Pocos escritores vivos pueden presumir de tener tantos lectores como él. Ken Follet,
uno de los mayores fenómenos literarios de finales del siglo XX y
comienzos del XXI, sigue seduciendo a fans en todo el mundo con sus
novelas que mezclan intriga, historia y las siempre complejas relaciones
humanas. La última de ellas, Una columna de fuego, es la tercera parte
de una serie que comenzó precisamente con el que es su libro más
conocido, Los pilares de la tierra. Las aventuras y desventuras de los
habitantes de Kingsbridge, esa ciudad en la que encapsula la historia
británica en otro título que encuentra acomodo en la lista de best sellers en todo el mundo. Follet fue uno de los participantes de la última edición de Hay Festival Segovia, el encuentro de escritores, artistas y pensadores que, en esta edición, trataba temas como la convivencia en Europa. Elegante
y con una refinada educación británica, el autor ofreció una charla a
Librotea en la que entremezcló sus pasiones (los libros de espías, la
intriga histórica), con una trayectoria sobre los libros que le han
marcado en la vida. De esa forma pudimos saber cuál es el título que leía cuando era
niño, o cómo James Bond le marcó de adolescente hasta querer convertirse
en 007, algo que descartó porque “no era un tipo duro”. También cuál es
la obra a la que siempre acaba regresando (En busca del tiempo perdido,
de Marcel Proust), el libro que cambió su idea sobre la religión, o que
el trabajo de Bob Woodward sobre Donald Trump en la Casa Blanca es el
último volumen que ha leído sin despegar la mirada de las páginas. Entre
una recomendación y otra, Follet también tuvo tiempo para ahondar en
sus propias obras. Así, nos explicó su pasión por la historia, y todo lo
que podemos aprender sobre nuestra sociedad actual gracias a ella. También hubo un momento para que él, opuesto al Brexit, nos diese su
opinión sobre el auge actual del nacionalismo. Por
último, una gran noticia para sus seguidores: aunque no quiere adelantar
muchos detalles, habrá una nueva novela de Follet, probablemente en
2020. Sí nos confesó que estará, de nuevo, inspirada en acontecimientos
históricos. Foto: Bernardo Pérez.
La madre había denunciado al hombre un día antes por incumplir el régimen de custodia y llevarse el niño.
El siniestro en el que murieron un padre y su hijo de seis años españoles en una carretera francesa cercana a la frontera con España el pasado viernes 14 de septiembre fue intencionado. El padre, Pere A., accidentó
el coche voluntariamente, de forma premeditada y con la intención de
acabar con la vida de ambos, según ha informado la policía francesa a la
familia. Así se desprende de las pruebas recogidas en el lugar de los
hechos, un barranco de 20 metros en la carretera que une Portbou y
Cervera de la Marenda, según informa La Vanguardia. La prueba definitiva, según detalla 20Minutos,
ha sido el hallazgo de una nota en el interior de una maleta en el
borde del acantilado por el que se precipitó. Además, en su casa de
Sabadell (Barcelona) se han hallado multitud de fotos y recuerdos esparcidos por el suelo del salón, según Telecinco. El padre pasaba unos días de vacaciones con su hijo e incumplió
el régimen de visitas al no entregarlo en la fecha, hora y lugar
convenidos. La expareja del hombre, Laura U., puso una
denuncia por la desaparición del menor, Eloi, el mismo viernes, cerca de
las tres de la tarde, en una comisaría de los Mossos d’Esquadra de Sabadell, informa Rebeca Carranco.
El progenitor tenía que habérselo entregado a su madre, con
quien mantiene custodia compartida, pero no lo hizo. Explicó a los
policías que el hombre no respondía a las llamadas ni a los mensajes y
dejó los datos del vehículo que solía conducir. Tampoco llevó al menor
al colegio el miércoles, cuando empezaban las clases en Cataluña. Los Mossos d’Esquadra tomaron nota de la denuncia e introdujeron la
matrícula del coche en la base de datos Schengen, que comparten con el
resto de policías europeas. También se presentaron en la casa del
hombre, con una orden del Juzgado de Instrucción número 2 de Sabadell,
sin que hubiese rastro de él ni del menor. La pareja se divorció de
mutuo acuerdo en 2014, pero en los últimos tiempos tenían denuncias
cruzadas, relacionadas con la custodia del menor. A las seis de la tarde de ese mismo día, la policía francesa avisó a
los Mossos de que había encontrado el coche en el mar, después de
haberse despeñado por un barranco, con un menor y un adulto fallecidos
en su interior. Estaban en una zona cercana a la carretera sinuosa que
une Portbou con Cervera, ya en Francia, no muy lejos del cabo de
Cervera. La policía francesa informó el pasado sábado al consulado español en Perpiñán del hallazgo del padre y el menor muertos. El Ayuntamiento de Sabadell ha convocado este martes al mediodía una
concentración silenciosa para condenar "el asesinato" del menor y "todos
los actos de violencia machista". En un comunicado,
el consistorio reitera su "absoluto rechazo a cualquier forma de
violencia, discriminación o intolerancia" y anuncia que las banderas
ondearán a media asta. Con este nuevo caso, se elevan a 28 los niños asesinados por violencia machista desde 2013. El último caso conocido hasta ahora se produjo el pasado 25 de septiembre, cuando un hombre de 48 años mató supuestamente a sus dos hijas,
de dos y seis años de edad, en su domicilio de Castellón, y luego se
suicidó arrojándose por una ventana. Una juez especializada en violencia
de género había denegado meses antes la protección que había solicitado la madre para ella y para sus hijas.
La Real
Academia de las Ciencias de Suecia concede su galardón a Arthur Ashkin,
Gérard Mourou y Donna Strickland, la tercera mujer reconocida con este
premio desde 1901.
La Real Academia de las Ciencias de Suecia ha concedido hoy el Premio
Nobel de Física 2018 al estadounidense Arthur Ashkin, la canadiense Donna Strickland
y el francés Gérard Mourou por sus "rompedoras invenciones en el campo
de la física del láser", en una ceremonia celebrada en Estocolmo.
Arthur Ashkin (Nueva York, 1922) demostró a comienzos de la
década de 1970 que las fuerzas creadas por la luz láser eran capaces de
capturar y manipular partículas con un tamaño de milmillonésimas partes
de un metro. En 1987, logró atrapar bacterias vivas sin dañarlas con las
denominadas pinzas ópticas, "unas herramientas hechas de luz", según ha
destacado el comité del Nobel. Gérard Mourou (Albertville, 1944) y
Donna Strickland (Guelph, 1959) allanaron el camino hacia "los pulsos de
láser más intensos jamás creados por la humanidad", según el comité. La técnica de Mourou y Strickland, creada en 1985 y conocida como
amplificación de pulso gorjeado, se convirtió muy pronto en la
herramienta estándar para obtener láseres de alta intensidad, utilizados
desde entonces en millones de cirugías del ojo. Ashkin, graduado en la
Universidad de Cornell, Strickland, de la Universidad de Waterloo, y
Mourou, de la Universidad de Míchigan, se repartirán los 870.000 euros
del galardón. Desde 1901, solo tres de los 201 científicos laureados con el Nobel
de Física (el 1,5%) han sido mujeres. Antes de Donna Strickland lo
ganaron la polaca nacionalizada francesa Marie Curie en 1903, por sus estudios sobre la radiactividad, y la estadounidense de origen alemán Maria Goeppert-Mayer en 1963, por sus investigaciones sobre la estructura interna del núcleo de los átomos. La astrofísica estadounidense Sandra Faber
partía hoy también como una de las favoritas, según la quiniela
elaborada por la empresa especializada Clarivate Analytics. Faber, de la
Universidad de California en Santa Cruz, descubrió en 1976 un nuevo
método para determinar la distancia a las galaxias, conocido como la
relación de Faber-Jackson. "Pensaba que habría más mujeres que habían ganado el Nobel de Física. Tenemos que reconocer a las mujeres físicas y supongo que de ahora en
adelante habrá más que ganen este premio. Yo me siento honrada de ser
una de ellas", ha declarado esta mañana Strickland en la rueda de
prensa, en conexión telefónica desde Canadá.
El físico Ricardo Arias González,
introductor en España de las pinzas ópticas con aplicaciones
biológicas, celebra la decisión de la Real Academia de las Ciencias de
Suecia. "Arthur Ashkin era uno de los grandes olvidados", explica. "Las
pinzas ópticas han abierto un mundo de posibilidades. Permiten coger una
sola molécula y aislarla del resto en el espacio. Es algo que nunca se
había conseguido y que ha permitido estudiar la biología celular y
molecular como si fueran objetos macroscópicos. Es como estudiar las
piezas de un reloj", señala Arias González, del Instituto Madrileño de
Estudios Avanzados en Nanociencia. El año pasado, la Real Academia de Ciencias de Suecia concedió el Premio Nobel de Física a los estadounidenses Rainer Weiss, Barry Barish y Kip Thorne,
por su “contribución decisiva en los detectores de LIGO [situados en
Washington y Luisiana] y la observación de ondas gravitacionales”. El
físico Albert Einstein fue el primero que predijo la existencia de estas
señales, fruto, por ejemplo, del choque de dos agujeros negros. Las
ondas gravitacionales se diseminan a la velocidad de la luz deformando
el espacio-tiempo y llegan a la Tierra con tan poca fuerza que fueron
indetectables hasta el 14 de septiembre de 2015, cuando los detectores
del Observatorio de Ondas Gravitacionales por Interferometría Láser
(LIGO) captaron por primera vez una señal. El avance abrió una nueva era en la astronomía, al permitir estudiar la naturaleza con otros ojos.
Brownie, una empresa familiar fundada en Barcelona,
registró una cifra de negocio de casi 24 millones de euros en 2017.
Un
crecimiento que demuestra el tirón de la ropa para chicas jóvenes,
sector en el que compiten otras enseñas nacionales como Noon o Renatta
& Go.
Brownie
es la Brandy Melville española. Cabe aclarar, para quien tampoco esté
familiarizado con la segunda, que se trata de una de las marcas de ropa
favoritas de las adolescentes. A pesar de ser una empresa de origen
italiano ha triunfado a nivel global vendiendo un estilo de vida californiano:
modelos púberes de melena infinita, lemas en inglés y prendas de aire
retro con constantes guiños a la cultura americana. Una fórmula que
unida a los precios competitivos y una fuerte presencia en redes
sociales, canal imprescindible para llegar a su joven clientela, ha
conquistado a las adolescentes de medio mundo. En nuestro país cuenta
con tiendas físicas en Barcelona, Madrid y Valencia, pero tiene una dura competidora nacional: Brownie. Fundada en 2007 por el matrimonio formado por Mercedes Ortega y Joan Morera, este último fallecido en 2016,
Brownie se ha convertido en parada obligatoria en la ruta de compras de
las chicas jóvenes gracias a sus diseños de espíritu mediterráneo. Según datos publicados por Modaes, la empresa catalana ha sabido explotar el fenómeno de las marcas para adolescentes anotando un crecimiento del 49% en 2017. “La compañía registró una cifra de negocio de casi 24 millones de euros en 2017, frente a los dieciséis millones registrados en 2016″, explica el portal especializado. A día de hoy, además de la tienda online, Brownie cuenta con 18 espacios físicos en nuestro país (concentrados principalmente en Madrid y Barcelona), 11 corners
en el El Corte Inglés y, tras abrir su primera tienda fuera de nuestras
fronteras en Oporto, prepara un plan de expansión internacional que
podría llevarla hasta Londres o París. Tras la salida el pasado mes de junio de Albert Puyol, exdirectivo de Loewe, Brownie vuelve a ser una empresa familiar. Juan Morera, hijo de los fundadores que ya trabajaba en el área de
desarrollo de negocio desde hace un par de años, acaba de ser nombrado
nuevo director de la marca. También su hermano Lucas forma parte de la
compañía al frente de recursos humanos. Morera, nuevo capitán de
Brownie, quiere mantener un perfil bajo al más puro estilo Amancio
Ortega. Por el momento prefiere permanecer alejado de los medios de
comunicación, motivo por el que ha declinado participar en este
reportaje. Parece que la empresa inicia con su llegada una etapa más discreta, en la que tampoco facilitan datos económicos.
La casa catalana, que produce el grueso de sus colecciones en España,
aunque también fabrica una parte en Asia, es una de las marcas de moda
adolescente que más ha crecido en los últimos tiempos en nuestro país. Mientras tanto Double Agent, una de sus principales competidoras
nacionales en el mismo segmento de público, está al borde de la
liquidación. La fórmula del éxito de Brownie se basa en “los básicos con identidad propia, verdadero
alma de la marca, aunque cada temporada se incorporan piezas icónicas
que siguen en latido de las tendencias”, cuentan desde la firma. Un ejemplo de esto último es su falda midi
con estampado de leopardo y botones laterales que, siguiendo los
dictados de las marcas más aplaudidas en Instragram, ha conquistado a
numerosas influencers y se ha convertido en la prenda más
vendida de la enseña durante varias semanas consecutivas. La pieza en
cuestión tiene un precio de 55 euros y se comercializa en dos tallas. A pesar de que el coste de las prendas de Brownie es razonable (el
precio medio de sus faldas y vestidos está en los 50 euros, mientras que
las sudaderas descienden hasta los 35), sin duda es superior al de
marcas como Lefties, la tienda más teen de Inditex, o Primark,
atrayente para los más jóvenes precisamente por su coste irrisorio. Su
política de precios refleja a qué público se quieren dirigir y cómo
quieren posicionarse: las chicas muy jóvenes (desde los 12-14 a
los veintipocos) de clase media-alta, estilosas y modernas, son su
objetivo principal y desean convertirse en referente de moda con cierto
componente aspiracional. Las modelos de sus catálogos o las
adolescentes que eligen para lucir sus prendas en redes sociales siguen
los cánones de belleza que, a día de hoy, aún son admirados por muchas
chicas . Desde la firma aclaran que también “están llegando a un público
más maduro conquistando a las madres que acompañan a sus hijas a
comprar”. La influencer española María Pombo, una de las
favoritas entre las quinceañeras, ha sido imagen de la marca y también
han colaborado con rostros como Rocío Crusset, modelo e hija de Mariló
Montero y Carlos Herrera con especial tirón entre la chavalada.