El padre del joven agresor, de 19 años, manifestó que su hijo llevaba “varios días con una actitud hostil y agresiva".
Una enfermera, tres policías y un abogado.
Esa es la lista de heridos de distinta consideración que ha dejado tras de sí un joven de 19 años en Jerez de la Frontera, antes de entrar en prisión. Acabó en la comisaría de esa ciudad por pegar a la sanitaria de un hospital. Estando ya detenido, intentó clavarle un bolígrafo en el cuello a su letrado y tuvo que ser reducido por tres agentes que también acabaron heridos.
“Presentaba un enorme grado de violencia y agresividad”, ha explicado
la Policía Nacional en Cádiz en una nota de prensa emitida este jueves.
La cadena de agresiones de este joven natural de Chipiona comenzó el pasado martes 15 de enero en las urgencias del Hospital de Jerez, donde acudió acompañado por su padre.
El progenitor manifestó que su hijo llevaba “varios días con una actitud hostil y agresiva, además de alucinaciones”, según han explicado fuentes policiales.
Cuando una enfermera iba a tomarle la temperatura, el joven reaccionó con violencia y la agarró por el pelo acercándola hacia él. El agresor propinó a la sanitaria varios puñetazos en la cara y la cabeza.
Cuando la mujer cayó al suelo, siguió golpeándola hasta que los vigilantes de seguridad del hospital llegaron hasta la cabina médica en la que se estaban produciendo los hechos y consiguieron reducirlo.
El agresor fue evaluado por el equipo de Psiquiatría del hospital, que determinó que no era necesario su internamiento, según puntualizan fuentes policiales.
Por su parte, el SAS en Cádiz ha explicado que, por protección de datos, tampoco pueden aportar información clínica del paciente.
El joven acabó detenido en los calabozos de la comisaría de Jerez, acusado de un presunto delito de atentado contra funcionario público en el ejercicio de sus funciones.
Allí comprobaron que el hombre no tiene antecedentes por hechos delictivos.
Fue en la mañana de este miércoles 16 de enero, durante la custodia policial, cuando el detenido volvió a repetir sus agresiones
. El hombre se encontraba en la oficina de denuncias y atención al ciudadano de la comisaría para realizar el trámite ordinario de toma de declaración y entrevista con su abogado del turno de oficio de lo penal.
El investigado se negó a declarar para inmediatamente abalanzarse contra el letrado.
Le agarró por el cuello y trató de clavarle un bolígrafo.
El abogado intentó repeler el ataque con su mano, mientras que los tres policías que estaban en el despacho se lanzaron sobre el agresor para intentar reducirle.
No fue fácil, ya que el grado de violencia que presentaba el joven hizo necesaria la intervención de más agentes que se encontraban en las instalaciones.
Finalmente, los policías consiguieron controlar al joven en la misma oficina, no sin antes resultar heridos.
El abogado defensor acabó herido en la espalda y en la mano con la que se defendió.
Además, tres policías sufren hematomas, contusiones en el rostro y cortes en las extremidades.
De ellos, uno presenta un esguince de grado dos en su mano izquierda y otro se ha roto uno de los huesos de su extremidad izquierda, según ha precisado la policía.
Además de los cargos que le llevaron a estar detenido, el joven suma ahora delitos de lesiones y atentado contra agentes de la autoridad.
Eso hizo que acabase de nuevo ingresado en los calabozos de la comisaría. Allí permaneció hasta que fue trasladado “con medidas de seguridad adicionales” hasta los Juzgados de Instrucción de Jerez, donde el juez decretó su ingreso inmediato en prisión comunicada y sin fianza.
La dirección del hospital ha mostrado su apoyo a su trabajadora y ha activado el protocolo de agresiones del SAS.
“Repudiamos este desgraciado incidente, el cual fue difícilmente evitable, dado que ocurrió sorpresivamente, en presencia de dos vigilantes de seguridad que gracias a su intervención evitaron que fuera a mayores”, han explicado fuentes del SAS a EL PAÍS.
La policía en Cádiz ha recordado que el cuerpo cuenta con la figura del Interlocutor Policial Nacional Sanitario.
En total, hay 56 agentes distribuidos por toda España con esta tarea centrada en coordinar “actuaciones relacionadas con cualquier manifestación de violencia o intimidación al personal sanitario”.
Ante la violencia del joven, la policía envió a varios agentes.
Estos comprobaron lo ocurrido gracias a las declaraciones de los testigos y de la propia enfermera, que resultó herida en la cabeza, el torso y el cuello, además de sufrir una crisis de ansiedad ante el sorpresivo ataque.
Por indicación de la víctima, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) en Cádiz ha eludido proporcionar información sobre el estado actual de la profesional.
El abogado defensor acabó herido en la espalda y en la mano con la que se defendió.
Además, tres policías sufren hematomas, contusiones en el rostro y cortes en las extremidades.
De ellos, uno presenta un esguince de grado dos en su mano izquierda y otro se ha roto uno de los huesos de su extremidad izquierda, según ha precisado la policía.
Además de los cargos que le llevaron a estar detenido, el joven suma ahora delitos de lesiones y atentado contra agentes de la autoridad.
Eso hizo que acabase de nuevo ingresado en los calabozos de la comisaría.
Allí permaneció hasta que fue trasladado “con medidas de seguridad adicionales” hasta los Juzgados de Instrucción de Jerez, donde el juez decretó su ingreso inmediato en prisión comunicada y sin fianza.
La dirección del hospital ha mostrado su apoyo a su trabajadora y ha activado el protocolo de agresiones del SAS.
“Repudiamos este desgraciado incidente, el cual fue difícilmente evitable, dado que ocurrió sorpresivamente, en presencia de dos vigilantes de seguridad que gracias a su intervención evitaron que fuera a mayores”, han explicado fuentes del SAS a EL PAÍS. La policía en Cádiz ha recordado que el cuerpo cuenta con la figura del Interlocutor Policial Nacional Sanitario.
En total, hay 56 agentes distribuidos por toda España con esta tarea centrada en coordinar “actuaciones relacionadas con cualquier manifestación de violencia o intimidación al personal sanitario”.
Esa es la lista de heridos de distinta consideración que ha dejado tras de sí un joven de 19 años en Jerez de la Frontera, antes de entrar en prisión. Acabó en la comisaría de esa ciudad por pegar a la sanitaria de un hospital. Estando ya detenido, intentó clavarle un bolígrafo en el cuello a su letrado y tuvo que ser reducido por tres agentes que también acabaron heridos.
La cadena de agresiones de este joven natural de Chipiona comenzó el pasado martes 15 de enero en las urgencias del Hospital de Jerez, donde acudió acompañado por su padre.
El progenitor manifestó que su hijo llevaba “varios días con una actitud hostil y agresiva, además de alucinaciones”, según han explicado fuentes policiales.
Cuando una enfermera iba a tomarle la temperatura, el joven reaccionó con violencia y la agarró por el pelo acercándola hacia él. El agresor propinó a la sanitaria varios puñetazos en la cara y la cabeza.
Cuando la mujer cayó al suelo, siguió golpeándola hasta que los vigilantes de seguridad del hospital llegaron hasta la cabina médica en la que se estaban produciendo los hechos y consiguieron reducirlo.
El agresor fue evaluado por el equipo de Psiquiatría del hospital, que determinó que no era necesario su internamiento, según puntualizan fuentes policiales.
Por su parte, el SAS en Cádiz ha explicado que, por protección de datos, tampoco pueden aportar información clínica del paciente.
El joven acabó detenido en los calabozos de la comisaría de Jerez, acusado de un presunto delito de atentado contra funcionario público en el ejercicio de sus funciones.
Allí comprobaron que el hombre no tiene antecedentes por hechos delictivos.
Fue en la mañana de este miércoles 16 de enero, durante la custodia policial, cuando el detenido volvió a repetir sus agresiones
. El hombre se encontraba en la oficina de denuncias y atención al ciudadano de la comisaría para realizar el trámite ordinario de toma de declaración y entrevista con su abogado del turno de oficio de lo penal.
El investigado se negó a declarar para inmediatamente abalanzarse contra el letrado.
Le agarró por el cuello y trató de clavarle un bolígrafo.
El abogado intentó repeler el ataque con su mano, mientras que los tres policías que estaban en el despacho se lanzaron sobre el agresor para intentar reducirle.
No fue fácil, ya que el grado de violencia que presentaba el joven hizo necesaria la intervención de más agentes que se encontraban en las instalaciones.
Finalmente, los policías consiguieron controlar al joven en la misma oficina, no sin antes resultar heridos.
El abogado defensor acabó herido en la espalda y en la mano con la que se defendió.
Además, tres policías sufren hematomas, contusiones en el rostro y cortes en las extremidades.
De ellos, uno presenta un esguince de grado dos en su mano izquierda y otro se ha roto uno de los huesos de su extremidad izquierda, según ha precisado la policía.
Además de los cargos que le llevaron a estar detenido, el joven suma ahora delitos de lesiones y atentado contra agentes de la autoridad.
Eso hizo que acabase de nuevo ingresado en los calabozos de la comisaría. Allí permaneció hasta que fue trasladado “con medidas de seguridad adicionales” hasta los Juzgados de Instrucción de Jerez, donde el juez decretó su ingreso inmediato en prisión comunicada y sin fianza.
La dirección del hospital ha mostrado su apoyo a su trabajadora y ha activado el protocolo de agresiones del SAS.
“Repudiamos este desgraciado incidente, el cual fue difícilmente evitable, dado que ocurrió sorpresivamente, en presencia de dos vigilantes de seguridad que gracias a su intervención evitaron que fuera a mayores”, han explicado fuentes del SAS a EL PAÍS.
La policía en Cádiz ha recordado que el cuerpo cuenta con la figura del Interlocutor Policial Nacional Sanitario.
En total, hay 56 agentes distribuidos por toda España con esta tarea centrada en coordinar “actuaciones relacionadas con cualquier manifestación de violencia o intimidación al personal sanitario”.
Ante la violencia del joven, la policía envió a varios agentes.
Estos comprobaron lo ocurrido gracias a las declaraciones de los testigos y de la propia enfermera, que resultó herida en la cabeza, el torso y el cuello, además de sufrir una crisis de ansiedad ante el sorpresivo ataque.
Por indicación de la víctima, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) en Cádiz ha eludido proporcionar información sobre el estado actual de la profesional.
El abogado defensor acabó herido en la espalda y en la mano con la que se defendió.
Además, tres policías sufren hematomas, contusiones en el rostro y cortes en las extremidades.
De ellos, uno presenta un esguince de grado dos en su mano izquierda y otro se ha roto uno de los huesos de su extremidad izquierda, según ha precisado la policía.
Además de los cargos que le llevaron a estar detenido, el joven suma ahora delitos de lesiones y atentado contra agentes de la autoridad.
Eso hizo que acabase de nuevo ingresado en los calabozos de la comisaría.
Allí permaneció hasta que fue trasladado “con medidas de seguridad adicionales” hasta los Juzgados de Instrucción de Jerez, donde el juez decretó su ingreso inmediato en prisión comunicada y sin fianza.
La dirección del hospital ha mostrado su apoyo a su trabajadora y ha activado el protocolo de agresiones del SAS.
“Repudiamos este desgraciado incidente, el cual fue difícilmente evitable, dado que ocurrió sorpresivamente, en presencia de dos vigilantes de seguridad que gracias a su intervención evitaron que fuera a mayores”, han explicado fuentes del SAS a EL PAÍS. La policía en Cádiz ha recordado que el cuerpo cuenta con la figura del Interlocutor Policial Nacional Sanitario.
En total, hay 56 agentes distribuidos por toda España con esta tarea centrada en coordinar “actuaciones relacionadas con cualquier manifestación de violencia o intimidación al personal sanitario”.
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