Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

18 ene 2019

¿Cómo sé si estoy teniendo un ictus?

Saber identificarlo y actuar rápido es fundamental para minimizar las consecuencias del episodio, que es la causa de muerte más común entre las mujeres.

sintomas ictus

El ictus no avisa. 
Aparece súbitamente, de golpe, y actúa con una velocidad vertiginosa. La sangre deja de irrigar el cerebro e innumerables neuronas mueren cada segundo. 
Actuar inmediatamente es fundamental, así que si estás leyendo esto porque piensas que puedes estar sufriendo uno, no pases de aquí.
 Llama al 112 y cuéntales lo que te pasa, adopta una postura segura, en la que no puedas perder el equilibrio, y deja la puerta de casa abierta para asegurar que la asistencia accede rápidamente.
Si no es tu caso, es que te interesa saber cómo actuar si algún día tienes un infarto cerebral o alguien cercano a ti sufre uno.
 Sabia decisión: el ictus es la causa de muerte más común en España entre las mujeres, y la segunda más habitual entre los hombres.
 Actuar rápida y adecuadamente es fundamental para minimizar sus consecuencias, de ahí que la mejor manera de evitarlas sea conocer bien los síntomas que anuncian una visita potencialmente funesta.
Lo primero que hay que saber es que existen varios tipos de ictus y que no todos se tratan igual, lo que significa que no hay que ir a un hospital. 
 No hay forma de prever si el centro estará preparado para atender un problema particular, pero los profesionales de emergencias pueden distinguir algunas pistas que revelan dónde están los medios técnicos más adecuados para cada caso.
 Lo mejor es llamar a una ambulancia y esperar la ayuda.
 Mientras tanto, es importante permanecer sentado o tumbado, con la cabeza lo más incorporada posible. Es el único consejo que ofrece la coordinadora del grupo de estudio de Enfermedades cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN), María Alonso de Leciñana.
 Solo queda mantener la calma y tener un teléfono a mano siempre que sea posible.

Cuando el golpe es repentino, no hay tiempo que perder

Hay varios síntomas que indican que uno podría estar sufriendo un ictus. 
No tienen por qué aparecer en un orden concreto, ni siempre se manifiestan todos. A veces solo aparece uno, y muy leve, pero notar que emerge súbitamente es suficiente motivo para coger el teléfono, llamar al 112 y describir con detalle lo que uno está sintiendo.
 Estos son los síntomas que deben ponerte en guardia.

Una sonrisa torcida no engaña

Una de las comprobaciones que hacen los médicos para saber si están ante un caso de ictus es levantar las manos del paciente en el aire y soltarlas al mismo tiempo; si solo una de ellas cae, tienen motivos para sospechar.
 Sucede porque el ictus provoca que medio cuerpo se quede sin fuerza o que su sensibilidad se reduzca drásticamente. 
 Uno puede no sentir nada o notar un hormigueo como el de una pierna cuando se duerme.
 La pérdida de fuerza puede ser muy leve, pero eso no importa; lo que hay que tener en cuenta es que suceda de manera repentina.
La sensación de perder fuerza o notar un tacto raro se nota en una mitad del cuerpo porque la falta de sangre no afecta a todo el cerebro. 
Si trastoca el hemisferio derecho, la mitad izquierda del cuerpo se paraliza, y cuando afecta al izquierdo, es la otra la que nota los efectos.
Este síntoma se manifiesta claramente en la cara. 
"La comisura del lado afectado se paraliza y cae, así que se ve como si la boca estuviese torcida", detalla Alonso de Leciñana. Pide a una persona que sonría mientras tiene un ictus y tendrás la prueba definitiva: solo subirá una parte de los labios.

Hablar con incoherencias dice mucho de lo que pasa en el cerebro

El ictus puede provocar un trastorno del lenguaje, que se manifiesta en la incapacidad de hablar de forma coherente o de entender lo que dicen los demás.
 Unido a otros síntomas, la incoherencia indica claramente que la persona está sufriendo el trastorno de la circulación cerebral. 
"Esto sucede cuando el ictus afecta al hemisferio cerebral izquierdo, que es el que controla el lenguaje en la mayor parte de las personas", explica la experta.
Un síntoma menos frecuente es la pérdida brusca de la visión "que generalmente afecta a un lado del campo visual, como si estuviésemos viendo la televisión y la mitad se apagara", dice Alonso de Leciñana. No tiene nada que ver con la miopía, ni es que se pierda la visión de un ojo, sino que la mitad de lo que vemos desaparece en ambos al verse incapacitado el circuito que integra los estímulos visuales.
 Solo si sabes lo que está pasando verás claro que el tiempo corre en tu contra.

Como una pedrada en la cabeza, así te afecta un ictus

"Aunque no haya una pérdida de fuerza, uno puede empezar a andar como separando mucho los pies, ser incapaz de mantener la pisada", advierte la coordinadora de la SEN.
 La pérdida del control de la postura no es un síntoma frecuente, pero hay que tenerlo en cuenta.
 En caso de detectar que sucede súbitamente, conviene sentarse en un lugar del que no sea posible caer y buscar compañía.
 Si la postura falla, es crucial evitar los golpes desafortunados.
Además, hay un síntoma típico de los ictus provocados por un tipo de hemorragia muy concreto, que solo causa entre el 3% y el 5% de estos episodios, según los datos que maneja Alonso de Leciñana. Se trata del dolor de cabeza repentino y de una intensidad que pocas personas han conocido. 
 Puede ser el único síntoma, "pero cuando el paciente está suficientemente bien como para describirlo lo hace como un dolor que no había sentido en su vida, como algo insoportable", resume la experta.
 Y llega de golpe, como una pedrada en la cabeza.

Aparte de una alteración de la conciencia, las náuseas y los vómitos pueden acompañar al dolor, por lo que conviene incorporar la cabeza al máximo cuando uno está tumbado, lo que evita el riesgo de ahogarse con su propio vómito.

El origen está años atrás: tira el cigarrillo y cuida la dieta

Uno de los factores de riesgo más importantes es la edad, a partir de los 65 años es más probable que se presente la temida enfermedad.
 Pero la juventud no siempre protege. "La prevalencia de otros factores de riesgo y su mal control hace que estos episodios también ocurran en personas jóvenes", advierte la especialista.
 En todo caso, sí es cierto que hay cosas que hacemos mejor a partir de los 50, que una de ellas sea evitarlo.
Pero identificar si alguno de los factores de riesgo están presentes en nuestra rutina no es lo único que podemos hacer. 
Alonso de Leciñana aconseja acudir periódicamente al médico porque saber que la tensión y los niveles de azúcar están dentro de parámetros correctos, y comprobar que el corazón funciona bien, es la mejor manera de evitar la experiencia. 
Y sí, es posible mantener el cerebro joven a cualquier edad.
El objetivo está al alcance de la mano. "El 90% de los ictus se puede prevenir, y el mejor ictus es el que nunca ocurre", asegura Alonso de Leciñana. 
Fumar, beber alcohol excesivamente, tener la presión arterial alta, la glucosa elevada en la sangre o diabetes, rebosar colesterol y llevar una vida sedentaria son las causas evitables más comunes. Algunas enfermedades del corazón también están detrás de los episodios.
 Entre ellas, Alonso de Leciñana destaca la fibrilación auricular. "Es un tipo de arritmia que favorece que se formen coágulos dentro del corazón, de manera que cuando salen y llegan a tapar una arteria de la cabeza producen el ictus", explica.

¿Qué es un ictus?

El ictus es un trastorno de la circulación cerebral que compromete el aporte de sangre al cerebro.
 Cuando una arteria deja de conducir el fluido vital hacia el órgano director del organismo, cesa la actividad de las funciones propias de la zona afectada. 
Los síntomas aparecen súbitamente y progresan deprisa, por lo que deben ser atajados sin perder un segundo.
Este trastorno brusco de la circulación puede ser de dos tipos. Alrededor del 80% de los ictus son infartos cerebrales, también conocidos como ictus isquémicos. 
Una arteria se tapona, generalmente a consecuencia de un trombo, y corta el flujo de la sangre que debería hacer funcionar al cerebro. 
El segundo tipo es el que está causado por una hemorragia cerebral. En este caso, la sangre no llega a su destino porque se desborda antes de hacerlo.
Como hay muchos tipos de ictus y no pueden distinguirse solo por sus síntomas, si estos aparecen es importante llamar al 112 en lugar de ir a un hospital, ya que los profesionales de emergencias saben dónde pueden tratar cada caso mejor y más rápido.





 

La cara más secreta de Clara Campoamor...................... J. A. Aunión

Un nuevo libro que recoge sus textos de divulgación literaria y la reedición de su obra sobre la Guerra Civil en Madrid ayudan a recuperar a una de las grandes pioneras del feminismo.

Mitin presidido por Clara Campoamor (centro) en Madrid en 1932.
Mitin presidido por Clara Campoamor (centro) en Madrid en 1932. EFE
La abogada, política y escritora Clara Campoamor (Madrid, 1888 - Lausana, 1972) ha pasado a la historia por haber defendido en el Congreso durante la Segunda República el voto femenino, contra buena parte de la izquierda, de su propio grupo (el centrista Partido Radical) y las otras dos mujeres que ocupaban en 1931 un escaño en la cámara, Victoria Kent y Margarita Nelken
 todos ellos opinaban que, influida por la Iglesia, la mayoría de las electoras decantaría las elecciones hacia la derecha.
 Campoamor, sin embargo, defensora de la igualdad por encima de todo, proclamaba “el derecho de las mujeres a equivocarse”, destacó ayer la periodista y escritora Marta Robles durante la presentación de Del amor y otras pasiones, un libro que, editado en la colección Cuadernos de obra fundamental de la Fundación Banco Santander
, rescata una de las partes más ignoradas —“casi secreta”, decía la responsable de su edición, Beatriz Ledesma— de su obra: los ensayos de divulgación literaria y poética escritos durante su etapa de exilio en Argentina, entre 1938 y 1955 (después vivió en Suiza hasta su muerte).

Además, el sello Renacimiento acaba de reeditar La revolución española vista por una republicana, otra de sus obras menos conocidas, que aporta una visión crítica de los primeros momentos de la Guerra Civil en Madrid.
 Ambos títulos ayudan a completar, en estos tiempos de acometidas contra los derechos de las mujeres y discusiones sobre las esencias del feminismo, una figura radicalmente independiente y poliédrica que va mucho más allá del debate sufragista, incómoda tanto para la izquierda como para la derecha y olvidada hasta hace muy poco.
Para empezar a entenderla, la escritora Carmen Posadas —que también presentó ayer el nuevo libro de Campoamor— y la filóloga Beatriz Ledesma creen que es fundamental conocer su origen humilde: 
tuvo que trabajar desde muy joven por la muerte de su padre —pronto ganó una plaza en Telégrafos— y se puso a estudiar Derecho con 34 años mientras se convertía en destacada activista —también escribía en periódicos— en una España en la que más de la mitad de sus compatriotas era analfabeta. 
 “No era una sufragista de salón”, dice Ledesma.
 Posada destaca la personalidad de alguien que rechazó las propuestas de la dictadura de Miguel Primo de Rivera para ocupar cargos y que, además del sufragio femenino, consiguió que se aprobara el divorcio e impulsó la regulación del trabajo de las mujeres y los niños y las investigaciones sobre la paternidad de los hijos ilegítimos, entre otras iniciativas.
Esa etapa madrileña de activismo y política (dentro de la que se enmarcan, aparte de textos periodísticos, los libros El derecho de la mujer, El voto femenino y yo: mi pecado mortal; y La revolución española vista por una republicana, publicado originalmente en francés), contrasta con esa otra más humanista, dedicada a la literatura y la traducción, que vivió la mayor parte del tiempo que pasó exiliada en Buenos Aires.
 Y que está representada en esos textos divulgativos que publicó entre 1943 y 1945 en la revista femenina Chabela, recuperados ahora en Del amor y otras pasiones
 En ellos la intelectual reflexiona sobre la obra poética de autores como Sor Juana Inés de la Cruz (de quien también publicó una biografía), Quevedo, Góngora, Manuel Machado o Amado Nervo y analiza mitos literarios como el de don Juan —con un acercamiento sorprendentemente benévolo, según Marta Robles— o, con cierta ironía, recursos líricos recurrentes como el de los ojos de la mujer. 
Sin embargo, para Ledesma, se trata de etapas coherentes con “la vocación de servicio público” que siempre le acompañó.
Dos entrevistas a la pensadora, publicadas en Caras y caretas en 1932 y 1933 , encabezan la edición.
 En ellas, Campoamor habla, entre otras cosas, del papel de la mujer.
 Por ejemplo, se refiere a un tema de marcada actualidad, el lenguaje inclusivo, sobre el que defiende para los “cargos, honores o profesiones que la mujer conquista por sí misma” terminaciones comunes con cambios de articulo, como en el/la pianista. 
 Eso sí, acaba diciendo sobre el tema: Para empezar a entenderla, la escritora Carmen Posadas —que también presentó ayer el nuevo libro de Campoamor— y la filóloga Beatriz Ledesma creen que es fundamental conocer su origen humilde: tuvo que trabajar desde muy joven por la muerte de su padre —pronto ganó una plaza en Telégrafos— y se puso a estudiar Derecho con 34 años mientras se convertía en destacada activista —también escribía en periódicos— en una España en la que más de la mitad de sus compatriotas era analfabeta. “No era una sufragista de salón”, dice Ledesma. 
Posada destaca la personalidad de alguien que rechazó las propuestas de la dictadura de Miguel Primo de Rivera para ocupar cargos y que, además del sufragio femenino, consiguió que se aprobara el divorcio e impulsó la regulación del trabajo de las mujeres y los niños y las investigaciones sobre la paternidad de los hijos ilegítimos, entre otras iniciativas.
Esa etapa madrileña de activismo y política (dentro de la que se enmarcan, aparte de textos periodísticos, los libros El derecho de la mujer, El voto femenino y yo: mi pecado mortal; y La revolución española vista por una republicana, publicado originalmente en francés), contrasta con esa otra más humanista, dedicada a la literatura y la traducción, que vivió la mayor parte del tiempo que pasó exiliada en Buenos Aires. 
Y que está representada en esos textos divulgativos que publicó entre 1943 y 1945 en la revista femenina Chabela, recuperados ahora en Del amor y otras pasiones.
 En ellos la intelectual reflexiona sobre la obra poética de autores como Sor Juana Inés de la Cruz (de quien también publicó una biografía), Quevedo, Góngora, Manuel Machado o Amado Nervo y analiza mitos literarios como el de don Juan —con un acercamiento sorprendentemente benévolo, según Marta Robles— o, con cierta ironía, recursos líricos recurrentes como el de los ojos de la mujer. 
Sin embargo, para Ledesma, se trata de etapas coherentes con “la vocación de servicio público” que siempre le acompañó.
Dos entrevistas a la pensadora, publicadas en Caras y caretas en 1932 y 1933 , encabezan la edición. 
En ellas, Campoamor habla, entre otras cosas, del papel de la mujer
. Por ejemplo, se refiere a un tema de marcada actualidad, el lenguaje inclusivo, sobre el que defiende para los “cargos, honores o profesiones que la mujer conquista por sí misma” terminaciones comunes con cambios de articulo, como en el/la pianista. 
Eso sí, acaba diciendo sobre el tema:
 “En ningún caso sería esta una cuestión que hubiera de restarme media hora de sueño”.
 Robles destacó ayer este último giro y reivindicó a Campoamor como “luz y guía de los y las feministas”.
 Más en estos tiempos: “Hace que nos olvidemos de las cosas menos esenciales y caminemos todos juntos.
 El hecho de segmentar el feminismo y que haya gente que quiera repartir carnés de feminismo hace un daño enorme”.


Esa etapa madrileña de activismo y política (dentro de la que se enmarcan, aparte de textos periodísticos, los libros El derecho de la mujer, El voto femenino y yo: mi pecado mortal; y La revolución española vista por una republicana, publicado originalmente en francés), contrasta con esa otra más humanista, dedicada a la literatura y la traducción, que vivió la mayor parte del tiempo que pasó exiliada en Buenos Aires.
 Y que está representada en esos textos divulgativos que publicó entre 1943 y 1945 en la revista femenina Chabela, recuperados ahora en Del amor y otras pasiones.
 En ellos la intelectual reflexiona sobre la obra poética de autores como Sor Juana Inés de la Cruz (de quien también publicó una biografía), Quevedo, Góngora, Manuel Machado o Amado Nervo y analiza mitos literarios como el de don Juan —con un acercamiento sorprendentemente benévolo, según Marta Robles— o, con cierta ironía, recursos líricos recurrentes como el de los ojos de la mujer. 
 Dos entrevistas a la pensadora, publicadas en Caras y caretas en 1932 y 1933 , encabezan la edición. En ellas, Campoamor habla, entre otras cosas, del papel de la mujer.
 Por ejemplo, se refiere a un tema de marcada actualidad, el lenguaje inclusivo, sobre el que defiende para los “cargos, honores o profesiones que la mujer conquista por sí misma” terminaciones comunes con cambios de articulo, como en el/la pianista. 
Eso sí, acaba diciendo sobre el tema: “En ningún caso sería esta una cuestión que hubiera de restarme media hora de sueño”.
 Robles destacó ayer este último giro y reivindicó a Campoamor como “luz y guía de los y las feministas”.
 Más en estos tiempos: “Hace que nos olvidemos de las cosas menos esenciales y caminemos todos juntos.
 El hecho de segmentar el feminismo y que haya gente que quiera repartir carnés de feminismo hace un daño enorme”.
Artículo de 1931 en 'Nuevo Mundo'.
Artículo de 1931 en 'Nuevo Mundo'.
Lo cierto es que la madrileña siempre defendió —desde sus ideales feministas, liberales, laicos y republicanos— su propia visión, aunque significase ir contracorriente.
 Como con el voto femenino —que le costó un aislamiento político que relata en El voto femenino y yo: mi pecado mortal— o a la hora de describir los desmanes de algunos grupos republicanos en Madrid tras el alzamiento militar de 1936, que describió en La revolución española vista por una republicana.
 Una obra poco conocida que describe, en “un trabajo serio y honesto”, la revolución que en realidad estalla “cuando las autoridades del Frente Popular deciden armar a las milicias de sus partidos”, escribe Luis Español Bouché, editor y traductor de la obra que acaba de publicar su sexta edición; él mismo la presentó en el Senado el mes pasado. 
Allí volvió a reivindicar a “una mujer independiente y ecléctica” cuyo objetivo siempre fue, asegura en su libro, “la equiparación de los derechos de la mujer con los del hombre, ni más ni menos”.

Una “radiografía emocional”

 Clara Campoamor inició en Argentina en 1938 un exilio en que las circunstancias le empujaron a aparcar su faceta de activista política y abogada.
 Así afloró, explica la investigadora Beatriz Ledesma, “su vocación dormida por la literatura”. 
Una pasión que ha conseguido rescatar del olvido con Del amor y otras pasiones, en el que ha compilado 29 artículos de la intelectual publicados entre 1943 y 1945 en la revista femenina Chabela, una de las numerosas publicaciones que trataban de saciar la creciente voracidad cultural de amplias capas de la sociedad argentina de la época.
De los ensayos, modo de reflexiones y comentarios de texto sobre poesía, Ledesma destaca su deseo de contagiar “una pasión por esos poetas que admiraba”, por lo que iba más allá de la “valoración estrictamente literaria”.
 “Ella habla de sentimientos y, si leemos atentamente, encontraremos una radiografía emocional de Clara Campoamor”, asegura. 
Un repaso sentimental que va desde Juan de Mena, el Marqués de Santillana, Fray Luis de León, Cristóbal de Castillejo, Quevedo, Góngora y Garcilaso hasta Manuel Machado y Amado Nervo, pasando por Espronceda, Zorilla, Bécquer o Bartrina, entre otros.
Aquella vocación literaria —que de paso le ayudaba a sostenerse económicamente— se mostraba también en forma de conferencias y traducciones del francés —por ejemplo, de obras de Victor Hugo y Zola— y la publicación de varias biografías: de Sor Juana Inés de la Cruz, Concepción Arenal y Quevedo. 
También colaboró en programas de radio en espacios en los que habló, entre otras cosas, de mujeres españolas “sobresalientes” como Emilia Pardo Bazán o Rosalía de Castro.




 

17 ene 2019

El forense español que realizó la autopsia de Mario Biondo será investigado

La Audiencia Provincial de Madrid admite la querella presentada por los padres del cámara contra el forense que levantó y examinó el cadáver del primer marido de Raquel Sánchez Silva.

Raquel Sanchez Silva
Raquel Sánchez Silva y Mario Biondo durante un evento en noviembre de 2012. GtresOnline

 El 30 de mayo de 2013 la muerte de Mario Biondo, cámara de televisión y entonces marido de la periodista y presentadora Raquel Sánchez Silva, cambió la vida de sus familiares para siempre.

 El cuerpo sin vida del joven italiano, que entonces tenía 36 años, se encontró en el salón del domicilio que compartía con su esposa que ese día se encontraba ausente.

 La justicia española consideró que se había quitado la vida involuntariamente, se calificó como un caso de suicidio y se dio por cerrado el asunto.

 Así terminó por aceptarlo su esposa y así pareció que lo hacía también su familia cuando acudieron juntos y desolados a su entierro en la ciudad italiana de Palermo.

Poco después, empezó la lucha de los padres de Biondo, Santina D’Alessandro y Pippo Biondo, para demostrar que su hijo no se había suicidado sino que había sido asesinado. 

Raquel Sánchez Silva se apartó de esta teoría y su antigua familia política comenzó una lucha en solitario dirigida siempre a demostrar que su hijo no se suicidó.

 Ahora, cinco años y casi ocho meses después, la Audiencia Provincial de Madrid ha admitido la querella presentada por los padres de Biondo contra el forense que levantó el cadáver y firmó la autopsia de su hijo en Madrid. 

Una demanda que se presentó en mayo de 2018, se desestimó en octubre y contra la que recurrieron los padres del cámara de televisión a una instancia superior hasta que la Audiencia ha ordenado continuar la instrucción y, por tanto, investigar al forense que realizó la primera autopsia de Mario Biondo.

 Los motivos: las diferencias encontradas entre el informe que el forense español firmó en 2013 y el que se elaboró tras la segunda autopsia solicitada por los padres en Italia.

 

Forense Mario Biondo
Los padres y hermanos de Mario Biondo en Sicilia durante la exhumación del cuerpo de su hijo. GtresOnline
La decisión de la Audiencia Provincial abre un nuevo camino para los familiares de Biondo que nunca apoyaron la tesis del suicidio, motivo por el que han peleado judicialmente por reabrir su caso y por el que llegaron a conseguir la exhumación del cadáver de su hijo para realizar una tercera autopsia cuyos resultados se esperan para finales de este mes de enero.
 En estas dos vías están ahora puestas las esperanzas de los Biondo para esclarecer definitivamente las causas de la muerte de su hijo.

Durante todo este tiempo los Biondo han actuado a contracorriente de todas las teorías oficiales y se agarran como un salvavidas a los resultados de una tercera y exhaustiva autopsia realizada en el Instituto Anatómico del Policlínico de Palermo.
 Un trabajo en el que han participado expertos designados por la fiscalía italiana y también un equipo independiente contratado por la propia familia. 
Todo un largo proceso que para los padres de Mario Biondo no tiene otro fin que limpiar la imagen de su hijo y demostrar que fue asesinado, una hipótesis que hasta que se conozcan los resultados de esta tercera autopsia continúa siendo solo eso, teorías y presunciones que esperan datos ciertos para poder pasar a la siguiente fase.
 Santina, la madre de Mario Biondo, lo tiene tan claro como para que en su cuenta de Facebook conste una felicitación de Año Nuevo con el siguiente texto: “Muchas felicidades y feliz año a todos! Nuestro deseo es que por fin el 2019 pueda ser el año de la #JusticiaParaMario #NosotrosLoCreemos #AsesinosCómplicesALaCárcel".

A prisión por agredir con un boli a su abogado tras herir a una enfermera y tres policías

El padre del joven agresor, de 19 años, manifestó que su hijo llevaba “varios días con una actitud hostil y agresiva".

Un coche de Policía Nacional delante de una comisaría en una imagen de archivo.
Un coche de Policía Nacional delante de una comisaría en una imagen de archivo. EP
Una enfermera, tres policías y un abogado. 
Esa es la lista de heridos de distinta consideración que ha dejado tras de sí un joven de 19 años en Jerez de la Frontera, antes de entrar en prisión. Acabó en la comisaría de esa ciudad por pegar a la sanitaria de un hospital. Estando ya detenido, intentó clavarle un bolígrafo en el cuello a su letrado y tuvo que ser reducido por tres agentes que también acabaron heridos.

“Presentaba un enorme grado de violencia y agresividad”, ha explicado la Policía Nacional en Cádiz en una nota de prensa emitida este jueves.
 La cadena de agresiones de este joven natural de Chipiona comenzó el pasado martes 15 de enero en las urgencias del Hospital de Jerez, donde acudió acompañado por su padre.
 El progenitor manifestó que su hijo llevaba “varios días con una actitud hostil y agresiva, además de alucinaciones”, según han explicado fuentes policiales.

Cuando una enfermera iba a tomarle la temperatura, el joven reaccionó con violencia y la agarró por el pelo acercándola hacia él. El agresor propinó a la sanitaria varios puñetazos en la cara y la cabeza.
 Cuando la mujer cayó al suelo, siguió golpeándola hasta que los vigilantes de seguridad del hospital llegaron hasta la cabina médica en la que se estaban produciendo los hechos y consiguieron reducirlo.
El agresor fue evaluado por el equipo de Psiquiatría del hospital, que determinó que no era necesario su internamiento, según puntualizan fuentes policiales.
 Por su parte, el SAS en Cádiz ha explicado que, por protección de datos, tampoco pueden aportar información clínica del paciente.
 El joven acabó detenido en los calabozos de la comisaría de Jerez, acusado de un presunto delito de atentado contra funcionario público en el ejercicio de sus funciones. 
Allí comprobaron que el hombre no tiene antecedentes por hechos delictivos.
Fue en la mañana de este miércoles 16 de enero, durante la custodia policial, cuando el detenido volvió a repetir sus agresiones
. El hombre se encontraba en la oficina de denuncias y atención al ciudadano de la comisaría para realizar el trámite ordinario de toma de declaración y entrevista con su abogado del turno de oficio de lo penal. 
El investigado se negó a declarar para inmediatamente abalanzarse contra el letrado.
 Le agarró por el cuello y trató de clavarle un bolígrafo.
El abogado intentó repeler el ataque con su mano, mientras que los tres policías que estaban en el despacho se lanzaron sobre el agresor para intentar reducirle.
 No fue fácil, ya que el grado de violencia que presentaba el joven hizo necesaria la intervención de más agentes que se encontraban en las instalaciones.
 Finalmente, los policías consiguieron controlar al joven en la misma oficina, no sin antes resultar heridos.

El abogado defensor acabó herido en la espalda y en la mano con la que se defendió.
 Además, tres policías sufren hematomas, contusiones en el rostro y cortes en las extremidades.
 De ellos, uno presenta un esguince de grado dos en su mano izquierda y otro se ha roto uno de los huesos de su extremidad izquierda, según ha precisado la policía.
Además de los cargos que le llevaron a estar detenido, el joven suma ahora delitos de lesiones y atentado contra agentes de la autoridad.
 Eso hizo que acabase de nuevo ingresado en los calabozos de la comisaría. Allí permaneció hasta que fue trasladado “con medidas de seguridad adicionales” hasta los Juzgados de Instrucción de Jerez, donde el juez decretó su ingreso inmediato en prisión comunicada y sin fianza. 
La dirección del hospital ha mostrado su apoyo a su trabajadora y ha activado el protocolo de agresiones del SAS. 
“Repudiamos este desgraciado incidente, el cual fue difícilmente evitable, dado que ocurrió sorpresivamente, en presencia de dos vigilantes de seguridad que gracias a su intervención evitaron que fuera a mayores”, han explicado fuentes del SAS a EL PAÍS. 
La policía en Cádiz ha recordado que el cuerpo cuenta con la figura del Interlocutor Policial Nacional Sanitario.
 En total, hay 56 agentes distribuidos por toda España con esta tarea centrada en coordinar “actuaciones relacionadas con cualquier manifestación de violencia o intimidación al personal sanitario”.

Ante la violencia del joven, la policía envió a varios agentes. 
Estos comprobaron lo ocurrido gracias a las declaraciones de los testigos y de la propia enfermera, que resultó herida en la cabeza, el torso y el cuello, además de sufrir una crisis de ansiedad ante el sorpresivo ataque.
 Por indicación de la víctima, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) en Cádiz ha eludido proporcionar información sobre el estado actual de la profesional.

El abogado defensor acabó herido en la espalda y en la mano con la que se defendió.
 Además, tres policías sufren hematomas, contusiones en el rostro y cortes en las extremidades.
 De ellos, uno presenta un esguince de grado dos en su mano izquierda y otro se ha roto uno de los huesos de su extremidad izquierda, según ha precisado la policía.
Además de los cargos que le llevaron a estar detenido, el joven suma ahora delitos de lesiones y atentado contra agentes de la autoridad.
 Eso hizo que acabase de nuevo ingresado en los calabozos de la comisaría. 
Allí permaneció hasta que fue trasladado “con medidas de seguridad adicionales” hasta los Juzgados de Instrucción de Jerez, donde el juez decretó su ingreso inmediato en prisión comunicada y sin fianza.
 La dirección del hospital ha mostrado su apoyo a su trabajadora y ha activado el protocolo de agresiones del SAS.
 “Repudiamos este desgraciado incidente, el cual fue difícilmente evitable, dado que ocurrió sorpresivamente, en presencia de dos vigilantes de seguridad que gracias a su intervención evitaron que fuera a mayores”, han explicado fuentes del SAS a EL PAÍS. La policía en Cádiz ha recordado que el cuerpo cuenta con la figura del Interlocutor Policial Nacional Sanitario.
 En total, hay 56 agentes distribuidos por toda España con esta tarea centrada en coordinar “actuaciones relacionadas con cualquier manifestación de violencia o intimidación al personal sanitario”.