Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

26 oct 2018

La mujer que se jugaba la vida por Hitler tres veces al día

Una novela resucita el caso de Margot Wölk, única superviviente del grupo de 15 catadoras organizado para que el dictador no muriera envenenado.

   

Margot Wolk
Hitler, en un almuerzo en el campo. Getty Images
Cada mañana durante cerca de dos años Margot Wölk (Berlín, 1917-2014) recorrió en autobús, rodeada de soldados de las SS, la distancia que separaba la casa de sus suegros en la Prusia Oriental de la Guarida del Lobo, el complejo militar desde el que Hitler trataba de no perder la Segunda Guerra Mundial.
 Allí ingería, angustiada, manjares al alcance de muy pocos en una Alemania devastada por la economía de guerra, consciente de que cada bocado podía ser el último. 
Wölk era una de las 15 mujeres que probaban la comida de Hitler antes que él para evitar que muriera envenenado por sus enemigos –reales o imaginados– y fue la única que sobrevivió a la contienda, tras la que se sumió en un silencio que duró décadas y que solo rompió al final de su vida.
 Ahora Rosella Postorino (Reggio Calabria, 1978) ha llevado a la ficción esta historia de lucha por la supervivencia, amor y culpa en la novela La catadora (Lumen).
Margot Woelk en Berlín en 2013.
Margot Woelk en Berlín en 2013. AP
“Ella mantuvo vivo el nazismo y a Hitler.
 No era de las SS pero estuvo en contacto con el mal absoluto, se enamoró de un nazi, perdió a personas a las que amaba y que no supo proteger y sentía una culpa enorme por todo eso.
 Al final sobrevivió, como hicieron tantas mujeres de ese siglo, pero para vivir como una persona que no tenía redención posible”, cuenta Postorino a EL PAÍS para hablar de la protagonista de su novela, Rosa Sauer, y de Wölk como si fueran una única mujer.
La catadora habla del instinto de supervivencia que prevalece por encima del horror.
 Wölk escapó del refugio de los jerarcas nazis en el tren de Goebbels, al que accedió gracias a un SS con el que tuvo una relación.
 Sus compañeras fueron fusiladas por el Ejército Rojo. 
Tras sobrevivir, y colaborar con la barbarie nazi, fue víctima de la brutalidad de los soldados soviéticos que la violaron y maltrataron durante 14 días.
 Después, un muro de silencio, el recuerdo del horror, la culpa del superviviente de la que habla Primo Levi.
Hitler no comía bien, su dieta era un alarde de desequilibrios con cierta predilección por las habas de soja, tenía serios problemas estomacales y se atiborraba de pastillas contra la flatulencia. 
Las catadoras tenían que probar todos los platos una hora antes y esperar para ver si estaba en condiciones o, por el contrario, iban a morir envenenadas.
 Algunas lloraban mientras tragaban.
 Para Wölk, comer nunca volvió a ser lo mismo.
 “La vecina de Margot en Berlín me dijo cuando estaba investigando para la novela que era una persona difícil en la mesa. Comer, el gesto principal que hacemos todos para poder vivir, se había visto alterado a partir de ese momento por la experiencia de haber sido catadora de Hitler y eso no lo podría superar nunca”, reflexiona Postorino. 

Wölk se jugaba la vida tres veces al día por Hitler pero nunca lo conoció. 
El dictador aparece en la novela siempre en boca de otros, como deidad o ridiculizado,
 “alguien que dispone de la vida de los demás pero que es invisible”. 
El humor y la ironía recorren el libro como hicieron también en la vida real de estas jóvenes convertidas en esclavas. 
Postorino cree que es una de las pocas maneras que tenemos de sobrevivir frente al horror.
 Cuando se le pregunta por la apuesta por la primera persona para la narración, la escritora italiana habla de la obsesión en que se convirtió el caso cuando lo conoció, la frustración tras la muerte de Wölk la misma semana que iba a hablar con ella, el recurso a la ficción con una pregunta siempre gobernando la acción literaria: “¿Qué habría hecho en una situación de precariedad existencial tal que me hubiera empujado a hacer esa concesión: arriesgar mi vida tres veces al día para sobrevivir?”

Amor y muerte en la barbarie

La escritora Rosella Postorino.
La escritora Rosella Postorino.
Cuando Rosella Postorino se entera del caso de Margot Wölk se lanza a una carrera desesperada para hablar con ella que se frustra con su muerte.
 Empeñada en contar la historia, Postorino se documenta a fondo para construir la ficción.
 "Para ser fiel al contexto histórico he tenido que estudiar muchísimo: la alimentación del Führer, con las recetas de los platos que comía, cartas, entrevistas, libros, escuchas telefónicas, testimonios, perfiles psicológicos, novelas ambientadas en esa época.... 
Un estudio muy vasto que me ha permitido conocer los detalles para darle credibilidad al relato", cuenta la autora de La catadora (Premio Campiello en Italia) que aclara que solo ese contexto y las líneas generales de la vida de Wölk, Sauer en la novela, son reales.
 Lo demás, queda para la ficción. 
"En mi novela lo que se desprende es que estas mujeres que están siendo tratadas como cobayas, que están en una prisión, son casi esclavas aunque les paguen, y la única manera de sobrevivir es con relaciones que contemplan la frivolidad, las peleas por una tontería... y sobre todo que todas ellas con su dignidad aplastada recurren al amor como forma de defender la dignidad del ser humano", cuenta.


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25 oct 2018

No es por maldad La ausencia de Edmundo en este delicado momento preocupa a Terelu y a Carmen

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María Teresa Campos Bigote Arrocet

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La ausencia de Edmundo en este delicado momento preocupa a Terelu y a Carmen Borrego

María Teresa Campos Bigote Arrocet
Ya lo celebró con Edmundo
¿Qué? ¿Cómo? ¿Que María Teresa Campos ha roto con Bigote Arrocet? ¡Falsa alarma, amigos! ¡Es mentira! Edmundo ha estado al lado de Teresa desde que salió de ‘Supervivientes’, veinticuatro horas diarias, poniendo humor en una relación que no siempre ha sido fácil, porque ella, como todas las mujeres interesantes, tiene el carácter muy fuerte.
Si ahora se ha ido un mes es porque no puede tener más tiempo desatendidos sus negocios en Chile. Una ausencia que preocupa a sus hijas en este delicado momento.
 No solo por la doble mastectomía de Terelu, sino porque Teresa acusa ciertas molestias derivadas del ictus que padeció el año pasado, sobre todo un fastidioso acúfeno (ya saben, pitidos en el oído) y algunos mareos.
 Y les preocupa tanto que le han pedido a su gran amiga Belén Ro que se traslade a casa de mamá estos días para acompañarla.
  Una casa, por cierto, que sigue siendo suya, aunque ya ha recibido las arras de una posible venta.
 
Pero no hay un reproche para Edmundo. Las hijas opinan que es la mejor pareja que ha tenido: “Es buena persona, alegre, siempre tiene una broma, un chiste, una canción para levantarle el ánimo a Teresa, que a veces se pone triste porque sigue añorando su trabajo y cree que todavía hay un sitio para ella en televisión”.
 Su mayor inquietud en estos momentos, de todas formas, es Terelu. La madre no se enteró de cuándo iba a ser intervenida hasta el día antes de decirlo en televisión. 
 No se lo contaron para que no sufriera.
 Las hijas la protegen tanto que parece como si los papeles se hubieran cambiado y ellas fueran las madres. 
Aunque Teresa a veces parece que no lo valore (ay, esa escena que muchos presenciaron en un corte de publicidad la última vez que coincidieron en televisión), no hay mejores hijas que ellas.
  3.Edmundo Arrocet. Motivos profesionales

Después de ver los vídeos de las visitas que ha recibido Terelu Campos tras su ingreso para someterse a una doble masectomía, Kiko Hernández se preguntaba dónde está Edmundo Arrocet.
 ¿Por qué no está con María Teresa en un momento tan difícil para ella? El colaborador y sus compañeros han opinado en 'Sálvame' sobre tan sonada ausencia.
Según la versión de Belén Rodríguez, Edmundo tenía un viaje programado y eso le ha impedido estar junto a María Teresa durante la operación de su hija. 
Por su parte, María Patiño preguntaba a Kiko Hernández si tenía alguna información referente a si la pareja podría estar atravesando una crisis. Su compañero decía que no sabía nada al respecto pero hacía una observación: 
“Yo en el último reality de 'Las Campos' les vi muy distanciados, en el de Argentina… Y ahora veo, en un momento muy complicado para Terelu y Teresa, que Bigote no está…” 

Belén Rodríguez aseguraba que no le consta que haya problemas de pareja entre Edmundo y María Teresa: “Sé que Bigote se ha ido una temporada. No sé si se ha ido a ver a sus hijos ni a dónde”.
 Gema López daba su opinión al respecto: “Yo, a mi pareja le quiero para estar cosas no para irme de viaje ni celebrar la Navidad”.
¿Cómo habrá sentado a María Teresa Campos la ausencia de su pareja durante estos días? Kiko Hernández lo tiene claro.
 “Yo creo que esto le ha sentado a María Teresa como una patada en el pie…”, decía el colaborador el 'Sálvame'. La presentadora, Paz Padilla, que conoce a Edmundo, también opinaba: "Es tan cariñoso, tan detallista tan atento, que me cuesta pensar que frívolamente haya decidido marcharse de viaje en este momento”.
 
Belén Rodríguez continuó defendiendo a Bigote Arrocet: “Edmundo ha estado siempre al lado de Teresa, ha estado en todas las operaciones de Terelu… Ahora se habrá tenido que marchar a solucionar algún asunto”
 La periodista María Patiño pensaba que lo mejor era que se dejase de especular y así lo expresaba: “Llama la atención que no esté Edmundo pero no hay que sacar conclusiones precipitadas”.
Al parecer, han sido motivos profesionales los que han hecho que Bigote Arrocet estuviese fuera de España. Así lo ha contado él mismo a Look: “Estoy en América desde el día antes que operaron a Terelu. He viajado por motivos de trabajo”.
 El cómico ha contado al medio citado que llegará a Madrid el 4 de noviembre.