Un Blues

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7 ene 2019

El choteo de los Globos de Oro impulsa el Oscar para ‘Roma’



La broma de considerar a 'Bohemian Rhapsody' como el mejor drama subraya, más allá de la extraña elección, que la película de Cuarón es el filme del año.

Alfonso Cuarón posa con sus dos Globos de Oro.

Los Globos de Oro  nunca fueron un termómetro de nada, más allá de los gustos de un puñado de votantes (en esta edición han sido 88) influidos por los privilegios que reciben el resto del año por parte de los estudios de Hollywood. 
Así que el triunfo en la 76ª edición de Bohemian Rhapsody, de Bryan Singer –nombre que no se escuchó durante la ceremonia–, un filme laudatorio sobre una figura fascinante, el líder de The Queen Freddie Mercury, que en pantalla ha quedado limado, sin casi aristas, no deja de ser un chiste. 
Y poco más.
 La película ha funcionado muy bien en taquilla en todo el mundo por encima de lo esperado, desde luego, con 750 millones de euros pero poco más.
Sacha Baron Cohen estuvo mucho tiempo luchando por llevar a Mercury a la pantalla, y abandonó el esfuerzo cuando se percató de que solo le dejarían protagonizar una versión edulcorada del músico. 
De su director, Bryan Singer, poco se sabe: en Bohemian Rhapsody no hay ni rastro en pantalla de la fuerza narrativa de Verano de corrupción o Sospechosos habituales, y fue apartado del rodaje poco antes de su final ante las acusaciones de relaciones sexuales con menores.
 En los Globos de Oro nadie lo ha recordado.
 Si se hubiera mantenido la iniciativa del Oscar a película más popular, a Black Panther le habría salido un duro contrincante.
 En cuanto a su protagonista, Rami Malek, efectivamente, da el pego como Mercury.
 Pero eso es una imitación, no una interpretación.
Para muestra de su poca relevancia, el año pasado, cuando Guillermo del Toro solo ganó el Globo a la mejor dirección.
 Y al final de la temporada de premios la ganadora fue su La forma del agua. 
El camino de Roma parece expedito hacia un triunfo jamás antes obtenido: el de ganar en los Oscar el doblete película y película de habla extranjera en los Oscar. 
Si no fuera por...

Si no fuera por Green Book.
  Otra de las locuras de los Globos de Oro es que las productoras deciden en qué categoría presentar las películas: en drama estaban Bohemian Rhapsody y Ha nacido una estrella (que se ha llevado el gran zasca de la noche, dejando a Lady Gaga con un único premio, el de mejor canción, y dándole, en detrimento de la cantante, a Glenn Close el de mejor actriz por la plana y fallida La buena esposa).
Las votaciones a las candidaturas de los Oscar empiezan hoy y se cierran el lunes que viene, así que Ha nacido una estrella ha salido muy mal parada de la noche en el hotel The Beverly Hilton.
 En la categoría de comedia o musical encontraron su refugio una película amable, El vicio del poder, y un fascinante filme histórico irreverente, La favorita, del griego Giorgos Lanthimos.
 Ambos han obtenido premio para sus protagonistas, claramente destacados en la carrera a los Oscar: Christian Bale (enorme su discurso, con citas a Satán, que parecía alterado por la bebida que había desaparecido de las botellas de su mesa) y Olivia Colman. Queda Green Book, con su mensaje de paz y de unión entre etnias en Estados Unidos.
 Si el afroamericano Spike Lee señala a los blancos y les espeta lo racistas que han sido y que aún pueden ser con Infiltrado en el KKKlan, Peter Farrelly apuesta por un clima de entendimiento y de concordia ante males mayores (¿Trump?).
 Los blancos también pueden ser benévolos en estos tiempos de enfrentamientos interraciales.

 Green Book no supera la categoría de buena película que alberga un trabajo reseñable, el de Viggo Mortensen.
 Y otro año habría sido un digno título acompañante a los triunfadores de la temporada. 
Ahora tiene más posibilidades si los votantes no se rinden ante la evidencia: Roma, de Alfonso Cuarón, destaca en este pelotón.
 Se ha llevado los galardones a mejor dirección y película extranjera (al no ser en inglés no podía entrar en drama). 
El cineasta mexicano está en disposición de conseguir uno de los pocos récords que quedan inmaculados en los Oscar: el de ganar a la vez en película y película de habla extranjera.
 Ha habido filmes que han triunfado en la segunda categoría y a la vez eran candidatos a la primera (Z, La vida es bella, Amor). 
 Sin embargo, nadie ha obtenido el doblete. Por falta de contrincantes y por méritos propios, Roma ganará.
 Solo falta que los académicos de Hollywood se fijen en eso y no en que sea en español y mixteco o que la produzca una plataforma digital.
 ¿Y si Cuarón levanta cinco estatuillas: película, dirección, guion, fotografía y película de habla extranjera? 
Desde el Nuevo Hollywood con Coppola, Scorsese o Friedkin, ninguna generación había marcado a toda la industria como ocurre hoy en día con los tres amigos mexicanos: Cuarón, Del Toro y González Iñárritu.
 Vuelta final a los Globos de Oro.
 El resumen lo hizo Bill Murray, quien aseguró desde el escenario que lo mejor de esa gala era... y señaló una gigantesca copa dorada de champán Moët & Chandon. Suerte para él. 
Al otro lado de los televisores, nadie podía disfrutar de las burbujas y sí atragantarse con una ceremonia aburrida e incoherente.

 

 

Los odiosos ocho, de Quentin ............Enrio Morricone

Los odiosos ocho, de QuentinTarantino YOUTUBE

Ennio Morricone, el hombre de las 500 bandas sonoras, cuelga la batuta

Poseedor de un Oscar, ha puesto música a películas de Brian De Palma, Oliver Stone, Warren Beatty o Terrence Malick, pero nunca aprendió inglés ni se mudó a Hollywod.

El músico Ennio Morricone, en la presentación de un evento en Roma por su 90º cumpleaños.
El músico Ennio Morricone, en la presentación de un evento en Roma por su 90º cumpleaños. CORDON PRESS

Para Ennio Morricone, el maestro de las bandas sonoras, la música lo es todo. A ella le ha dedicado casi por completo las nueve décadas de vida que cumplió en noviembre pasado. Mucho más tiempo que a su familia. Hijo del trompetista Mario Morricone, su padre se dio cuenta temprano de su talento. A los seis años ya estaba componiendo y a los 12 ingresó en el conservatorio. Morricone también ha pasado más años escribiendo hasta la última nota de las más de 500 bandas sonoras que ha compuesto que con su esposa, María Travia, con quien se casó en 1956. Por eso siempre la dedica todos los premios que recibe, incluido el Oscar de Honor o el que consiguió por la música de Los odiosos ocho, de Quentin Tarantino, porque como dice el compositor italiano sabe que no le puso fácil la convivencia todas estas décadas.
Incluso ahora, llegada de sobra la hora de la jubilación y cuando Morricone dice que no piensa componer más, le es imposible separarse de la música. Le sigue gustando tanto que a sus 90 años se ha embarcado en un viaje de despedida que le llevará de Rusia a Alemania además de Polonia, la República Checa y, por supuesto, su amada Roma. Las cancelaciones se suceden, como le ha ocurrido a lo largo de su carrera a ese eterno gruñón. Alérgico a la fama, recibe los aplausos más como un mal menor, esperando impaciente a que se acaben, que encumbrado en la gloria. Pero el placer se le nota con cada acorde, compuesto como dice para ser entendido por aquellos que le escuchan. “Esa es mi firma, mi meta, mi principal deseo”, declaró en una ocasión a este periódico durante una entrevista.
Ennio Morricone con su Oscar por 'Los odiosos ocho', el 28 de febrero de 2016.

 

Ennio Morricone con su Oscar por 'Los odiosos ocho', el 28 de febrero de 2016. CORDON PRESS
Al igual que la fama, Morricone también suele esquivar a la prensa. 
No le falta razón, como demuestra ese último encontronazo en el que sus palabras fueron tergiversadas en la revista Playboy haciéndole decir que Quentin Tarantino era un cretino.
 Morricone negó haber hecho tales afirmaciones y la revista tuvo que retractarse.
Todo lo áspero que pueda ser de trato, defensor de su libertad creativa y ensimismado en su música más que en el mundo que le rodea, el compositor siempre es bien recordado.
 Sergio Leone, para el que compuso temas tan inolvidables como revolucionarios en El bueno, el feo y el malo, Por un puñado de dólares o Erase una vez América, le describió como el perfecto matrimonio “como los católicos solían estar casados antes de las leyes del divorcio”.
 Y realizador Giuseppe Tornatore, otro de sus más frecuentes colaboradores con el que aceptó hacer un documental sobre su vida y carrera, le describió no solo como un gran compositor de música de películas sino “como un gran compositor. Punto”. 
Sin falsa modestia, a Morricone le gusta que le llamen “maestro”. 
Y si hay un elogio que acepta es precisamente el que se reconozca toda su obra. 
Además del medio millar de bandas sonoras, el músico también ha compuesto más de un centenar de piezas clásicas.
 Por eso suele recordar a Bach, Vivaldi o Mozart como sus ídolos, además de a Goffredo Petrassi, su maestro, al que le gusta dedicar su trabajo.
 Morricone también trabajó durante años en el campo de la música popular para Mario Lanza, Rita Pavone, Paul Anka, Mireille Mathieu o Demis Roussos, entre otros.
 Había que alimentar a una extensa familia con cuatro hijos de los que uno se dedica también a la música.
 El “maestro” asegura que fueron precisamente estos trabajos los que le dieron a su preparación clásica ese toque popular que acerca su música al público.
 “Cada vez que compongo siento una gran responsabilidad porque quiero probar algo completamente original y a la vez que sea entendido”, añadió al diario hace unos años.
Ennio Morricone, junto a su esposa, recibe una estrella en el Paseo de la Fama de mano de Quentin Tarantino. 
Ennio Morricone, junto a su esposa, recibe una estrella en el Paseo de la Fama de mano de Quentin Tarantino. CORDON PRESS
Los hay que se sorprenden al saber que en el estudio de Morricone nunca hubo un piano. 
No lo necesitó ya que, como dice, “escucha” en su cabeza la música que compone. 
También asombra que uno de los compositores más conocidos de la industria del cine nunca se mudó a Hollywood, incluso cuando le ofrecían casa puesta.
 Ni tan siquiera se molestó en aprender inglés. No lo necesitó para trabajar con directores como John Carpenter, Brian De Palma, Barry Levinson, Oliver Stone, Warren Beatty, Terrence Malick o Roland Joffé.
Quizá esta distancia le costó el Oscar a trabajos como Días de cielo, La misión, Los intocables de Eliot Ness o Bugsy, películas por las que fue candidato sin éxito hasta conseguir la estatuilla por Los odiosos ocho a los 87 años, el ganador de más veterano en la historia de los premios. De nuevo, nunca pareció importarle.
 Prefirió “la felicidad y el disfrute” que siempre le proporcionó su música, esa que como dijo al diario tiene vida propia más allá de las películas para la que fue compuesta. 
Y también le queda la palabra, a juzgar por la publicación el próximo año de su autobiografía titulada con propiedad In My Own Words, En mis propias palabras. 
 
 

Del vestido negro al lazo negro: la discreta reivindicación de la alfombra roja de los Globos de Oro

Los premios no olvidan las reivindicaciones feministas, aunque cambian los trajes oscuros de 2018 por llevar grandes lazos colgados o en los bolsos.

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La actriz Amber Heard, con un lazo negro en la muñeca en los Globos de Oro de 2019. WireImage