Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

26 mar 2019

Localizado en Ámsterdam un cuadro de Picasso robado hace 20 años




‘Busto de mujer’, sustraído en 1999 del yate de un jeque saudí, Abdul Mohsen Abdulmalik, tenía un valor de 4 millones de euros cuando desapareció y ahora podría alcanzar los 25 en una subasta.

El investigador de arte holandés Arthur Brand, junto al lienzo 'Busto de Mujer', de Pablo Picasso.
El investigador de arte holandés Arthur Brand, junto al lienzo 'Busto de Mujer', de Pablo Picasso. AFP
El cuadro Busto de mujer, un retrato pintado por Picasso en 1938 un año después de Guernica, y robado en Francia en 1999 en el yate de un jeque árabe, ha sido devuelto en Ámsterdam. 
La obra presenta a Dora Maar, la artista francesa amante del pintor, y está valorada en 25 millones de euros.
 En 2015, Arthur Brand, el detective especializado en recuperar obras de arte más conocido de Holanda, supo que estaba “en algún lugar del país", después de haber circulado como moneda de pago en los bajos fondos desde 2002. 
Este martes la ha presentado una vez confirmada su autenticidad.
El hallazgo ha sido corroborado por Dick Ellis, un antiguo investigador de Scotland Yard, representante de la compañía de seguros que actúa en nombre del propietario de la obra, el jeque saudí Abdul Mohsen Abdulmalik.
 Este lo compró en 1980 en Nueva York, en la Galería Pace, y el robo posterior rozó el guion de cine.
El 11 de marzo de 1999, su yate, Coral Island (Isla de Coral) estaba fondeado en el puerto de Antibes, al sur de Francia, listo para navegar a Barcelona y pasar allí una revisión.
 Bien envueltos y apilados en un lugar recogido del barco, había además otro picasso y un matisse.
 Los pintores estaban redecorando el interior, y el día de autos, las cámaras de seguridad estaban desconectadas.
 Los ladrones sacaron el retrato sin problemas, y el dueño solo pudo ofrecer después una recompensa de 400.000 euros. 
A partir de entonces no volvió a saberse nada del lienzo, y ni el detective del jeque, ni la policía gala pudieron dar con los ladrones.
 “Picasso es el artista más importante del siglo XX y también uno de los más falsificados, así que cada cierto tiempo aparecen cuadros suyos que son meras copias.
 En este caso, las primeras noticias me llegaron en 2015. Picasso pintó este retrato para él mismo y no lo firmó.
 Estaba en su casa y nunca fue expuesto, de modo que yo solo tenía una foto a mano.
 En 2016 me llamaron otra vez diciendo que un picasso que estuvo en un buque circulaba por los bajos fondos.
 En 2017, pude hablar con un hombre de negocios holandés ajeno al robo.
 Él lo recibió de un cliente 'en una operación algo especial', pero ignoraba su pasado en manos de mafiosos.
 Cuando los ladrones de arte ven que no pueden venderlo en el mercado abierto, lo usan como pago en especie”, dice Brand, en conversación telefónica.
 Para cuando el empresario, “que se puso pálido como un muerto al mencionar la tela”, habló con el detective, el lienzo llevaba tiempo fuera de su casa. 
Hubo de pasar aún otro año hasta que se produjo el contacto definitivo.
 “Había hecho averiguaciones por mi cuenta, y en 2018 me dicen que saben que busco este picasso.
 Lo importante es retornar las obras, por eso siempre advierto a la policía. Al final, me lo trajeron a casa envuelto en bolsas de basura”. 
Las abrió y era el cuadro auténtico.
Brand subraya que los falsificadores, por buenos que sean, no deben de haber visto el marco por detrás.
 Al darle la vuelta a Busto de mujer en su domicilio, comprobó que tenía pegada una etiqueta de la Galería Pace.
 La sala lo compró en su día a los herederos del artista, sin intermediarios. 
“El jeque saudí lo adquirió allí mismo a principios de los ochenta en una venta privada. Tras el robo, la compañía aseguradora le pagó 4 millones de euros.
 Ahora debe ofrecérselo de nuevo, por el mismo precio. 
Él verá lo que hace, pero en el mercado ya vale 25 millones de euros, según los expertos”, apunta el detective.
Brand, que ha recuperado relieves visigodos de Burgos y cuadros de Dalí y Tamara de Lempicka, además de los caballos de Thorak, apodados los caballos de Hitler, entre otras cosas, cumple siempre su palabra.
 “Nunca hago nada ilegal, pero tampoco revelo la identidad del que devuelve una pieza de arte robada. 
 Por otra parte, los últimos de la cadena no suelen ser los ladrones mismos, sino coleccionistas que ignoraban su origen, y no quieren meterse en líos legales”. 
Lo que sí hace el detective es disfrutar del arte recuperado “en mi casa y durante un día”. Una tradición.

 

¿Por qué tiene un ojo morado el rey Juan Carlos?

El emérito se ha dejado ver en público amoratado y con un tirita cerca del ojo derecho.


 


El rey Juan Carlos se dejó ver en público el pasado fin de semana con un ojo amoratado y una tirita en su mejilla.
 Inmediatamente saltaron todas las alarmas por este nuevo percance del monarca emérito de 81 años.
 Ocurrió en la plaza de toros de Las Ventas a donde acudió para asistir a la presentación de los carteles de la Feria de San Isidro 2019, acompañado de su hija mayor la infanta Elena y de sus nietos Felipe y Victoria con los que comparte su afición por la llamada Fiesta Nacional.
Fue el propio don Juan Carlos quien explicó a alguno de los asistentes lo ocurrido, como ha trascendido ahora.
 Al parecer, al padre del Rey le quemaron una de las manchas que tenía en la zona y el procedimiento médico le ha causado una pequeña rotura en uno de los capilares de ahí el derrame.
En 2011 también se le vio con un ojo morado debido a lo que entonces se calificó como un accidente doméstico sin importante. Fuentes de la Casa del Rey  explicaron que don Juan Carlos se golpeó accidentalmente con una puerta que él iba a abrir cuando  desde el otro lado, un ayudante abrió para franquearle el paso
El rey Juan Carlos, en la presentación de los carteles de San Isidro 2019, el pasado día 22. GTRES

El Rey emérito, con su hija Elena.
El Rey emérito, con su hija Elena. GTRES
La última ocasión en la que se había visto al rey Juan Carlos en público fue precisamente en otra plaza de toros, la de Olivenza, a la que acudió hace dos semanas junto a la infanta Elena.
En el acto en Las Ventas coincidió con personalidades del mundo del toro, como José Ortega Cano, Juan José Padilla, Andrés Roca Rey y políticos como políticos como el líder de Vox, Santiago Abascal, y la candidata del PP a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Don Juan Carlos sigue sufriendo problemas de movilidad y otras pequeñas lesiones como cuando este verano tuvo una lesión en la muñeca que le provocó problemas musculares en la zona cervical y lumbar que le impidieron estar en la Copa del Rey de Vela. 
Sin embargo, todo ello no le impide viajar. 
Cuando su hermana Margarita cumplió 80 años el pasado día 6 de marzo, don Juan Carlos no asistió ya que se encontraba en Palm Beach con un grupo de amigos.
 

El apodo palaciego de Meghan Markle: “Yo gano”

La duquesa de Sussex, que ha anunciado que se toma seis meses de baja, es tachada como ambiciosa por el personal de la casa real británica.

Uno de los últimos actos públicos de Meghan Markle.
Uno de los últimos actos públicos de Meghan Markle. GTRES
La duquesa de Sussex se ha ganado el apodo de "Me-gain" entre el personal de Kensington Palace. 
Un juego de palabras con su nombre Meghan que podría traducirse como "Yo gano", en relación con la supuesta ambición de la esposa de Enrique de Inglaterra. 
Lo que está claro a tenor de las informaciones que se filtran desde las entrañas de palacio es que la duquesa no goza de simpatía entre los empleados palaciegos.
Meghan, de 37 años, ha tenido varios encontronazos con el personal de palacio que inicialmente se refería a ella como la "duquesa difícil" que ha sido sustituido ahora por este nuevo apodo. La duquesa de Sussex se ha ganado el sobrenombre de "Me-Gain" por su actitud ambiciosa. 
La semana pasada, la autora real Anna Pasternak dijo sobre la duquesa: "Creo que Meghan debe darse cuenta de que no puede vivir en la familia real como una estrella de Hollywood de primera categoría".
El príncipe Enrique y Meghan Markle están muy preocupados con su imagen, envuelta en todo tipo de especulaciones que tienen que ver con las relaciones de ella con su polémica familia, con las diferencias de la pareja con los duques de Cambridge y con el carácter de la exactriz que en solo unos meses ha perdido a cuatro de sus más estrechos colaboradores.
 Para intentar mejorar la percepción que se tiene de ellos, los duques de Sussex han contratado a una nueva directora de comunicación: Sara Latham, una ex asesora de Hillary Clinton. 
El fichaje se produce en el momento en que Isabel II ha autorizado la creación de una nueva oficina para los duques de Sussex, que se establecerá en el Palacio de Buckingham.
 
Los duques de Sussex, durante su visita al Alto Comisionado de Nueva Zelanda.
Los duques de Sussex, durante su visita al Alto Comisionado de Nueva Zelanda. EFE
El último debate sobre las decisiones de Meghan Markle tiene que ver con su baja de maternidad. A diferencia de Kate Middleton, que se tomó tres meses de baja maternal por el nacimiento de sus tres hijos, Meghan Markle ha decidido cuidar de su bebé durante seis meses. Enrique también disfrutará de dos semanas, según permite la ley británica a los padres.
Hace unos días, Meghan Markle anunció que ya no cumplirá ningún compromiso real y por lo tanto se despidió de su papel de duquesa de Sussex, casi un año después de su matrimonio con el príncipe Enrique.
 El nacimiento se espera para el mes de abril.
Las casas de apuestas en el Reino Unido están en plena ebullición. En William Hill, uno de los establecimientos más populares en Reino Unido, las apuestas van 10 a 1 a que si el bebé es una niña se llamará Diana, en honor a la fallecida princesa, madre de Enrique.
Meghan Markle reanudará todas sus actividades en octubre de 2019. 
La fecha ya está elegida y fijada, ya que esta gran reaparición se realizará con motivo de la Cumbre Mundial de Jóvenes, dedicada a los más influyentes del momento.

 

Cortázar y Borges, expulsados de las aulas..................... J. A. Aunión

Los contenidos oficiales de la mitad de los bachilleres se limitan a autores españoles o solo incluyen a Rubén Darío, una cuestión a debate en vísperas del octavo Congreso de la Lengua.

 ¿Tiene sentido enseñar la materia sin la parte hispanoamericana?.

Una clase de lengua castellana y literatura de bachillerato en el instituto público Luis Vives de Valencia, el pasado viernes.
Una clase de lengua castellana y literatura de bachillerato en el instituto público Luis Vives de Valencia, el pasado viernes.
Que en una clase de 2º de bachillerato (17 años) en un instituto público de Madrid a nadie le suene el nombre de Julio Cortázar puede deberse a muchas cosas.
 Puede tratarse de despiste generalizado o quizá de apatía adolescente. 
O tal vez que nunca llegaron a ver el tema de literatura hispanoamericana que los centros madrileños suelen colocar al final del temario en la clase de lengua de 4º de ESO (a los 15 años); varios profesores consultados aseguran que es casi imposible cubrirlo. 
Y también se trata de que los desarrollos de la última reforma educativa (LOMCE, conocida como ley Wert) eliminaron en enero de 2015 esos temas del currículo oficial obligatorio en toda España, que estaban dentro de la materia de lengua castellana y literatura de bachillerato.


El resultado ha sido que en seis comunidades —Andalucía, Aragón, Murcia, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Madrid, que suman en conjunto la mitad de los alumnos de secundaria—, esos contenidos han desaparecido de los currículos oficiales o se limitan a una mención al poeta nicaragüense Rubén Darío, según se desprende de repasar en detalle los textos legales y consultar con profesores de instituto y Universidad de todas las comunidades. “No se puede entender la literatura española sin la influencia de Borges o Piglia o César Aira...”, se queja Silvia Sesé, directora editorial de Anagrama, donde se publican libros de Augusto Monterroso, Sergio Pitol o Bryce Echenique. 
La lista de imprescindibles se podría alargar lo que uno quisiera casi sin encontrar discusión: Carpentier, Neruda, Huidobro, Mistral, Cortázar, García Márquez, Rulfo, Allende, Pizarnik…
 



Quizá por eso, en buena parte de las comunidades se ha mantenido la referencia a la literatura hispanoamericana del siglo XX en el bachillerato, con referencias más claras o más difusas en su currículo oficial (el Gobierno fija unos mínimos y las autonomías los desarrollan), o se incluye algún tema o autor (normalmente, García Márquez) entre los contenidos susceptibles de entrar en los exámenes de acceso a la Universidad (la antigua Selectividad), algo que obliga casi más que el currículo, aunque se pueden cambiar de un año para otro.
Es casi imposible precisar exactamente cuántos miles de estudiantes españoles pueden pasar por el instituto sin escuchar nada de literatura hispanoamericana, teniendo en cuenta que, aunque no estén en el temario oficial, en muchos centros se incluyen en lengua de 4º de ESO, optativas como literatura universal o en cualquier punto del temario que decidan los profesores que tiene sentido (para eso están las programaciones). 
Y que buena parte de los libros de texto mantienen esos temas.
Pero no se trata aquí de plantear una cuestión numérica, ni tampoco de dirimir si es suficiente con saber de Rubén Darío o leer un libro de García Márquez (normalmente, Crónica de una muerte anunciada). 
Se trata de dibujar, en vísperas del VIII Congreso Internacional de la Lengua Española que se celebra a partir del miércoles en Córdoba (Argentina), la importancia que desde las Administraciones se da a estos contenidos, si se entiende la literatura castellana como una cuestión nacional, española, o como parte de una cultura en castellano en la que es indisociable la aportación hispanoamericana.
 De plantear, en definitiva, esta pregunta: ¿tiene sentido enseñar una asignatura que se llama lengua castellana y literatura sin incluir la hispanoamericana?

Viñeta de 'Cortázar' (Nórdica), cómic de Marchamalo y Torices.
Viñeta de 'Cortázar' (Nórdica), cómic de Marchamalo y Torices.

Una “centralidad irreal”

“Mi opinión personal es, por supuesto, que no”, responde Sesé. “Forma parte esencial de la literatura en español, influye y repercute en escritores, en los lectores. Incluirla creo que además hace mucho bien para tener una visión más real de donde estamos, porque, si no, tenemos una percepción de centralidad que es irreal”, añade.
El premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, que tiene la doble nacionalidad peruana y española, recalca el “empobrecimiento” que supone dejar de lado “una literatura creativa interesante, que justamente hoy día representa la modernidad, que ha llegado a muchas sociedades de otras lenguas a través de traducciones”, dijo a este diario el pasado viernes, durante un descanso de un seminario dedicado a su obra en la Universidad de A Coruña. 
“España, una sociedad que es el emblema mismo de la lengua que compartimos más de 500 millones de personas en el mundo, ¿cómo puede cerrar los ojos ante lo que es hoy una de las expresiones más interesantes, más creativas, más ricas, de la cultura de nuestro tiempo?”, insistió el autor de La ciudad y los perros y Conversación en la catedral. Pilar Reyes, directora editorial de Alfaguara (que publica, entre otros, a Vargas Llosa y Bolaño), destaca una historia de intercambio, de diálogo; de vuelta cuando con el franquismo se leían en España “muchísimos libros traducidos en México o en Argentina”, y de ida cuando en los años noventa editoriales españolas empezaron a comprar firmas latinoamericanas.
 “España fue totalmente protagonista en el movimiento más importante que ha tenido la lengua en términos internacionales como pudo ser el boom, en el que tuvo muchísimo que ver el talento inmenso de los escritores, pero también el hecho de que todo pasara en Barcelona”, asegura. 
Admite, no obstante, que el interés del público español por los libros del otro lado del océano no es muy grande.  

Quizá, si como dice Vargas Llosa “los lectores de una sociedad se forman fundamentalmente en el colegio”, lo que está ocurriendo en las escuelas tenga algo que ver.
Desde luego, aunque el currículo oficial da muchas indicaciones genéricas donde podrían entrar los autores latinoamericanos, en el texto de contenidos mínimos de bachillerato para toda España sí hay en otras asignaturas referencias inequívocas: en historia —“independencia de las colonias hispanoamericanas”, “Hispanoamérica: situación actual”, entre muchas otras— y en fundamentos del arte: “Arte colonial hispanoamericano”. 
Y también en la misma asignatura de lengua castellana y literatura, pero en la parte lingüística: “Conoce los orígenes históricos del español en América y sus principales áreas geográficas, reconociendo en un texto oral o escrito algunos de los rasgos característicos y valorando positivamente sus variantes”.

“Otras literaturas hispánicas”

Los currículos oficiales de secundaria de Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura y País Vasco sí mantienen en los contenidos de lengua castellana y literatura de 2º de bachillerato la novela, el cuento y la poesía hispanoamericanos del siglo XX. 
La norma asturiana usa la forma genérica de “otras literaturas hispánicas”, que alcanza, aseguran la docente y miembro de CC OO Marta Mori, al catalán, el vasco y el gallego.
 En Baleares, Canarias, Cantabria, Galicia, Navarra y La Rioja se incluye algún tema de literatura hispanoamericana del siglo XX o algún autor en los contenidos a estudiar para los exámenes de acceso a la Universidad. Castilla y León, en bachillerato, y Madrid, en 4º de ESO, han dejado una mención a un solo autor, el poeta modernista Rubén Darío, que también aparece en el temario de Selectividad de Castilla-La Mancha.
 Mientras, en el resto (Andalucía, Aragón y Murcia) ha desaparecido toda referencia.
Los profesionales de la enseñanza de la literatura son muy conscientes de la importancia de la literatura hispanoamericana. 
Sin embargo, aunque tengan margen para elaborar sus programaciones de cada curso, no siempre son capaces de encajar todo lo que les gustaría dentro de unos currículos ya abarrotados, que no llegan a cubrir en muchas ocasiones —sobre todo si se afanan en aplicar nuevas metodologías como el trabajo por proyectos— y con unas exigencias en 2º de bachillerato que lo convierten casi en una especie de entrenamiento militar para el examen de acceso a la Universidad.
 “El currículo enciclopédico, el énfasis en la gramática y la historia literaria nacional y las pruebas de acceso son los grandes problemas; mientras no cambie eso, todo, incluido meter más contenidos, servirá de poco”, señala la profesora madrileña Guadalupe Jover.