Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
15 dic 2018
Sexy y transparente..................................... Boris Izaguirre.
Las
rivalidades nos une, ya sean las de las británicas Meghan Markle y Kate
Middleton o las más cercanas entre Cristina Pedroche y Lara Álvarez
mirando a la próxima Nochevieja.
Meghan Markle durante la entrega de premios de la moda británica el pasado lunes en Londres. Tristan FewingsGetty
Anoche regresé a casa desde Río de Janeiro, una ciudad que dejé de
visitar porque cada vez me desesperaba más despedirme de ella. Me
devolvió a sus calles, al maravilloso dibujo de sus montañas y al
espectáculo de vida de sus playas una mujer, Mónica Naranjo, en el empeño de reencontrarse a sí misma, tras un traumático año en que se ha divorciado y no ha renovado como jurado de Operación Triunfo. Naranjo me invitó a acompañarla por escuelas de samba iluminadas por el
duro neón prestado por Petrobras. A conversar con una robótica
empresaria de redes sociales de contacto entre desconocidos y a vivir,
literalmente, en mi propio cuerpo, la tortura que es practicar pole dancing. Al hacerlo, descubres que te adhieres a esa barra de aluminio con tu
piel, tu grasa, tus rollitos. Y duele. Mónica, que nació con tablas,
imitó todos los pasos de la instructora, que nos dijo: “Empecé en el pole porque estaba harta de que mi exnovio me llamara gorda y fea. Ahora, gracias al pole,soy empoderada”.
Este ha sido el año de las mujeres. Mi deseo para el 2019 es que continúe siendo el año de las mujeres. Y también ha sido el año de Meghan Markle que, en su embarazo, se ha convertido en una noticia de la que no nos cansamos de devorar detalles. Esta semana, se despidió a otra asistente de
Meghan, repitiendo ese término que la prensa inglesa no duda en emplear
“hormonal”, usando el embarazo de la duquesa como arma arrojadiza. Eso
ya lo hemos tolerado otras veces, pero Meghan es la royal en
tiempos del Me Too y sin decir nada ella, que no puede porque las
familias reales no hablan, provoca que nosotros señalemos que ese tipo
de noticias, aparte de más o menos infundadas, son potencialmente
machistas. Pero esa prensa no cede, Meghan vende sin parar y ahora se
publica que las cuñadas duquesas, Meghan y Kate, no se llevan bien. Nada nuevo bajo el débil sol inglés. Es como el histórico enfrentamiento entre The Beatles y The Rolling
Stones. Una fórmula, la rentable rivalidad entre bandas y bandos
ingleses que se reeditó con título en los años noventa: La Batalla del
Britpop. Así se llamó la disputa en las listas de ventas entre Blur y
Oasis. Meghan y Kate siguen ese juego, eso sí, en silencio, sin decir ni
pio. Conscientes de la vieja argucia orientada a seguir vendiendo
titulares para esa gran empresa que es la familia real inglesa. Y
apalancando la monarquía , haciéndola más doméstica y pop que los
vaivenes políticos tipo Brexit. Parece mentira, pero es lógico, las uñas
de esmalte oscuro de Meghan y los cuellecitos de institutriz buena de
Kate, igual que aquella carita tímida y el pelazo corte pamela de Diana
de Gales, confortan más que los discursos de la desesperada Theresa May
en el parlamento.
Cristina Pedroche con el mono transparente que lució en la Nochevieja de 2017.
Es la manera en que funcionamos, las rivalidades nos unen.
Con las campanadas de fin de año en el objetivo, Lara Álvarez
y Cristina Pedroche están calentando motores y parecen dispuestas a
foguear otro gran debate nacional que los canales de televisión esperan
capitalizar al máximo.
Álvarez, que dará las campanadas en Telecinco, ha
abierto el fuego al responder a la pregunta de cómo se iba a vestir
para esa noche, con “ser sexy es una actitud, no una transparencia”, en
clarísima referencia al estilo súper sexy que ha convertido a Pedroche
en un adorno navideño imprescindible.
No le quito ingenio comercial a la
respuesta de Lara, pero todavía estoy en el bando nacional al que le
divierten mucho los atuendos de espumillón y transparencias de Pedroche
entre un polvorón y otro.
Ya no me puedo imaginar una Navidad sin ellos
y me encantaría ponerme uno para ir a cenar al restaurante del marido
de Cristina, David Muñoz.
O para estar en casa anfitrionando mi
cena de año nuevo.
¿Por qué no? Con sus transparencias desbordadas y
surrealistas, Pedroche ha reinventado un estilo.
Y lo ha hecho justo a
tiempo para envolverlo con el empoderamiento y la Navidad.
Es algo que
entendí junto a Mónica Naranjo en Río: Lo que te hace crecer y sentirte
segura, siempre está reñido con algo.
No casa, pero libera y eso es lo que importa.
Así que estas navidades,
uñas negras como las que lleva Meghan, cuerpo rollizo como una bailarina
carioca de pole dancing y transparencias estratégicas como la gran Cristina Pedroche.
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