Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

9 jul 2018

Una muerte horrible.........................................J.aime Rubio Hancock

Estoy seguro de que los protagonistas de 'Cazatesoros' sufrirán un accidente espantoso.

Mike Wolfe y Frank Fritz en 'Cazatesoros'.
Mike Wolfe y Frank Fritz en 'Cazatesoros'.
Veo Cazatesoros porque estoy convencido de que Mike Wolfe y Frank Fritz morirán en uno de esos almacenes en los que buscan supuestas joyas.
 Para quienes no lo conozcan, el reality trata de dos tipos que recorren Estados Unidos en busca de objetos viejos, aunque ellos dicen que son “antiguos” y tienen “historia”. 
El objetivo es revender esos trastos en su tienda a precios absurdos. De hecho, suelen ir comentando cosas como: “He comprado este faro de furgoneta por 200 dólares y lo pienso vender por el doble”. Y, ojo, yo lo pagaría encantado si pudiera. 
Un faro abollado. Ahora quiero tres.

Los propietarios de estos cacharros son por lo general ancianos que poseen enormes almacenes llenos hasta el techo de cajas, carteles desvencijados y juguetes de metal que provocaron epidemias de tétanos en los años 30. 
Parecen agradables, pero todos tienen pinta de poseer varias escopetas.
Con estos ingredientes, es evidente que algún día les pasará algo horrible a Mike y a Frank.
 Que nadie me malinterprete, me caen muy bien, pero está claro que levantarán una caja de tornillos y les atacará media docena de tejones que vivía debajo.
 O puede que el almacén se desmorone porque han arrancado un trozo de cinta adhesiva que soportaba toda la estructura.
 O quizás el vendedor olvide quiénes son esos tipos que están registrando sus cosas, coja una escopeta y les dispare.
 También puede que metan la cabeza en un armario y se la arranque un cepo para cazar cocodrilos
. O que abran una lata y liberen una cepa de la viruela.
 O que intenten arrancar un viejo Cadillac y explote. 
Tampoco me extrañaría que se les cayera encima una máquina expendedora.
 O que ese mono que toca el tambor no fuera un juguete de antes de la guerra, sino un mono de verdad que al fin ve la oportunidad de escapar de sus captores y que no dudará en llevarse por delante a quien intente detenerlo.

 Como se puede ver, hay muchas y muy variadas posibilidades. Yo apuesto por el mono.

Cuando la Nostalgia revive...........................

Las nuevas vidas de 'Bella Ciao', de himno antifascista a éxito de 'La casa de papel'.

La canción revive en todo el mundo a través del 'streaming' de Netflix y Spotify.

Es la melodía de la serie española más exitosa de la historia, la canción que le ha explotado en la cara a Matteo Salvini, líder del partido xenófobo italiano, y el himno espontáneo de los migrantes rescatados en el Mediterráneo.
 Bella Ciao, que se relaciona con la resistencia italiana contra el fascismo de Benito Mussolini y Adolf Hitler, disfruta en 2018 de una nueva vida gracias al streaming, tras colarse en plataformas como Netflix y Spotify.
Además de convertirse en la serie de habla no inglesa más vista en los 20 años de historia de Netflix, La casa de papel también ha encumbrado de nuevo a la canción popular Bella Ciao, que forma parte de la historia personal de varios de sus personajes, como el profesor y Berlín.
 El concepto de resistencia es el hilo conductor de muchos de sus actos cuando intentan atracar la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.

El tema ha estado durante el mes de mayo entre los primeros puestos de la lista mundial de virales de Spotify, plataforma donde ya supera los 20 millones de reproducciones. 
David Broncano, Ignatius Farray y Quequé han creado su propia versión para La vida moderna, de la cadena SER.
A partir de su éxito comercial y mediático, la canción ha renovado su condición de himno social.
 Sonó a principios de julio en el buque de la ONG catalana Proactiva Open Arms, con 60 inmigrantes rescatados a bordo en dirección al puerto de Barcelona.Y si la cantabas te metian en la cárcel.

También en la puerta de la Embajada italiana en España, donde organizaciones del Consejo Estatal del Pueblo Gitano la entonaron para protestar contra el censo de gitanos en Italia que propone el ministro de Interior Matteo Salvini.

El origen de la canción
"Los historiadores no consiguen ponerse de acuerdo sobre el origen de la famosa canción, ya que a lo largo del tiempo ha ido incorporando elementos muy variopintos a su composición. Aunque la mayoría sí coincide en que las primeras notas del Bella Ciao son previas a la II Guerra Mundial. 
Antes de que su melodía se trasladara al movimiento partisano ya sonaba en los campos del norte del país: formaba parte de los cantos populares de los campesinos mientras trillaban y de las trabajadoras de los arrozales del siglo XIX", cuenta a Verne Lorena Pacho, que escribe para EL PAÍS desde Roma.
Pero Bella Ciao se mantenía en la memoria colectiva antes del éxito de la serie española. 
Surgió durante las manifestaciones obreras y estudiantiles en la Italia de los 60 y estuvo presente en 2014, durante la intervención de Pablo Iglesias en la campaña electoral de la coalición griega de izquierda Syriza
Los seguidores del partido bailaron al ritmo de este tema y la victoria electoral llegó poco después, en enero de 2015.
La edición francesa de Slate advierte del riesgo que corre la canción de perder su esencia, tras su triunfo en canales de capitalismo más básico, como son las plataformas de streaming. Teme que Bella Ciao se convierta en la nueva versión de la camiseta del Che, muy viral pero desprovista de todo significado político.
"En Italia, tratándose de una canción con semejante carga significativa se ha creado una marcada división entre el público. Hay quien celebra que los acordes vuelvan a estar en todas partes, ya que es un modo de que se conozca la historia detrás de la letra y por otro lado quien se queja de que se baile en las discotecas, porque es un modo de mancillar su significado original y convertirla en una canción pegadiza cualquiera", comenta Lorena Pacho.

La letra en español de 'Bella Ciao'

Una mañana me desperté.
Adiós bella, adiós bella, adiós bella, adiós, adiós.
Una mañana me desperté.
Y encontré al invasor.
¡Oh! partisano, llévame contigo.
Adiós bella, adiós bella, adiós bella, adiós, adiós.
¡Oh! partisano, llévame contigo,
porque me siento morir.
Y si yo muero, de partisano.
Adiós bella, adiós bella, adiós bella, adiós, adiós.
Y si yo muero, de partisano,
tú me debes enterrar.
Enterrar allá en la montaña.
Adiós bella, adiós bella, adiós bella, adiós, adiós.
Enterrar allá en la montaña,
bajo la sombra de una bella flor.

Y la gente que pasará.
Adiós bella, adiós bella, adiós bella, adiós, adiós.
Y la gente que pasará,
me dirá: ¡qué bella flor!
Y ésta es la flor del partisano.
Adiós bella, adiós bella, adiós bella, adiós, adiós.
Ésta es la flor del partisano,
muerto por la libertad.
Y ésta es la flor del partisano,
muerto por la libertad.


De hecho, no es la primera vez que la canción resucita en la cultura popular. Ya lo hizo en tiempos del CD.
 En 2002, competía en las listas de éxitos italianas con Silvio Berlusconi, quien se animó a probar suerte como estrella de la música mientras desempeñaba sus labores como primer ministro del país. 
El rockero Francesco de Gregori le hizo sombra reeditando la canción popular en un disco que vendió más de 100.000 unidades.

 

 

7 jul 2018

¿Y si Cristiano se va?...................................... Boris Izaguirre...

Cristiano Ronaldo y Edinson Cavani en el partido Uruguay-Portugal celebrado en Sochi (Rusia) el 30 de junio de 2018.
Cristiano Ronaldo y Edinson Cavani en el partido Uruguay-Portugal celebrado en Sochi (Rusia) el 30 de junio de 2018. AFP
Encuentro que la imagen del Mundial de Rusia ha sido la de Cristiano Ronaldo sujetando a su rival, el jugador uruguayo Edinson Cavani, lesionado tras marcar el gol que envió a la selección portuguesa de vuelta a casa, cruzando el campo como dos héroes.
 Como Alejandro Magno y un joven general persa.
 Uno cojeando herido, Cristiano mirando al frente, casi como una estatua del realismo socialista, cogiendo por la cintura a su némesis, que se apoyaba sobre su hombro.
 En ese instante, Cristiano podría parecer un millennial que sabe captar el poder de un momento para Instagram, pero en realidad ponía la guinda sobre su propia transformación de jugador egocéntrico, endiosado y millonario a algo similar a un líder espiritual. 
Que suelen ser así. El mejor futbolista del mundo se confirmaba como el mayor influencer global.
Tuve una epifanía. Cristiano es otro. Y es oro. 
Si ahora se va —según la prensa italiana el Juventus habría hecho una oferta irrechazable me gustaría reconocerle esa transformación.
 Ya no es aquel emblema de lo que un día bauticé como "macarra chic", un altanero cubierto de alhajas y logos, tratando el dinero como papel higiénico. 
Estaba equivocado: esa es la forma en la que hay que tratar el dinero.
 Y hay que partir del endiosamiento para de verdad convertirte en otra persona, alguien solidario y más parecido a un dios.
 Ojalá ese cambio nos atravesara a todos. Ojalá Mariano Rajoy, en su retiro de Santa Pola, reciba este mismo mensaje.
 Convertir nuestro cuerpo en una máquina pero poniendo el objetivo más allá del gol, del poder. Dejar atrás el macarra chic y gestar la leyenda.
El Cristiano que ha pasado por el Real Madrid ha cincelado no solo el cuerpo sino su lugar en la historia. 
Hubo esos veranos en los que sus yates alquilados se poblaban de chicarrones exhibiendo una musculatura que hasta entonces solo veíamos en las calles el día del Orgullo Gay
 La exhibición orgullosa de tanto musculo masculino quizás alarmó a alguna autoridad del balompié. 
Y fue cuando entonces apareció Georgina Rodríguez, madre de su hija y una versión de la Cenicienta en tiempos modernos.
Georgina trabajaba afanosamente en la tienda de Gucci en Madrid de la que Cristiano y su equipo son forofos.
 Igual que con el gesto a Cavani, Cristiano supo ver en esa joven un amor, pero también otra gesta.
 Sus anteriores experiencias con supermodelos como Irina Shayk no funcionaron.
 Y alguna, como Paris Hilton, lo engatusó para llevarlo a su casa y fotografiarlo por paparazzis alertados por ella misma, le dejaron ese mal sabor del abuso descarado. Cristiano ha vivido su peculiar martirio, pero jamás se ha doblegado.
 Durante un partido, un jugador andaluz le llamó maricón. Y Cristiano, sin reducir el paso, le espetó: "Millonario".
 Y allí dejó al catetillo. Gore Vidal no habría podido escribir un diálogo mejor para su guion de Ben-Hur. Acosado por Hacienda, Cristiano sufre los castigos de ser rico pero eso no impide subir un vídeo sobre sus hazañas solidarias.
 Agita la coctelera de la polémica y calla críticas con goles. Y crece. 

Meghan y Enrique de Sussex en un encuentro con jóvenes de la Commonwealth celebrado el 5 de julio en Londres. 
Meghan y Enrique de Sussex en un encuentro con jóvenes de la Commonwealth celebrado el 5 de julio en Londres. Getty Images
En otros salones se esperan otros partidos. Como en la Moncloa, donde están organizando el cóctel con el president Torra. 
Para hablar "de todo", a calzón quitado.
 Me pregunto qué servirán de catering, espero que algo orgánico, como quinoa o semillas de lino, que desengrasan, oxigenan y aportan antioxidantes. 
. A ese cóctel deberían invitar a una figura de consenso como Meghan Markle, otra influencer que venció por un momento a la dictadura del tacón aguja para asistir a un partido de polo y salió airosa. El estilo siempre avanza cargándose algo.
 También se quedan obsoletas las frases hechas. 
Paula Echevarría ha dejado de contar likes por emplear una políticamente incorrecta. Echevarría fue comparada con su compañera Dulceida durante la promoción de una campaña de champú.
 Paula es actriz al tiempo que infuencer mientras que Dulceida es solo influencer. 
 La actriz minimizó la comparación diciendo: "Es como comparar a Dios con un gitano".
 Joaquín Cortés, que tuvo sus días de endiosamiento, le reclamó que con sus declaraciones "demuestras tu nivel cultural y falta de humanidad".
 Paula, querida, hay que alejarse de las frases hechas. Son cursis y faltonas, justamente lo que no debemos ser. Además al ser hijo de palestinos es probable que Dios no sea del todo rubio.
 Pongamos en ese lugar la cara y el cuerpo del nuevo Cristiano Ronaldo.

El enigma de Miguel Bosé....................................... Jesús Ruiz Mantilla......

La pista sobre la floja economía del cantante la dio la subasta de algunas de sus obras de arte. Debe a Hacienda 1,8 millones.

 

El cantante Miguel Bosé.

Fue una escena digna del ahijado de Luchino Visconti. 
Caía un amable sol de julio sobre la Plaza de San Pedro, en Roma. Miguel Bosé, de blanco y lino, acompañaba a su madre, doña Lucía, a conocer al Papa Francisco. 
Ella llevaba pamela y vestía de azul quizás por inspiración de su fe en el aura de los ángeles
. Casi al tiempo, los responsables de Hacienda incluían al artista en su lista negra con una deuda de 1,8 millones de euros.
Cristóbal Montoro, látigo del mundo de la cultura y acusado por el sector de acoso permanente a un puñado de santones del mismo, como para producir escarmiento.
 La cantidad no viene a ser una sencilla limosna. Supone un agobio extra para un artista en cierto declive en España y con más presente y mucho futuro en América: 
“Principalmente en México”, dice la que fue su agente durante años y aún buena amiga, Rosa Lagarrigue.
 
De hecho, Bosé tiene su residencia en Panamá, donde nació hace 62 años, aunque vive gran parte del tiempo a las afueras de Madrid. Posee una baraja de pasaportes: italiano y colombiano, además de español.
 Pero está obligado a tributar en los países donde desarrolla su trabajo. A pesar de su triple nacionalidad se define a sí mismo como madrileño.
Y como tal, en cierto modo, castizo.
 De la torería por parte de padre, Miguel Dominguín, sacó estampa estética de bailarín que perfeccionó de adolescente junto a leyendas como Lindsay Kemp, Alvin Ailey o Martha Graham.
 De su presencia escénica materna, barnizó cierta madera de actor. De otras fuentes, la música.
 Un conglomerado de artista total, con fino olfato para el arte y cátedra para el buen vivir.
 Gran cocinero con productos de su propio huerto y corral —elabora sus tortillas y bizcochos con huevos de sus propias gallinas—, antiguo dueño truncado de bodegas o marcas de jamón en España junto a la Quinta del Buitre: es decir a pachas con Michel, Butragueño y Manolo Sanchís.
Es Miguel Bosé. Poliédrico para la vida. 
Políglota en España cuando muy pocos lo eran, con esmerada educación en el Liceo Francés.
 Allí fue un alumno díscolo, aunque con el tiempo se le pegara un riguroso aire metódico. 
Hoy es un misterio con malas pulgas con los medios, con virtudes hospitalarias de aúpa por el contrario para sus amigos. Padre y patriarca.
 Hijo, hermano, tío, primo ejemplar y cabeza de familia. 
Anfitrión desprendido, maniático perfeccionista tanto para montar un espectáculo como para colgar un cuadro o incorporar un sofá al salón de su casa, tal y como evidencia Ángeles González Sinde, cineasta, escritora y amiga suya desde la infancia.
No hace mucho confesó pecados en el Festival chileno de Viña del Mar y se postuló como progenitor ejemplar.
 Habló de habérselo bebido y fumado todo hasta que dijo basta. Más ahora, que tiene prole. 
Como le gusta desdoblarse y jugar a la ambigüedad, digamos que Bosé pocas veces va de farol; Miguel, mucho menos. 
Sobre todo cuando se la juega a doble o nada.
 Hace cinco años fue entrevistado para hablar de sus dos hijos traídos al mundo por maternidad subrrogada. Cuál fue la sorpresa cuando contó que no eran dos, sino cuatro.
 Así el mundo supo de Telmo, Tadeo, Ivo y Diego.

Hoy son su faro, su razón de vida, su motor. Y su mayor enigma. Nunca había mostrado sus caras hasta que reaccionó con fiereza al chantaje de quienes querían hacerlo y publicó su foto en Instagram. Se esmera en su educación y los protege de los focos.
 Eso puede dar la sensación de que se aísla o envejece mal. Pero es puro instinto de protección hacia algo que le repele por no haberlo elegido: la fama.
 Al nacer ya era conocido como hijo de… Para él es el mayor impuesto a sus diversas vocaciones creativas. Tanto que alguna vez se ha planteado tirarlo todo por la borda y dedicarse a una de sus pasiones sin decaídas en el tiempo: la biología marina.
Le gustaría desaparecer a menudo.
 Pero en gran parte vive de la imagen.
 Más cuando hay que vender billete para las giras ya que lo de los discos no va y algunos de sus negocios se han ido al traste, como los del sector alimentario. 
Para la historia y los récords quedaron los tours de Bandido, en los ochenta y sus más recientes Papito con secuela: Papitwo.
 También aprovecha el foco para causas perdidas. Aparte del ecologismo, su amor por los animales y un pacifismo activo junto a colegas como Juanes, cada vez que puede le da por sacar el látigo contra políticos a escala global: del PP a los socialistas en España, de Maduro al régimen cubano y ahora Donald Trump.
Las pistas sobre sus momentos económicos flojos las han dado algunas obras de arte a subasta.
 Los colegas músicos que pernoctaban en su casa durante las épocas de exceso alucinaban creyendo que se encontraban a veces en mitad de un museo.
 Sacó un buen pellizco de un Warhol que vendió por 450.000 euros a los que hay que sumar 370.000 de unas cerámicas de Picasso hace dos años.
 Estas fueron regalo directo del padrino de su hermana Paola. Recuerdo de familia. 
Pero tuvo que ponerlas a disposición del mejor postor en Sotheby's.
La peregrinación a Roma bien ha podido servir de milagro.
 Pero ni la bendición papal ha evitado que le pongan una cruz en el fisco. 
No ha dicho ni mu. Lo que está claro para quienes le conocen es que a pesar de su último golpe no echará mano de esa cualidad tan cristiana para encarar los reveses: resignación.