El comisario es interrogado en la Audiencia Nacional por el hallazgo de un 'pendrive' con el contenido de un dispositivo robado a una colaboradora del líder de Podemos.
El comisario jubilado José Manuel Villarejo, encarcelado desde
noviembre de 2017 como presunto cabecilla de una trama mafiosa policial,
ha admitido este jueves en la Audiencia Nacional que tuvo acceso al contenido de un teléfono móvil que incluía datos personales y políticos del líder de Podemos, Pablo Iglesias.
Así lo ha detallado su abogado, Antonio José García Cabrera, al término del interrogatorio al que el policía ha sido sometido esta mañana y tras el que ha asegurado que su cliente ha negado que él sustrajera en 2016 dicho dispositivo a su propietaria, una estrecha colaboradora de Iglesias de su etapa en el Parlamento Europeo.
García Cabrera ha detallado que Villarejo ha intentado justificar que estuviera en su poder esa información —y que guardaba en un pendrive que se le intervino cuando fue detenido— porque había en marcha una "una investigación policial" en la que él se limitó a "vehiculizar" los datos que obtuvo hacia sus superiores.
Villarejo estaba entonces destinado en la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía Nacional, que dirigía el comisario Eugenio Pino, número dos de la institución y señalado por la comisión de investigación del Congreso como presunto responsable de la llamada brigada patriótica que espió a los "adversarios políticos" del PP durante el primer Gobierno de Mariano Rajoy.
Villarejo había comparecido este jueves ante el titular del Juzgado Central de Instrucción 6, Manuel García-Castellón, a petición propia para declarar sobre el 11-M tras enviar en las últimas semanas varios escritos al magistrado en los que aseguraba tener datos sobre "la autoría intelectual" de los atentados de Madrid que, en 15 años, no había facilitado al juzgado
. Aunque la mayor parte del interrogatorio se ha centrado en el supuesto conocimiento que tenía sobre esta masacre, el juez ha aprovechado para preguntarle por el espionaje a Iglesias, con la que ha abierto una décima pieza separada en el sumario de la Operación Tándem, que mantiene secreta.
Siempre según los detalles facilitados por su abogado, Villarejo ha intentado restar valor a los datos que estaban en su poder sobre el líder de Podemos al asegurar que la información que se publicó es "una cuestión interna, personal y no una operación política" sobre Iglesias.
El letrado ha insistido en que su cliente "no ha participado en ninguna campaña ni robo de documentación, ni de ese pendrive ni de nada. (…) En absoluto había una operación sobre Pablo Iglesias, [Villarejo] no hace ningún robo ni uso indebido de la información".
Así lo ha detallado su abogado, Antonio José García Cabrera, al término del interrogatorio al que el policía ha sido sometido esta mañana y tras el que ha asegurado que su cliente ha negado que él sustrajera en 2016 dicho dispositivo a su propietaria, una estrecha colaboradora de Iglesias de su etapa en el Parlamento Europeo.
García Cabrera ha detallado que Villarejo ha intentado justificar que estuviera en su poder esa información —y que guardaba en un pendrive que se le intervino cuando fue detenido— porque había en marcha una "una investigación policial" en la que él se limitó a "vehiculizar" los datos que obtuvo hacia sus superiores.
Villarejo estaba entonces destinado en la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía Nacional, que dirigía el comisario Eugenio Pino, número dos de la institución y señalado por la comisión de investigación del Congreso como presunto responsable de la llamada brigada patriótica que espió a los "adversarios políticos" del PP durante el primer Gobierno de Mariano Rajoy.
Villarejo había comparecido este jueves ante el titular del Juzgado Central de Instrucción 6, Manuel García-Castellón, a petición propia para declarar sobre el 11-M tras enviar en las últimas semanas varios escritos al magistrado en los que aseguraba tener datos sobre "la autoría intelectual" de los atentados de Madrid que, en 15 años, no había facilitado al juzgado
. Aunque la mayor parte del interrogatorio se ha centrado en el supuesto conocimiento que tenía sobre esta masacre, el juez ha aprovechado para preguntarle por el espionaje a Iglesias, con la que ha abierto una décima pieza separada en el sumario de la Operación Tándem, que mantiene secreta.
Siempre según los detalles facilitados por su abogado, Villarejo ha intentado restar valor a los datos que estaban en su poder sobre el líder de Podemos al asegurar que la información que se publicó es "una cuestión interna, personal y no una operación política" sobre Iglesias.
El letrado ha insistido en que su cliente "no ha participado en ninguna campaña ni robo de documentación, ni de ese pendrive ni de nada. (…) En absoluto había una operación sobre Pablo Iglesias, [Villarejo] no hace ningún robo ni uso indebido de la información".