Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

30 dic 2018

¿Evitar a las mujeres a toda costa?.............. ...... Javier Marías

La idea de que las mujeres han de ser creídas en todo caso se ha extendido lo bastante como para que muchos varones prefieran no correr el mínimo riesgo.
TOMAMOS INICIATIVAS con gran alegría y con prisas, olvidando que nadie es capaz de prever lo que provocarán a la larga o a la media.
 No pocas veces medidas “menores” y frívolas, o autocomplacientes, han desembocado en guerras al cabo de no mucho tiempo.
 Los impulsores de las medidas nunca se lo habrían imaginado, y desde luego se declararán inocentes de la catástrofe, negarán haber tenido parte en ella. Y sin embargo habrán sido sus principales artífices.
Sin llegar, espero, a estas tragedias, el alabado movimiento MeToo y sus imitaciones planetarias están cosechando algunos efectos contraproducentes, al cabo de tan sólo un año de prisas y gran alegría. 
Había una base justa en la denuncia de prácticas aprovechadas, chantajistas y abusivas por parte de numerosos varones, no sólo en Hollywood sino en todos los ámbitos.
 Ponerles freno era obligado.
 Las cosas, sin embargo, se han exagerado tanto que empiezan a producirse, por su culpa, situaciones nefastas para las propias mujeres a las que se pretendía defender y proteger. 
El feminismo clásico (el de las llamadas “tres primeras olas”) buscaba sobre todo la equiparación de la mujer con el hombre en todos los aspectos de la vida. 
Que aquélla gozara de las mismas oportunidades, que percibiera igual salario, que no fuera mirada por encima del hombro ni con paternalismo, que no se considerara un agravio estar a sus órdenes. Que el sexo de las personas, en suma, fuera algo indiferente, y que no supusieran “noticia” los logros o los cargos alcanzados por una mujer; que se vieran tan naturales como los de los varones
. Leo que según informes de Bloomberg, de la Fawcett Society y del PEW Research Center, dedicado a estudiar problemas, actitudes y tendencias en los Estados Unidos y en el mundo, se ha establecido en Wall Street una regla tácita que consiste en “evitar a las mujeres a toda costa”.
 Lo cual se traduce en posturas tan disparatadas como no ir a almorzar (a cenar aún menos) con compañeras; no sentarse a su lado en el avión en un viaje de trabajo; 
si se ha de pernoctar, procurar alojarse en un piso del hotel distinto; evitar reuniones a solas con una colega.
 Y, lo más grave y pernicioso, pensárselo dos o tres veces antes de contratar a una mujer, y evaluar los riesgos implícitos en decisión semejante.
 El motivo es el temor a poder ser denunciados por ellas; a ser considerados culpables tan sólo por eso, o como mínimo “manchados”, bajo sospecha permanente, o despedidos por las buenas.
 La idea de que las mujeres no mienten, y han de ser creídas en todo caso (como hace poco sostuvo entre nosotros la autoritaria y simplona Vicepresidenta Calvo), se ha extendido lo bastante como para que muchos varones prefieran no correr el más mínimo riesgo. La absurda solución: no tratar con mujeres en absoluto, por si acaso.
 Ni contratarlas.
 Ni convertirse en “mentores” suyos cuando son principiantes en un territorio tan difícil y competitivo como Wall Street. 
En las Universidades ocurre otro tanto: si hace ya treinta años un profesor reunido con una alumna dejaba siempre abierta la puerta del despacho, ahora hace lo mismo si quien lo visita es una colega. Los hay que rechazan dirigirles tesis a estudiantes femeninas, por si las moscas. 
 En los Estados Unidos ya hay colleges que imitan al islamismo: está prohibido todo contacto físico, incluido estrecharse la mano. Como en Arabia Saudita y en el Daesh siniestro, sólo que allí, que yo sepa, ese contacto está sólo vedado entre personas de distinto sexo, no entre todo bicho viviente. 
Parece una reacción exagerada, pero hasta cierto punto comprensible si, como señaló la americana Roiphe en un artículo de hace meses, se denuncia como agresión o acoso pedirle el teléfono a una mujer, sentarse un poco cerca de ella durante un trayecto en taxi, invitarla a almorzar, o apoyar un dedo o dos en su cintura mientras se les hace una foto a ambos.
 No es del todo raro que, ante tales naderías elevadas a la condición de “hostigamiento sexual” o “conducta impropia” o “machista”, haya individuos decididos a abstenerse de todo trato con el sexo opuesto, ya que uno nunca sabe si está en compañía de alguien razonable, o quisquilloso y con susceptibilidad extrema. 
El resultado de esta tendencia varonil, como señalaban los mencionados informes, es probablemente el más indeseado por las verdaderas feministas, y llevaría aparejado un nuevo tipo de discriminación sexual. 
 Se dejaría de trabajar con mujeres, de asesorarlas y aun de contratarlas no por juzgarlas inferiores ni menos capacitadas, sino potencialmente problemáticas y dañinas para las propias carrera y empleo.
 Si continuara y se extendiera esta percepción, acabaríamos teniendo dos esferas paralelas que nunca se cruzarían, y, como he dicho antes, el islamismo nos habría contagiado y habría triunfado sin necesidad de más atentados: tan sólo imbuyéndonos la malsana creencia de que los hombres y las mujeres deben estar separados y, sobre todo, jamás rozarse.
 Ni siquiera codo con codo al atravesar una calle ni al ir sentados en un tren durante largas horas. 
Algo habrá en ciertos hombres que le proporciona esa reflexión tan Misogena.
Porque usted lo es de toda la vida.Y puedo asegurar que yo voy a comer o a cenar con compañeros que fuimos a estudiar en la Universidad y nunca he pensado que quieran otra cosa que recordar aquellos tiempos de la Facultad.
Sinembargo he visto a un médico de toda la vida ponerse desnudo delante de mi....Así que cuidadin conque la compañía de mujeres es algo que les lleva a los hombres a tener miedo de nuestra .cercanía

29 dic 2018

La modelo Twiggy y el Monty Python Michael Palin, en la lista británica de honores de Año Nuevo

El batería de Pink Floyd, nuevo comandante de la Orden del Imperio Británico.

 

Twiggy y Michael Palin
Twiggy, a su llegada a la abadía de Westminster el pasado mes de septiembre. REUTERS
El Gobierno británico ha dado a conocer este sábado a las personalidades elegidas para integrar la lista de honores de Año Nuevo de la Reina que entregará Isabel II de Inglaterra, en la que destacan la modelo Twiggy y el miembro de los Monty Python Michael Palin. 
Se ha otorgado título de Oficial de la Orden del Imperio Británico (OBE) a varias figuras del deporte, como al jugador de cricket Alastair Cook, que se retiró del cricket este 2018 con 34 años; al ganador del Tour de Francia Geraint Thomas, que acumula tres campeonatos mundiales y dos medallas de oro olímpicas; al director técnico de la selección de fútbol de Inglaterra, Gareth Southgate y a su capitán Harry Kane, ambos por su papel en el Mundial de Rusia 2018, en el que quedaron cuartos, su mejor papel desde la victoria de 1966.
El batería de Pink Floyd, Nick Mason, ha recibido el título de comandante (CBE), mientras que la modelo Lesley Lawson (Twiggy), famosa en los años sesenta, ha obtenido el título de comendadora.
 En el ámbito del entretenimiento, el actor del grupo cómico Monty Python Michael Palin se ha convertido en sir al serle reconocido el título de caballero, el único miembro de los autores de La vida de Brian y de Un pez Llamado Wanda en ser condecorado por la reina.
 Palin ya había recibido el título de CBE en 2000 por su trabajo para la televisión como escritor y presentador de documentales.

La  violinista escocesa Nicola Benedetti y la actriz Sophie Okonedo, también han logrado sendos CBE.
 Por su servicio a la corona, 43 trabajadores de los cuerpos de emergencia han sido reconocidos por su labor en los ataques terroristas en Londres y Manchester durante 2017. 
La lista incluye el OBE para el doctor Malik Ramadhan, jefe del servicio de urgencias en el hospital Royal London en el barrio de Whitechapel, quien dio atención médica toda la noche a 12 víctimas del ataque del Puente de Londres.
El Paso del Tiempo:
Es la primera top model de la historia y su imagen representa a toda la década de los 60. Después, muchos han imitado su estilo, aunque nadie ha podido superar a esta modelo que se caracterizó por su físico delgado y por su escasa estatura.
Los honores de Año Nuevo se instauraron en el reinado de la reina Victoria en el siglo XIX y apuntan a reconocer no solo a figuras conocidas, sino también a personas anónimas que han contribuido a la vida nacional a menudo desinteresadamente durante muchos años.
 La lista de honores se publica dos veces al año, uno en el cumpleaños de la Reina en junio y otra, al final de cada año. 
 Quizá muy poca gente sepa quién es Leslie Hornby. Sin embargo, por el nombre de Twiggy sí que se la reconoce, ya que se trata de la primera top model de la historia.

Esta inglesa, nacida el 19 de septiembre de 1949, consiguió, siendo adolescente, ser la modelo más conocida en todo el mundo durante la década de los 60 la prensa inglesa la calificó como "el rostro de 1966" , quizá por su singular look, que aún hoy sigue inspirando a los grandes creadores de moda. 

Llevar el pelo rubio platino, muy corto y engominado, con raya a un lado, fue una de sus características más rompedoras, una imagen que consiguió gracias a los consejos del estilista [Vidal Sassoon]. En cuanto a su estilo vistiendo, siempre se recordará a esta pequeña modelo -que mide aproximadamente 1,67 metros de altura- con vestidos cortos, minifaldas de [Mary Quant], gafas grandes, pestañas postizas, ojos muy maquillados y medias a la altura de las rodillas, a rayas y de llamativos colores.
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Defensa de la educación................................. Elvira Lindo..

Si a los niños no se les enseña en la justicia social, ¿cómo van a comprender que están siendo clasistas?.

Fotograma de la película 'Roma', de Alfonso Cuarón.
Fotograma de la película 'Roma', de Alfonso Cuarón.
El año 2018 se acaba y nos deja la sensación de que la realidad nos empuja inclemente a pocos metros de un abismo que no sabemos si sabremos sortear. 
Mi naturaleza no es apocalíptica, muy al contrario, pero no dejo de pensar en que el futuro del planeta está en manos de cuatro imbéciles a los que les importa bien poco el futuro del planeta.
 Tal vez siempre haya sido así, pero ahora tienen más recursos tecnológicos para acelerar el final.
 Dicho esto, exijo a mi carácter optimista algunas razones para celebrar este año carcamal y encuentro, como siempre, algunas experiencias artísticas reveladoras. 
Una de ellas me la proporcionó la película Roma, de Alfonso Cuarón. 
Me irrita el arte que solo pretende adoctrinar, pero ocurre a veces la maravilla de aprender algo que se te muestra sin olvidar que toda historia también es una experiencia estética. 
Lo que aprendí con Roma, o lo que Roma confirmó valiéndose de un lenguaje visual y acústico poderosamente poético, fue que hasta para la desgracia hay clases.
La historia confronta la vida de Sofía, una mujer de clase media alta, madre de cuatro niños, con la de Cleo, la sirvienta de la casa. Cuarón, que construye el cuento con sus recuerdos de niño, se entrega a seguir los pasos de esa criada, casi adolescente, que trabaja sin tregua para que el hogar funcione.
 Cleo, lejos de su pueblo, entrega todo su amor a esos niños a los que acuna con nanas en mixteco, su lengua indígena. 
Tiene la delicadeza el director de describir un mundo de privilegio en el que nadie reparaba en el esfuerzo físico y anímico de unas muchachas que, alejadas de su lugar de origen, atendían con la fuerza de cinco electrodomésticos los caprichos de los señoritos. Me recordó a ese momento en las memorias de la fotógrafa sureña Sally Mann, cuando confiesa que habiendo crecido a los pechos de una tata negra jamás se preguntó cuáles eran sus necesidades, ni si echaba de menos a sus hijos cuando acunaba a los hijos de la señora. 
Si a los niños no se les educa en la justicia social, ¿cómo van a comprender que están siendo clasistas?
Cleo y su señora, Sofía, sufren a lo largo de la película sendos desengaños amorosos.
 Eso de alguna manera las aproxima, como suelen acercarse las mujeres que sufren desengaños en el marco de una sociedad que no exige a los hombres el mismo compromiso para abordar los deberes familiares. 
Son víctimas las dos de una sociedad machista, cruel por sistema con las mujeres, pero inevitablemente su origen social las sitúa en universos que no llegan a rozarse.
 Cleo es pobre, depende de la bondad de la señora; es indígena, lleva escrita la postergación en la piel; 
Cleo no tiene recursos para plantearse una vida libre e independiente: seguirá velando el sueño de los niños ajenos.
 Tal vez un día encuentre a un hombre con el que tenga los suyos propios, pero también su suerte estará cautiva de cómo la trate ese tipo que de ser amoroso puede transformarse de pronto en un cabrón.
En este presente en el que tanto se cuestiona la educación que habría de prepararnos para ser justos y considerados hay que apelar a ella todavía con más encono.
 Con lo fácil que es mostrarle a cualquier niño cómo influye en nuestro bienestar la casilla de salida de la que partimos. 
Y no es adoctrinamiento, como suele decirse.
 Es tan fácil como enseñarle a valorar la desgracia ajena tanto como la propia.

 

Microplástico, palabra del año 2018 para la Fundéu BBVA

Eran candidatas nacionalpopulismo, mena, micromachismo, VAR, sobreturismo, procrastinar y dataísmo, entre otras.

FOTO: Microplástico, la voz que designa los pequeños fragmentos de plástico que se han convertido en una de las principales amenazas para el medioambiente. / VÍDEO: Declaraciones de Javier Lascuráin, coordinador de Fundéu BBVA.
Microplástico, voz que designa los pequeños fragmentos de plástico que se han convertido en una de las principales amenazas para el medioambiente y para la salud de los seres humanos, ha sido elegida palabra del año 2018 por la Fundéu BBVA, según ha dado a conocer este sábado el organismo
El término, que no está recogido en el Diccionario de la Real Academia Española, se encuentra en 2.210 artículos publicados en EL PAÍS.
Esta es la sexta ocasión en la que la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia EFE y BBVA, designa su palabra del año de entre los términos destacados de la actualidad informativa y que tienen, además, interés desde el punto de vista lingüístico.
 Tras elegir escrache en 2013, selfi en 2014, refugiado en 2015, populismo en 2016 y aporofobia en 2017, el equipo de la fundación ha optado por microplástico este año.
Son pequeños fragmentos de plástico —de cinco milímetros— que se fabricaron ya con ese tamaño para ser empleados en productos de limpieza e higiene o que se han fragmentado de un plástico mayor —de bolsas de la compra, de envases... durante su proceso de descomposición.

Su presencia en la arena de las playas, en los organismos de animales y personas, en la sal marina que tomamos y hasta en el agua que bebemos ha hecho saltar las alarmas y ha obligado a poner en marcha medidas para reducir el consumo de los plásticos de un solo uso, responsables en buena parte del problema.
Desde el punto de vista lingüístico, la Fundéu dedicó el 26 de octubre una de sus recomendaciones diarias a este término que considera bien formado a partir del elemento compositivo “micro” y el sustantivo “plástico”. 
En su recomendación, la fundación recordaba que, como sucede en general con las palabras formadas con elementos compositivos, estos se escriben unidos a la voz a la que acompañan, sin dejar en medio un espacio ni intercalar un guion (no micro plástico ni micro-plástico). 
 
El equipo de la fundación, compuesto por lingüistas y periodistas, dio a conocer hace unos días una lista con 12 candidatas, elegidas de entre las más de 250 palabras, términos y expresiones a las que ha dedicado alguna de sus recomendaciones de uso del idioma a lo largo de los últimos 12 meses. 
Entre las candidatas de este año había menos presencia de términos relacionados con la política (nacionalpopulismo) y más de los ámbitos medioambiental (descarbonización, hibridar y el propio microplástico) y social (mena o menores no acompañados, los nadie, micromachismo). 
El mundo del deporte aporta al grupo de candidatas la voz VAR (sigla de videoarbitraje), mientras de la economía figuran arancel y sobreturismo.
 La lista se completaba con procrastinar y dataísmo.

“Cuando hace unas semanas empezamos el proceso para elegir las 12 candidatas a palabra del año 2018, nos encontramos con que, sin pretenderlo, la mayoría de los términos que nos parecían más adecuados para definir de algún modo el año que acaba eran del ámbito social o del medioambiental”, explica en el comunicado del organismo el director general de la Fundéu, Joaquín Muller.

“Creemos que esa selección muestra de algún modo el perfil de un año en el que, además de las grandes cuestiones políticas y económicas, todos estamos volviendo nuestra mirada a otros asuntos de enorme trascendencia que a veces quedan eclipsados por otros grandes titulares en los medios de comunicación”, añade.
 Si se repasan las recomendaciones emitidas por la Fundación del Español Urgente, inspiradas en la mayoría de las ocasiones por las dudas y las consultas de los profesionales de los medios, se encuentran decenas de términos relacionados con el medioambiente: ecocidio, alargascencia, ecoimpostura o ecopostureo, espigar, esmog, Hora del Planeta.... "Así que no es raro que entre las candidatas a palabra del año hubiera varias de ese ámbito ni que la finalmente elegida haya sido microplástico", asegura Muller.