La intérprete, que obtiene más ingresos como prescriptora que por sus interpretaciones, se prepara para profesionalizar su faceta de moda y lanzará una web propia antes de finales de año.
No se trata de restar méritos profesionales a quien los tiene.
Paula Echevarría lleva 18 años labrándose una carrera de actriz que comenzó en el año 2000 con pequeños personajes televisivos en series como Al salir de clase, Policías o Compañeros.
Le siguieron un goteo de papeles en teatro, cine y televisión y en 2006 su matrimonio con David Bustamante, producto de la exitosa primera edición de Operación Triunfo.
La suma de su carrera como actriz, de una vertiginosa progresión mediática y de su imagen blanca, cercana, familiar y glamurosa creó una tormenta perfecta que Paula Echevarría ha sabido aprovechar en un campo totalmente ajeno a su trabajo como intérprete.
A su profesión de actriz se sumó, a velocidad de Fórmula 1, la de icono de estilo y reclamo publicitario.
La intérprete, de 41 años, ha dicho en más de una ocasión que es la gente la que la considera una influencer, que ella hace lo que ha hecho siempre: “preocuparse de lo que me pongo porque siempre me ha gustado mucho la moda”.
Pero también es cierto que ha sabido distinguir el tirón que genera en el público y rentabilizarlo.
No me gusta nada esta chica, no es guapa, no tiene estilo, es vulgar......eso si en su casa pasan cosas....
Lo que empezó como afición se ha convertido en una fuente de ingresos que supera a los que consigue con su trabajo como actriz. De los 269 posts que lleva colgados en su cuenta de Instagram este año —donde tiene 2,4 millones de seguidores— 91 son publicitarios y los expertos le calculan ganancias de alrededor de un millón de euros al año solo por este concepto en lo que va de año.
Sumen campañas integrales con marcas como Pantene o Samsung y darán con el motivo por el que la actriz ha decidido profesionalizar aún más su faceta de prescriptora y lanzar su propia web antes de que acabe el año.
Es todo lo que reconoce su representante además de asegurar que es falso que se disponga a crear una firma propia de moda.
“Será una web con información sobre todas las facetas de Paula, es todo lo que podemos decir por ahora”, ha explicado.
Un movimiento que probablemente no será ajeno a que la regulación de la publicidad en Instagram se atisba en un horizonte no muy lejano, y que tratará de imponer la regla de oro que ya funciona en el resto del sector:
Prohibido mencionar o recomendar productos o marcas sin decir que es publicidad si cobras por ello.
Expertos en el mundo de la moda que conocen de cerca a Paula Echevarría aseguran “que se involucra al 100% en sus estilismos y no publicita nada con lo que no se sienta a gusto e implicada a nivel personal. En eso es íntegra y honesta”.
Algunos famosos, según los especialistas, dan imagen; otros, entre los que se encuentra Paula Echevarría, además hacen caja.
“Los clientes se presentan en las tiendas con la foto de Paula con un vestido, un bolso o unos pantalones.
Y van a comprar”, dice uno de los responsables de una conocida agencia de comunicación que agrupa a varias marcas del sector.
No existe una fórmula mágica que garantice el éxito pero las cifras que acompañan a Echevarría dan idea de por dónde anda el juego. La empresa Personality Media se dedica a analizar personajes y su valor para las marcas.
Santiago Mollinedo, su director general, afirma que Paula Echevarría tiene tirón porque hay características que la hacen distinta: “Es moderna, genera tendencia, es hogareña, natural, familiar, tiene una tremenda repercusión en medios y ha construido valor con su carrera profesional.
Su público son las mujeres de su edad y las jóvenes. A las jóvenes les gusta porque querrían ser como ella y a las de su edad porque se sienten cómodas con ella”, explica.
Sabe tratar a sus marcas y piensa a largo plazo cuando otros en su lugar apuestan por dar zarpazos a corto.
Ella no.
En belleza sus golpes de melena llevan años identificados con una marca concreta a la que mima hasta en el precio que para ellos pone a su imagen.
La confianza y la amistad tiene esas cosas: permitirse recomendar prendas y productos gratis o a precio de saldo, a tenor de su caché. Solo porque puede.
En cualquier caso, sus nuevos proyectos no deben dejar de lado su vertiente interpretativa porque los consumidores valoran a quien crece profesionalmente.
“Eso es lo que ayuda a construir una marca celebrity duradera y las espectativas sobre su carrera de actriz no están funcionando como muchas marcas esperaban tras el éxito de la serie Velvet”, afirma Mollinedo.
Pero resalta que Echevarría —divorcio incluido— vende más que moda. “Genera confianza, la publicidad le da visibilidad y llama a más trabajo”.
El círculo perfecto para augurar un largo recorrido a quien las mujeres consideran la más elegante y la que marca más tendencia. ¡Palabra de estudio de mercado!
Los expertos también afirman que no necesita meterse en el lío que
significa crear una firma de moda propia. La describen como una mujer
coherente a quien le cuesta meter la pata y que podría quebrar su imagen
para siempre si fallara en este terreno. “Como mucho prestará su nombre
para lanzar alguna colección”.
Paula Echevarría lleva 18 años labrándose una carrera de actriz que comenzó en el año 2000 con pequeños personajes televisivos en series como Al salir de clase, Policías o Compañeros.
Le siguieron un goteo de papeles en teatro, cine y televisión y en 2006 su matrimonio con David Bustamante, producto de la exitosa primera edición de Operación Triunfo.
La suma de su carrera como actriz, de una vertiginosa progresión mediática y de su imagen blanca, cercana, familiar y glamurosa creó una tormenta perfecta que Paula Echevarría ha sabido aprovechar en un campo totalmente ajeno a su trabajo como intérprete.
A su profesión de actriz se sumó, a velocidad de Fórmula 1, la de icono de estilo y reclamo publicitario.
La intérprete, de 41 años, ha dicho en más de una ocasión que es la gente la que la considera una influencer, que ella hace lo que ha hecho siempre: “preocuparse de lo que me pongo porque siempre me ha gustado mucho la moda”.
Pero también es cierto que ha sabido distinguir el tirón que genera en el público y rentabilizarlo.
No me gusta nada esta chica, no es guapa, no tiene estilo, es vulgar......eso si en su casa pasan cosas....
Lo que empezó como afición se ha convertido en una fuente de ingresos que supera a los que consigue con su trabajo como actriz. De los 269 posts que lleva colgados en su cuenta de Instagram este año —donde tiene 2,4 millones de seguidores— 91 son publicitarios y los expertos le calculan ganancias de alrededor de un millón de euros al año solo por este concepto en lo que va de año.
Sumen campañas integrales con marcas como Pantene o Samsung y darán con el motivo por el que la actriz ha decidido profesionalizar aún más su faceta de prescriptora y lanzar su propia web antes de que acabe el año.
Es todo lo que reconoce su representante además de asegurar que es falso que se disponga a crear una firma propia de moda.
“Será una web con información sobre todas las facetas de Paula, es todo lo que podemos decir por ahora”, ha explicado.
Un movimiento que probablemente no será ajeno a que la regulación de la publicidad en Instagram se atisba en un horizonte no muy lejano, y que tratará de imponer la regla de oro que ya funciona en el resto del sector:
Prohibido mencionar o recomendar productos o marcas sin decir que es publicidad si cobras por ello.
Expertos en el mundo de la moda que conocen de cerca a Paula Echevarría aseguran “que se involucra al 100% en sus estilismos y no publicita nada con lo que no se sienta a gusto e implicada a nivel personal. En eso es íntegra y honesta”.
Algunos famosos, según los especialistas, dan imagen; otros, entre los que se encuentra Paula Echevarría, además hacen caja.
“Los clientes se presentan en las tiendas con la foto de Paula con un vestido, un bolso o unos pantalones.
Y van a comprar”, dice uno de los responsables de una conocida agencia de comunicación que agrupa a varias marcas del sector.
No existe una fórmula mágica que garantice el éxito pero las cifras que acompañan a Echevarría dan idea de por dónde anda el juego. La empresa Personality Media se dedica a analizar personajes y su valor para las marcas.
Santiago Mollinedo, su director general, afirma que Paula Echevarría tiene tirón porque hay características que la hacen distinta: “Es moderna, genera tendencia, es hogareña, natural, familiar, tiene una tremenda repercusión en medios y ha construido valor con su carrera profesional.
Su público son las mujeres de su edad y las jóvenes. A las jóvenes les gusta porque querrían ser como ella y a las de su edad porque se sienten cómodas con ella”, explica.
Sabe tratar a sus marcas y piensa a largo plazo cuando otros en su lugar apuestan por dar zarpazos a corto.
Ella no.
En belleza sus golpes de melena llevan años identificados con una marca concreta a la que mima hasta en el precio que para ellos pone a su imagen.
La confianza y la amistad tiene esas cosas: permitirse recomendar prendas y productos gratis o a precio de saldo, a tenor de su caché. Solo porque puede.
En cualquier caso, sus nuevos proyectos no deben dejar de lado su vertiente interpretativa porque los consumidores valoran a quien crece profesionalmente.
“Eso es lo que ayuda a construir una marca celebrity duradera y las espectativas sobre su carrera de actriz no están funcionando como muchas marcas esperaban tras el éxito de la serie Velvet”, afirma Mollinedo.
Pero resalta que Echevarría —divorcio incluido— vende más que moda. “Genera confianza, la publicidad le da visibilidad y llama a más trabajo”.
El círculo perfecto para augurar un largo recorrido a quien las mujeres consideran la más elegante y la que marca más tendencia. ¡Palabra de estudio de mercado!
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