Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

8 nov 2018

¿Rosaqué?...................................... Luz Sánchez-Mellado.......

Con Rosalía se agotan las hipérboles y los superlativos en una industria que no se casa con nadie que no acredite dote y que no tiembla al devorar a sus hijos si les salen rana.

 

rosalia
Concierto de Rosalía en la madrileña plaza de Colón. EL PAÍS
Hasta hace días, Rosalía, así, a secas, era Rosalía de Castro, la divinidad del XIX. 
Hoy hay que estar muerto para ignorar que Rosalía, así, a secas, es Rosalía Vila, la diosa del XXI si hacemos caso a sus exégetas. Puede gustarte o cargarte.
 Puedes, como algunos, dedicarte a contar lo que pasa y fingir que ni la conoces ni falta que te hace. 
Pero asistimos al nacimiento —vale, fabricación— de una diva planetaria.
 Conciertos multitudinarios, contratos multimillonarios, actuaciones globales, famosos mundiales confesándole amor inconmensurable. Rosalía agota hipérboles y lisonjas en una industria que no se casa con nadie ni tiembla si tiene que devorar a sus hijos.
La aludida, 25 añitos, parece haber estado ahí siempre.
 Da todas las entrevistas, se hace todas las fotos, dice que sí a todo, o no sabemos a todo lo que se niega.
 Hablé con ella hace un mes. Ya había navajazos por estar en su órbita.
 Me pareció más niña que mujerona. Después la he visto hasta en la sopa, cierto. Siempre sin un pero ni un dengue ni una queja. En lo suyo manda ella, dice, y parece cierto.
 Es sabido que nadie puede exigirle tanto a nadie como a uno mismo. Llegará lejos. 
Ya lo ha hecho. Tiene un talento fuera de duda, la ambición necesaria y el poder de ponerte la piel de gallina.
 Si está ebria de éxito no la culpo.
 Ha de ser estupefaciente que tus ídolos te muestren su arrobo. Circula un vídeo en el que Pedro Almodóvar, asomado al pasillo por el que la doña sale a escena, trata de que se le pare como si él fuera el fiel y ella la Virgen a la que cantarle una saeta.
 “Rosalía, guapa, que soy Pedro”, insiste, devotísimo, mientras la diva sigue su camino.
 Estoy segura de que estaba tan en su nube que ni oyó el requiebro de su mito. 
Su disco se llama El mal querer, pero hoy es ella la idolatrada.
 Dice tener quien le baje los humos y oler a un pelota a la legua. Ojalá conserve ese instinto. Por ahora es aún la otra Rosalía.
 Ni más, ni menos.

6 nov 2018

Se reabre el caso de Mario Biondo, marido de Raquel Sánchez Silva, con una tercera autopsia

El cuerpo del cámara, fallecido en 2013, está siendo objeto de un nuevo examen a petición de su familia que no acepta el dictamen de que fue un suicidio.

 

Raquel Sánchez Silva y el que fue su marido Mario Biondo.
Raquel Sánchez Silva y el que fue su marido Mario Biondo. GTRESONLINE

Arcuri y la Fiscalía piden a la Audiencia que confirme la prisión para Juana Rivas

El abogado del padre dice que la condenada conocía las consecuencias de no devolver los niños a Italia.

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 Juana Rivas llega a los juzgados de Granada el pasado 2 de octubre.
Juana Rivas llega a los juzgados de Granada el pasado 2 de octubre.
La consideraba culpable de dos delitos de sustracción de menores. Ahora es el momento de los recursos y toca a la Audiencia Provincial ratificar o no esa condena.
 Hace unos días fue el abogado defensor de Rivas quien presentó su escrito.
 En él solicitaba la libre absolución de su defendida o, en su defecto, que se estableciera un único delito de sustracción, lo que podría suponer dos años de cárcel y, en su caso, la posibilidad de no entrar en prisión.
 Hoy, tanto la defensa de Francesco Arcuri como la Fiscalía han presentado sendos escritos insistiendo en que se mantenga la sentencia original.
El abogado de Arcuri, Enrique Zambrano, y la Fiscalía coinciden en que a la condena impuesta por el juez Manuel Piñar en julio no cabe quitarle ni un día. 
Además, ambos insisten en que el recurso de Juana Rivas no se mantiene en ninguno de sus puntos. 
La Fiscalía, no obstante, se muestra un poco más flexible en lo que respecta a la indemnización de 30.000 euros por dañar el honor de Francesco Arcuri y admite que “se podría moderar la cuantía inicialmente fijada”.
 La reducción la deja ya en manos de la Fiscalía. 

uana Rivas vivía en Italia con su expareja desde 2013 y hasta mayo de 2016, cuando volvió a España con sus hijos. Entonces presentó una denuncia por violencia de género contra Arcuri y durante un año y algunos meses mantuvo a sus hijos, de 4 y 11 años ahora, con ella en España. Su marido presentó una denuncia por sustracción. Los jueces ordenaron a Rivas que devolviera a los niños en varias ocasiones. En julio de 2017, ante un ultimátum judicial, Rivas desapareció durante un mes con los niños y, finalmente y por consejo de sus abogados, los entregó a final de agosto a su padre. Desde entonces los niños viven con él en Carloforte, una pequeña isla al sur de Cerdeña, en Italia.
El abogado de Arcuri insiste en que en todo momento Juana Rivas conocía las consecuencias de llevarse a los niños con ella, entre otras cosas, porque así se lo había advertido el propio Arcuri y la abogada de oficio que la representaba en aquel momento.
 La Fiscalía insiste en que “visto el despliegue de resoluciones judiciales claras, contundentes y debidamente notificadas" para que entregara a los niños, así como "el despliegue de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para garantizar su cumplimiento, cabe preguntarse "qué es exactamente lo que doña Juana no comprendía o qué labor profusa y compleja realizó su entorno asesor para desvirtuar esta realidad jurídica aplastante”. 
El abogado de Arcuri sostiene en su escrito que Rivas "ha sido dueña absoluta de su destino.
 Ella ha marcado en todo momento qué es lo que quería”.

En cinco o seis meses podría haber ya una resolución de la Audiencia Provincial, pero eso no agota el proceso, quedan instancias como el Tribunal Supremo, el Tribunal Constitucional, etcétera antes de saber si, finalmente, Rivas entra en prisión.
Acto académico
La Universidad de Granada (UGR) ha celebrado este martes una jornada sobre el caso Juana Rivas, dirigida por Francisca Granados, directora del Centro de la Mujer de Maracena y profesora de la Facultad de Derecho de la UGR. 
En ella ha participado la vicerrectora de Responsabilidad Social de la institución así como diversos especialistas que han asesorado o ayudado en la defensa de Rivas como la propia Granados o el profesor Miguel Lorente.
 No lo ha hecho José Estanislao López, quien hasta hace una semana ha llevado la defensa de Juana Rivas.
 A media mañana del martes, Enrique Zambrano, abogado de Francesco Arcuri, ha presentado una queja formal a la rectora de la universidad por este acto al considerar que “mancilla su prestigio… permitiendo que varios participantes lo hagan como miembros de la comunidad docente de la misma para seguir denostando a la Justicia, a mi mandante y a sus hijos”.
 Un portavoz de la universidad ha dicho que “no toman partido” y que se trataba de una actividad académica “de carácter técnico” a la que la institución se limitaba a acoger.

 

El relato de Ana Julia: “Cogí a Gabriel de los bracitos y lo metí en el agujero”

La autora confesa del asesinato del niño relata ante el juez cómo entierra el cadáver y cómo va a buscarlo posteriormente.

"Yo solo lo cogí de los dos bracitos y lo metí en el agujero", cuenta Ana Julia Quezada. 
 La autora confesa del asesinato del pequeño Gabriel Cruz ha narrado ante el juez, en un interrogatorio de hora y media, cómo acabó con la vida del niño de ocho años, hijo de su pareja, Ángel. La mujer pasó 12 días junto a su novio, acompañándolo en la búsqueda del crío.
 "Él estaba desesperado y yo no sabía qué hacer, no sabía cómo decirle...", afirma.
 Así que en ese periodo fingió no saber su paradero y pidió ante la opinión pública ayuda para localizarlo. 
Según confesó posteriormente, había acabado con la vida del niño el mismo día en que desapareció, el pasado 27 de febrero. 
"He perdido todo.
 He perdido a Gabriel. He perdido a mi hija. 
He perdido a Ángel", dice Quezada, entre lágrimas, ante el juez. Durante el interrogatorio, hay momentos en los que se derrumba y otros en los que se mantiene firme, como cuando describe cómo colocó la camiseta que vestía el pequeño en una zanja para despistar a los investigadores. 
 "Ángel subió un poco para arriba para mirar una ruina y me quedo en la zanja. 
Ahí es donde pongo la camiseta", cuenta la mujer, que se encuentra en prisión preventiva.
 Desde el instante en que apareció la prenda del niño, la policía sospechó de su implicación.
 Días después, ella misma cayó en su propia trampa al volver a la finca donde cometió el crimen. 
"Lo saqué del agujero, cogí a Gabriel y lo metí en el maletero", dice. 
Los investigadores, que seguían su pista, la detuvieron cuando trasladaba el cadáver del niño.