluntariamente (33%).
Financiación. DMD se sostiene íntegramente a través de cuotas de sus socios (a partir de 42 euros anuales) y donaciones.
 En 35 años han recibido media docena de legados, pero saben que muchas personas asociadas les han incluido en su testamento.

Muere la actriz sueca Bibi Andersson, musa de Ingmar Bergman

La intérprete, fallecida a los 83 años, protagonizó filmes como 'El séptimo sello', 'Persona', 'Sonrisas de una noche de verano' o 'Fresas salvajes'.

   

La actriz sueca Bibi Andersson, en 1963.
La actriz sueca Bibi Andersson, en 1963. Kary Lasch
Pocas imágenes resumen la indagación emocional y el cine de autor del siglo XX como el plano de la cara que comparten Liv Ullman y Bibi Andersson en Persona (1966).
 Sus dos rostros se convierten, al fusionar sus mitades, en una imagen del femenino que ilustra las mayores aspiraciones estéticas del autor de esa imagen, Ingmar Bergman. 
 Hoy, una mitad de ese plano mítico, la correspondiente a Andersson, ha dejado de existir, ya que la actriz sueca ha muerto a los 83 años, según ha informado su hija Jenny Grede Dahlstrand.
 A ese momento mágico llegó Bergman cuando vio en amigable charla a quien entonces era su pareja (Andersson) con quien se convertiría en su siguiente amante (Ullman) en aquel rodaje, y percatándose de su semejanza, las unió para la historia en ese prodigioso encuadre.


Sin embargo, Bergman, que lanzó la carrera de Bibi Andersson -empezaron a colaborar cuando ella tenía tan solo 20 años- y le dio sus mejores trabajos, es parco en palabras con la actriz en sus memorias Linterna mágica. 
 Solo aparece en referencia a hechos concretos protagonizados por otros colegas de interpretación, y en los que Andersson aparece como secundaria. 
Algo injusto con la actriz de Sonrisas de una noche de verano (1955), El séptimo sello (1957), Fresas salvajes (1957) y Persona (1966), entre otras.


Muere la actriz sueca Bibi Andersson, musa de Ingmar Bergman

La intérprete, fallecida a los 83 años, protagonizó filmes como 'El séptimo sello', 'Persona', 'Sonrisas de una noche de verano' o 'Fresas salvajes'


La actriz sueca Bibi Andersson, en 1963.
La actriz sueca Bibi Andersson, en 1963. Kary Lasch


Nacida en Estocolmo en 1935, Andersson compaginó estudios y publicidad. 
Y en esos estudios estaba en el Real Teatro Dramático de Estocolmo cuando lo abandonó tras conocer a Bergman -en el rodaje de un anuncio- y le siguió en su viaje al teatro de Malmoe. Junto a Bergman logró sus mayores triunfos y aunque se separaran tras Persona, colaboraron posteriormente en Pasión, La carcoma y Secretos de un matrimonio, ya en 1973, en la que interpretó a la amiga íntima de la pareja, que en la secuencia inicial termina humillada por su esposo durante una cena.
 En total colaboraron en 13 largometrajes.
Andersson, Ullman y Bergman, en el rodaje de 'Persona'.
Andersson, Ullman y Bergman, en el rodaje de 'Persona'.
Andersson, con su pelo corto, perteneció a una generación de actrices europeas que destacaron por su seriedad en su trabajo, su libertad y su lucha por la independencia, una batalla en la que estuvieron la misma Ullman, Monica Vitti, Jeanne Moreau, Jean Seberg o Julie Christie. 
 Lograron ser más que "la pareja de" o "la amante de" en la pantalla.
 Y detrás de ella, Andersson también logró ser más que la musa de Bergman. 
Entre esos otros trabajos destacan La carta del Kremlin, de John Huston; Quinteto, de Robert Altman; Un cebo llamado Elisabeth, de James Toback; El enemigo del pueblo, de George Schaefer, Dos veces mujer, de George Sluizer, o Aeropuerto 80. 
Sin olvidar su aparición en El festín de Babette, de Gabriel Axe, ganadora del Oscar en 1988.  En España protagonizó Una estación de paso, de Gracia Querejeta, y La escarcha, de Ferran Audí, junto a Aitana Sánchez-Gijón o Tristán Ulloa, en 2009 en el que sería su último trabajo, ya que ese mismo año sufrió un derrame cerebral que le paralizó parte del cuerpo.
Entre sus premios recibidos destacan el galardón a la mejor actriz en el festival de Cannes de 1958 por En el umbral de la vida, de Bergman, que compartió con el resto de sus compañeras de reparto, y el Oso de Plata de la Berlinale en 1963 por La amante, de Vilgot Sjoman.

Tu compra en Mercadona no volverá a ser igual desde este lunes

Los clientes podrán optar por tres tipos de bolsa: papel, rafia y plástico reciclado.

Mercadona
Mercadona eliminará de forma definitiva este lunes las bolsas de plástico de un solo uso que se utilizan en las cajas para meter los productos comprados.
 La cadena de supermercados de origen valenciano las suprimirá de sus más de 1.600 tiendas en España, según ha informado en un comunicado.
A partir de este lunes 15 de abril, los clientes podrán optar por otros tres tipos de bolsa cuando llenen el carro en sus establecimientos: 
  • Las de papel, que cuestan 10 céntimos.
  • Las de rafia, que cuestan 50 céntimos.
  • Las bolsas con un 50-70% de plástico reciclado, que cuestan 10 céntimos.
Estas tres opciones son reutilizables y reciclables.
Las bolsas de plástico reciclado se fabrican con 3.000 toneladas de plástico procedente de los embalajes recuperados en sus tiendas.
 La cadena los envía a sus centros logísticos y, desde allí, hasta la empresa la empresa Saica.
 Esta compañía especializada en la recuperación de materiales reciclables convierte estos embalajes en granza.
 Posteriormente, el fabricante Plasbel les dé una segunda vida en forma de bolsas para transportar la compra.


Mercadona inició la eliminación de bolsas de plástico en 66 supermercados en 2018 y se ha extendido ahora a toda la red.
 La red de la cadena estaba formada por 1.636 tiendas a finales de 2018.
No es un movimiento menor, ya que esta cadena de supermercados lidera el sector de la gran distribución en España. 
Uno de cada cuatro euros que gastan los españoles en hacer la compra van a esta compañía, según la consultora Kantar Worldpanel.