Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

11 mar 2019

Detenido un médico de cabecera por presunto abuso sexual de 20 pacientes en su consulta en Las Palmas

El arrestado, de 65 años, tiene antecedentes por este delito. La investigación policial ha identificado a un centenar de mujeres que pidieron cambiar de médico.

Un médico en un hospital, en una imagen de archivo.
Un médico en un hospital, en una imagen de archivo.
La Policía Nacional ha detenido en Las Palmas de Gran Canaria a un médico de 65 años de edad como presunto autor de un delito de abusos sexuales a una veintena de pacientes, según ha informado este lunes este cuerpo policial.
 El arrestado tiene antecedentes por este delito. A finales del pasado año, los agentes recibieron la primera denuncia de una mujer, que tenía asignado al detenido como médico de cabecera.
 La investigación policial permitió localizar a otras 99 mujeres que habían solicitado cambiar de médico, de las que al menos una veintena afirman haber sufrido tocamientos de índole sexual en la consulta.
La investigación comenzó el pasado 30 de noviembre, cuando los agentes de la Policía Nacional recibieron la denuncia de una mujer que manifestaba que, tras acudir a la consulta de su médico de cabecera en un centro médico de la capital grancanaria, había sido víctima repetidamente de tocamientos de índole sexual por parte de este. 
La mujer narró a los agentes que no se trataba de un hecho aislado, sino que llevaba varios meses ocurriendo, por lo que finalmente y tras superar el miedo y la vergüenza decidió poner los hechos en conocimiento de la Policía Nacional.
Los investigadores policiales localizaron entonces a un total de 99 mujeres que tenían asignado al investigado como médico de cabecera y que habían solicitado un cambio. 20 de ellas han descrito a los agentes hechos idénticos.
 Además, han reconocido no haber denunciado por miedo en algunos casos y por vergüenza en otros.
 Finalizada la investigación e identificadas todas las víctimas del médico, los funcionarios policiales procedieron a su detención como presunto autor de delitos de abusos sexuales.

 

Una nueva baja en el equipo de Meghan Markle, y van cuatro

A pocas semanas de dar a luz, la duquesa de Sussex pierde a Amy Pickerill, una de sus asistentes más cercanas.

Meghan Markle y Amy Pickerill, en una visita a Chichester en octubre de 2018.
Meghan Markle y Amy Pickerill, en una visita a Chichester en octubre de 2018. GETTY
Nuevo golpe para Meghan Markle.
  La duquesa, de 37 años, acaba de enterarse de la renuncia de uno de sus apoyos más cercano, Amy Pickerill. Esta ayudante de Markle, de 33 años, se unió al equipo del palacio de Kensington en 2016 como parte del equipo interno de Comunicaciones. 
Fuentes británicas afirman que se esperaba que se convirtiera en la futura secretaria privada de Meghan Markle.
 La prensa británica aseguran que la separación ha sido amistosa y que el motivo de la marcha de Pickerill es una inminente mudanza al extranjero.
 "Amy y Meghan se mantendrán en contacto porque mantienen una relación muy estrecha", ha asegurado una fuente del palacio de Kensington al diario Daily Mail.
Pickerill participará en el inminente traslado de la pareja real a su nueva residencia, Frogmore Hpuse, situada en las inmediaciones del castillo de Windsor, antes de dejar el cargo el mes próximo.
 No se marchará hasta el nacimiento del primer hijo de los duques de Sussex, previsto para finales de abril.
 "Ha accedido a quedarse para ayudar con el nacimiento del bebé y para organizar el equipo de la nueva casa, pero luego se mudará", aseguran fuentes conocedoras al Daily Mail.

 

Desde que Meghan Markle se unió a la familia real, esta es la cuarta persona de su equipo que renuncia y la tercera en cinco meses.
El primero de ellos fue Edward Lane Fox, que se ha marchado de palacio tras cinco años a la sombra del príncipe Enrique
 Su figura resultó clave para ayudar a mejorar la reputación del príncipe tras sus escándalos de juventud y sus conocidas fiestas en Las Vegas, así como para ayudar a crear su oficina y sentar las bases de su implicación con ONG como Setenbale y con los Juegos Invictus, donde participan veteranos de guerra.
 A finales de abril anunció su salida, y que se iría una vez tuviera lugar la boda real, el 19 de mayo.
Amy Pickerill y Samantha Cohen, en Sídney (Australia) en octubre de 2018. 
Amy Pickerill y Samantha Cohen, en Sídney (Australia) en octubre de 2018. CORDON PRESS
En diciembre de 2018, Samantha Cohen expresó su voluntad de abandonar el palacio de Kensington.
 La que fue secretaria privada de la reina Isabel II durante 17 años había aceptado un puesto junto a Meghan y Enrique para ayudar a la duquesa a adaptarse a la vida real, por encargo de la soberana.
 La australiana llevaba en Buckingham desde 2001.
La tercera víctima fue Melissa Touabti, que había trabajado para el cantante Robbie Williams y su esposa, Ayda Field.
 Dimitió poco después de que la pareja volviera de su tour real por Oceanía. "Es una persona de enorme talento". "Se la va a echar de menos". "Fue un auténtico shock". "¿Por qué querría abandonar un trabajo tan prestigioso tan pronto?".
 Esas son algunas de las frases sobre Touabti de fuentes cercanas a la familia real que recogió la prensa británica en su salida.
 Según dichas fuentes, esta ayudante fue clave para gestionar la crisis con la familia de Markle antes del enlace. 
"Jugó un papel fundamental en el éxito de la boda real y todos la echarán de menos", afirmaron entonces los más allegados.
Nadie termina de aclarar qué ocurrió entre los duques y Touabti para que abandonara un puesto tan fundamental, pero dan por hecho que Markle fue la causante de su salida.
 "Al final era demasiado duro. Ha aguantado demasiadas cosas. Meghan le exigía demasiado y aquello acabó en lágrimas", aseguraron en The Daily Mail. 
 "Era una verdadera profesional que ha hecho un trabajo increíble, pero las cosas han acabado mal y lo mejor para todos era que ellas se separaran".

Álex Lequio, un año peleando contra el cáncer

“Hace un año ya desde la primera noche que me desperté por un ‘tirón de espalda’ y nos pasamos seis horas andando por el cuarto”, escribe el hijo de Ana Obregón en un mensaje dedicado a su perra 'Lunita'.

Álex Lequio, en Madrid, el pasado octubre.
Álex Lequio, en Madrid, el pasado octubre.

 Ha pasado un año desde que Álex Lequio comenzó su batalla contra el cáncer, una enfermedad que comenzó como un simple “tirón de espalda”. 

Así lo ha desvelado él mismo a través de las redes sociales con un emotivo mensaje dedicado a quien ha estado junto a él en todo momento, sobre todo aquel 10 de marzo de 2018, cuando empezó todo: su perra Lunita

“Hace un año ya desde la primera noche que me desperté por un ‘tirón de espalda’ y nos pasamos seis horas andando de punta a punta sin sentido por el cuarto”, ha escrito en Instagram Lequio, de 26 años, junto a una imagen de su golden retriever durmiendo.

“En realidad, hacemos cosas sin sentido desde que eras un cachorro: disfrazarte de gnomo en Halloween, reno en Navidad o incluso aquel día que fuimos a montar una casa en un árbol y nos dieron caza cuatro ardillas enzarzadas...

 Eso son 16 años de cosas sin sentido. Son muchas cosas sin sentido...

 Para esta ocasión, el sin-sentido ya era algo normal -sin más- y aunque no fueron muy buenas noticias, seguiremos haciendo cosas poco normales el resto de nuestra vida -incluso si significan algo malo- porque así somos nosotros”, continúa el hijo de la actriz para terminar con el toque de humor que siempre le ha caracterizado: 

“Lo que sí que no tiene sentido y nunca lo tendrá, son tus ronquidos.

 Roncas como un gorila con sinusitis, tenemos que hacer algo al respecto ASAP #Rhinomer #Insomnio”. 

En menos de 24 horas, la publicación ha obtenido miles de me gusta y cientos de comentarios, entre los que ha destacado el de su madre, Ana Obregón.
 “Tú y Lunita, la pareja que me ha vuelto loca cuando eras pequeño y, sin embargo, ha dado sentido a todos los sinsentidos de esta vida”, ha escrito la actriz en el Instagram de su hijo.
Desde que a finales del pasado septiembre Álex Lequio regresara a España después de siete meses en Estados Unidos tratándose en el prestigioso Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York el cáncer que padece, el hijo de Ana Obregón y Alessandro Lequio había ido informado de su estado de salud a través de sus redes sociales y, escuetamente, en los pocos eventos a los que ha asistido recientemente. 
En abril de 2018 se conoció la noticia de su enfermedad, aunque hasta ahora no se sabía ni cuándo y ni cómo había ocurrido todo. En diciembre concedió su primera entrevista
“Cuando me pasó esto, digamos que me di cuenta de que no podía confiar en que, después de este tren, fuera a pasar otro.
 Y ahora estoy como loco, intentado saltar y subirme a cada uno que pasa”, explicó el empresario a la revista ¡Hola!, en una exclusiva que hizo para ayudar a su madre a pagar el caro tratamiento que sigue.
Tras acabar la primera etapa de la terapia en EE UU, el joven sigue ahora su evolución bajo los cuidados de la Clínica de Navarra en Pamplona y con revisiones periódicas en Madrid. “Somos una familia que nos reímos de todo, y así vamos a continuar”. 
Ejemplo de ello es que, según cuenta a la publicación, nunca ha dejado de bromear con su familia: “A veces me ponía a temblar o a hacer cosas raras de broma, para asustar a mi madre”.
Hace tan solo unos meses era la propia Ana Obregón quien contaba también cómo han vivido tanto ella como su hijo desde que le detectaron la enfermedad. 
Fue en una entrevista en televisión, en el programa de Telecinco Volverte a ver, después de nueve meses apartada del foco mediático. “Él me preguntó: ‘¿Mamá, me voy a morir?’ y le dije ‘No, no te vas a morir”, contó la actriz sobre una de las conversaciones más delicadas que ha tenido con su hijo Álex.
En este tiempo Álex Lequio ha perdido 15 kilos y el pelo, pero sigue conservando su buen humor y su máxima de hacer de su trabajo su verdadera pasión.
 Así lo ha reflejado estos meses en sus redes sociales, donde ha publicado diversas excursiones con sus amigos así como la expansión de su negocio con sus nuevos proyectos empresariales.

La ‘otra’ familia de Carlos de Inglaterra............... María Contreras

Tom Parker Bowles y Laura Lopes, hijos de Camilla, están ausentes de la vida palaciega pero no de la atención mediática.

Camilla, con sus hijos Tom Parker Bowles y Laura Lopes.
Camilla, con sus hijos Tom Parker Bowles y Laura Lopes. GETTY

 Como hijo mayor de Camilla de Cornualles y periodista gastronómico muy conocido en Inglaterra, Tom Parker Bowles no es ajeno a la atención mediática, pero en las últimas semanas su nombre ha aparecido en los periódicos por un motivo diferente: un amago de escándalo relacionado con un negocio de cortezas de cerdo que cofundó en 2011 junto a dos amigos. Mr Trotter's Great British Pork Crackling, que así se llama el producto, se preciaba de su trazabilidad: las cortezas se elaboraban solo con cerdos de granjas británicas certificadas en bienestar animal. 

Pero, según ha publicado The Times, la empresa se ha visto forzada a admitir que, de un tiempo a esta parte, utiliza sobre todo cerdos extranjeros: en concreto, daneses, alemanes y holandeses.

 Parker Bowles ha intentado dar carpetazo al asunto con un tuit donde explica que, precisamente, abandonó el consejo de administración de Mr Trotter's a principios del año pasado “porque ya no podíamos garantizar un suministro regular de cortezas de cerdos criados al aire libre en Gran Bretaña”.

Está más que acostumbrado a lidiar con polémicas. 
En una entrevista en The Lady donde le preguntaron qué era lo más desagradable que le habían llamado, contestó: “No hay nada que pueda ofenderme. Me han dicho de todo”.
En 1999, el tabloide News of the World publicó su foto en portada con el titular “Este es el hijo de Camilla puesto de cocaína”, y la BBC aseguró que el príncipe Carlos había tenido que llamarle al orden ante su supuesto consumo de drogas.
 Y en varias ocasiones ha contado que, cuando a principios de los noventa salió a la luz la relación extramarital de Camilla con el príncipe Carlos, él y su hermana, Laura Lopes (ambos son hijos del oficial retirado Andrew Parker Bowles, con quien la duquesa estuvo casada de 1973 a 1995) jugaban a spot the pap (localiza al paparazi). 
“Mi madre tenía unos prismáticos y nos sentábamos arriba diciendo: ‘¿cuántos hay?’
 Los encontrabas porque el sol se reflejaba en sus lentes. Durante unos dos años fue totalmente normal tener cinco paparazis entre los arbustos”, explicó en The Guardian en 2006.
La reina con su hijo Carlos y Camilla, acompañados de los duques de Cambridge y de Sussex.
La reina con su hijo Carlos y Camilla, acompañados de los duques de Cambridge y de Sussex. Getty Images
Además de esta notoriedad extracurricular, el hijastro del futuro monarca (que es, al mismo tiempo, su ahijado), de 44 años, se ha labrado una merecida fama en su país como periodista culinario. Crítico de restaurantes en The Mail on Sunday y colaborador de Esquire, entre otros medios, ha ganado premios, ha publicado ocho libros, y ha participado como juez en concursos televisivos de cocina como MasterChef. 
 En las entrevistas sorprende por una cierta irreverencia y por su tendencia a la autocrítica; ha afirmado, por ejemplo, que su paso por Eton y Oxford fue “totalmente mediocre”. 
Tampoco evita las preguntas sobre Camilla, a quien define como una madre ejemplar, “que nunca juzga”. 
“Lo que más me cabrea es cuando alguien que no la conoce dice que ha sido una mala madre”, contó en 2006 a The Telegraph. 
En cuanto a su padrastro, al que llama Sir y afirma “adorar”, considera que será un rey excelente.
  En 2005, Parker Bowles se casó con la periodista de moda Sara Buys en una ceremonia que tuvo entre sus invitados —además de a sus hermanastros—, a Mick Jagger o Hugh Grant. 
Son padres de una niña y un niño nacidos en 2007 y 2010, aunque en enero del año pasado se publicó que el matrimonio atravesaba una grave crisis.
Su hermana Laura, comisaria de arte de 41 años, tiene un perfil mucho más bajo; tanto, que algunos medios se refieren a ella como “la hermanastra secreta”. 
Su existencia está muy lejos de ser un secreto, pero Laura es mucho más discreta y menos inclinada a dar titulares que su hermano. Estudió en Oxford, fue becaria en el Museo Guggenheim de Venecia, y en 2005 abrió su propia galería, Eleven Fine Art, que dirigió durante una década.

La hija de Camilla es madre de tres hijos, fruto de su matrimonio con Harry Lopes, un aristócrata con un curioso currículo: es CEO y fundador de una empresa de energías renovables, de joven fue modelo de Calvin Klein, y es hijo y nieto de barones. 
Su hija mayor, Eliza, fue una de las damitas de honor en la boda de los duques de Cambridge.
Si hoy Tom y Laura no tienen un título nobiliario, o no ocupan un papel más relevante en el organigrama real, no hay que buscar los motivos en estas rencillas del pasado. Lo explicó Tom sin ninguna acritud en Good Morning Britain el pasado diciembre: “Nosotros somos los hijos plebeyos. Estamos a un lado”.