Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

9 ene 2019

Francisco Rivera y Lourdes Montes, padres de un niño

El diestro y la diseñadora dan la bienvenida a su segundo hijo en común, primer varón de la familia, que recibe el nombre de su progenitor. El matrimonio ya tenía una hija.

Francisco Rivera y Lourdes Montes, el pasado 29 de diciembre.
Francisco Rivera y Lourdes Montes, el pasado 29 de diciembre. GTRES

 

Francisco Rivera Ordóñez y Lourdes Montes han sido padres de un niño, el segundo de su hijos en común.
 El matrimonio ya tenía una niña, Carmen, nacida el 19 de agosto de 2015.
 El torero, además, es padre de Cayetana, de 19 años, fruto de su relación con Eugenia Martínez de Irujo.
Ha sido el propio Rivera Ordóñez quien ha anunciado que el bebé estaba a punto de nacer al publicar en sus redes sociales una foto suya vestido de verde a las puertas del quirófano. 
"Ya mismo vamos a ser uno más... #cerqui de quirófano", ha escrito mostrando su emoción ante este momento tan importante.
 Rivera ha explicado en los últimos meses que este ha sido un hijo "muy buscado", y que llevaban dos años intentando tenerlo. Siguiendo la tradición familiar, le han puesto el nombre de Francisco, aunque piensan llamarle Curro.
 Francisco Rivera y Lourdes Montes comenzaron su relación en 2011 y dos años después se casaban.
 En junio anunciaron que iban a ser padres por segunda vez en una exclusiva en la revista ¡Hola!. 
Tal y como explicó el hijo de Carmina Ordóñez y Francisco Rivera Paquirri en la publicación, la buena nueva se la comunicó su hija Carmen. 
 "Papá, va a venir la cigüeña', me dijo", explica Rivera Ordóñez que le dijo su hija. 
Además, Rivera habló en Espejo Público, programa en el que colabora, y aseguró que quien no estaba nada contenta era Carmen. "No quiere ni oír hablar: 
'No quiero ningún bebé, ya tengo a Cayetano.
 Lo voy a encerrar, papi'. Está muy celosa",explicó entre risas el torero, haciendo referencia al hijo de su hermano Cayetano Rivera y la presentadora Eva González, nacido el pasado marzo.
 Rivera Ordóñez lleva dos años retirado de los toros aunque sigue vinculado a la fiesta como empresario.
 Lourdes Montes, abogada de formación, está centrada en su trabajo como diseñadora.

Las muchachas radiactivas................................ Lucía Lijtmaer

Kate Moore reconstruye en ‘Las chicas del radio’ la tragedia de las mujeres que hace un siglo murieron por trabajar con el elemento tóxico en la fabricación de relojes fluorescentes.

Una trabajadora emplea pintura luminosa en una fábrica de relojes en 1932.
Una trabajadora emplea pintura luminosa en una fábrica de relojes en 1932.
Cuando Catherine Wolfe Donohue llegó al almacén de la Radium Dial Company, en Illinois, a finales de la Primera Guerra Mundial, no podía ser más feliz. 
Para una obrera joven, de apenas 18 años, no había mejor trabajo que pintar esferas en los relojes de la compañía.
 Se trataba de una labor muy puntillosa, que requería precisión y buen pulso, pero se pagaba bien, a tanto por esfera pintada. 
Y lo mejor: le permitía trabajar con radio, el nuevo elemento de moda.
 Solo había que impregnar el pincel en la pintura, mojarse los labios en él, como aconsejaban los jefes, y ponerse a trabajar.
El radio era por entonces el símbolo de la sofisticación y el buen gusto, sinónimo del lujo y del progreso.
 A todo se le añadía: a los aparatos de radio, a la mantequilla, ¡incluso al agua! 
Se trataba como un tonificante milagroso. 
Por su novedad, se le conferían propiedades casi mágicas. 
Las chicas que entraban a trabajar en empresas de pinturas que contenían radio adquirían una sofisticación que no era solamente simbólico: al estar en contacto con las partículas de radio, su piel, su pelo y su ropa brillaban, como luciérnagas fosforescentes en la oscuridad.
 Así las llamaban: las muchachas luminosas.
 Tan solo veinte años más tarde, serían conocidas como el Escuadrón de las muertas vivientes
. Los centenares de mujeres que trabajaron para estas compañías, caían, envenenadas, con tumores y dolores terribles, primero en la boca y más tarde en los huesos, una tras otra. 
Todas murieron. También Wolfe Donohue.
Esta es la historia que cuenta la periodista Kate Moore en Las chicas del radio (Capitán Swing), en la estela de publicaciones que pretenden dar a conocer la importante labor que desarrollaron muchas mujeres en la historia de la ciencia, y que es apenas conocida.
Pero no solo es un libro científico. 
Es notable la investigación histórica que arroja algo de luz a cómo la experimentación con nuevos materiales se ha cobrado infinidad de vidas.
 En este caso, la ingenua y persistente idea del progreso científico como noción positivista, aplastante y sin fisuras se pone en tela de juicio a lo largo de los años treinta, cuando los investigadores comienzan a entender que el radio no es la piedra filosofal, sino un elemento altamente tóxico, que penetraba en los huesos de estas mujeres como el calcio. 
Sus huesos, repletos de este elemento, emitían radiación desde su interior.
Las chicas del radio también pone de relieve la acción colectiva que desarrollaron estas mujeres cuando se dieron cuenta de que algo no iba bien, y que nadie se quería hacer responsable de sus ya seguras muertes.
 Las muertas vivientes, en realidad mujeres aún jóvenes y moribundas, se asociaron para demostrar que había algo que las estaba matando y que sin duda tenía que ver con su contacto directo con el radio.
El libro describe las malas praxis laborales a las que fueron obligadas y que demuestran la falta de protección de las obreras: a ellas se les sometía a contacto directo con el elemento, pero los técnicos de laboratorio de las mismas empresas sí tomaban precauciones para protegerse. 
También incide en la tenacidad de ellas: las que quedaban vivas en 1938 demandaron a las dos compañías responsables de su contratación —Radium Dial Company y United States Radium Corporation— y, tras larguísimos y degradantes procesos judiciales, ganaron la batalla. 
Pese a todo, la mayoría fueron repudiadas por sus comunidades. Hasta finales de los sesenta, descubrió Moore, muchos de sus compañeros de las fábricas seguían manteniendo que mentían y que murieron por sífilis.

Moore realiza un excelente trabajo de investigación que mezcla las historias personales de una gran cantidad de mujeres con el conocimiento científico y médico.
 Y traza la huella del radio y la importancia de la demanda de esas desconocidas chicas del radio para los derechos de los trabajadores. Poco tiempo más tarde, en el conocidísimo Proyecto Manhattan, que trabajaría con plutonio para desarrollar las primeras armas nucleares en la Segunda Guerra Mundial, los científicos extremarían las precauciones.


 

¿Puede destruir nuestra galaxia el agujero negro que hay en su centro?

Todo lo que hay alrededor de la zona supermasiva en el medio de nuestra galaxia gira en equilibrio.

Esta imagen muestra el centro de nuestra galaxia. El agujero negro es conocido como Sagittarius A* o Sgr A*.

Esta imagen muestra el centro de nuestra galaxia. El agujero negro es conocido como Sagittarius A* o Sgr A*. 

 

 

Pues no. Pero habrá que explicarlo. 
Hace unos 20 años se empezaron a detectar concentraciones de masa muy, muy, muy alta en el centro de las galaxias grandes, como la nuestra o mayores.
 La Vía Láctea es una galaxia espiral, eso quiere decir que su estructura es plana y tiene la parte central un poco más abombada. Cuando les explico a los peques esto les digo que es como si fuera un huevo frito que la yema es la parte que se llama el bulbo y el disco de la galaxia es la clara blanca.
 Y toda esa estructura gira en torno al centro.
 Para saber cuánta masa hay en el centro solo tenemos que medir la velocidad a la que giran las estrellas o el gas que hay alrededor de ese centro.
Y lo que vemos es que hay una concentración de masa muy grande en un espacio muy pequeño. 
Ese tipo de masa solo puede ser un agujero negro supermasivo.
 Los agujeros negros que conocemos pueden ser de dos tallas: los estelares, que nacen de la muerte de estrellas muy masivas, que tienen como mucho una decena o algunas decenas de veces la masa del Sol. 
 Y luego están los supermasivos, y aquí el “súper” es de verdad súper, porque tienen millones de veces la masa del Sol.
 Eso que veíamos que ocurría en el centro de las galaxias era muy difícil de explicar excepto si imaginábamos que ahí había un agujero negro supermasivo. 
Pero como esas galaxias están lejos de nosotros, no teníamos precisión en la medida espacial para saber si la zona era lo suficientemente pequeña como para que la única explicación fuera la existencia de un agujero negro de ese tipo.
Para resolver ese dilema lo que hemos hecho es acudir al centro de galaxia que tenemos más cercano, el de la nuestra.
 El problema del agujero negro del centro de nuestra galaxia es que, como nosotros estamos en la parte de fuera de la Vía Láctea, lo vemos muy oscurecido porque hay una cantidad enorme de polvo que nos impide mirarlo en la longitud de onda visible, así que tenemos que usar el espectro infrarrojo porque la luz infrarroja atraviesa mejor el polvo. 
Observando en el infrarrojo se han hecho estudios para medir directamente cómo cambia la posición de estrellas en la parte central de la galaxia. 
Lo que se ha visto en una investigación que ha durado una decena de años es que, primero, se trata de un lugar en el que no hay ninguna estrella, nada que emita luz.
 Una explicación compatible con lo que se observaba al medir las órbitas individuales de las estrellas que hay alrededor de esa área es que en el centro estuviera todo girando alrededor de una zona oscura. 
Y lo único que explica esto es que en ese lugar haya algo con cuatro millones de veces la masa del Sol.
 Esa es una de las pruebas más claras de que en el centro de las galaxias hay agujeros negros supermasivos. 
También hay que saber que este no es de los más “súper”, porque los hay que son de miles de millones de veces la masa del Sol. 

Recreación de una pareja de agujeros negros a punto de fusionarsern
Recreación de una pareja de agujeros negros a punto de fusionarse
El tamaño de los agujeros negros supermasivos depende de lo gorda que sea la masa central de la galaxia: cuanto más masiva sea la parte central de la galaxia, más masivo es el agujero negro.
 Para hacerse una idea de la relación de tamaños conviene saber que esa zona en la que creemos que hay un agujero negro tiene minutos de años luz de tamaño o incluso menos y el centro de las galaxias en las que está tienen cientos o cientos de miles de años luz.
La respuesta a la pregunta es no, porque todo lo que hay alrededor del agujero negro supermasivo del centro de nuestra galaxia está girando en equilibrio.
 Es muy difícil que la materia que orbita alrededor y a cierta distancia del núcleo pierda su momento angular, es decir, su capacidad de rotar, y cambie su trayectoria para dirigirse hacia el agujero negro.
 Para que eso ocurriera debería haber algún mecanismo que provocara su desestabilización
Los agujeros negros, incluso los supermasivos, tienen un radio de influencia y más allá de ese radio no afectan a los objetos que están ahí.
 Solo a partir de cierta distancia ocurre que la materia se va hacia el agujero negro. Los agujeros negros se tragan solo hasta, como si dijéramos, donde les llega el brazo. 
Isabel Márquez es doctora en astrofísica e investigadora del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC).
Pregunta realizada vía email por las alumnas y alumnos de 4º de la ESO del IES As Barxas de Moaña (Pontevedra).
Nosotras respondemos es un consultorio científico semanal, patrocinado por la Fundación Dr. Antoni Esteve, que contesta a las dudas de los lectores sobre ciencia y tecnología. 
Son científicas y tecnólogas, socias de AMIT (Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas), las que responden a esas dudas.
 Envía tus preguntas a nosotrasrespondemos@gmail.com o por Twitter #nosotrasrespondemos.
Coordinación y redacción: Victoria Toro

 

Terelu Campos habla de su cáncer: “He vivido un calvario que aún no ha terminado”

La periodista explica por primera vez el proceso de la doble mastectomía a la que se ha sometido y la posterior operación que sufrió por complicaciones.

Terelu Campos cancer
La periodista Terelu Campos. GTRES

 

Terelu Campos ha roto su silencio tres meses después de someterse a una doble mastectomía y a una posterior operación por complicaciones en la cirugía primera. 
La periodista ha hablado vía exclusiva en la revista Lecturas y en una entrevista realizada por su amiga Mila Ximénez.
 "He vivido un calvario que aún no ha terminado", ha confesado Campos.
 "Me dijeron que esto era durísimo, no voy a olvidarlo en mi vida. ¡Me he sentido tan inválida, tan impotente..."
"Nunca he llorado tanto como en estos meses", prosigue. 
"Ha habido un problema de cicatrización en la espalda de donde me sacaron los músculos para reconstruirme los pechos. 
Me ha costado mirarme porque era una monstruosidad. 
Mi madre ha venido a todas las curas pero nunca he dejado que pasase a verme. Si me llega a ver el pecho así, no duerme el resto de su vida". 
Sobre cómo ha sido su vida estos meses ha confesado: "He echado de menos ser yo.
 Me gusta relacionarme y no he querido coger el teléfono. No podía ir uno a uno contando mi pena".
 Campos ya piensa en el futuro. "Sueño con volver al trabajo, eso significaría que m vida está en orden. 
Sueño con que mi madre vuelva a trabajar.
 Le da vida. La inactividad la sume en un aburrimiento supino".(Podría limpiar los pasillos de Mediaset y anuncie un producto fabuloso para brillar el suelo, verá que no se aburre.)

Terelu Campos, con su madre María Teresa Campos.
Terelu Campos, con su madre María Teresa Campos. GTRESONLINE
Terelu Campos se ha sometido a tres operaciones en apenas cuatro meses aunque fue hace 5 cuando tuvo por primera vez cáncer. 
A principios del mes de julio, Campos daba a conocer que había aparecido un nuevo tumor en la mama izquierda, lo que la obligaba a pasar rápidamente por el quirófano; de hecho, se operó pocos días después de conocer la noticia y días después abandonaba el hospital para pasar el verano en reposo y en familia.
 En agosto, sin embargo, anunciaba su decisión de realizarse una doble mastectomía y una posterior reconstrucción y así evitar nuevas apariciones de futuros tumores.
En octubre Campos confesaba:
 "Me da miedo el quirófano. Son tantas horas de operación... pero para mí era importante que se hiciera todo en la misma intervención". 
Muchas mujeres primero se extirpan las mamas y luego se hacen la reconstrucción pero ello lo descartó: 
"Psicológicamente, yo no podía. Me parecía complicado porque soy una persona pública y el hecho de sentirme muy observada me agobiaba".
 Los médicos han optado por usar grasa de su cuerpo para crear un nuevo pecho.
 Tras la operación confesó que se sentía "como si me hubieran pasado dos AVE por encima". 
Ya añadió: "Todo lo que quitan lo analizan" explica la presentadora que analiza que tendrá que seguir cinco años más con el tratamiento de pastillas: 
"Eso es inamovible". "El oncólogo dice que me pueden evitar una metástasis y ante eso no hay duda. 
Esta operación no ha sido por evitarme la quimioterapia"..
Todo indica que Terelu Campos irá al plató de Sálvame para hablar de su calvario en otra exclusiva.
 La periodista ha hablado del programa en el que colabora. " He visto Sálvame de una manera diferente.
 No nos damos cuenta de que estamos en una espiral un poco destructiva. 
Hablamos sin ningún cariño ni empatía hacia nadie y eso me ha tocado mucho".