Grease, Pretty Woman o El diario de Noa son algunas de las películas más queridas por los espectadores que no serían bien recibidas si llegaran hoy a las salas.
La historia de Olivia Newton-John y John Travolta no supera el examen del tiempo.
Foto: Paramount
Apuestos príncipes azules que besan sin consentimiento,
jóvenes que se rifan a las chicas como meros juguetes sexuales o
personajes femeninos cuya única misión es la de enseñar cacho mientras
son salvadas por el héroe socarrón de turno.
Revisitar algunos de los
clásicos del cine más idolatrados por los espectadores con las gafas de
2018 puestas puede convertirse en una experiencia traumática para más de
uno.
Con varias celebrities incluso prohibiendo
el visionado a sus retoños de ciertos clásicos infantiles, esta es
nuestra selección de algunas de las escenas más míticas del cine mainstream y que peor han envejecido.
La historia de Olivia Newton-John y John Travolta no supera el examen del tiempo.
Foto: Paramount
Apuestos príncipes azules que besan sin consentimiento,
jóvenes que se rifan a las chicas como meros juguetes sexuales o
personajes femeninos cuya única misión es la de enseñar cacho mientras
son salvadas por el héroe socarrón de turno.
Revisitar algunos de los
clásicos del cine más idolatrados por los espectadores con las gafas de
2018 puestas puede convertirse en una experiencia traumática para más de
uno.
Con varias celebrities incluso prohibiendo
el visionado a sus retoños de ciertos clásicos infantiles, esta es
nuestra selección de algunas de las escenas más míticas del cine mainstream y que peor han envejecido.
Dirty Dancing
Debido al 30 aniversario del estreno del filme protagonizado por
Patrick Swayze y Jennifer Grey y el lanzamiento del libro de Hadley
Freeman
The Time Of My Life, varias publicaciones han
revisitado el subtexto que subyace de otro de los incunables del cine
romántico sin ponerse de acuerdo. Mientras unos
la tildan
como una obra feminista, proabortista y que aboga por la liberación
sexual de la mujer, otros califican de “siniestra” la relación entre una
joven que apenas ronda la mayoría de edad y un instructor de baile
maduro (nunca sabemos su edad real) que a los 20 segundos de toparse con
ella en la pista de baile ya está restregándole su ondulante pelvis.
Johnny Castle da la impresión de ser ducho en esto de ligarse a las
hijas de los huéspedes, teniendo en cuenta que al comienzo del filme su
encargado le pide que “les quite las manos de encima” y se limite a
enseñarlas a bailar. “¿Es un depredador en serie?”, llega a preguntarse
Thrillist. Siempre nos quedará su banda sonora…