El ovetense se había convertido en el concursante más longevo del programa.
Durante 168 programas, el asturiano Fran González ha estado plantado ante las cámaras de Pasapalabra,
con la cabeza metida en el rosco de 25 palabras, intentando acertarlas
todas a tiempo.
Ha estado a punto de conseguirlo en varias ocasiones: en
15 de ellas llegó a acertar 24 de las 25 palabras.
Ahora, en el
programa que se emite el martes 22 de enero a partir de las 20.15 horas,
el concursante más longevo del concurso, parte indeleble de la familia
del programa, lo va a lograr, según ha anunciado Telecinco.
El bote en
todo este tiempo ha ascendido a 1.542.000 euros, el tercero más elevado
de la historia del premio.
El biólogo, de 28 años, investigador en la Universidad de Oviedo,
logra imponerse a su rival, José Manuel Seseña. Al ganador le ayudan
Boris Izaguirre y Pilar Cernuda; al otro, Nina y Agustín Jiménez. Con el
dinero conseguido, ha dicho, querría costear los estudios de sus dos
sobrinos y llenar su casa de libros, una de sus grandes pasiones (es
miembro de un club de lectura de Oviedo). También sopesa fundar un
laboratorio biológico para desarrollar curas a enfermedades.
Fran también ha dejado caer que ayudará a sus padres con parte de lo obtenido en el premio. En una de sus anteriores visitas a Pasapalabra,
en 2018, tuvo que interrumpir voluntariamente una racha de 48 programas
para cuidar a su padre, afligido por una enfermedad pulmonar. Y aquella
ni siquiera fue la primera vez que el ovetense fue al concurso. Su
estreno se remonta a mayo de 2017, cuando fue eliminado tras tres
programas. El miércoles, un día después de erigirse ganador, Fran se incorporará
a una serie de programas especiales del concurso en Telecinco: la
llamada Academia de Pasapalabra, donde se encontrará con otros 15 de los mejores concursantes de los últimos años.
Juan Antón Mora (82 años) empieza el día con su rutina de ejercicios.
Se
agacha y se levanta mientras estira y encoge los brazos una y otra vez
al unísono.
Después de unos 10 minutos repitiendo el ejercicio, a esto
le siguen cinco kilómetros en los que alterna correr con andar.
En los
días de verano, prosigue su ritual con un baño en la pequeña balsa
contigua a su casa de campo.
Después continúa sombrero y rastrillo en
mano y la compañía de sus inseparables perros, con sus labores diarias.
Empieza a quitar algunas hierbas y a amontonarlas alrededor de los
árboles.
Da de comer a sus gallinas con cascaras de melón y otras sobras
del día anterior y recoge unos cuantos plátanos y manzanas que ya están
maduros.
“La parra hace tanta uva que salta hasta la casa del vecino.
La recojo para hacer mosto o para comer directamente.
Con el resto de
frutas hago mermeladas y con las verduras preparo botes de conserva.
En
el campo, no echo ningún tipo de abono ni fertilizante y todo funciona
perfectamente”, comenta Mora recogiendo un racimo de uva que añadirá a
su menú del desayuno.
Estas cifras resonaban
en la cabeza de Mora una y otra vez y, reconoce, muchos días le han
impedido conciliar el sueño.
Por eso, hace más de 20 años cuando dejó la
imprenta donde trabajó como técnico de artes gráficas durante toda la
vida y se jubiló, decidió centrar su vida en poner en práctica su idea,
crear lo que él denomina su "bosque contra el hambre".
“He reflexionado mucho sobre el problema del hambre, es algo que me
preocupa muchísimo. Un día pensé que tenía que hacer algo en este trozo
de tierra que tengo para contribuir a acabar con esta lacra”, afirma.
Con esta idea acabó convirtiendo su pequeña parcela de la localidad
valenciana de Alzira en un bosque de alimentos o bosque comestible. En
él, 400 árboles frutales conviven en perfecta simbiosis junto a un
pequeño huerto, arbustos y plantas aromáticas, que son una fuente de
alimentación variada, rica y saludable. “Tengo unas 36 variedades de
árboles y arbustos con los que obtengo caquis, ciruelos, peras,
plátanos, naranjas, olivas, zapote, granadas, uva, almendras,
melocotones, aguacates, membrillo, guayabas, papayas…”, comenta
perdiendo la cuenta.
Se le olvida nombrar toda la verdura que cultiva en
su huerto y que, dependiendo de la época del año, llena su cocina de
tomates, pimientos, berenjenas, lechugas o habas.
La variedad y el colorido del bosque de Mora
contrastan con los campos de naranjos de monocultivo que le rodean.
Además, en su parcela no utiliza estiércol, ni fertilizantes, no se
mueve la tierra ni se utilizan herbicidas.
De vez en cuando siega la
hierba y la deposita debajo de los árboles para que mantengan más tiempo
la humedad y para que los microorganismos actúen sobre la materia
orgánica y al descomponerse le den al árbol el alimento que necesita.
“Un bosque de alimentos consiste en copiar los
procesos de la naturaleza en un entorno controlado por el hombre para
crear un espacio que produce alimentos sin apenas mantenimiento ni gasto
energético.
Es la demostración práctica de que, siguiendo el ejemplo de
la naturaleza sin alterar nada, todo funciona correctamente.
Ya lleva
más de 20 años así, sin abonos ni cuidados específicos. Saber cultivar
tu propia comida es hacerte un seguro contra el hambre”, explica.
Un
lugar como el que Mora ha creado puede alimentar a generaciones y
generaciones de seres humanos, sin apenas mantenimiento, gasto
energético ni agua y con cero emisión de gases contaminantes.
La Red Ibérica de Bosques Comestibles y Semillas Libres
cuenta ya con más de 30 proyectos iniciados en varios puntos de la
geografía española y otros cuantos en fase de estudio. “Somos un
colectivo en el cual diseñamos proyectos de reforestación tanto públicos
como privados de manera gratuita. Ingenieros agrícolas, diseñadores
gráficos, paisajistas o arquitectos componemos un equipo de personas que
hace ya un par de años nos dimos cuenta de la necesidad de hacer algo
por todas las personas que querían crear un bosque de alimentos y no
sabían cómo hacerlo”, comenta Diego Luis López Pérez, cofundador de la
red. El próximo paso de la iniciativa es consolidar otros 20 bosques y
crear una relación de colaboración entre ellos para organizar sus
producciones e intercambiar excedentes. Mora no se ha limitado a crear su propio modelo de autoalimentación,
sino también a divulgarlo. Su casa siempre está abierta para compartir
su experiencia con otras personas interesadas en crear su propio sistema
de autoalimentación y ha recibido visitas desde Suiza, Holanda o
Francia.
“Cuando viajé a Honduras, le pregunté a un chico
que trabajaba lavando coches cuánto ganaba.
Me dijo la misma cifra que
yo me gastaba en tabaco todos los meses.
Me dio mucha vergüenza y supe
que tenía que seguir haciendo algo”. Desde ese momento con ese dinero ha
implementado varios proyectos en Tegucigalpa como plantar 1.500 arboles
frutales en una de sus barriadas.
También ha visitado los campamentos
de refugiados saharauis en Argelia y sueña con poder crear allí un
modelo de autoalimentación sostenible.
“Cuando viajé a Honduras, le pregunté a un chico
que trabajaba lavando coches cuánto ganaba.
Me dijo la misma cifra que
yo me gastaba en tabaco todos los meses. Me dio mucha vergüenza y supe
que tenía que seguir haciendo algo”.
Desde ese momento con ese dinero ha
implementado varios proyectos en Tegucigalpa como plantar 1.500 arboles
frutales en una de sus barriadas.
También ha visitado los campamentos
de refugiados saharauis en Argelia y sueña con poder crear allí un
modelo de autoalimentación sostenible.
En España, cada vez más gente está apostando por producir sus propios alimentos y hacerlo de manera sostenible. Según Luis Martínez-Zaporta,
biólogo especializado en agricultura ecológica y consultor de
biodiversidad, entre 2000 y 2015, las parcelas dedicadas a huertos
urbanos en España pasaron de apenas 1.000 a más de 20.000, y de ocupar
una superficie menor de 15 hectáreas a más de 200.
“Está claro que buscamos alternativas a cosas que no
nos gusta cómo se hacen. Los que pueden tienen un huerto, otros cultivan
en pequeñas macetas en los huertos verticales que construyen en sus
terrazas y otros compran en grupos de consumo a un agricultor que les
garantiza comer sano”. Juan Antón Mora lo tiene claro: quiere con su
ejemplo animar a otras personas a ponerse en marcha y contribuir a crear
un mundo más sostenible y menos desigual.
En España, cada vez más gente está apostando por producir sus propios alimentos y hacerlo de manera sostenible. Según Luis Martínez-Zaporta,
biólogo especializado en agricultura ecológica y consultor de
biodiversidad, entre 2000 y 2015, las parcelas dedicadas a huertos
urbanos en España pasaron de apenas 1.000 a más de 20.000, y de ocupar
una superficie menor de 15 hectáreas a más de 200.
“Está claro que buscamos alternativas a cosas que no
nos gusta cómo se hacen. Los que pueden tienen un huerto, otros cultivan
en pequeñas macetas en los huertos verticales que construyen en sus
terrazas y otros compran en grupos de consumo a un agricultor que les
garantiza comer sano”. Juan Antón Mora lo tiene claro: quiere con su
ejemplo animar a otras personas a ponerse en marcha y contribuir a crear
un mundo más sostenible y menos desigual.
Más de dos
años después de su separación de Angelina Jolie, los tabloides
británicos afirman que el actor y la intérprete sudafricana llevan
alrededor de un mes saliendo juntos.
En septiembre de 2016, Brad Pitt y Angelina Jolie anunciaban su separación. Tras una década de noviazgo, dos años de matrimonio y seis hijos en
común, la pareja alegaba "diferencias irreconciliables". Una perfecta
definición para su ruptura, como se demostró a lo largo de los
siguientes meses, en los que las dos estrellas de Hollywood pelearon por
su patrimonio y por la custodia de sus hijos, sobre la que ya han llegado a un acuerdo. Lo que también ha ocurrido desde que se separaron es que a ambos se
les han asignado nuevas parejas, en especial a Pitt. Novias pasadas y
presentes han ido desfilando por los tabloides como acompañantes del
intérprete de Seven, y en ocasiones portavoces de él o de ellas han tenido que desmentirlo. Ese fue el caso de Jennifer Aniston. La protagonista de Friends estuvo casada durante cinco años (2000-2005) con Pitt. Desde 2001 salió con el actor Justin Theroux, con quien se casó en agosto de 2015 y hasta febrero de 2018. Al poco de conocerse su ruptura, muchos quisieron asociarla a una nueva relación con Pitt. Sin embargo, una agente de la actriz tuvo que contar que no volvían a
estar juntos ni a pasar las vacaciones en la casa de George Clooney en
el lago Como, como algunos insinuaban.
Ahora la elegida por los tabloides británicos como acompañante de Brad Pitt, de 55 años, es Charlize Theron, de 43. El actor sería el nuevo novio de la ganadora del Oscar por Monster en 2003, según The Sun. Cuenta
este medio británico que la pareja es reciente, y que llevarían
saliendo apenas un mes, aproximadamente desde Navidad. Como detalles
extra, aporta que los presentó el actor Sean Penn, con quien Theron
salió desde finales de 2013 hasta junio de 2015. Según The Sun, que cita a una fuente cercana, "se han estado
viendo durante un mes. Han sido amigos durante algún tiempo, pero las
cosas han evolucionado". Al parecer, se les ha visto en un pase de una
película y después tomando algo en un bar de un hotel. Las informaciones
sobre la pareja se refuerzan a causa el perfil de Theron, similar al de
Angelina Jolie:
una mujer triunfadora desde la nada, con relaciones conflictivas con
sus padres, que ha pasado por distintas relaciones y ha decidido adoptar
a hijos al margen de ellas, y con un perfil solidario.
Aniston y Theron son algunas de las mujeres famosas con las que se ha
asociado a Pitt, pero no la única. Una de las primeras fue Marion
Cotillard, con la que compartió protagonismo en Aliados, y que tuvo que
salir a desmentirlo. "No estoy acostumbrada a comentar cosas como esta,
ni a tomármelas en serio, pero ya que esta situación llegó demasiado
lejos y al ver que le afecta a la gente que quiero, tengo que hablar.
Antes de nada, decir que yo hace muchos años que conocí al hombre de mi
vida, padre de mi hijo y del bebé que viene en camino. Él es mi amor, mi
mejor amigo y el único que necesito", negó Cotillard en un comunicado en septiembre de 2016, haciendo referencia a su pareja, el actor y director Guillaume Canet. Además, en los primeros meses de su divorcio se habló de un posible romance con la actriz Kate Hudson,
aunque ella acabó contando que se trataba del "rumor más loco de todos
los tiempos". Ahora, Hudson sale con el músico Danny Fujikawa, con quien
acaba de tener una hija, Rani Rose. Otra que tuvo que desmentir su
romance con Pitt fue Sienna Miller,
que aseguraba que no iba "a hacer digna la pregunta con una respuesta"
al ser preguntada al respecto. "Es predecible y absurdo", aseguró a Page Six en abril de 2017. No solo de mujeres famosas han hablado los medios; también se ha citado como romances de Pitt a otras menos conocidas. Como Neri Oxman, arquitecta y profesora de 42 años del destacado instituto MIT, que el pasado octubre tuvo que confirmar personalmente a través de un perfil en The New York Times
que no estaba saliendo con el actor y que solo les unía su gusto por el
arte y la arquitectura. También se le asoció con la gurú espiritual y
diseñadora de joyas Sat Hari Kalsa. "Son buenos amigos", tuvo que decir
una fuente al respecto.