Los
próximos días el presentador se someterá a unas pruebas médicas que
decidirán si podrá presentar la nueva entrega de 'Supervivientes'.
El teatro es la válvula de escape de Jorge Javier Vázquez. Su afición, su cara B, su actividad mental paralela con la que estudia
canto y piano, con la que produce sus obras favoritas de su propio
bolsillo, su cara a cara con el público que le ha visto cada día en la
pantalla. Pero, por el momento, eso se ha acabado. Las funciones previstas para representar la obra de Vázquez en distintas ciudades de España han sido canceladas. El ictus y el aneurismaque sufrió hace un mes le impedirán seguir con el teatro, por el momento. En la página web del presentador y actor de la obra, Grandes Éxitos,
siguen estando presentes siete fechas: una en Pamplona, tres en
Valencia y otras tres en Barcelona. Sin embargo, en la web del teatro
Baluarte de Pamplona aparece el cartel deCanceladopara
la fecha del domingo 2 de junio en la que estaba prevista la obra. El
Teatro Olympia de Valencia ya no recoge que 14, 15 y 16 de junio el
espectáculo del presentador vaya a pasar por la ciudad, y su página de compra de entradas tampoco recoge este evento. Por su parte, en la web del Teatre Tívoli de Barcelona aún aparece la obra, pero no permite comprar entradas para ninguno de los tres días de julio (19, 20 y 21) que se anuncian.
Jorge Javier Vázquez es la estrella de Grandes éxitos—obra
que también produce—, y no parece factible que simplemente sea
sustituido por otro actor. Estas cancelaciones sobre las fechas ya
cerradas hasta julio parecen una pista sobre la recuperación del
presentador, que aún se prevé lenta. Hace casi un mes que la estrella de Telecinco sufrió un aneurisma por el que tuvo que ser operado de urgencia en Madrid. Ahorase recupera de forma discreta en su domicilio de la capital, saliendo a pasear con sus perros y acompañado de su madre, María Morales, y de sus más allegados. "Haré todo lo que me digan pero me gusta mucho mi trabajo, tengo una vida maravillosa y vivir implica esto", explicóa su salida del hospital. Y prosiguió: "No he tenido miedo en ningún momento. No soy un
inconsciente y cumpliré a rajatabla lo que que indiquen los médicos,
pero cuando me digan ‘adelante’, lo haré". Se desconoce si ya le han dicho ese "adelante", pero parece pronto
para una incorporación inmediata. Por el momento, la próxima semana se
someterá a un nuevo chequeo para comprobar como está todo después de la
operación a la que tuvo que someterse de urgencia. También dentro de
pocos días se anunciará quién será el presentador de Supervivientes. Su nombre sigue estando en las apuestas; de hecho, en la presentación
del programa ante los medios solo apareció Lara Álvarez, que hará las
conexiones desde la isla. La cadena busca mantener el misterio sin
confirmar ni descartar que Vázquez se vaya a poner al frente de una
edición que se adivina más jugosa que nunca, con Isabel Pantoja, Carlos
Lozano o Colate Vallejo-Nágera entre los concursantes confirmados. Otra
cosa será la realidad y lo que finalmente decidan los médicos sobre el
futuro inmediato del presentador estrella de Telecinco.
Fue
maestro de una catarata de estudiantes lúcidos, de todas las
disciplinas, que buscaban en su entorno más preguntas que las que la
vida da tiempo a resolver.
Javier Muguerza
llegó cuando era un chiquillo, aunque ya era catedrático de Filosofía,
cuando persistía en la Universidad de La Laguna un aire de libertad que
procedía del aliento de Emilio Lledó, su antecesor, maestro de
generaciones que no solo se prepararon con él en la ciudad cultural
tinerfeña sino que lo siguieron a lo largo de su vida fecunda en
Barcelona y en Madrid, y aquí sigue, faro singular de la enseñanza. Aquella era una época peculiar, extraordinaria. Las clases de
Filosofía (de Historia de Fundamentos de la Filosofía, así era la
asignatura de don Emilio) se llenaban de alumnos que venían de otras
facultades; estaban allí, en Filosofía y Letras, Gregorio Salvador (que introdujo Cien años de soledad
en las aulas españolas), Ramón Trujillo, José Luis Escohotado, Javier
Coy, que introdujo el inglés y el tocadiscos… Extramuros de la docencia,
pero un maestro de cuerpo entero, allí estaba también Domingo Pérez
Minik, que reinventó la libertad sobre las cenizas de una guerra que lo
dejó “al rojo vivo”. Disconformes como Lledó, impusieron en las aulas y
fuera de ellas ese ambiente de libertad en el que se educaron numerosos
alumnos y no pocos profesores. Fue como ese instante de felicidad que viven las personas, las
comunidades o los pueblos, como decía Leonardo Sciascia. Esa libertad se
basaba en la enseñanza y en el aprendizaje; los profesores aprendían al
tiempo que enseñaban, todos eran casi tan jóvenes como sus discípulos. Se solidarizaron con estos cuando la policía, a las órdenes del
franquismo, cargaba contra ellos por reclamar ese aire que se transmitía
en las aulas y que se vivía en los pasillos, en el Paraninfo, en la
ciudad. La Laguna es llamada la Ciudad de los Adelantados. En esa lucha
universitaria por la soflama saludable en contra de la dictadura fue, en
ese instante, adelantada también. La Universidad de La Laguna fue un
instrumento moral para la alegría de la libertad. En España.
En el epicentro de ese tiempo, en 1972, llegó Javier Muguerza. Era un
muchacho, ya digo; venía avalado por el magisterio de Lledó, por sus
numerosos conocimientos y amistades, por el trato y la conversación con
Javier Pradera, con Alfredo Deaño, con el mundo de la cultura y de la
filosofía peninsulares, y en seguida se hizo, entre los estudiantes
laguneros, uno más, otro estandarte de los que había sembrado Emilio Lledó. Este se había ido a Barcelona cuando tenía 39 años, y Muguerza no tenía
treinta cuando prosiguió ese aire podría decirse libertario con el que
siguió dando mandobles morales a la sociedad quieta de su tiempo. En
aquel instante, debe recordarse, La Laguna estaba en el punto de
ignición de una revolución que disfrutaba de luces como la suya. Fue una
alegría verlo caminar, con su carpeta, como antes don Emilio, la mirada
hacia arriba, su cabeza aireada, creyéndose él mismo un alumno que iba a
escuchar su propia clase.
Era un hombre singular, afectivo, veloz, entrañado enseguida en la
Universidad de La Laguna, en la que estuvo cinco años fructíferos, que
le fueron recompensados con un doctorado honoris causa. Venía
avalado por varios magisterios, como los de José Ferrater Mora y de José
Luis López Aranguren, a los que llevó a la isla, pero pronto fue él
mismo el maestro de una catarata de estudiantes lúcidos, de todas las
disciplinas, que buscaban en su entorno más preguntas que las que la
vida da tiempo a resolver. En ese tiempo de grandes ilusiones, él era la
ilusión misma. Fumaba en pipa, muy a la anglosajona, y la usaba como si
no pudiera articular sus pensamientos rápidos si no tenía ese aroma a
mano. Vivió en una casa invernal, en Guamasa, a las afueras boscosas de
La Laguna, adonde llevaba a alumnos y amigos; en Santa Cruz vivió cerca
del Hotel Mencey, en una casa que daba a los árboles, como si
persiguiera, en la montaña y en la ciudad, aromas ingleses como los de
su pipa. En este último periodo lo vimos presumir de su hijo Íñigo, que era el
motivo de sus conversaciones más vivaces de padre joven cuya ilusión no
eran tan solo la filosofía o la enseñanza. Muguerza fue en sí mismo una
cultura y una atmósfera, un sistema de creencias morales y un relator
apasionado del tiempo que vendría, pues llegó cuando la dictadura se
resquebrajaba como un piano descompuesto y nacía una etapa a la que La
Laguna le ofreció, para los que estábamos allí, un insólito, excéntrico,
epicentro. Ahora que ya no está Muguerza, nublada pues la vida por una ausencia
que entristece y limita, ese tiempo de La Laguna, crucial para tantos,
se achica también. El escritor escocés William Boyd le dio a un
periodista que le preguntó por lo que habría en su epitafio este:
“Bienvenido, olvido”. El olvido es como el futuro: es lo que no hay para
hombres como Muguerza, o para tiempos como los que él protagonizó. Pero
sobre el recuerdo imborrable de su presencia no queda más remedio que
entonar la elegía que se debe a los que nos hicieron otros, distintos o
mejores. Es tan abrumadora la vida, tan difícil. Manda tanto en ella la
memoria, es tan duro, tan injusto, tan difícil de sobrellevar la
posibilidad del olvido. No solo fue profesor de Juan Cruz que es el que escribe en el Pais. Hay que recordar que él estuvo con otros profesores y tuvo trato con gente que habitaba en un lugar de la isla llamado !Esperanza" pero Juan escribe siempre sobre Lledó y ahora sobre Muguerza. la vida en recuerdos de muchos suele ser dificil de llevar para los que luchamos en ese lugar y tuvimos la suerte de tener a verdaderos doctores de la sabiduría y no los olvidamos.
Se ha ido definitivamente Javier Muguerza, una de las figuras más descollantes de la filosofía española de las últimas décadas. Nacido en Coín (Málaga) en 1936, se afincó definitivamente en Madrid,
donde fue catedrático de Ética en la UNED hasta su jubilación, quedando
luego como emérito. Antes había dejado ya su huella en las universidades
de La Laguna y Autónoma de Barcelona. Al dejar la docencia por cumplir los 70 años se le dedicó un libro homenaje cuyo título Disenso e incertidumbre,
es ya una síntesis de sus posiciones teóricas y prácticas. Años más
tarde, cuando cumplió los 80, se editó un segundo volumen titulado
genéricamente Diálogos con Javier Muguerza. El volumen dispone
de edición en papel (más de 750 páginas) y también de una electrónica
gratuita a través de la web de la revista Isegoría, en la que participó activamente hasta que no pudo ya hacerlo.
Quien acuda a consultar estos textos se encontrará con un panorama
general del pensamiento que se ha hecho en España en particular, y en el
mundo en general, en los últimos años. Tanto por los colaboradores como
por los asuntos tratados.
Javier Muguerza pasará a la historia del pensamiento español tanto
por su obra como por ser uno de los introductores del llamado
pensamiento analítico. Entre sus obras destacan dos: La razón sin esperanza y Desde la perplejidad,
lo que no significa que haya que dejar de lado ni los artículos que
publicó en diversos medios ni algunos otros títulos que hayan tenido
menor repercusión. Pero la obra de Muguerza no se agota en sus relaciones con los
analíticos: frecuentó también de modo fructífero a los herederos del
marxismo, en especial la Escuela de Francfort y Ernst Bloch, y sobre
todo, retomó la figura de Kant, en coincidencia con otros autores
españoles (Adela Cortina) o extranjeros (Axel Honeth). Con todos ellos
participaba del convencimiento de que la filosofía no puede vivir en una
torre de marfil sino que tiene como función principal la organización
de la convivencia. Si se prefiere decirlo en términos más académicos:
que debe haber una relación directa entre teoría y praxis. En una de sus últimas visitas a la Universidad de La Laguna aprovechó
para enlazar ambos campos al hilo de la crisis y de la aparición de los
movimientos de protesta conocidos como 15-M. Estaba, decía, a favor del
diálogo que iniciaban, del derecho a la disidencia, y les animaba a
“romper con el pensamiento hegemónico”, a condición de que no
pretendieran encumbrar otro. Pero les alertaba contra un “no nos
representan demasiado rotundo” porque “con arreglo a ciertas reglas, sí
nos representan”. También se manifestaba, enlazando con Pi i Margall y Saramago, como
convencido confederalista, sugiriendo que la solución confederal era la
adecuada para el conjunto de la Península Ibérica. Y aprovechaba para
evocar un poema de Jaime Gil de Biedma en el que el poeta aseguraba que
la historia de España es la más triste de todas porque acaba mal, para
añadir que pese a todo, pese a que “España es un país hecho de retales”,
él preferiría que siguiera unido, sumando a los portugueses, un sector
de cuya izquierda ha sido tradicionalmente iberista. Reflexiones sobre el presente a las que llegaba por la vía kantiana:
el individuo como base de la moral, pero un individuo de raíz universal,
cosmopolita. Expresión tomada del propio Kant.
Coincide en esto con otros pensadores contemporáneos suyos: Manuel Sacristán (a quien dedicó La razón sin esperanza), Victoria Camps, Fernando Savater, Adela Cortina, por citar sólo a algunos.
Se puede aceptar la propuesta habermasiana del consenso como
objetivo, pero ese consenso se obtiene a través de las reglas de las
mayorías y la decisión moral última, en la medida en que es autónoma, es
necesariamente individual. Se acepta pues el consenso, pero se retiene
el derecho al disenso. Otro asunto, que él apuntó reiteradamente en artículos y conferencias
pero no desarrolló de modo sistemático, es la base metafísica de ese
individualismo ético. Francisco Álvarez y Carlos Gómez recordaban, con
motivo de la aparición del libro de homenaje a sus 80 años, que la idea
kantiana del hombre como fin en sí mismo no es empírica y que tal vez
necesite de una justificación que Muguerza no acabó de desarrollar. Pero
seguramente eso es lo que hacen los grandes: abrir caminos con la
propia obra y señalar que quedan amplios derroteros que explorar para
quienes llegan más tarde “dulcemente empujando”. Me entristece profundamente esta noticia porque si D.Emilio Lledó fue mi querido profesor Muguerza fue tb un referente personal y de amistad. Era muy cercano a nosotros. Amante de la filosofía Kantiana su departamento era muy visitado donde habían desembarcado entonces "los troskos" que querían introducirse no solo en la Facultad de Letras pero eso es ya otra historia.Cosas de Política y politiqueros que quisieron quitar a otros de ideologias comunistas. Pero eso no era cosa del Profesor Muguerza. Siento mucho leer que ya no está gozaba de mi admiración que yo tenía y tuve a muchos profesores de La Universidad de La Laguna, esa isla de libertad en el Mar del franquismo. que descanse donde descansan los sabios, en el corazón de los que pudimos coincidir con él.
El titular del Juzgado de Instrucción número 25 de Madrid, que
instruye el caso por la muerte de María José Carrasco, la enferma
terminal de esclerosis múltiple que se suicidó el pasado miércoles con la ayuda de su marido, Ángel Hernández,
se ha inhibido en favor del juzgado de violencia contra la mujer, según
ha informado a este periódico Olatz Alberdi, letrada del procesado. Ha
adoptado la decisión, siempre según las palabras de la abogada,
"basándose en la última jurisprudencia del Tribunal Supremo,
que dice que es competente" ese tribunal "por el solo hecho de ser de
un hombre que ejerce violencia contra una mujer, sin entrar a valorar la
intencionalidad".
El artículo 44 de la ley de violencia de género establece que estos
juzgados conocerán “de la instrucción de los procesos para exigir
responsabilidad penal por los delitos recogidos en los títulos del
Código Penal relativos a homicidio (…) siempre que se hubiesen cometido
contra quien sea o haya sido su esposa, o mujer que esté o haya estado
ligada al autor por análoga relación de afectividad”. Y el suicidio
asistido está recogido en el artículo 143 del Código Penal, que está
dentro del título de homicidio. Ángel Hernández grabó en un vídeo el proceso
por el que su mujer ratifica su deseo de morir y el momento en el que
él le acercó con sus manos un vaso con el pentobarbital sódico que ella
había adquirido por Internet cuando aún podía valerse algo por sí misma.
María José Carrasco intentó quitarse la vida años antes y su marido lo
impidió. Entonces pactaron que él la ayudaría cuando ella se lo pidiera. El auto de inhibición del Juzgado de Instrucción 25 está fechado el 9
de abril y fue conocido este miércoles tanto por la letrada como por
Ángel Hernández, viudo de María José Carrasco. “El juzgado de Violencia
contra la Mujer es competente, siguiendo la jurisprudencia dictada por
el Supremo, y así se cita expresamente en el auto, pero la decisión es
jurídicamente discutible”, dice Alberdi, “porque se atiene solo a un
hecho objetivo, el que el hombre ha ayudado a morir a su esposa y no
tiene en cuenta la intencionalidad del acto”. La abogada recalca que en ese suicidio asistido estaba muy claro la
intención de Carrasco, que era morir. “No se puede considerar que lo que
hizo Ángel sea en ningún caso un acto contra ella. Muy al contrario.
Siguió los deseos de su esposa”. Por todo ello, “se da una connotación más peyorativa, el presumir que
Ángel le hiciese daño a María José, que se añade al hecho de
reprocharle a él la ayuda a morir”. La letrada va a recurrir la decisión
para que el juzgado número 25 siga encargándose del caso. Ángel Hernández se mostró ayer muy abatido: "Estoy muy cabreado.
Dicen que es un protocolo. Grabamos en parte para que vieran que no era
violencia de género", decía en la casa de Madrid que había compartido
con su esposa, "qué violencia es esa después de 30 años cuidandola. Yo
me pongo malo. Soy feminista y estoy por la igualdad. Me dan igual los
años que me vayan a condenar, pero no por violencia de género".
El viudo prosigue. "La abogada ya me había comentado la noche que
pasé en el calabozo que este caso podría acabar en un juzgado de
violencia de género. Yo no voy a firmar nada que tenga que ver con
violencia de genero. Si me llevan a juicio no voy a reconocerlo. No voy a
reconocer al tribunal".
El de Ángel Hernández es el primer caso de un familiar que hace
pública la asistencia al suicidio y se enfrenta a una causa judicial.
Ahora será ante los tribunales de violencia de género. Este es un tema “bastante alejado de la violencia de género y no
debería confundirse”, dice Pilar Martín Nájera, fiscal delegada de
Violencia de Género. Y hace referencia a la decisión del Supremo que usa
el juzgado de instrucción para inhibirse: “En aquella sentencia se
fijaba que no había que acreditar dolo específico, pero que se puede
excluir si hay causas para ello. La violencia de género no es
automática”. “Esto así puede sonar muy loco, para la sociedad, para quien cree y
está segura de que esto no es violencia machista, pero en esta fase de
atribución de competencias hay que olvidarse de lo que una cree que es
violencia machista o no”, apunta Lucía Avilés, magistrada portavoz de la
Asociación de Mujeres Juezas de España. “Los juzgados de violencia
sobre la mujer tienen competencia en los delitos dentro de los títulos
del Código Penal relativos al homicidio y sus formas, en las que se
recoge la eutanasia. Al haber sido cometido por un hombre contra una
mujer pasa directamente a ser competencia de ese juzgado”, añade. Después, la cuestión de la responsabilidad o no del acusado tendrá que
investigarse, pero eso, explica la magistrada, es una cuestión de prueba
y no de competencia. “Es decir, eso será el siguiente paso. Ahora se
está decidiendo quién lo instruye y nada más”. Avilés explica, además,
que el juzgado de violencia machista puede recibir el caso y rechazarlo: “Si ocurre esto, será la Audiencia Provincial quien decida quién
instruye. Pero con la ley en la mano, la competencia la tiene el juzgado
de violencia sobre la mujer”.
Inmaculada Montalbán, magistrada y expresidenta del Observatorio de
la Violencia doméstica y de Género del Consejo General del Poder
Judicial cree que la competencia de los juzgados de Violencia contra la
Mujer, según artículo 44 de la ley de Violencia de Género, es conocer de
la instrucción de procesos para exigir responsabilidad penal por los
delitos recogidos en los títulos del Código Penal relativos a homicidios
“siempre que se hubieran cometido contra quien sea o haya sido su
esposa”. Y ese sentido sí entra dentro de la competencia objetiva. La sentencia del Supremo viene a cerrar la polémica que había en
torno a si se exigía probar el ánimo de dominación y concluyó que no era
necesario. No tiene que ver en estos momentos de delimitación de la
competencia. Por su parte..Altamira Gonzalo, abogada y vicepresidenta Mujeres
Juristas Themis, asegura: "El derecho tiene mucho que ver con el sentido
común. Atenta al sentido común tratar a este hombre como un supuesto
maltratador cuando su acción, a mi entender, ha sido justo la contraria,
ayudar a bien morir a su compañera. Los juzgados de violencia de género
no están para esto".
Marisa Soleto, directora de la Fundación Mujeres, asegura: "Realmente en
esta decisión no se está valorando, se está decidiendo solo la
competencia.
Es una decisión que no me gusta, pero solo se está
decidiendo una cuestión procesal.
Pero espero que la resolución vaya
encaminada a que no estamos en presencia de ningún hecho de violencia de
género, no encaja en ninguna de las modalidades ni física, ni económica
ni psicológica.
Me preocupa que se pueda estigmatizar más a este señor
poniéndole en el marco del tipo de delitos de violencia contra las
mujeres.
Solo añade más lío al tema de fondo.
Como ciudadana, me
reafirma mucho más en la necesidad que tenemos de regular la eutanasia
para sacar estos temas del Código Penal". .