Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

6 oct 2018

La verdadera historia de lo que costó el ‘Guernica’ a la República

Una reconstrucción histórica de la compra del mural de Picasso a raíz de unas declaraciones de Pérez-Reverte arroja luz sobre las motivaciones del artista.

Picasso, pinta el 'Guernica', en 1937. En vídeo, así se hizo el cuadro.
El Gobierno republicano español vio en la Exposición Internacional de París de 1937 una gran oportunidad para buscar adhesiones en su lucha contra la sublevación militar encabezada por Franco. 
Por eso se marcaron como gran objetivo la participación en su pabellón de grandes artistas de vanguardia, como Pablo Picasso. Este aceptó el encargo, por el que acabó cobrando 200.000 francos, a pesar de su “resistencia” a “aceptar subvención alguna de la Embajada por la realización del Guernica, ya que hace donación de este cuadro a la República española”, según explicó el escritor Max Aub el 28 de mayo de 1937 en una carta al embajador Luis Araquistáin.
 En ella contaba que había conseguido que el artista aceptase un cheque de 150.000 francos; los otros 50.000 los había recibido unas semanas antes como adelanto para cubrir gastos.

“A Picasso se le pagó el Guernica, y muy bien para la época, pero lo hizo porque le salió del alma, no por dinero”, asegura la historiadora del arte Josefina Álix, una de las personas que más ha estudiado aquel episodio, en referencia a las recientes declaraciones del escritor Arturo Pérez-Reverte recogidas en este diario
“Picasso no pintó el Guernica por patriotismo, sino por muchísimo dinero”, dijo el pasado martes en París durante la presentación de su última novela, Sabotaje.

Y es en el contexto de esa obra —“fuera de la novela, no tengo nada que decir”— en el que Pérez-Reverte enmarcaba este viernes, en conversación telefónica, sus palabras.
 “Que Picasso cobró 200.000 francos por el Guernica y no pisó España en toda la Guerra Civil es un hecho concreto, real, que yo utilizo en mi novela, que no es sobre Picasso, sino sobre un espía franquista en la que Picasso sale como secundario. 
Yo soy un escritor profesional y me reservo el privilegio —el divertido privilegio— de novelar lo que me dé la gana.
 No como el historiador del arte que no soy, sino como el novelista que soy. 
Si alguien hace de esto un debate político, ideológico o artístico, lo agradezco por la publicidad que me hacen, pero me importa un rábano.
 Sabotaje solo es una novela”, dijo.
Pero en ese juego de ficción, algunos historiadores —como la profesora de la Autónoma de Madrid Nere Basabe, que difundió en Twitter la carta de Aub al hilo de las palabras del escritor— creen que conviene dejar claro qué es lo que dicen los estudios y los especialistas, sobre todo cuando se trata de uno de los cuadros más importantes de la historia de España, explica por teléfono Basabe.
Así, Álix empieza explicando que Picasso aceptó desde el principio la petición que le habían hecho en diciembre de 1936. 
La misma que le reiteró en los primeros días de enero de 1937, en una visita a su taller de la calle de Boétie, una delegación formada, entre otros, por los escritores Max Aub, Juan Larrea y Louis Aragon, y los arquitectos Luis Lacasa y Josep Lluis Sert, encargados de levantar el espacio expositivo.
 Sin embargo, durante meses, el artista no hizo absolutamente nada —“o apenas unos apuntes”— porque, inmerso en sus problemas personales, no se le ocurría qué hacer.
Hasta que se produjo el bombardeo de la villa de Guernica por parte de la aviación nazi, suceso al que siguieron grandes manifestaciones de repulsa en París el 1 de mayo de 1937. 
“Ese mismo día se puso a trabajar en el mural”, señala Álix.
 Y lo hizo, continúa, “absolutamente revuelto por la situación y las circunstancias”, sin pedir dinero alguno para sufragar los importantes gastos que su trabajo suponía; aparte de las pinturas y el lienzo, tuvo que alquilar un taller más grande para contener el enorme tamaño de la obra: 7,7 metros de ancho y 3,49 de alto.
El comisario del pabellón, José Gaos, menciona los 50.000 francos de adelanto en una carta en la que da cuenta al presidente de la República, Juan Negrín, de los gastos de los preparativos hasta el 21 de mayo.
 Añadía que, en todo caso, ese pago no era suficiente: “La pintura mural hecha expresamente para nuestro pabellón debe ser adquirida por el Estado y por lo tanto a este le toca fijar en qué cantidad considere conveniente completar, como precio de esta adquisición, los 50.000 francos que se le han adelantado, teniendo presente que hasta ahora tampoco se han reembolsado especialmente a Picasso los gastos considerables de ejecución de esta pintura y sobre todo de las cuatro esculturas hechas también especialmente para el pabellón”.

Y de la entrega de los otros 150.000 francos deja testimonio Max Aub, delegado cultural de la embajada, en una carta del 28 de mayo. 
En ella anuncia a Araquistáin que había conseguido que el artista aceptase, al menos, “los gastos en que ha incurrido en su obra”. Y continúa: 
“Le he extendido un cheque por valor de 150.000 francos franceses, por los que me ha firmado el correspondiente recibo. Aunque esta suma tiene, más bien, un carácter simbólico, dado el valor inapreciable del lienzo en cuestión, representa no obstante prácticamente una adquisición del mismo por parte de la República”.
El propio Araquistáin recordaba ese episodio en una misiva que le envió a Picasso en 1953, en la que lamenta la pérdida tras su salida de la embajada de muchos documentos.
 “Entre ellos, el recibo que firmó usted a Max Aub de la suma que este le entregó a usted —pese a su resistencia a no aceptarla— en concepto de gastos incurridos en la realización”.

Aunque simbólica, 200.000 francos era una suma importante: “Pues sí, era dinero, si bien es muy difícil explicar a cuánto equivaldría actualmente”, dice Álix.
 Una herramienta de la página oficial de estadísticas del Gobierno francés dice que equivaldrían a unos 114.000 euros actuales. También puede dar una idea al respecto el coste total del pabellón español para la Exposición Internacional de París: dos millones de francos, con lo que el pago a Picasso se habría llevado el 10%. 
“Es una buena cantidad, pero hay que tener en cuenta que es un trabajo bestial, que hace el artista más importante del mundo. Lógico es que se pagara. 
Pero de ahí a decir que lo hizo por dinero va un abismo”, termina la historiadora.

Una compra crucial

“Yo creo que en Picasso había ya un compromiso político y, además, con la República”, añade la historiadora de la UNED Genoveva Tusell, autora, entre otros, del libro El Guernica recobrado. Picasso, el franquismo y la llegada de la obra a España (Cátedra, 2017) Tusell menciona el cargo de director honorífico de director del Museo de Prado —
“Que él siempre recordó con orgullo”— y la gira que hizo el Guernica tras la Exposición de París para recaudar fondos para la República en Gran Bretaña y, después, en Estados Unidos, donde permaneció el cuadro durante décadas hasta que el Gobierno español lo recuperó en 1981.

Tusell insiste en que en el proceso, el hecho de haber pagado por el cuadro en su día fue crucial, lo que vino a dar de alguna manera la razón a quienes se esforzaron tanto por formalizar la compra. 
 A pesar de la pérdida de los recibos, la carta de Max Aub en la que deja constancia de la entrega de un cheque y otros documentos —varias hojas de gasto, por ejemplo— fueron suficientes para demostrar la propiedad y para dar, de paso, la razón a quienes se esforzaron tanto por formalizar la compra.


 

Una obra de Banksy se autodestruye justo después de ser comprada por un millón de euros

El artista se jactó en redes sociales de lo ocurrido mientras el lienzo quedaba triturado.

Momento en el que el lienzo pasa por la trituradora.
La última gamberrada del artista británico Banksy tiene una de sus obras más célebres como protagonista.
 El propio creador difundió la noche del viernes una fotografía en Instagram del momento en que el lienzo Girl With Balloon (Niña con globo) se hace trizas al pasar por una trituradora de papel instalada en la parte inferior del marco tras ser subastada por 1,04 millones de libras (1,1 millones de euros) en la casa londinense Sotheby's.
"Going, going, gone!", escribe Banksy debajo de la imagen en su perfil de esta red social, en alusión a las palabras que pronuncia el subastador cuando adjudica una obra a un cliente y que pueden traducirse como "se va, se va, se ha ido". 
"Parece que acabamos de ser Banksy-tados", admitió el director de arte contemporáneo de Sotheby's, Alex Branczik, tras la puja, ante la sorprendida reacción de los asistentes.
 Medios especializados en el mundo del arte, como Arnetnews y su experto Colin Gleadell, sugieren que se trata de una puesta en escena, que el artista podría ser el comprador y se preguntan si la casa de apuestas estaba compinchada. 

En una encuesta realizada en julio de 2017, esta obra fue considerada como la preferida de los británicos, por delante de pinturas de John Constable y J. M. W. Turner y esculturas de Antony Gormley. 
Reproducida en cientos de versiones distintas, se trata de una de las imágenes más conocidas del artista en todo el mundo.
La pieza subastada la noche del viernes data de 2006 y muestra a una niña que trata de alcanzar un globo en forma de corazón. 
 Era una versión en lienzo de un diseño que primero apareció como grafiti en una calle del este de Londres.
Originario de la ciudad inglesa de Bristol, Banksy se hizo conocido por sus subversivas pinturas que aparecían en diversas partes del mundo, de Londres a Palestina, y desde entonces se ha convertido en un cotizado artista. 
Tras unos meses inactivo, en junio de 2018, el artista reapareció con ocho pinturas distribuidas por París. 
Su papel a favor de los derechos de los refugiados, especialmente en Calais, ha sido muy activo. 
Banksy también donó a los refugiados de la Jungla de Calais el material que sirvió para construir su parque de atracciones efímero, Dismaland, abierto y cerrado en 2015 en la ciudad balnearia de Weston-super-Mare, cerca de Bristol.

 

Los invitados a la boda del duque de Huéscar y Sofía Palazuelo, en imágenes

La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, a su llegada al Palacio de Liria, en Madrid, para asistir a la boda del Duque de Huéscar, Fernando Fitz-James Stuart y Solís, hijo del Duque de Alba, con Sofía Palazuelo. 

La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, a su llegada al Palacio de Liria, en Madrid, para asistir a la boda del Duque de Huéscar, Fernando Fitz-James Stuart y Solís, hijo del Duque de Alba, con Sofía Palazuelo..

 
Brianda Fitz-James, hija de Jacobo, conde de Siruela y prima del novio.  

Brianda Fitz-James, hija de Jacobo, conde de Siruela y prima del novio..


Entre los invitados está Ágatha Ruiz de la Prada acompañada por sus hijos, Cósima y Tristán Ramírez.  

Entre los invitados está Ágatha Ruiz de la Prada acompañada por sus hijos, Cósima y Tristán Ramírez..

  La escritora Carmen Posadas, a su llegada al Palacio de Liria, en Madrid, donde se ha celebrado la boda de Fernando Fitz-James Stuart y Sofía Palazuelo. 

La escritora Carmen Posadas, a su llegada al Palacio de Liria, en Madrid, donde se ha celebrado la boda de Fernando Fitz-James Stuart y Sofía Palazuelo..


Jacobo Martínez de Irujo y su esposa Asela Pérez Becerril, primos del novio.   
 Jacobo Martínez de Irujo y su esposa Asela Pérez Becerril, primos del novio..


Carlos Falcó y Esther Doña, a su llegada a la boda.
11 fotos

Los invitados a la boda del duque de Huéscar y Sofía Palazuelo, en imágenes

Fernando Fitz-James Stuart, heredero de duque de Alba, contrae matrimonio en el palacio de Liria ante 700 asistentes


  • La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, a su llegada al Palacio de Liria, en Madrid, para asistir a la boda del Duque de Huéscar, Fernando Fitz-James Stuart y Solís, hijo del Duque de Alba, con Sofía Palazuelo.
    La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, a su llegada al Palacio de Liria, en Madrid, para asistir a la boda del Duque de Huéscar, Fernando Fitz-James Stuart y Solís, hijo del Duque de Alba, con Sofía Palazuelo. EFE
  • Brianda Fitz-James, hija de Jacobo, conde de Siruela y prima del novio.
    2Brianda Fitz-James, hija de Jacobo, conde de Siruela y prima del novio. EFE
  • Entre los invitados está Ágatha Ruiz de la Prada acompañada por sus hijos, Cósima y Tristán Ramírez. 
    Entre los invitados está Ágatha Ruiz de la Prada acompañada por sus hijos, Cósima y Tristán Ramírez. EFE
  • La escritora Carmen Posadas, a su llegada al Palacio de Liria, en Madrid, donde se ha celebrado la boda de Fernando Fitz-James Stuart y Sofía Palazuelo.
    La escritora Carmen Posadas, a su llegada al Palacio de Liria, en Madrid, donde se ha celebrado la boda de Fernando Fitz-James Stuart y Sofía Palazuelo. EFE
  • Jacobo Martínez de Irujo y su esposa Asela Pérez Becerril, primos del novio.
    Jacobo Martínez de Irujo y su esposa Asela Pérez Becerril, primos del novio. Gtres
  • Paloma Segrelles, otra de las invitadas al enlace celebrado en el palacio de Liria, una de las grandes propiedades de los Alba. 
    Paloma Segrelles, otra de las invitadas al enlace celebrado en el palacio de Liria, una de las grandes propiedades de los Alba..
    Carlos Falcó, marqués de Griñón, con su esposa Esther Doña, a su llegada al enlace.  
    Carlos Falcó, marqués de Griñón, con su esposa Esther Doña, a su llegada al enlace.
    Blanca Suelves and Johannes Osorio, duque de Alburquerque, dos de los 700 invitados a la boda. d  
    Blanca Suelves and Johannes Osorio, duque de Alburquerque, dos de los 700 invitados a la boda..
    Luisa Isabel Medina Sidonia, hija de la conocida como duquesa roja.   
    Luisa Isabel Medina Sidonia, hija de la conocida como duquesa roja.
    Enrique Solis, primo del novio por parte de su madre. El duque de Huéscar tuvo como madrina a su progenitora Matilde Solís. 

    Enrique Solis, primo del novio por parte de su madre. El duque de Huéscar tuvo como madrina a su progenitora Matilde Solís..
    Gregorio Marañón Bertran de Lis y su mujer Pilar Solís Martínez-Campos, tíos de la novia Sofía Palazuelo. 
    Gregorio Marañón Bertran de Lis y su mujer Pilar Solís Martínez-Campos, tíos de la novia Sofía Palazuelo.  

 

Elton John, una historia de excesos y adicciones.................. María Contreras

Inmerso en su gira de despedida, el cantante británico produce un ‘biopic’ sin censura sobre su viaje al éxito.

Elton John y su marido David Furnish, en Londres, en junio. En el vídeo, trailer de 'Rocketman', el biopic dedicado al artista.

“Va a ser un viaje salvaje”, dice la voz en off en el recién estrenado tráiler de Rocketman, el filme sobre el ascenso a la fama de Elton John que se estrenará en mayo de 2019.

 La distribuidora de la cinta la define como “una fantasía musical épica que narra la historia personal y sin censura de los años que hicieron famoso a Sir Elton John”, y el actor principal, Taron Egerton, también ha declarado que no será una película biográfica al uso, lo que queda patente en una escena del adelanto de la cinta en la que todos acaban levitando.

 Otros fotogramas —John destrozando una habitación en pleno ataque de furia, John llenando un vaso de alcohol, o John con máscarilla de oxígeno en la camilla de un hospital— hacen pensar que el filme, pese a que David Furnish figura como productor y el propio Elton John como productor ejecutivo, no pasará de puntillas por su adicción al alcohol y las drogas. 

¿Por qué iba a hacerlo? El músico, sobrio desde 1990, ha hablado de ello en numerosas ocasiones.

En 2010 lo contaba así en el programa Life Stories: “Yo no me consideraba un drogadicto

Creía que esos eran los que se clavaban agujas en el brazo, pero en realidad yo era el mayor yonqui. Estuve muy cerca de morir”. 

Aun así, hay muchas más luces que sombras en la vida de este solista, pianista y compositor inglés, que atesora una de las carreras más exitosas y longevas de la historia del pop

Nacido como Reginald Dwight en 1947 (Elton John era su nombre artístico, pero se lo cambió oficialmente en 1972), mostró por primera vez sus dotes para el piano a los tres años. En sus cinco décadas en la música ha ofrecido más de 4.000 conciertos, ha vendido 300 millones de discos, ha ganado seis Grammys, un Tony y un Oscar y, entre 1972 y 1975, colocó siete álbumes seguidos en el número uno.

 Su prolífica asociación con el letrista Bernie Taupin (se conocieron en 1967 cuando ambos respondieron al anuncio de una discográfica que buscaba compositores) es una de las muchas amistades que John ha cultivado en la industria (de John Lennon a George Michael, y de Eminem a Lady Gaga), aunque su lengua, a veces viperina (llamó a Keith Richards “mono con artritis” y a Madonna “stripper de feria”) también le ha supuesto más de un encontronazo.

La llegada de sus hijos, Zachary y Elijah, nacidos por gestación subrogada en 2010 y 2013, parece haber suavizado su carácter (también tiene diez ahijados, entre ellos Brooklyn y Romeo Beckham).

 Lo ha admitido incluso David Furnish, su marido desde 2014 –aunque llevan juntos desde 1993–. Considerado por muchos un portavoz de la comunidad gay (hasta Vladimir Putin lo llamó para emplazarle a una cita para hablar de los derechos LGTB), lo cierto es que el cantante no se declaró homosexual hasta 1988, justo después de que se rompiera su breve matrimonio con la ingeniera de sonido Renate Blauel.

 “Quería ser un buen marido sobre todas las cosas, pero al negar quién era realmente le causé tristeza a mi esposa, y una enorme culpa y arrepentimiento a mí mismo”, escribió hace unos meses en Instagram, donde acumula más de un millón de seguidores.

 A principios de los 90, Elton John hizo de la lucha contra el sida su causa.

 Después de las muertes de Ryan White —un adolescente de Indiana que contrajo el virus en una transfusión y fue cruelmente discriminado— y Freddie Mercury, en 1992 estableció su fundación, que hasta la fecha ha recaudado más de 400 millones de dólares gracias a eventos como sus épicas fiestas en los Oscars o el White Tie & Tiara Ball que solía celebrar en su mansión de Windsor. 

Un empeño que compartió con la princesa Diana, la amiga que lo consoló en el funeral de Gianni Versace y que moriría, también trágicamente, pocas semanas después (2.500 millones de personas vieron a Elton John interpretar Candle in the Wind en su funeral por televisión). 

La relación con los hijos de Diana sigue siendo estrecha (John y Furnish acudieron a las bodas de Guillermo y Enrique de Inglaterra), y el cantante actuó en el concierto por el Jubileo de Diamante de la reina Isabel II, que en 1998 lo había nombrado caballero. 

También es uno de los hombres más ricos de su país, y su colección de arte y fotografía es tan apabullante que incluso protagonizó su propia exposición en la Tate Modern.

 Y, sin embargo, en una entrevista en 2016 aseguró que sus hijos solo reciben tres libras de paga: una para ahorrarla, otra para gastarla y otra para donarla.

Elton John, en Toronto, el pasado 25 de septiembre.  
Elton John, en Toronto, el pasado 25 de septiembre. GTRES
Además de por su película, Elton John está hoy de actualidad porque acaba de comenzar su gira de despedida de los escenarios, que constará de 300 conciertos en cinco continentes.
 El vestuario lo firma Gucci y, de hecho, el estilo extravagante del cantante en los 70 (con esos trajes brillantes, esas boas de plumas, esas gafas imposibles…) inspiró a Alessandro Michele la colección de verano 2018 de la firma.
 Rocketman no podía ser un biopic al uso, porque la vida en la que se inspira tampoco lo ha sido
. Pero, a sus 71 años, Sir Elton quiere dedicarse a algo tan convencional como recoger a sus niños del colegio.
 “No quiero morir en la carretera —dijo a The Telegraph en 2016—. Quiero morir en casa, y quiero pasar un montón de tiempo con mis hijos antes de que eso pase”.