El astro se acerca a su perihelio y alcanzará su punto más cercano al Sol el 16 de diciembre, el día que más brillará.
Análisis de un cometa
Gracias al estudio que Edmond Halley hizo en el siglo XVII
de lo que se conoce como el cometa Halley, los astrónomos descubrieron
que los cometas están dentro de nuestro sistema solar.
Tienen órbitas muy elípticas o alargadas alrededor del Sol, que pueden llegar mucho más allá de Plutón.
Cuando los cometas están muy alejados
del Sol no son nada especial.
A menudo se les compara con unas bolas de
nieve sucias. Pero a diferencia de un asteroide rocoso, un cometa
también tiene gases congelados volátiles, como el metano, el monóxido de carbono, el dióxido de carbono y el amoníaco junto con sus núcleos de roca, hielo y polvo.
A medida que este astro se va
acercando al Sol, el calor provoca que los elementos volátiles dejen de
ser sólidos y se transformen en gases, en un proceso llamado sublimación.
Gracias al agua, el metano, el dióxido de carbono y el amoníaco se crea
la cola, la característica fundamental de los cometas, y también una
nube brillante, llamada cabellera, alrededor de su núcleo.
En realidad, los cometas tienen dos colas distintas:
una cola de polvo y otra de iones o gas. El viento solar y la presión
de la radiación alejan las colas del Sol.
La luz ultravioleta ioniza
parte del material de la cola, creando un gas cargado que interacciona
con el viento solar y acaba apuntando directamente al lado contrario del
Sol. Y la cola de polvo no cargada todavía sigue la órbita del cometa,
lo que hace que esta sea más curva.
Cuando sucede este proceso, se vuelve brillante y se convierte en un gran espectáculo.
Sin embargo, resulta extremadamente difícil
predecir lo brillante que será un cometa, porque nunca se sabe con
exactitud cómo se comportarán los gases. Incluso medir el brillo es
complicado.
Al contrario que el brillo de una estrella, que se concentra
en un solo punto desde nuestra perspectiva en la Tierra, el brillo de un cometa se dispersa sobre un área más grande.
Una visita del 46P/Wirtanen
El astrónomo Carl Wirtanen descubrió
el cometa que lleva su nombre en 1948.
Era un experto cazador de
objetos estelares que empleó fotos del cielo nocturno para observar que
se movía rápidamente, al menos hablando desde el punto de vista
astronómico.
La órbita del cometa 46P/Wirtanen lo
mantiene bastante cerca del Sol.
Su afelio, o el punto más alejado del
Sol, está a aproximadamente 5,1 unidades astronómicas (UA),
que es justo un poco más grande que la órbita de Júpiter.
Su perihelio,
o su aproximación más cercana al Sol, está a aproximadamente 1 UA, más o
menos la distancia de la Tierra al Sol.
Tarda unos 5,4 años en recorrer esta trayectoria, lo que significa que es visible con bastante frecuencia en comparación con otros cometas famosos.
En estos momentos se acerca a su perihelio.
Alcanzará su punto más cercano al Sol el 16 de diciembre, el día que más brillará.
El 46P/Wirtanen es un cometa especialmente activo –llamado cometa hiperactivo–
y suele brillar más que otros cometas de un tamaño parecido.
El sistema utilizado por los astrónomos va a la inversa: cuanto más pequeño es el número, más brillante es el objeto.
Las mejores condiciones para observar
el 46P/Wirtanen es hacerlo en un cielo lo más oscuro posible y cuando
el cometa sea más brillante (el 16 de diciembre).
Si no puede observarse a simple
vista, unos prismáticos o un telescopio pequeño ayudarán.
Ahora mismo es
necesario un telescopio para verlo. Se puede empezar a seguirlo
utilizando mapas que muestren su posición noche tras noche.
Su ubicación
en el cielo también significa que es visible para todos, menos en las
latitudes extremas más meridionales.
La posición del cometa cerca de Tauro
hace que sea ideal para observarlo toda la noche.
Tauro está al este
después de la puesta del Sol y se mueve hacia el oeste a lo largo de la
noche.
¡Ojalá haya cielos despejados para
observarlo! Después podrá decidir usted mismo si este cometa es un buen o
un mal presagio para 2019.
Shannon Schmoll es directora del Abrams Planetarium, Departamento de Física y Astronomía, Universidad de Michigan State.
Cláusula de Divulgación. Shannon
Schmoll no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee
acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que
pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de
vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en la web The Conversation.
Traducción de News Clips.