Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

24 jul 2018

Suenan las alarmas en Telecinco: el dato de 'Pasapalabra' que nadie esperaba

Ojo con Juanra Bonet. 

Pasapalabra es uno de los buques insignia de Telecinco. El programa presentado por Christian Gálvez lleva 11 años emitiéndose de forma ininterrumpida en la cadena de Paolo Vasile, siempre de forma exitosa.
Pero este verano han saltado las alarmas en Mediaset y Pasapalabra ha caído ante un enemigo inesperado: el Boom de Juanra Bonet en Antena 3. 

Como recoge Vertele en sus audiencias, el concurso de Bonet logró en la semana del 16 al 20 de julio un hito histórico: liderar en su franja de emisión cada día.
Además, llegó a batir su propio récord el martes con un 17% de cuota de pantalla, dato que repitió al día siguiente y que superó el viernes con 17,1%. 
Con esto, Boom logró la mejor media semanal de su historia, con un 16,5% de cuota de pantalla.
 

 

Descubrimos lo que tienen en común la mujer de Pedro Sánchez y doña Letizia

Ambas confluyen en un inesperado gusto musical. El mismo que las ha llevado a enfundarse en su look festivalero y asistir a una macro fiesta en Benicàssim.

Foto:  Pedro Sánchez y Begoña Gómez, en el FIB. (EFE)


Pedro Sánchez y Begoña Gómez, en el FIB. (EFE)

 Ayer la presencia más esperada entre el gentío que se aglutinaba para ver a The Killers en el FIB no era otra que la del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, que acudía de la mano de su esposa, Begoña Gómez.

 Ambos hacían acto de presencia tarde, alrededor de las diez y media de la noche, pero a tiempo para el recital que encabezaba Brandon Flowers.

 Vocalista que está habituado a entonar para un público VIP en nuestro país, ya que en 2013 actuó con Letizia Ortiz entre su público.

 La entonces princesa de Asturias acudió al mismo festival en Benicàssim que Sánchez y Gómez para ver a la banda estadounidense, pero su presencia logró pasar desapercibida, tanto que nadie logró una instantánea de la misma.

 Aquél día, la actual reina se plantaba casi de incógnito en el recinto con unos amigos y sin Felipe.

 Era el mismo festival el que reconocía que hasta el día anterior no obtuvieron la confirmación oficial de su visita.

Pedro Sanchez con su mujer Begoña en el FIB (EFE)Pedro Sanchez con su mujer Begoña en el FIB (EFE

Pero este no ha sido el caso del presidente y su mujer, la misma que aprovechó este evento cultural para descolgar de su armario un vestido bohochic floral que combinó con un pequeño bolso cruzado.
 Un look juvenil y acertado que chocaba con la camisa ligeramente remangada, zapatos y cinturón de Sánchez que se negaba a asistir de una forma más informal.
 Esto es especialmente reseñable ya que el dirigente había acudido años atrás a esta fiesta con una camiseta básica negra y unos vaqueros.
 Cuando podía saltarse el protocolo no escrito para su tiempo libre.

Los dos se desenvolvieron genial entre los asistentes, tanto que incluso se tomaron una bebida 'entre bambalinas.

 Una vez llegaron al escenario, se sentaron en su respectivo palco VIP desde donde la gente jaleaba “Pedro, Pedro”. Él, sin problema alguno, saludó en el que se convertía en su primer evento cultural desde que se erigiera en su cargo

A última hora él mismo subía una imagen junto a Gómez a su cuenta de Instagram. 

22 jul 2018

Pillados: estas son las personas más cercanas con quien nos ponen los cuernos

2.000 hombres y mujeres europeos y estadounidenses revelan qué los llevó a engañar a sus parejas.

infidelidad

 

De sobra conocemos las pulsiones de la infidelidad: una persona cañón que se cruza en el camino, el estar atrapado en una relación insatisfactoria, las ganas de aventura… 
Pero, ¿por qué, aún siendo felices en una relación, a veces no somos capaces de evitar ser infieles? Una encuesta realizada a 2.000 personas en Estados Unidos y Europa ha dado con algunas respuestas. Entre ellas, que no se libra casi nadie.
La mayor parte de mujeres y hombres encuestados que han sido infieles —entre el 60% y 68%—aseguran que solo se trata de un desliz y algo puntual.
 Solo entre el 32% y 40% reconocen a los entrevistados haberlo hecho en más de una ocasión.
Desde la perspectiva de la persona a la que han engañado, unos cuernos pueden ir desde algo tan sencillo como unos mensajes de WhatsApp, hasta un beso o, por supuesto, una relación sexual. 
Sin embargo, el que es infiel no lo ve de la misma forma y nuestro lugar de origen parece tener algo que ver en nuestra forma de pensar: los europeos, según la encuesta, son más permisivos y abiertos, mientras que muchos estadounidenses consideran que incluso una quedada casual con un amigo puede considerarse un engaño.  
En cuanto a los motivos por los que se engaña a una pareja, hay diferencias entre los géneros
 Los hombres europeos y estadounidenses coinciden en que el motivo principal es porque "la otra persona estaba muy buena". Después, los motivos varían según el origen. 
Los estadounidenses se escudan en que "la otra persona ligaba conmigo", "estaba teniendo dudas sobre mi relación", "no tenía sexo con mi pareja" y "mi pareja había dejado de prestarme atención". 
Los europeos también engañan porque la tercera persona "realmente estaba ahí para ellos" y porque se aburren.
 Las razones de las mujeres son similares, aunque en primer lugar se sitúa la falta de atención de la pareja. 
Después de la infidelidad, que habitualmente ocurre con un amigo o compañero de trabajo, la mayor parte de las personas sienten culpa y arrepentimiento.
 Para evitarlo quizás deberían plantearse los motivos principales por los cuales las personas deciden no engañar, que han sido revelados por una investigación publicada en The Journal of Sex Research.

¿Por qué hay personas que no engañan?

Hasta ahora, los estudiosos se habían basado en dos modelos, ambos relacionados con el coste social. 
Uno es el modelo de interdependencia, que se refiere a cómo las personas, ante la perspectiva de una relación extramatrimonial, ponemos en una balanza lo que vamos a perder y ganar con ella.
 Cuando consideramos que los daños van a ser mayores que los beneficios, decidimos que no nos compensa.
 El otro es el modelo de inversión: sostiene que a medida que los cónyuges invertimos más (tiempo, energía, recursos materiales, emociones) en nuestra relación, la motivación para mantenerla aumenta, lo que genera un rechazo al sexo fuera de la pareja.

Este estudio ha tenido en cuenta ambas variables y ha dado concluido que el catálogo de motivos disuasorios se concentró en cuatro grandes grupos.
 Estas son algunas de las respuestas reales:
Razones morales: "Traicionar a mi pareja es como traicionarme a mí mismo (o mis principios)". "Rompería la confianza entre mi pareja y yo". "No es moral".
Miedo a la soledad: "Tendría que abandonar mi hogar". "Mi pareja se separaría de mí". "Podría acabar solo".
Preocupación por los hijos: "Crecerían en una familia rota". "Podrían ser ridiculizados por sus amigos". "Presentaría un modelo erróneo a la gente que me rodea".
Efecto en otras personas: "Podría perjudicar el estatus social de mi cónyuge". "Podría hacer daño a la nueva pareja". "Mis amigos lo descubrirían y se distanciarían de mí".
Profundizando en los hallazgos, cuando se pidió a los participantes que evaluaran por separado cada uno de los factores, el moral apareció como el más fuerte amortiguador, seguido por el miedo a lastimar a los niños. 
Pero cuando se relacionaron las variables entre sí, el temor a quedarse solo predecía mejor el comportamiento que la inquietud por herir a los hijos.
 “Incluso las personas que no sienten que hayan invertido mucho en el matrimonio pueden apelar a daño moral y al miedo al abandono”, concluye el trabajo.
"Por encima de lo biológico están los valores de las personas", explica Mara Cuadrado, psicóloga. 
"El valor de las cosas que han construido, de la pareja, de la familia. Y hay muchas personas que son capaces de decir 'no' a un estímulo que puede resultarles atractivo, pero no más atractivo que sus valores".

La personalidad también afecta

Pero estos deben conjugarse con otras dos variables. Una de ellas es la personalidad del individuo. 
"No para todo el mundo es fácil rechazar una tentación que es muy atractiva. El autocontrol es una variable de personalidad importantísima. 
Las personas más inteligentes tienen mayor capacidad para anticipar consecuencias y son las que mejor se autocontrolan. Por el contrario, hay personas que son impulsivas, además desde pequeñas. 
Pueden pensar en las consecuencias , pero una vez que han dado el paso", describe Mara Cuadrado.

Las mujeres tienen más temor al escrutinio social

Del estudio también se desprende que hombres y mujeres coinciden en apelar, por este orden, a la moralidad, los hijos, el temor a quedarse solos y los efectos sobre otras personas como cortafuegos. Pero mientras en las mujeres la proporción es mayor entre quienes apuntan razones morales y el miedo a la soledad, los hombres ganan en porcentaje en lo relativo a los hijos y los efectos en otras personas.
En cuanto al perfil de los más fieles, "los resultados muestran que ser mujer, más religiosa y llevar casada menos tiempo se asoció con mayores expectativas de abstenerse de tener relaciones sexuales extramatrimoniales cuando se presenta un hipotético escenario", afirma el estudio.
Cuando tenemos que recurrir a un abanico tan amplio de excusas, todas ellas además tan poderosas, ¿no será que, en el fondo, tendemos a ser infieles por naturaleza? 
"La infidelidad es mucho más frecuente de lo que pensamos", señala Miren Larrazábal.
 Como aduce Mara Cuadrado, la pareja y la convivencia poseen muchos puntos favorables, pero también otros desfavorables. "Somos seres biológicos y tenemos afectos que se ponen en funcionamiento ante determinados estímulos.
 Vivir en pareja es un hecho muy cultural, relacionado con la supervivencia de la especie.
 Para cuidar de la familia es necesaria cierta estabilidad de los progenitores.
 Pero el día a día, el cansancio, las crisis, incidencias de la vida cotidiana, los hijos…, conducen a un bucle de problemas que o se compensan trabajando mucho en la familia o pronto entran estímulos de fuera que pueden romperla".



¿Cuántos años podemos vivir? Esto es lo que dice la ciencia

El récord de longevidad oficial se sitúa en los 122 años, aunque hay quien asegura haber vivido más tiempo.

longevidad

 

La esperanza de vida en el mundo ha aumentado en torno a los cinco los desde el 2000, dice la Organización Mundial de la Salud (OMS) y señala que se trata del crecimiento más grande desde la década de los 60.
 En España la media entre hombres y mujeres es de 83 años, la segunda más alta entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) —por detrás de Japón, que es de 83,9. 
Y se prevé que aumente hasta cinco años para 2030.
Cada vez vivimos más y pensar que en algún momento serán muchos los que superen los 100 años no parece una idea tan descabellada.
 Ya hay quien lo ha conseguido; el récord oficial lo ostenta Jeanne Calment, que murió a los 122 años. 
Hay incluso quien asegura tener todavía más edad, como el autoproclamado como el hombre más viejo del mundo, que falleció en 2017 con 146 años. 
Y, lo más importante, la ciencia apunta a que todavía no hemos llegado al punto máximo de la longevidad humana.

Lo dice un estudio publicado en la prestigiosa revista Science, que ha analizado la progresión de la tasa de mortalidad a lo largo de la vida
 Según la investigación, los picos se sitúan en la infancia, en torno a los 30 y se dispara entre los 70 y los 89 años. 
Sin embargo, superado el centenario, la curva deja de aumentar, se estabiliza formando una meseta que "empieza a hundirse con el tiempo", afirma Kenneth W. Wachter, demógrafo de la Universidad de California en Berkeley y uno de los autores del trabajo.
A pesar de que los autores no explican por qué se estabiliza la tasa de mortalidad en edades superiores a los 100 años, sí afirman que la humanidad "no está cerca de alcanzar un punto máximo en la expectativa de vida", señala Wachter. 
Pero, no se haga ilusiones, no va a vivir para siempre.
 Los investigadores también explican que una tasa de mortalidad estanca no quiere decir que con cada año de vida no haya más posibilidades de morir y que cuanto más alto se sitúe el récord de longevidad, más difícil será alcanzarlo.

Esfuércese lo justo

Por otro lado, aunque nuestro organismo tiene, aún, mucho potencial de mejora, hemos limitado nuestras posibilidades en lo que respecta al rendimiento físico.
Es la desalentadora conclusión de una revisión de más de 160 estudios que recogen datos de los últimos 120 los, realizada por un equipo de investigadores franceses y publicada el pasado octubre en la revista Frontiers of Physiology.
 Los cambios medioambientales y climáticos tienen mucho que ver. “A pesar del progreso científico en alimentación y sanidad, la sociedad moderna ha permitido que la especie llegue a su límite", considera Jean-François Toussaint, de la Universidad de París Descartes. Triste, ¿no?