Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

4 abr 2019

El juez concluye que ‘El Chicle’ agredió sexualmente a Diana Quer antes de estrangularla

El instructor abre juicio oral a José Enrique Abuín y defiende que la sumergió en el pozo con el objetivo de borrar las huellas de su delito sexual.

José Enrique Abuín Gey, autor confeso de la muerte de Diana Quer, en una carrera.
José Enrique Abuín Gey, autor confeso de la muerte de Diana Quer, en una carrera.
Las “precauciones” tomadas por El Chicle “no solo tendrían por objeto evitar la localización de la víctima, sino también la comisión y posterior descubrimiento del delito de agresión sexual", defiende el magistrado Félix Isaac Alonso, titular del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Ribeira, en el auto con el que abre juicio oral al autor confeso de la muerte de Diana Quer
"Con el sumergimiento de la víctima en agua durante un periodo muy prolongado de tiempo, y llevándose su ropa", José Enrique Abuín "impedía que pudieran hallarse restos orgánicos de la comisión de tales hechos".
Con vistas a un juicio que se espera celebrar después del verano, el instructor ha puesto punto final a su investigación de la desaparición y muerte de la madrileña de 18 años y plantea los supuestos delitos de asesinato, agresión sexual y detención ilegal. El Chicle, que solo ha reconocido haberla matado de forma "accidental", será enjuiciado por el tribunal del jurado en la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago.


El juez indica en el auto que de las diligencias practicadas "se desprenden indicios suficientes” para procesar a Abuín, como único sospechoso, por los delitos que reclaman tanto la fiscal del caso como la acusación particular, que ejercen los padres de la víctima. Y luego desgrana una serie de informes y hallazgos obtenidos durante las pesquisas como el estudio de los terminales telefónicos, los informes forenses y la brida “con una abertura compatible con el estrangulamiento” que se localizó en fin de año de 2017, cuando se rescató el cadáver de un pozo en Rianxo.
La versión del acusado, según el instructor, "presenta notables incoherencias e incompatibilidades” con el resultado de las diligencias practicadas.
 Él dijo que se encontraba en A Pobra do Caramiñal (la localidad coruñesa de la que desapareció Diana Quer) robando gasoil. 
 Pero el juez recuerda que no consta que se produjese en la zona ninguna sustracción de combustible, por lo que ese motivo “no explica su presencia en el lugar”.
 Además, es “poco creíble” que la víctima abandonase por propia iniciativa el paseo por el que solía regresar a su casa para cambiarse a una vía “que no se encontraba en la trayectoria que seguía y que discurre entre naves abandonadas de peores características y en cuyas proximidades se encontraban instalados los vehículos de los feriantes”.

También dijo que le había "agarrado el cuello" de forma "accidental" (después de saber que los forenses habían descubierto el estrangulamiento).
 "Pero eso no justifica las lesiones constatadas”, responde el magistrado.
 Las “precauciones tomadas por el investigado no solo tendrían por objeto evitar la localización de la víctima, sino también la comisión y posterior descubrimiento del delito de agresión sexual", defiende a continuación Félix Isaac Alonso. 
Y para esto se apoya en el segundo informe médico-forense recabado a petición de la familia de la víctima y la fiscalía.
No existe indicio alguno que apunte a que la víctima abandonase el camino hacia su casa voluntariamente o que hubiese fallecido ya en el momento de subirla al vehículo del acusado, ni que descarte la comisión de la agresión sexual”, insiste el juez. Al contrario, Abuín Gey abordó supuestamente a la víctima el 22 de agosto de 2016 sobre las tres menos veinte de la madrugada cuando se dirigía a su casa por el Paseo do Areal, en A Pobra. La introdujo en el maletero del vehículo “por la fuerza, evitando que gritase” y le arrebató el teléfono móvil, como también, presuntamente, pretendió hacer con otra mujer en las navidades de 2017, un hecho por el que será juzgado la semana que viene.
Después de maniatarla de pies y manos con bridas y amordazarla con cinta adhesiva, según el magistrado abandonó el lugar a gran velocidad.
 A las 2.52 horas se incorporó a la autovía AG-11, y condujo hasta la salida de Rianxo, adonde llegó hacia las tres. Cuando se encontraba en el puente sobre la ría, cerca de Taragoña, lanzó el móvil de la víctima al agua por la ventanilla del coche. 
El juez relata que sobre las 3.09 horas llegó a una nave abandonada situada en el lugar de Asados (Rianxo).
 Allí permaneció hasta una hora después.
Durante ese tiempo, según el instructor, agredió sexualmente a la víctima y la estranguló con una brida.
 “Consumada la acción y con el fin de evitar que se descubriesen los hechos cometidos, introdujo el cuerpo de la víctima en el pozo, donde arrojó también su bolso", abandonó el lugar y "se llevó la ropa de la víctima, de la que se deshizo en un lugar indeterminado”, describe.
 Transcurridos al menos 20 días, El Chicle "regresó a la nave para comprobar el estado del cuerpo y lo lastró con unos bloques de hormigón".

 

Freddie Highmore: “No necesitamos antihéroes en la televisión si los tenemos en la realidad”

El protagonista de 'The Good Doctor', licenciado en Filología Hispánica y Árabe por Cambridge, lleva en la actuación desde los siete años.

El actor Freddie Highmore, el pasado martes en Madrid. En vídeo, trailer de la serie.



—No sé si prefiere que le pregunte en inglés o en castellano.

—Puedes preguntar en español, sí, sí.
Freddie Highmore (Londres, 27 años) habla un perfecto castellano, casi sin acento.
 Solo se le resisten un poco los subjuntivos (“es que los subjuntivos...”, ríe tímidamente). 
El protagonista de The Good Doctor, serie cuya segunda temporada acaba de terminar de emitir AXN (donde está disponible entera bajo demanda), entrega que próximamente se verá en Telecinco, es licenciado en Filología Hispánica y Árabe por la Universidad de Cambridge.
 Vivió nueve meses en Madrid en 2012 mientras trabajaba haciendo traducciones en un bufete. 
“Sí, una cosa bastante distinta de la actuación.
 Ya veremos qué pasa con las series, pero si no, siempre puedo convertirme en abogado”, bromea.
 Al final, contestó en una entrevista la semana pasada en Madrid a las preguntas de EL PAÍS en castellano, aunque al hablar de la serie saltaba al inglés.

La primera vez que se puso delante de una cámara tenía siete años. Desde entonces, ha trabajado tanto en el cine como en la televisión. Fue uno de los niños de Descubriendo Nunca Jamás (2004) y repitió con Johnny Depp un año después dando vida a Charlie en Charlie y la fábrica de chocolate.
Más tarde, interpretó a un joven Norman Bates en la serie Bates Motel (2013-2017), que imaginaba lo ocurrido antes de la historia que Hitchcock narró en Psicosis. Y ahora encarna al doctor Shaun Murphy de The Good Doctor.
'The Good Doctor'.
'The Good Doctor'.
Interpretar a alguien con autismo como este personaje suponía un reto importante para Highmore.
 "Desde el principio, David Shore [el responsable de la ficción] y yo trabajamos con un consultor que está todo el día en la serie, compartimos documentales y libros que nos fueron útiles para construir el personaje, y también personas de nuestras vidas con autismo.
 Todo sirvió como inspiración, pero al mismo tiempo, Shaun no se basa en una persona específica", precisa Highmore.
Otro desafío era no caer en la caricatura o la exageración.
 "En realidad, eso puede pasar siempre.
 Cada personaje puede convertirse en algo sobredimensionado. Siempre lo interesante es ver los matices de cada personaje, especialmente con alguien como Shaun, que no expresa necesariamente sus emociones de una forma que solamos ver en televisión.
 Queríamos que el espectador hiciera el viaje emocional con él. Parte de cuestión era ir contra el estereotipo de que la gente con autismo no tienen emociones".
En un género tan clásico y manido como el de las series de médicos, The Good Doctor sorprendió con muy buenos datos de audiencia en Estados Unidos, que se han repetido también a España tanto en AXN, donde es la serie más vista del canal desde que comenzó a emitirla, como en Telecinco, con una media de 3.049.000 espectadores en su primera temporada. ¿Cómo explica este éxito? 
"Hay un mensaje optimista detrás: Shaun nos da más fe en la humanidad.
 Imagino que será lo mismo en España, pero en Estados Unidos y Reino Unido en este momento hay muchísima negatividad que se puede ver cada vez que encendemos la televisión.
 Con el entretenimiento, las personas están buscando algo un poco diferente y algo más optimista.
 No necesitamos antihéroes en la televisión si los tenemos en la realidad", reflexiona.
Freddie Highmore, en 'Bates Motel'.
Freddie Highmore, en 'Bates Motel'.
Pese a lo temprano que despuntó como actor, Highmore huye de la etiqueta de niño prodigio.
 Se tomó un descanso en la interpretación para estudiar en Cambridge justo antes de embarcarse en el rodaje de Bates Motel. "Ese fue el momento clave en el que decidí qué era lo que iba a hacer como adulto.
 La interpretación nunca fue el centro durante mi niñez, siempre tenía una vida normal cada vez que regresaba a Londres con mi familia, yendo al cole y eso", recuerda.
El trabajo le traerá de regreso a España en las próximas semanas para rodar en inglés la película Way Down a las órdenes de Jaume Balagueró.
 Entonces aprovechará para ver más cine y series españolas. "Acabo de ver por primera vez Ocho apellidos vascos; he visto un poco de La casa de papel, como todo el mundo, pero necesito más.

Me encantaría hacer algo en España en español", apunta. 
¿Y por qué quiso aprender castellano (y árabe y francés, que también habla de forma fluida)?
 "Siempre me interesaron los idiomas en general. 
Y también por el fútbol. Me gusta mucho el fútbol, y cuando el Arsenal no ganaba, prefería centrarme en los equipos de aquí", ríe.
Ante la posibilidad de que The Good Doctor se prolongue durante años y años, dados sus buenos datos de audiencia, Highmore no se asusta, al contrario. 
"Es lo que me encanta de hacer una serie, tener la oportunidad de interpretar un papel a lo largo de mucho tiempo y profundizar en el personaje", dice el actor, que también ha firmado ya uno de los episodios de la serie como guionista y ha dirigido otro. 
"Me encantaría tener algún día una serie que escriba yo, o una película".
 Para el doctor Shaun Murphy, Highmore tiene un ambicioso deseo: "me encantaría que terminara siendo el director del hospital, eso sería genial", remata con una sonrisa que no ha perdido durante toda la entrevista.


 

 

“Soy un superviviente extremo”........................ Rafa Burgos

Brown ha estado este martes en Alicante como estrella de un congreso sobre enfermedades de transmisión sexual y ha contado su experiencia.

Timothy Brown, ayer en el congreso sobre sida en Alicante.
Timothy Brown, ayer en el congreso sobre sida en Alicante.
Timothy Brown (Seattle, Estados Unidos, 1966) es un tipo amable, cercano y paciente. 
Bromea hasta con su estado de salud, que es, precisamente, lo que le ha convertido en excepcional.
 Brown es el paciente Berlín,la única persona del mundo que se ha curado del la infección del VIH, el virus del sida.
 Al menos, hasta ahora, cuando se están estudiando tres posibles nuevos casos, en Londres, en Düsseldorf y otro, según Brown, en Seattle, su ciudad natal.
 “Estoy encantado de que mi pequeña familia vaya creciendo”, asegura. Siempre, con una sonrisa.

Brown desembarcó ayer en Alicante como estrella de un congreso sobre sida y enfermedades de transmisión sexual que organiza Seisida y contó su experiencia.
 Que se infectó en 1995. Que en 2007 le diagnosticaron leucemia. 
 Que tuvo que someterse a dos trasplantes de médula ósea. Y que el segundo de ellos le salvó la vida. 
“Los médicos decidieron probar con un donante con una mutación que le hacía inmune al sida”, señala. 
Él decidió abandonar el tratamiento, pese a los consejos de su pareja de entonces.
 Sufrió un repunte de la enfermedad, una reacción al injerto y una enfermedad cerebral. Pero el virus desapareció.
Doce años después, a solas con EL PAÍS, Brown asegura que está “muy bien”. 
“Tan solo padezco de alergias, pero me ayudan a sentirme vivo”. Sonríe. 
Tras el primer trasplante siguió trabajando como traductor de alemán. 
Pero tras el segundo, lo tuvo que dejar. Ahora percibe el equivalente en Estados Unidos a una incapacidad permanente, “porque la leucemia puede volver”. 
Y ocasionalmente, trabaja “como masajista”.
 Eso sí, su principal cometido es implicarse en todo lo que tenga que ver con la curación del sida.
“Es una manera de devolver a los médicos lo que ellos hicieron por mí”, dice.
 Va allá donde le llaman. Dona “tiempo, sangre e incluso tejidos orgánicos”. 
Habla con infectados y con quienes se pueden infectar. 
Su grado de implicación es equivalente a su determinación para superar dos de las enfermedades más temidas por la humanidad. Una complicación de la leucemia le obligó a usar silla de ruedas. También ha logrado volver a andar. 
“Ando raro, la gente cree a veces que estoy borracho”, señala, “pero en realidad, no pruebo el alcohol”.

Brown es muy consciente de que es un “superviviente extremo”.
 Y ha sufrido el síndrome de quienes permanecen vivos mientras a su alrededor la gente muere. “Es muy duro”, confiesa, “a veces me reúno con grupos de enfermos que han sobrevivido al VIH en Palm Springs” (California), donde vive.
 Pero incluso allí es alguien singular. Los análisis periódicos a los que se somete no han hallado el rastro del virus ni en los reservorios donde se esconde. Ni en los ganglios linfáticos “ni siquiera en el cerebro”. Nada.
“Una vez me encontré con la madre de Ryan White, un niño que se infectó tras una transfusión de sangre”, rememora.
 El caso fue atroz, porque White tuvo que soportar el estigma de todos los enfermos de sida “en la sociedad, en la escuela, en su comunidad”. 
Al final, el muchacho murió y en Estados Unidos sirve de ejemplo para erradicar esta consideración de que el sida fue un castigo para quienes se desvían del camino recto. 
“Su madre se alegró muchísimo por mí, se sorprendió de que estuviera vivo tras conocer mi caso”, señala Brown.
 “Pero yo me sentí muy mal, porque yo estaba vivo y el niño estaba muerto”.
Él no sufrió en primera persona la condena social de los enfermos de sida. 
Ni la personal. 
"Yo vivía en Berlín y mis amigos, los que morían por el sida, estaban en San Francisco o Nueva York”.
 Además, en Europa encontró, tanto en la capital alemana como en Barcelona, donde vivió antes de la infección, “una sociedad más abierta que en Seattle”. 
“Mi madre es muy conservadora y una cristiana muy devota”, sostiene, “y al principio no le dije nada de mi curación, porque ella estaba tratándose por un cáncer de mama”. 
Tardó dos años en explicárselo y entonces “lloró”. Desde entonces, ha encontrado “mucho apoyo por parte de mi familia y de toda la sociedad”.
Tampoco sintió miedo, en ningún momento. 
Ni a la enfermedad ni a la posibilidad eventual de que el virus reapareciera. “Desde un principio, los médicos me dijeron que me había curado”, asevera.
 Les creyó y se libró del temor. “Pero después, sí me preocupa que alguien me pueda infectar”.
 Brown tiene pareja y ambos han acordado mantener una relación abierta. “Soy sexualmente activo y tengo relaciones con otras personas”, advierte.
 Generalmente, no les dice quién es. Cuando lo hace, “suelen googlear mi nombre junto al del VIH”, sonríe.
 Una vez más.
Pero, como cualquier otra persona sin VIH, no es inmune al contagio. Por eso toma todas las precauciones posibles. 
Y el PrEP, la profilaxis preexposición, un tratamiento al que se puede acceder en EE UU pero que en Europa todavía no está muy extendido.
 Y en España, ni siquiera aprobado.
 “Los jóvenes han vuelto a perder el miedo a contagiarse”, señala, “y este tratamiento es seguro y no tiene efectos secundarios”.

 

 

Alejandro Sanz, en reposo absoluto por una neumonía

"No hay peor sensación que no llegar donde eres esperado" ha dicho el cantante, que ha cancelado la presentación de su nuevo álbum, a la venta el viernes 5 de abril.

Alejandro Sanz neumonia
Alejandro Sanz, el pasado 21 de febrero en Miami. CORDON PRESS

 

Alejandro Sanz lleva meses promocionando la llegada de su nuevo trabajo de estudio, #ElDisco, el primero en cuatro años.
 Sin embargo, cuando apenas faltan 24 horas para su estreno, se ha visto obligado a detener todos los actos del mismo a causa de una neumonía. 
"Ganas es la mejor palabra que define #ElDisco, ganas de enseñaros lo que él ha extraído de mí y yo de él.
 Cada detalle, cada rasgo, cada nota, cada palabra vuestra empujándome a crear lo que el viernes dejará de ser mío para ser sólo vuestro.
 Una neumonía me ha obligado a suspender temporalmente todas las actividades programadas para el lanzamiento de #ElDisco", explicaba el cantante madrileño en su perfil de Instagram a última hora de la noche del miércoles, cuando faltaba poco más de un día para el estreno de su trabajo.
 "Los medios, mis fans me esperaban y no hay peor sensación que no llegar donde eres esperado. 
Es cuestión de días pero aún así tengo que curarme bien para retomar con más ganas aún hasta rendir el 1000% en #LaGira y que entendáis por qué este disco se llama #ElDisco.
 Os quiero", escribía en un texto junto a una foto suya. 
 Universal, su compañía discográfica, ha precisado a EL PAÍS que Sanz ya está en su domicilio "en reposo absoluto".
 Por el momento no saben cuando se reincorporá al trabajo.
 Ayer miércoles tenía que haber realizado una presentación de su trabajo en Madrid, que se canceló a última hora.
En apenas 12 horas su mensaje ha logrado más de 75.000 Me gusta y 3.000 comentarios en Instagram (donde el músico acumula 4,1 millones de seguidores), la inmensa mayoría de ellos en apoyo al cantante y deseándole una pronta recuperación.
 En Twitter, donde ha colgado una versión abreviada del mismo para sus 19,5 millones de seguidores, ha recibido más de 1.100 respuestas. 
Sanz lleva desde noviembre promocionando el lanzamiento de este álbum.
 Ha sacado tres canciones del mismo: No tengo nada, Back in the city, junto a Nicky Jam; y Mi persona favorita, con Camila Cabello. 
A este trabajo ha decidido llamarlo simplemente #ElDisco, y también el tour por España con el que lo presentará, que ha denominado #LaGira. 
En diciembre sacó a la venta solo cuatro fechas para la misma, en Sevilla, Barcelona, Madrid y Elche, cuyas entradas vendió en pocos días.
 Ahora ha anunciado una quinta, de fin de gira, en julio en Santiago de Compostela. 
Para esa cita todavía quedan billetes. Además, en agosto, septiembre y octubre realizará otra gira con 12 conciertos por Estados Unidos. 
Además, en estos últimos meses Sanz también ha estado muy implicado con el pueblo venezolano y ha apoyado públicamente a Juan Guaidó
De hecho, cantó el pasado 22 de febrero en un concierto multitudinario con Juanes o Miguel Bosé para recaudar fondos por el país.