Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

24 nov 2018

Las dos únicas decisiones alimentarias que de verdad revierten el envejecimiento de la piel


  • alimentos piel 
    Comer para parecer más joven. Es el eje de la llamada nutricosmética, con todos los complementos vitamínicos y proteicos, alimentos enriquecidos, zumos y batidos.
     Una tendencia imparable que irrumpió en el mercado en 2008, y que para 2024 se prevé que facture 7.400 millones de dólares (unos 6.400 millones de euros) en el mundo.
     En este contexto se generan ondas expansivas en torno a ciertos alimentos: esa hortaliza asiática ligada a un hashtag en Instagram con miles de likes se vuelve omnipresente poco tiempo después en todos los supermercados.
    Dicen que el inventor de todo esto fue el poeta Lord Byron, quien, esclavo de la estética y obsesionado con la juventud, la ropa y la delgadez, presumía de seguir un estricto régimen basado en té sin azúcar, unas pocas patatas mojadas en vinagre, agua mineral mezclada con vino y cigarrillos.
     Byron hacía proselitismo de su modo de alimentarse y puso tan de moda estas pautas en la sociedad victoriana que las eminencias médicas se vieron obligadas a hacer pública su disconformidad.
    No muy diferente de lo que sucede hoy con Gwyneth Paltrow.
    alimentos pielVeganismo: un exceso de carne envejece, pero restringirla altera la piel y deteriora el cabello 
    El dermatólogo Ricardo Ruiz, de la Clínica Dermatológica Internacional, en Madrid, afirma: "Los veganos corren el riesgo de tener déficit de vitamina B12, esencial en la formación de glóbulos rojos [y cuya falta se manifiesta con hiperpigmentación, vitíligo, estomatitis angular y pérdida de pelo, según el Colegio de Médicos de Familia de Canadá]". El dermatólogo Leandro Martínez añade: "A falta de estudios concretos, lo que vemos en consulta es que las personas con una dieta variada envejecen mejor que las que son estrictamente vegetarianas o veganas. Otra cosa es que consumir en exceso carne roja, fiambres o embutidos provoque una inflamación [y sus consecuentes arrugas]".
    De hecho, Ariel Ostad, dermatólogo y miembro de la American Board of Dermatology, en su análisis sobre la huella de los alimentos en la piel, tacha la carne roja de acelerador del envejecimiento por la generación de radicales libres que merman la producción de colágeno, proteína que aporta elasticidad y firmeza al cutis. En cuanto a los embutidos, Ostad señala su alto contenido en aceite hidrogenado y sal como responsables de la inflamación (ambos ingredientes también pueden estar en productos veganos).
    Lo que sí resulta ventajoso de la dieta vegetariana es el consumo abundante de frutas y verduras. Natalia Hernández, del Grupo de Especialización en Nutrición clínica de la Academia Española de Nutrición y Dietética, lo achaca, entre otras cosas, a la hidratación, "resultante de un equilibrio hídrico entre la llegada de agua al estrato córneo desde las capas más profundas y el poder que tiene la piel para retenerla. Y todo esto depende, en primer lugar, de la alimentación".
    • alimentos piel
      1Comer para parecer más joven. Es el eje de la llamada nutricosmética, con todos los complementos vitamínicos y proteicos, alimentos enriquecidos, zumos y batidos. Una tendencia imparable que irrumpió en el mercado en 2008, y que para 2024 se prevé que facture 7.400 millones de dólares (unos 6.400 millones de euros) en el mundo. En este contexto se generan ondas expansivas en torno a ciertos alimentos: esa hortaliza asiática ligada a un hashtag en Instagram con miles de likes se vuelve omnipresente poco tiempo después en todos los supermercados. Dicen que el inventor de todo esto fue el poeta Lord Byron, quien, esclavo de la estética y obsesionado con la juventud, la ropa y la delgadez, presumía de seguir un estricto régimen basado en té sin azúcar, unas pocas patatas mojadas en vinagre, agua mineral mezclada con vino y cigarrillos. Byron hacía proselitismo de su modo de alimentarse y puso tan de moda estas pautas en la sociedad victoriana que las eminencias médicas se vieron obligadas a hacer pública su disconformidad. No muy diferente de lo que sucede hoy con Gwyneth Paltrow.
      Damos por bueno el aforismo de que "somos lo que comemos", asumiendo que todo lo que ingerimos se plasma en nuestra membrana más superficial. Pero, como tantas veces, cuando se habla de nutrición hay mucho ruido y poco filtro. Leandro Martínez, director de la Unidad de Dermatología del Hospital Regional de Málaga y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), cuenta que unas malas pautas alimentarias "pueden estar detrás de enfermedades dermatológicas como la dermatitis atópica, la psoriasis o el acné". No solo es cuestión de prevención, quitarse los procesados y volver a la comida real puede borrar los signos del paso del tiempo. Te contamos cómo. Ah, y que el cacao puro en cantidades moderadas no estimula la aparición de granos. Aclarada la duda universal.
    • alimentos piel
      2Veganismo: un exceso de carne envejece, pero restringirla altera la piel y deteriora el cabello 
      El dermatólogo Ricardo Ruiz, de la Clínica Dermatológica Internacional, en Madrid, afirma: "Los veganos corren el riesgo de tener déficit de vitamina B12, esencial en la formación de glóbulos rojos [y cuya falta se manifiesta con hiperpigmentación, vitíligo, estomatitis angular y pérdida de pelo, según el Colegio de Médicos de Familia de Canadá]". El dermatólogo Leandro Martínez añade: "A falta de estudios concretos, lo que vemos en consulta es que las personas con una dieta variada envejecen mejor que las que son estrictamente vegetarianas o veganas. Otra cosa es que consumir en exceso carne roja, fiambres o embutidos provoque una inflamación [y sus consecuentes arrugas]".
      De hecho, Ariel Ostad, dermatólogo y miembro de la American Board of Dermatology, en su análisis sobre la huella de los alimentos en la piel, tacha la carne roja de acelerador del envejecimiento por la generación de radicales libres que merman la producción de colágeno, proteína que aporta elasticidad y firmeza al cutis. En cuanto a los embutidos, Ostad señala su alto contenido en aceite hidrogenado y sal como responsables de la inflamación (ambos ingredientes también pueden estar en productos veganos).
      Lo que sí resulta ventajoso de la dieta vegetariana es el consumo abundante de frutas y verduras. Natalia Hernández, del Grupo de Especialización en Nutrición clínica de la Academia Española de Nutrición y Dietética, lo achaca, entre otras cosas, a la hidratación, "resultante de un equilibrio hídrico entre la llegada de agua al estrato córneo desde las capas más profundas y el poder que tiene la piel para retenerla. Y todo esto depende, en primer lugar, de la alimentación".
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      3Dieta paleo: un riesgo para la cicatrización tras la cirugía Esto es: comer en función de la hipótesis sobre cómo se alimentaron Miguelón en Atapuerca o quienes pintaron las cuevas de Altamira. Los 2,5 millones de años que duró el Paleolítico, periodo anterior al desarrollo de la agricultura, dictan la norma de eliminar todas las legumbres y cereales, además de algunas frutas como mangos y papayas, piña o cualquier variedad deshidratada. Ricardo Ruiz rechaza que esta dieta pueda tener beneficios para la salud en general y la piel en particular. Por su parte, la dietista-nutricionista Teresa Ureta, del Grupo de Especialización en Nutrición Clínica de la Academia Española de Nutrición y Dietética, comenta: "No hay suficiente investigación para recomendarla por encima de la dieta mediterránea".
      Existen diversas interpretaciones de la dieta paleo, y sus vertientes más restrictivas pueden llegar a tener los mismos efectos que las bajas en carbohidratos. La Asociación Australiana de Médicos de Familia ha detectado déficit de vitamina D en sus practicantes, lo que puede originar problemas cutáneos que impiden la correcta cicatrización después de una cirugía, según un estudio de la Universidad de Michigan.
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     'Low fat' o todo bajo en grasas: una buena forma de combatir el acné, siempre que no lo compense con toneladas de azúcar 
    ¿Contribuye la fritanga a una cara con granos? La dermatóloga Paloma Cornejo, de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), aclara: "Se ha asociado el acné y la seborrea a las dietas hipercalóricas, tanto a las ricas en hidratos de carbono con alto índice glicémico, como a los ácidos grasos. 
    Y sí, algunos pacientes de acné o seborrea, cuando siguen dietas pobres en grasa restringiendo los lácteos, mejoran. Mas no es por evitar la lactosa [a veces se la culpa de los granos], sino por no tomar los ácidos grasos de la leche".

     

El impuesto psicológico de la tecnología................. Bruno Martín ...

Los expertos asocian el auge de los ‘smartphones’ con más casos de ansiedad, sobre todo en jóvenes.

Una joven chatea mientras carga el móvil.
Una joven chatea mientras carga el móvil. Unsplash
Vivimos en la década de los fidget spinners, de los libros de colorear para adultos y de los vídeos virales de susurros relajantes. También vivimos en la década de la gig economy, de la falta de sueño por las pantallas y del año en que el 10 % de la población mundial se enganchó a Instagram.
 Son solo ejemplos, pero no casualidades: los primeros son síntomas y los segundos, posibles causas de la epidemia de ansiedad asociada a la revolución digital.
 En este momento, los trastornos emocionales derivados del estrés, como la ansiedad y la depresión, son los problemas de salud mental más prevalentes del mundo. 
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), juntos afectan al 14,6 % de la población adulta española, y los grandes estudios demográficos señalan que hasta un tercio de las personas en todo el mundo sufren algún tipo de ansiedad a lo largo de su vida. 
El periodista británico Johann Hari, autor de un libro sobre el aumento reciente de estos trastornos, señala que no son cambios aleatorios en la bioquímica cerebral, sino reacciones a la desconexión social. 
Menos seguridad financiera, menos fe, menos trabajos vocacionales o menos tiempo con los amigos son todo pérdidas que han pasado factura
.“Por un lado cada vez tenemos más estrés y por otro lado no sabemos manejar ese estrés y las emociones que genera”, explica el psicólogo de la Universidad Complutense de Madrid Antonio Cano, que también es presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés. 
Cano señala que es difícil poner cifras concretas a la propagación de la ansiedad, ya que los estudios epidemiológicos no se suelen repetir con la misma metodología o en la misma población, pero asegura que los datos existentes confirman un aumento desde hace varios años.
 Según él, las reglas de la sociedad han cambiado, de manera que ahora se generan más demandas y mayor incertidumbre: 
“Ya no se tiene un trabajo para toda la vida.
 Estudiar una carrera ya no sirve para ascender automáticamente de clase social como ocurría en los años 60”, dice.
 En una familia exigente, Luminița empezó a identificar síntomas de ansiedad, que ella asocia con expectativas académicas, a los 16 años: náuseas, dolor de pecho, taquicardia.
 El médico de cabecera le dijo que era demasiado joven para sentir dolor en el pecho. “Lo que te pasa es que eres muy nerviosa”, recuerda oír aquel día en la consulta. Ahora, a punto de cumplir 20 años, está en tratamiento por la ansiedad y depresión que le diagnosticaron hace dos, cuando su condición era ya incontestable. A toro pasado, Luminița cree que vivió con ansiedad desde mucho antes de ir al médico.
 “No se toman en serio las enfermedades mentales”, denuncia. “Muchísima gente puede tener depresión o ansiedad sin saberlo; yo estaba todo el día en alerta, pero solo lo identifiqué cuando influía en mi estado físico”.

“Las redes sociales fomentan la neurosis”

Muchos expertos ponen la lupa en las nuevas tecnologías.
 La especialista en cambios generacionales Jean Twenge advierte que los adolescentes, concretamente, están sufriendo de forma más acusada los trastornos emocionales derivados del estrés, y no cree que sea casualidad que esta es la primera generación que ha crecido con un móvil entre las manos. 
Su hipótesis está edificada sobre una simple correlación —aparecen los smartphones, empeora la salud mental de los jóvenes—, pero muchos expertos la consideran más que convincente.
 Cano también comparte esta visión, y aporta datos y anécdotas que parecen sustentarla: “Los trastornos de ansiedad en el 50 % de los casos ya están establecidos a la edad de 14 años.
 A veces viene una persona a la clínica con fobia social o agorafobia pero tiene 120 000 seguidores en Instagram”, cuenta.
Uno de los argumentos principales de Twenge, profesora de psicología en la Universidad de San Diego (EE UU), es que los jóvenes se sienten bien o mal con relación a su percepción de cómo les va a los demás. 
El problema es que las redes sociales suelen ofrecer una ventana a los momentos más atractivos de las vidas ajenas. “Yo sé que la gente solo comparte lo positivo, pero a veces no puedo evitar pensar cuando veo stories de Instagram por qué a otros les va tan bien y yo estoy en la mierda”, reconoce Luminița. Quizá por eso, un estudio científico publicado este mes demostró
 que limitar el tiempo en Facebook, Instagram y Snapchat reducía la soledad y la depresión en 143 estudiantes de grado de la Universidad de Pensilvania (EE UU).
El psicólogo clínico e investigador Scott Stanley, que estudia relaciones románticas desde la Universidad de Denver (EE UU), opina que además las redes sociales exacerban la ambigüedad y la incertidumbre en las interacciones personales, algo que la ciencia también relaciona con el deterioro de la salud mental. “Los animales, y yo creo que esto debe de ser cierto para los humanos, se vienen abajo cuando no pueden distinguir lo que significan los estímulos que reciben y la importancia que tienen”, cuenta a Materia el investigador.

 

http://danielmarin.naukas.com/

Entren y lean no se arrepentiral de hacerlo,

Política de serrín y estiércol........................... Joaquín Estefanía

Hay una sensación de estar al borde del abismo, una percepción autoinducida de alarma social.

Rufián pasa por delante de Borrell tras ser expulsado en el Congreso, este 21 de noviembre.
Rufián pasa por delante de Borrell tras ser expulsado en el Congreso, este 21 de noviembre.
Las imágenes y las palabras de Rufián contra Bo­rrell no deben hacer olvidar la diatriba insultante del diputado popular Rafael Hernando contra la ministra de Justicia, Dolores Delgado, en la misma sesión del Congreso de los Diputados. 
También en estas palabras está la política del “serrín y el estiércol” denunciada por el titular de Asuntos Exteriores. 
La estrategia de la crispación no se debe al grado de exaltación, y hasta de locura, de quien la practica, sino que es una estrategia deliberada porque entiende que le beneficia para sus intereses electorales
. Llegó desde los EE UU de Bush II y sus neocons, y la teorizó su principal asesor, Karl Rove.
Los politólogos han definido esa estrategia de la crispación como un desacuerdo permanente y sistemático sobre las iniciativas del antagonista político, presentado desde la otra parte como signo de un cambio espurio de las reglas del juego y, en última instancia, como una amenaza a la convivencia o al consenso democrático (‘La estrategia de la crispación’, Informe sobre la democracia en España 2007, Fundación Alternativas). Se implanta mediante la ausencia total de colaboración con el Gobierno en algunos temas que, en buena parte, se corresponden con los que hasta hace poco tiempo se habían identificado como “temas de Estado” (política antiterrorista, exterior, territorial…), que ocupan el centro de la agenda política.
 Se recuerdan las palabras, ya lejanas, de José María Aznar cuando, preguntado sobre si la lucha antiterrorista estaría al margen de la dialéctica partidaria, contestó: 
“No. No me ha entendido usted: cuando digo que nada habrá ajeno a la crítica política, digo nada”. 
En esa estrategia, la aspereza de las formas degenera en muchas ocasiones en insultos.

Todo ello produce la sensación de estar permanentemente al borde del abismo, como si el país se encontrase en una encrucijada en la que se jugase la propia supervivencia. 

Hay una percepción autoinducida de alarma social. 

Los elementos instrumentales de dicha estrategia se repiten cada vez que es aplicada.

 Si uno de los partidos en competición por el Gobierno subordina cualquier consideración (para recuperar el poder vale todo, incluso la deslegitimación sistemática del adversario) a ese objetivo y entiende que una atmósfera de crispación le favorece en mayor medida que a su adversario, es muy probable que la promueva bajo los siguientes argumentos: las elecciones no se ganan sino que se pierden y, por consiguiente, es inútil competir desde la oposición con el Gobierno; es más difícil atraer a los sectores identificados con el Gobierno que desmovilizar a una parte de ellos; en consecuencia, la estrategia para ganar consiste en movilizar a los nuestros, radicalizando las declaraciones y las posiciones, para asegurar su lealtad, y en atribuir la radicalización al adversario para desmovilizarlo en lo que se pueda.

 

Así, el partido que lidere la estrategia de la crispación renunciará a discutir las políticas del Gobierno tratando de deslegitimarlas por todos los medios; rechazará de modo sistemático las iniciativas del Ejecutivo evitando competir con él mediante la contraposición de las suyas propias; se negará a aceptar cualquier oferta de acuerdo por parte de los gobernantes, inclinándose a invertir los papeles, y exigiéndoles a aquellos acuerdos y compromisos basados en sus contrapropuestas, como si le correspondiese a la oposición la dirección de la política nacional.

Existen estos rasgos y otros como la deslocalización de la crítica, trasladándola de la arena parlamentaria a los medios de comunicación y a las redes sociales, de modo que el discurso en el Parlamento busca menos el intercambio de opiniones y propuestas que su eco mediático. Halperin y Harris escriben: “Cada noticia o cada opinión es considerada como un arma o un escudo en el enfrentamiento ideológico diario. Y cada suministrador de información es o bien parte del equipo de casa o del enemigo. Se trata de una concepción radical del papel de la información con ausencia de hechos comúnmente aceptados que enmarquen el debate”.
Que cada lector ponga a estas ideas las siglas que crea.