Pierpaolo Piccioli nos abre la puerta al fitting de
Marta a través de sus redes sociales y nos permite ver cómo fue ese
diálogo íntimo entre cliente de alta costura y diseñador.
Pierpaolo Piccioli junto a Marta Ortega, ambos felices de compartir este momento.
Foto: @pppiccioli
“Gracias Marta por contar conmigo en este increíble viaje”. Con estas palabras, el diseñador Pierpaolo Piccioli subía a su cuenta de Instagram una fotografía en blanco y negro en la que se ve a la heredera del imperio Inditex en el fitting de su vestido de novia, un sofisticado y romántico dos piezas de color rosa casi blanco, muy moderno y que encaja con la nueva actitud femenina. . “A través de este diseño he querido transmitir un imaginario con un
inusual sentido de romanticismo, lleno de ligereza, frescura e intención
para ilustrar su fuerte personalidad”, explicaba el diseñador italiano
en un comunicado oficial.
Así fue el fitting de Marta Ortega: una novia y 4 looks
Pierpaolo Piccioli nos
abre la puerta al fitting de Marta a través de sus redes sociales y nos
permite ver cómo fue ese diálogo íntimo entre cliente de alta costura y
diseñador.
Pierpaolo Piccioli junto a Marta Ortega, ambos felices de compartir este momento.
Foto: @pppiccioli
“Gracias Marta por contar conmigo en este increíble viaje”. Con estas palabras, el diseñador Pierpaolo Piccioli subía a su cuenta de Instagram una fotografía en blanco y negro en la que se ve a la heredera del imperio Inditex en el fitting de su vestido de novia, un sofisticado y romántico dos piezas de color rosa
casi blanco, muy moderno y que encaja con la nueva actitud femenina. “A
través de este diseño he querido transmitir un imaginario con un
inusual sentido de romanticismo, lleno de ligereza, frescura e intención
para ilustrar su fuerte personalidad”, explicaba el diseñador italiano
en un comunicado oficial.
Dos días ha durado la boda entre Marta Ortega y Carlos Torreta, una de
las más esperadas del mundo de la moda que ha reunido a más de 400 personas en A Coruña. Durante el fin de semana, la novia ha lucido un total de cuatro diseños, todos firmados por Pierpaolo Piccioli, de la Maison
Valentino. La asistencia de Marta al desfile de alta costura del
diseñador ya apuntaba que podía ser la marca escogida para la ceremonia. Para la cena posterior a la boda en el Club Naútico de A Coruña, la
hija de Amancio Ortega optó por un vestido de negro riguroso que combinó
con una blusa transparente y unos zapatos de tacón con pulsera.
Así fue el fitting de Marta Ortega: una novia y 4 looks
Pierpaolo Piccioli nos
abre la puerta al fitting de Marta a través de sus redes sociales y nos
permite ver cómo fue ese diálogo íntimo entre cliente de alta costura y
diseñador.
Pierpaolo Piccioli junto a Marta Ortega, ambos felices de compartir este momento.
Foto: @pppiccioli
“Gracias Marta por contar conmigo en este increíble viaje”. Con estas palabras, el diseñador Pierpaolo Piccioli subía a su cuenta de Instagram una fotografía en blanco y negro en la que se ve a la heredera del imperio Inditex en el fitting de su vestido de novia, un sofisticado y romántico dos piezas de color rosa
casi blanco, muy moderno y que encaja con la nueva actitud femenina. “A
través de este diseño he querido transmitir un imaginario con un
inusual sentido de romanticismo, lleno de ligereza, frescura e intención
para ilustrar su fuerte personalidad”, explicaba el diseñador italiano
en un comunicado oficial.
Dos días ha durado la boda entre Marta Ortega y Carlos Torreta, una
de las más esperadas del mundo de la moda que ha reunido a más de 400 personas en A Coruña. Durante el fin de semana, la novia ha lucido un total de cuatro diseños, todos firmados por Pierpaolo Piccioli, de la Maison
Valentino. La asistencia de Marta al desfile de alta costura del
diseñador ya apuntaba que podía ser la marca escogida para la ceremonia. Para la cena posterior a la boda en el Club Naútico de A Coruña, la
hija de Amancio Ortega optó por un vestido de negro riguroso que combinó
con una blusa transparente y unos zapatos de tacón con pulsera.
El tercer modelo, del que también tenemos imágenes de su fitting gracias
a Pierpaolo, tiene un efecto túnica que, visto por delante, tiene
referencias monacales, como muchas de las colecciones de Pierpaolo.
Un
vestido largo plateado cubierto de lentejuelas y laterales de satén,
bello por su sencillez y su fluidez.
Y para el baile final que se
celebró en el bosque mágico creado en el Centro Hípico de Casa Novas,
Marta se decantó por un voluminoso vestido rosa de fiesta de salón con el que puso broche final a su gran boda.
Abrigo de cachemir de MAX MARA y jersey de cuello alto de ERMENEGILDO ZEGNA.
Foto: Natalia Bengoechea.
«Mi madre era música y cantante y mi padre economista y escritor, y estuvo junto a Jacobo Timerman en la creación del diario La Opinión
en los años setenta». Gracias a aquellas reuniones se forma una Roth
combativa que asegura decir siempre lo que piensa, aunque a veces haya
sentido miedo: «Sé que hay medios de comunicación argentinos en
los que no tengo cabida. El periodismo ha cambiado. Antes se investigaba
y ahora hay demasiados periodistas militantes que cobran sobres por
debajo de la mesa para subir o bajar gobiernos. Es vox populi. Una pena, porque está desapareciendo la información real», sentencia sin tapujos. Con 18 años Cecilia tuvo que trasladarse forzosamente a vivir a
España. Corría 1976 y la dictadura de Videla hacía mella en Argentina:
«Fue una decisión de nuestros padres, pero a los tres meses yo ya estaba
como un cascabel, feliz de la vida, en un país que se encontraba en una
primavera de cambio total y saliendo de otro que estaba entrando en la
oscuridad más absoluta, que duró, por cierto, muchos años. Todavía hay
resaca de todo aquello en algunas cosas; en otras no, por suerte». Corren tiempos de la movida, donde coincide con Pedro Almodóvar: «Aún trabajaba en Telefónica… ¡imagínate el tiempo que hace que nos conocemos! Participé en Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón y en Laberinto de pasiones. Pedro era y es una persona divertidísima, particular, con un enorme
talento. Lo mismo que me deslumbró de él me deslumbra ahora. Esa
capacidad lúdica de enfrentarse a lo que crea y darte la oportunidad de
ofrecer lo mejor de ti sin que tú te des cuenta de que lo tienes en tu
interior».
Cecilia Roth: “Hay muchas mujeres que están siendo violadas en su propio matrimonio”
No le gusta la censura. La actriz regresa a España y alza la voz contra el acoso, la pederastia y la radicalización política.
Abrigo de cachemir de MAX MARA y jersey de cuello alto de ERMENEGILDO ZEGNA.
Foto: Natalia Bengoechea.
Hay una grabación que se perdió con el exilio. En ella
Vinícius de Moraes cantaba hasta las seis de la mañana en casa de los
padres de Cecilia Roth –menos conocida como Cecilia Edith Rotenberg
Gutkin, descendiente de ucranianos por parte paterna– cuando ella y su
hermano eran niños. «Ariel y yo espiábamos detrás de la puerta o nos las
arreglábamos para pasar desapercibidos y estar presentes en silencio,
solo para escuchar», cuenta. Escuchaban a Paco Ibáñez, Georges Moustaki,
Mercedes Sousa, Susana Rinaldi, María Elena Walsh… amigos de la familia
que se citaban espontáneamente en su hogar, ya fuera en fiestas o
encuentros intelectuales en los que se departía sobre arte y política.
«Mi madre era música y cantante y mi padre economista y escritor, y estuvo junto a Jacobo Timerman en la creación del diario La Opinión
en los años setenta». Gracias a aquellas reuniones se forma una Roth
combativa que asegura decir siempre lo que piensa, aunque a veces haya
sentido miedo: «Sé que hay medios de comunicación argentinos en
los que no tengo cabida. El periodismo ha cambiado. Antes se investigaba
y ahora hay demasiados periodistas militantes que cobran sobres por
debajo de la mesa para subir o bajar gobiernos. Es vox populi. Una pena, porque está desapareciendo la información real», sentencia sin tapujos.
Con 18 años Cecilia tuvo que trasladarse forzosamente a vivir a
España. Corría 1976 y la dictadura de Videla hacía mella en Argentina:
«Fue una decisión de nuestros padres, pero a los tres meses yo ya estaba
como un cascabel, feliz de la vida, en un país que se encontraba en una
primavera de cambio total y saliendo de otro que estaba entrando en la
oscuridad más absoluta, que duró, por cierto, muchos años. Todavía hay
resaca de todo aquello en algunas cosas; en otras no, por suerte». Corren tiempos de la movida, donde coincide con Pedro Almodóvar: «Aún trabajaba en Telefónica… ¡imagínate el tiempo que hace que nos conocemos! Participé en Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón y en Laberinto de pasiones.
Pedro era y es una persona divertidísima, particular, con un enorme
talento. Lo mismo que me deslumbró de él me deslumbra ahora. Esa
capacidad lúdica de enfrentarse a lo que crea y darte la oportunidad de
ofrecer lo mejor de ti sin que tú te des cuenta de que lo tienes en tu
interior».
Camisa de GUESS JEANS, falda midi efecto piel de MARELLA, cinturón, botas y pulsera, todo de HERMÈS. Foto: Natalia Bengoechea.
Una década más tarde, la actriz necesitó reencontrarse consigo misma y
regresó a Buenos Aires.
Era una necesidad vital: «Había pasado 10 años
en el exilio y debía cerrar un paréntesis. Como escribió María Elena Walsh en Serenata para la tierra de uno:
‘El idioma de la infancia es un secreto entre los dos’.
Y decidí reconciliarme con el pasado».
Allí vive desde entonces, pero
viaja más que nunca:
«Ahora no hay que explicar lo que hace un argentino
en España o un polaco en Argentina; sabemos que hay migraciones
permanentes.
Sin embargo, cuando llegué a este país tenía que hablar en
castellano de Valladolid».
Desde que en 2013 interpretara a Norma Boss en la almodovariana Los amantes pasajeros, no habíamos vuelto a ver a Roth en el cine español. En la memoria colectiva quedan filmes míticos como Un lugar en el mundo (1992), Martín (Hache) (1997), Todo sobre mi madre (1999) –aunque ella recomienda ver Matrimonio, del 2013, con Darío Grandinetti, «en la que me metí hasta el fondo; hay algo muy íntimo y personal de mí misma»–.
Pero su vuelta va a ser sonada. Acaba de estrenar El ángel,
inspirada en la trayectoria de uno de los criminales más famosos de
Argentina, Carlos Eduardo Robledo Puch –por cierto, le ha puesto a su
gato Carlitos en su honor–; ha terminado de rodar en Valencia la serie
El embarcadero, de los creadores de La casa de papel, y tendrá un
personaje en el nuevo largo de su amigo Pedro, Dolor y gloria. Título
que bien podría resumir esta entrevista.
Uno de los fotogramas de ‘Dolor y Gloria’ en los que aparece la actriz. Foto: El Deseo
Cuenta que cuando llegó a España en 1976 encontró un país luminoso.
Pero regresa ahora y las portadas de los periódicos hablan de dónde hay
que enterrar a Franco. ¡Es increíble! Tanto como que aún se sigan
buscando desaparecidos de la Guerra Civil. Hay una derechización mundial
y es terrible. Y lo peor es que está ocurriendo democráticamente,
primero con Trump. Nosotros tenemos a Brasil en la frontera. Y
lo que no se termina de entender es que hace cinco años gobernara Lula
y, ahora, tras unas elecciones y por el 56% de los votos en la segunda
vuelta, se elija a un facha que está a favor de la tortura. Eso indica que una parte importante del pueblo se vuelve homofóbico y
machista. Hay que hacer un análisis profundo. Creo que no se ha
politizado suficientemente al pueblo. Se eligen los mandatarios que
representan unos ciertos intereses y necesidades momentáneas y punto. Y
luego, cuando ya, teóricamente no les representan, se les lanza al
infierno, como ha sucedido con Lula, Dilma o Kirchner. Y, ya sabes, como
decía Goebbels: «Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad». Por eso si dices mil veces que Lula tiene la culpa de toda la
corrupción de los últimos 12 años en Brasil, miles de personas votarán a
Bolsonaro pensando que les salvará de ello. Los votantes de Lula son
los mismos que los de Bolsonaro. Ese es el problema. Y en eso creo que
tiene que ver mucho la manipulación del pensamiento, y es que casi no
hay pensamiento porque no nos alcanza el tiempo para pensar.
¿Cuáles son esos mecanismos de manipulación? Las redes sociales son un pantano: no han parado de decir que
Bolsonaro salvará al pueblo de la corrupción. En este momento,
políticamente, se utilizan de una manera que asusta. El poder que tienen
dentro de los militantes, dentro de los falsos militantes, las fake
news… Son un instrumento muy peligroso y debería empezarse a legislar
profundamente sobre ello.
Mono de cuero de HERMÈS y anillo con bola de DANIEL ESPINOSA JEWERLY. Foto: Natalia ¿Cómo ve la situación política en España a su regreso? Lo de Pedro Sánchez fue bien curioso visto desde fuera. Las cosas
fueron transcurriendo con una aparente tranquilidad que sorprendía: la
moción de censura, que Rajoy se fuera de un día para otro como muy
calmado, que de repente apareciera un gobierno lleno de mujeres, que
Podemos se manifestara cercano y no como enemigo interno del país… Bueno, veremos a ver qué pasa porque al final, como estamos viendo, la
clave la tiene la gente que vota. Y lo de los dirigentes del PP no tiene
nombre. Yo me pregunto: «¿Cómo eres tan joven y puedes pensar así?»,
«¿Cómo puedes pensar que el aborto ya estaba bien legislado en el año
85?» Es tremendo. Este mundo nos está tragando y lo más duro de todo es
que aparece el miedo.
Supongo que no hace falta que le pregunte si es feminista. Por supuesto. La lucha feminista ha tomado un rol fundamental en
cualquier hecho que tenga que ver con lo social y lo político. El 8 de
marzo fue un día impresionante e impactante. Es un orgullo sentir que
podemos luchar unidas. El MeToo ha destapado un debate social importante: el acoso en el mundo del cine. ¿Lo ha experimentado de cerca? En la miniserie argentina Historia de un clan en la que yo trabajaba,
una de las actrices, muy joven, acabó denunciando a un actor por acoso. De hecho, todos intentábamos que no estuviera nunca sola con él. Y la
realidad es que en ese momento, previo al MeToo, el director no hizo
otra cosa que matar a ese personaje masculino en el capítulo siete. No
hubo otra forma de librarse de él. Muy fuerte. Pero desgraciadamente
creo que este tipo de situaciones suceden en todas las profesiones.
Entonces faltan muchos MeToo por desenterrar…
Seguimos limitadas para poder contarlo, queda mucho trabajo de género
por hacer.
Y no solo sobre el acoso. Aunque referente a este tema y como
feminista, debo decir, porque así lo pienso, que «No es no», pero que
otra cosa es que no seas clara.
Y una sabe cuándo no ha sido clara. Hay
casos y casos. Lo que no me parece cuestionable es el tema de La Manada,
una violación clarísima.
Terrible. Hablo con conocimiento de causa: a
mí me violaron en España.
Viví una situación así en Madrid. Pero fue tan
fuerte que lo negué durante mucho tiempo.
Sucedió hace muchos años,
tantos que no me acuerdo del nombre de la persona. Ojalá lo recordara.
Cecilia junto a Pedro Almodóvar y Antonio Banderas en el rodaje de ‘Dolor y gloria’. Foto: @antoniobanderas
Si consiguiera recordar quién fue, ¿lo denunciaría?
No lo sé. Pero le llamaría y le diría: «Tú te aprovechaste de mí en
un momento en el que yo necesitaba que me protegieras». No era un amigo
mío; era un amigo periodista de mi exnovio. Mi pareja me había dejado y
yo estaba desesperada; quería que su colega me dijera: «Tranquila, te
sigue queriendo». Pero recibí todo lo contrario. Recuerdo que decía «no,
no, no…», hasta que me callé la boca porque ya estaba siendo violada. De alguna manera borré ese capítulo de mi vida, aunque siempre
estuvo ahí dentro. Hasta que conseguí verbalizarlo. Eso cuesta mucho.
Muchas veces no tenemos capacidad o no queremos verlo. Y nombrarlo es el
escalón más costoso.
¿Por qué nos cuesta hablar de ello aún? No sé si es por miedo, vergüenza o porque durante siglos la mujer ha
estado sometida a la voluntad patriarcal. Piensa que hay muchas mujeres
que deben estar siendo violadas ahora mismo en su propio matrimonio:
cuando tú a tu marido le dices no y él no te hace caso, es una
violación, y eso hay que saberlo. Hay otro tema en el que también predomina el silencio, tanto
de los que han perpetrado el crimen como de los propios afectados. Hablo
de la pederastia en la Iglesia. Cuando vivía en España, muchos amigos míos que iban a colegios
religiosos me contaban que los curas les tocaban. La de la pederastia es
una historia pegada al recorrido de la Iglesia en el mundo. Es
perverso. Para intentar resolverlo es fundamental que la Iglesia y el
Estado estén separados. Y segundo, que empiecen a salir los casos y que
el Papa se pronuncie más de lo que ha hecho. Los casos siguen aflorando y
es gravísimo. El individuo que ha sido violentado, violado y acosado
tendrá el trauma de por vida y más si se sigue manteniendo el poder del
que tiene el poder. Se seguirán cometiendo y consintiendo crímenes en
nombre de la Iglesia.
Lorenzo Ferro, Pedro Almodóvar, Cecilia Roth y Luis Ortega durante el Festival de Cannes. Foto: Cordon Press
Volviendo al MeToo, en alguna ocasión ha comentado que está
de acuerdo con algunos puntos de la declaración que firmaron Catherine
Deneuve y otras intelectuales francesas en contra de este movimiento.
¿Por qué? A ver, estoy de acuerdo con ellas con que la seducción no es delito.
Con lo que no estoy de acuerdo es con los actos machistas de seducción
que son naturalizados como un ‘aquí no pasó nada’. Por ejemplo, que el
hombre tenga la posibilidad de decirle a una mujer: «Qué buen culo
tenés». Pues mira, yo no quiero oír eso.
Difícil encontrar el equilibrio. Vivimos en una sociedad machista. Una actriz ha de levantarse aún una
hora y media antes que un actor para maquillarse y peinarse antes de
una escena y no te la pagan. Los iconos femeninos siguen siendo los del
buen vestir, los de las buenas maneras, los de la juventud. ¿Hay un
icono que sea una escritora y tenga más de 50 años? No. Pero hay que
combatir todos los estereotipos patriarcales, transformar lo que está
más naturalizado. ¿Cumplir años es aún un lastre para una mujer? Es mejor cumplirlos que no. Nunca he estado mejor de la cabeza que
ahora: lo tengo más claro que el agua. Pero en Occidente, la juventud
tiene un valor enorme. Eres valorable por el simple hecho de ser joven. No lo comparto. ¿Sobre el amor también se aprende con la edad? Me he enamorado varias veces a lo largo de mi vida. ¡Incluso me han
escrito algunas canciones! Con la edad lo que le pido a una relación es
paciencia porque no sé si podría vivir con alguien todos los días, creo
que no. De hecho no me pasa. No tengo ganas de comer a la misma hora que
otra persona siempre. Ni que él prepare la comida y yo el postre y
luego vayamos al cine y lo compartamos todo. Ahora tengo mucho respeto
por las relaciones de amistad y por el tiempo que merecen. Y priorizo
también pasar tiempo con mi hijo Martín, que me ha enseñado muchas
cosas, entre ellas, a amar más que a nadie en el mundo.
Supongo que quien le escribía canciones era el padre de Martín, Fito Páez. ¿Cuál es su relación actualmente? Tras trabajar mucho sobre nuestro vínculo, hemos logrado
reencontrarnos y conservar todo el amor que nos hemos tenido para
concentrarlo ahora en una relación que no es de pareja. Le quiero
muchísimo: es el padre de mi hijo y es un gran padre. Con Ariel, su hermano, ¿ha tenido siempre buena relación? Bueno… cuando mi madre estaba embarazada, yo cojeaba todo el tiempo. Me llevaron a médicos y no encontraban el qué me dolía, porque en
realidad era una llamada de atención para que me cogieran en brazos. Cuando nació Ariel parece ser que me enamoré profundamente. Y hoy sigo
enamorada de él. Lo adoro.
Su cumpleaños es el 8 de agosto. ¿Sabe ya qué depara 2019 a una Leo con ascendente Virgo como usted? ¡Eso es lo único que no voy a responder! Se plantea según lo manejes vos. Y, sin duda, tengo aún algunas cosas que resolver. Por curiosidad, ¿de dónde nace su profunda afición por la astrología, siendo tan realista como parece ser? Mi madre se hacía cartas astrales. Mi padre no: él es Tauro, cero
esotérico. Creo que es una ciencia. Yo, que hago terapia como la mayoría
de los argentinos (aunque con la salud pública tan empobrecida no sé si
todos podemos), he comprobado como muchas de las cosas que allí trato
se manifiestan luego, de la misma manera, en la revolución astral anual
que me hace mi astróloga en cada cumpleaños. Algo de verdad habrá.
La actriz y cantante malagueña, quien fuera niña prodigio del cine
musical de los años 60, será con este premio reconocida por toda su
carrera.
La actriz y cantante Pepa Flores (Málaga, 1948), más conocida como Marisol, recibirá la Medalla de Honor de la 71 edición de los premios anuales del Círculo de Escritores Cinematográficos (CEC), según ha anunciado este martes este colectivo que agrupa a guionistas y críticos de cine.
El premio es un reconocimiento a toda la carrera de quien fue niña prodigio del cine musical de los 60 y que en los 80 participó en algunos filmes de Carlos Saura (Carmen, Bodas de sangre), antes de retirarse a mediados de esa década.
Las Medallas CEC se entregarán en una gala que se celebrará el próximo 1 de febrero en el cine Palafox de Madrid. La novia, de Paula Ortiz y El desconocido, ópera prima de Dani de la Torre, parten como favoritas, con ocho y siete candidaturas respectivamente.
Junto a ellas competirán por el premio a la mejor película Un día perfecto, de Fernando León, que suma seis candidaturas; Truman, de Cesc Gay (5), y Techo y comida, de Juan Miguel del Castillo (5).
Nadie pone ya en duda el llamado “efecto Meghan”, o la capacidad de la duquesa de Sussex
para lograr que toda prenda o accesorio que viste en público se agote
en cuestión de minutos. Para las marcas pequeñas y bajo el radar que
Markle tiende a favorecer, la visibilidad global
que esto les aporta es el sueño hecho realidad de cualquier
departamento de relaciones públicas, y suele incidir de forma directa en
su cuenta de resultados.
Sobran los ejemplos:
tras la aparición de Markle con su modelo Percy, la firma londinense de
gafas de sol Finlay and Co. aumentó un 2.700% su facturación en Estados
Unidos;
ante el incremento de la demanda de sus bolsos, la escocesa
Strathberry ha ampliado plantilla y cuenta ya con un centenar de puntos
de venta —el más reciente, en el prestigioso Burlington Arcade, en
Londres—; la marca galesa de denim Huit se ha trasladado a un
taller más grande;
y la australiana Oroton, de quien Meghan ha llevado
sus bolsos cruzados y que parecía al borde de la liquidación, de momento
ha sorteado la bancarrota.
Nadie pone ya en duda el llamado “efecto Meghan”, o la capacidad de la duquesa de Sussex
para lograr que toda prenda o accesorio que viste en público se agote
en cuestión de minutos. Para las marcas pequeñas y bajo el radar que
Markle tiende a favorecer,
la visibilidad global
que esto les aporta es el sueño hecho realidad de cualquier
departamento de relaciones públicas, y suele incidir de forma directa en
su cuenta de resultados.
Sobran los ejemplos:
tras la aparición de Markle con su modelo Percy, la firma londinense de
gafas de sol Finlay and Co. aumentó un 2.700% su facturación en Estados
Unidos;
ante el incremento de la demanda de sus bolsos, la escocesa
Strathberry ha ampliado plantilla y cuenta ya con un centenar de puntos
de venta —el más reciente, en el prestigioso Burlington Arcade, en
Londres—; la marca galesa de denim Huit se ha trasladado a un
taller más grande;
y la australiana Oroton, de quien Meghan ha llevado
sus bolsos cruzados y que parecía al borde de la liquidación, de momento
ha sorteado la bancarrota.
Según cálculos de la consultora Brand Finance, las ventas de moda
asociadas al “efecto Meghan” podrían ascender a 150 millones de libras
(unos 171 millones de euros), además de ofrecer a las empresas
británicas una ventana de exposición única.
“La interacción entre una
firma y cualquier miembro de la familia real, pero particularmente las
duquesas, es como el mítico toque mágico que puede transformar el
desempeño de una marca de la noche a la mañana”, asegura Alex Haigh,
director de Brand Finance.
La certeza de que en esa relación no median
favores o intereses económicos —a Markle no le está permitido aceptar
regalos— añade credibilidad a ese sello de aprobación real.
Nadie pone ya en duda el llamado “efecto Meghan”, o la capacidad de la duquesa de Sussex
para lograr que toda prenda o accesorio que viste en público se agote
en cuestión de minutos. Para las marcas pequeñas y bajo el radar que
Markle tiende a favorecer, la visibilidad global
que esto les aporta es el sueño hecho realidad de cualquier
departamento de relaciones públicas, y suele incidir de forma directa en
su cuenta de resultados. Sobran los ejemplos:
tras la aparición de Markle con su modelo Percy, la firma londinense de
gafas de sol Finlay and Co. aumentó un 2.700% su facturación en Estados
Unidos; ante el incremento de la demanda de sus bolsos, la escocesa
Strathberry ha ampliado plantilla y cuenta ya con un centenar de puntos
de venta —el más reciente, en el prestigioso Burlington Arcade, en
Londres—; la marca galesa de denim Huit se ha trasladado a un
taller más grande; y la australiana Oroton, de quien Meghan ha llevado
sus bolsos cruzados y que parecía al borde de la liquidación, de momento
ha sorteado la bancarrota.
Según cálculos de la consultora Brand Finance, las ventas de moda
asociadas al “efecto Meghan” podrían ascender a 150 millones de libras
(unos 171 millones de euros), además de ofrecer a las empresas
británicas una ventana de exposición única. “La interacción entre una
firma y cualquier miembro de la familia real, pero particularmente las
duquesas, es como el mítico toque mágico que puede transformar el
desempeño de una marca de la noche a la mañana”, asegura Alex Haigh,
director de Brand Finance. La certeza de que en esa relación no median
favores o intereses económicos —a Markle no le está permitido aceptar
regalos— añade credibilidad a ese sello de aprobación real.
El fenómeno acaba de ponerse a prueba de nuevo tras el reciente tour de los duques de Sussex por Australia, Nueva Zelanda, Fiji y Tonga,
en cuya agenda Meghan tenía marcados inicialmente 76 compromisos
oficiales en 16 días; más de dos semanas en las que tanto su amiga
íntima y estilista oficiosa Jessica Mulroney como los blogs que documentan su estilo —como Meghan's Mirror o Mad about Meghan—
han trabajado a pleno rendimiento. Entre las marcas que acaban de
comprobar lo que supone ser tocadas por la varita mágica de Markle está
Theia, tal y como su director creativo, Don O'Neill —creador del vestido
Athena de color marfil que la exactriz llevó a una cena de estado
ofrecida por los reyes de Tonga—, explica con entusiasmo indisimulado:
“Sabíamos que a su Alteza Real le gustaba el vestido, pero no nos dieron
detalles sobre si se lo pondría y cuándo. Ese jueves decisivo me
levanté a las 5.30, abrí Instagram, ¡y ahí estaba! El corazón me dio un
vuelco, casi tiro el teléfono y se me llenaron los ojos de lágrimas. Me
sentía como si tuviera 6 o 7 años y Santa Claus me hubiera traído el
mejor regalo de Navidad de la historia”. Ese día, la web de Theia
recibió 13.000 visitas adicionales y su perfil de Instagram, otras 42.000.